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Capitulo 2: Ella

Sus ojos se abrieron lentamente mientras se estiraba sobre la gran cama suspirando, alzó el brazo dejándolo caer sobre su frente e hizo una mueca apartándolo rápidamente. Saltó de la cama caminando descalzo y totalmente desnudo. Se paró ante el espejo y se inclino para el ver el reflejo de su frente marcada y algo hinchada. Se giró y miró hacia la ventana, apenas estaba amaneciendo, era temprano, pero la hora justa para después de tomar un desayuno hablar con Rehid e informarse de cómo estaba todo y lo que había que hacer. Tomó su ropa y comenzó a vestirse, acordándose entonces de la mujer que también vivía ahora en ese castillo.

Aprovecharía el desayuno para conocerla y si tenía oportunidad preguntaría antes a Rhona por ella.

Salió de la habitación y recorrió los pasillos como tantas otras veces antes, sintiéndose como en casa. Y es que era su casa. Desde que había cumplido los trece años había comenzado a pasar algunas temporadas con los Ferguson. Su ceño se frunció. Aunque siempre había sido avisado con antelación y su estancia calculada, todos le estaban esperando cuando había llegado y esta vez, había algo diferente. La forma en la que su tío se había ido, la forma en que Rehid y Rhona le había hablado, mirando. ¿Quizás fuera porque esa mujer estaba aquí? ¿O es que había estado antes pero cuando él venía su tío la alejaba del castillo?

No se había dado cuenta de cuanto había estado desvariando hasta que terminó de bajar las escaleras. Lo cierto es que de unos años para acá, el castillo había cambiado. Sus ojos se entrecerraron mirando a su alrededor, pequeños detalles que en su momento no habían tenido importancia y que ahora le hacían dudar. Flores frescas junto a la entrada, en un jarrón que había estado allí desde hacía algunos años, pero nunca con flores, por lo menos no cuando él había estado en el castillo. Sus ojos viajaron por la alfombra, recordaba que la habían cambiado el año pasado, también se habían renovado cortinas en este tiempo y algunos tapices.

Ahora que lo pensaba, todo había ido cambiando. Cada vez que él venía, el castillo había cambiado, con el toque de una mujer.

Su rostro se giró hacia el pasillo que daba a la cocina, escuchando el leve tarareo de una canción. Una voz dulce que lo llamaba. La escuchó siguiéndola como si estuviera guiado en su camino, hasta llegar a la entrada a la cocina. La gran cocina del castillo.

Escuchó el sonido del movimiento de cuencos de madera y entonces un cuerpo se movió, haciéndolo inclinarse hacia atrás, escondiéndose en las sombras. Sus ojos se abrieron observando ese pelo, sin dudar en quien era la mujer que tenía delante, a pesar de estar de espaldas a él, y llevar el pelo recogido. Ella colocó la masa del pan sobre el centro de la mesa y su cuerpo se inclinó hacia delante sobre la mesa, mientras amasaba.

Contuvo la respiración observando la pequeña cintura y el movimiento de sus caderas, apretando la tela de la falda de su vestido contra la madera y ofreciéndole una perfecta vista para tener detalle del trasero que se escondía bajo las telas. Sus manos se tensaron, como si quisieran tocarla, agarrarla. Seguía tarareando, escuchaba su suave voz, suave como no había sido cuando habló con él.

-Buenos días Lexia -el hombre que venía del pueblo a traer algunas provisiones entró por la puerta de la cocina, mirandola con una gran sonrisa.

Lexia. ¿Así que ese era su nombre?

Lexia. Y trabajaba en el castillo Ferguson.

-Hola Jeremy -dejó su labor, limpio sus manos en un trapo y se apartó de la mesa acercándose a él. -Muchas gracias.

-Esta todo -el negó con la cabeza negando a dejarla tomar la caja y sin dejar de mirarla encantado -Te ayudo -y se acercó a dejar la caja de madera sobre la mesa.

-No te preocupes, no es necesario -ella volvió a la mesa -Rhona debe estar a punto de llegar.

-De acuerdo -algo decepcionado Jeremy se dirigió hacia la puerta que daba a la salida trasera del castillo y la miró una última vez -Nos vemos.

-Adiós Jeremy -le respondió alzando el rostro mirándole una vez mas y volviendo a concentrarse de nuevo en la masa del pan.

Connor permaneció alli escondido en silenció observándola y escuchando como volvía a tararear y después se acercó despacio sin hacer ruido. Se cernió sobre ella intentando no torcerla, abriendo los brazos e inclinándose sobre su espalda.

-¿Así que Lexia? -le hablo al oído, al tiempo que sus manos se apoyaban en la mesa a ambos lados de ella y la encerraba contra su pecho.

-¡Ah! -y ella se movió bruscamente y su cabeza le golpeó en la frente.

-Joder -Connor dio un paso atrás llevando las manos a su frente.

-¿Que haces tu aquí? -Lexia observó a ese hombre, acordándose inmediatamente de él. Dio un paso atrás, chocando con la mesa y mirándole con los ojos entrecerrados.

-Estoy bien, gracias por preocuparte -Connor apartó la mano de su frente y la miró sonriendo de nuevo -Lexia.

-¿Quien eres? ¿Y que haces aquí? -ella alzó la barbilla con desafío.

-Soy Connor Bukchaman -y pudo ver como el rostro de ella reflejaba sorpresa, como si nunca hubiera esperado encontrarlo allí. Ladeó su sonrisa -Y me voy a quedar una temporada.

-¿Sabe Alastair que estas aquí? -Lexía tenso sus manos sujetándose a la mesa de madera.

-Mi tío me mando llamar -Connor frunció el ceño unos instantes y entonces avanzó, obligándola a alzar el rostro para poder mirarle, sonriendo al ver que se tensaba notando lo grande que era. -Así que trabajas en el castillo -sus manos se apoyaron de nuevo sobre la mesa, encerrándola y aspirando su aroma a canela -Parece que tienes que servirme.

-¿Servirte? -ella le miró molesta.

-Por supuesto -Connor la miró a los ojos alzando una ceja -Soy el señor del castillo y estoy a cargo de todo mientras mi tío no está.

-¿Alastair no está? -y ella colocó las manos en su pecho y le empujo apartándole -¿Sabes lo que es la distancia? -movió la manos entre ellos -¿Donde está Alastair?

-Tuvo que salir -la observó viendo la preocupación en su rostro.

Ella iba a hablar pero entonces sus ojos se centraron en la puerta de la cocinan y Connor sintió un nudo en su garganta al ver su rostro suavizarse y su cálida sonrisa.

-Juliet cariño -escuchar el amor con el que pronunció las palabras lo golpeó con fuerza, haciendo que se apartara de su camino cuando ella se dirigió a la puerta y se agachó ante una niña pequeña de unos tres años. -¿Tienes hambre? -y la cargó en sus brazos, volviendo a pasar ante él y sentándola en una silla junto a la mesa al otro lado de la cocina.

Connor miró a la niña que lo observaba fijamente, con una clara curiosidad. Sonrió a la pequeña y su ceño se frunció cuando ella no le correspondió, es mas juraría que sus ojos se entrecerraron mirándole mal.

-¿Es tuya? -atravesó la cocina mirando a la niña.

-No te acerques...-lo miró con un cuenco en su mano, quedándose pensativa.

-Connor -y el apretó la mandíbula -Connor Bukchaman.

-Eso, no le gustan los desconocidos -y ella lo miro de reojo y se agachó junto a la mesa, dejando el cuenco ante la niña y sonriéndole -A desayunar cielo.

-Buenos días -Rhona entró por la puerta del patio con un cesto con verduras, claramente viniendo del huerto y sus ojos se abrieron mirando a Connor y después miró a Lexia.

-Hola Rhona -el la observó confundido.

-Rhona ¿a donde fue Alastair? -Lexia se incorporó y pasó ante él, ignorándole por completo para acercarse a la mujer y tomar el cesto de verduras.

-Recibió un misiva importante -Rhona la miró como si no quisiera decir más, al menos no estando él, al juzgar por cómo ambas mujeres le miraron de reojo -Era importante, te estuvo buscando per no estabas.

Lexia dejó la cesta sobre el mueble de madera con la vista perdida en algún punto frente a ella.

-Connor -Rhona le miro con una sonrisa, intentado ocultar sin éxito la incomodidad que sentía -Tendrás hambre, deja que lave mis manos y me cambie y te llevare el desayuno al comedor.

-No te preocupes -y el fijó su vista en la mujer que parecía sumergida en sus propios pensamientos -Puede servirme Lexia.

-¿Eh? -ella se giró mirándole como si acabaran de abofetearla y eso le divirtió demasiado.

-¿Que? -Rhona lo miró sorprendida y negó con la cabeza -No, veras Connor, ella...

-No hay problema Rhona -y ella la interrumpió dando un paso adelante y mirándole con esa sonrisa cínica -Yo serviré al señor.

-Pero...-Rhona la miró nerviosa

-Ya has oído -y Connor caminó por la cocina hacia la salida -¡Me gusta la fruta cortada muy pequeña!

-Tu cabeza sí que es pequeña -Lexia respondió apretando los dientes, miró a Rhona y alzó la mano -Ni una palabra. -suspiró moviéndose por la cocina -¿Puedes encargarte de Juliet?

-Claro -y la mujer miró a la niña.

Diez minutos después, Connor sentado en el lugar principal de la gran mesa, observaba con una inmensa sonrisa como Lexia entraba a la sala con la bandeja en sus manos. Se paró a su lado y dejo la copa, la jarra de zumo y el pan y por último el plato de fruta.

-Cortada muy pequeña-lo miró sonriendo mientras soltaba el plato ante él -Cuidado no os atragantéis.

-Tienes una lengua muy rebelde Lexia -Connor alzó una ceja, mirandola satisfecho.

-Con permiso, señor -y ella recalcó la última palabra con cierta sorna.

-¿Tienes prisa? -tomó el tenedor y pincho un trozo de fruta -¿No te agrada mi compañía?

-La verdad, señor - y ella le miró sonriendo -Prefiero la grata compañía de mis vacas.- y el tosió atragantándose con un trozo de fruta, a lo que ella alzó ambas cejas -Cuidado, cortadas muy pequeñas. -y se giró y caminó hacia la salida.

-¡Espera! -tosió una vez mas y vio como ella se giraba hacia él con el fastidio reflejado en su rostro -¿La protegida de mi tío no desayuna?

-¿Que? -ella lo miró sorprendida -¿Os habló de ella?

Connor tardo unos segundos en poder hablar. Se había quedado mirandola hipnotizado, parada a unos pasos de él con su pelo recogido y esos ojos azules mirandolo con tanta intensidad.

-La verdad es que no -y frunció el ceño -Solo me dijo que cuidara de ella. -y se recostó en la silla mirandola -Y la verdad tengo mucha curiosidad. -pensó unos instantes -Aunque supongo que es muy temprano para que la...dama...baje a desayunar. -vió como ella le miraba fijamente y frunció mas el ceño -¿Que? -se quedaron mirándose en silenció y entonces él se cruzó de brazos -Dime una cosa ¿Como es?

-Ya estoy lista -Rhona entró a la sala con rapidez y miró de uno a otro -¿Ocurre algo?

-El señor -Lexia habló inclinando su rostro hacia él, mirando a Rhona -Quiere saber como es la Protegida de Alastair.

-Oh -y Rhona frunció el ceño mirandola, para después mirar a Connor -Eh...

-¿Que pasa Rhona? -y el la miró unos segundos para después alzar las cejas y ladear una sonrisa -¿Es que es muy desagradable? Dime -se acomodó en su silla -¿A caso es fea? ¿Es vieja?

-Ella...-Rhona abrió los ojos sorprendida.

-Oh, no solo eso. -y cuando Lexia habló, ambos la miraron. Rhona aun mas sorprendida y Connor frunciendo el ceño -No solo es vieja y fea, muy fea. Tiene una voz chillona horrible y es muy desagradable. Es altanera y maleducada.

-Pero...-Rhona la miró nerviosa.

-¿No es así Rhona? -y ella miró a la mujer fijamente, que tras unos minutos, asintió.

-¿Y como la conoció mi tío? -Connor pregunto sin entender como Alastair podría involucrarse con una mujer así.

-Es mejor que vuestro tío os cuente todo -Rhona hablo incomoda.

-Con permiso -y Lexia sonrió -Me espera una grata compañía -y tras una mirada envenenada a Connor, salió de la sala. 

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