Su respiración. ¿Era su propia respiración lo que no le dejaba dormir?

No, no era eso.

Se giro de nuevo, quedando acostado sobre su espalda, extendió los brazos a ambos lados de la cama. Cerró los ojos con fuerza y volvió a abrirlos, removió las piernas nervioso y la sabana se deslizo hasta su cintura, dejando su pecho al descubierto. Suspiro, se incorporo en la cama y miro hacia la puerta.

Se arrastro por la cama, apartando las sabanas y se bajo de ella. Cruzó la habitación hasta llegar a la silla al otro lado y tomo su batín, para cubrir su desnudez. Después de atarlo, miro la puerta, suspiro, paso las manos por su pelo y camino en dirección contraria, hacia la ventana. Se asomó y no precisamente mirando al patio, sus ojos volaron hacia la ventana, a aquella ventana, detrás de la cual descansaba ella.

Se quedo alli, mirando aquella ventana, hasta que se giró y caminó hacia la mesa, encendió una vela y la sostuvo en su mano. Se quedo mirando la llama moverse suavemente, volvió a dejarla en la mesa y de nuevo caminó hacia la ventana y otra vez su vista se fijo en la otra ventana.

Paso las manos por su pelo nervioso, se giro y en dos zancadas estuvo ante la puerta, apretó la mandíbula, suspiro y volvió a girarse, dando la espalda a la salida de la habitación. Se quedo allí parado, en el centro de la habitación.

-Mierda -se giro de nuevo y caminó hacia la puerta, se paro ante esta y extendio la mano, se quedo allí suspendida, cerca del pomo.

La luz de la luna entraba por la ventana.

Pero no, no era eso lo que no la dejaba dormir.

Volvió a girarse, de nuevo hacia la derecha, pero ya sabía que eso no valdría, igual que las otras veces que se había girado. Girado, incorporado, movido, levantado, paseado por la habitación, cubierto el rostro con la almohada.

¿Que mas daba lo que hiciera? No podía dormir.

-Agh -molesta se giro de nuevo, quedando bocarriba, suspiro y se incorporo, sentándose en la cama. Se deslizo sobre las suaves sabanas, hasta quedar al borde de la cama, sus pies descendieron, hasta rozar la alfombra. Se quedo ahí unos segundos, hasta que finalmente se bajo de la cama.

Sus pies descalzos se deslizaron por la alfombra, hasta llegar a la ventana. Apoyó las manos en ella, sintiendo el frió del cristal, suspiro. Se giro y miro hacia la puerta, frunció el ceño y volvió a girarse hacia la ventana. Y entonces lo vio. La luz en la ventana, su ventana.

Se giro rápidamente y caminó por la habitación, directa hacia la puerta. Su cuerpo se encogió levemente al sentir el frio del suelo en sus pies descalzos, la mano se poso en la manilla de la puerta y se quedo allí, congelada. Aparto la mano, suspiró.

Alargo el brazo y abrió la puerta, enfrentándose a la oscuridad del pasillo. Se quedo allí, en la puerta, mirando a la nada y la cerro de nuevo.

Se giró, apoyando la espalda en la puerta, mirando hacia la ventana. Cerró los ojos, inspiro aire con fuerza y rápidamente se giró de nuevo, abrió la puerta y salió al pasillos. Camino, casi corrió, sintiendo el frío en sus brazos descubierto, cruzándolos sobre su cuerpo, sin pensar en que solo estaba cubierta por una fina camisola. Su respiración era el único sonido que recorría el pasillo, hasta que llego a la puerta. Se paro, ante ella y la miro unos segundos, alargo la mano y sus dedos tocaron la fría manecilla.

Inspiro aire y con decisión abrió la puerta.

Y esta golpeo algo.

-¡Augh! -Javrik cayó de culo en el suelo, llevando las manos a su frente.

-¡Oh Dios mío! -Isobel entro rápidamente, arrodillándose a su lado -¿Estas bien? -sus manos tocaron su brazo -Lo siento, oh, lo siento Javrik.

-No pasa nada -el respondió, aun sobando su frente

-Deja que te vea -ella tomo su mano, apartándola para mirar -¿Te duele mucho? Yo... yo no sabía que ... pensaba que estarías durmiendo.

-Iba a ....-el miro su mano, todavía sostenida por la de ella, después alzo la vista para mirarla a los ojos -¿Que haces aquí?

-Oh, yo...-Ella soltó su mano y se incorporo, nerviosa -No podía dormir y.... yo .... No quería molestar, discúlpame. No pensé que fueras a salir.

-Iba a buscarte -El se incorporo y se quedo ante ella, mirandola.

-Vi luz en tu ventana y...-ella frunció el ceño -¿Qué?

-Que iba a buscarte -y el dio varios pasos hasta llegar a la puerta, la cerro despacio, suspiro y se giro hacia ella -Necesito certeza Isobel, necesito la respuesta. No queda tiempo, Sienna me dijo cinco días y los días ya han pasado. Tu padre vendrá por ti y si no le aseguro que nos casaremos seguramente te llevara de regreso y no me importa, Iria hasta el mismo infierno por ti. Pero yo le prometí que te dejaría en paz si decías que no. Te quiero Isobel, quiero que seas mi esposa, que compartas mi vida, mi castillo....

-Javrik -ella dio un paso hacia el.

-Se que he sido un idiota, que te hice daño y no, no puedo hacer nada por remediar lo que ya hice, pero quiero hacerte feliz, quiero hacerte la mujer más feliz del mundo, mi mujer. Cásate conmigo Isobel.

-Si -ella respondió, mirándole fijamente.

-¿Que has dicho? -el la miro desconcertado.

-Que si - y ella sonrió -Me voy a casar contigo Javrik. Eres mi prometido ¿no?

Y el salto sobre ella, estrechándola entre sus brazos y tomando su boca con posesión. La beso con pasión, con deseo, con ansiedad, mientras sus brazos la apretaban contra su cuerpo.

Las manos de Isobel se apoyaron en su pecho, deslizándose por el suave batín, hasta acariciar su piel, su pecho desnudo. Sus dedos rozaron el bello de su pecho y el gimió, mientras sus manos se deslizaban por la espalda, notando la fina tela adherirse a su piel, llegando a su cintura, estrechándola contra su cuerpo.

Javrik aparto sus labios, aun sosteniéndola sujeta por su cintura, la miro a los ojos y dio un beso corto y tierno en sus labios.

-Deberías regresar a tu habitación -el hablo con voz contenida.

-¿Tu quieres que me vaya? -ella susurro las palabras, sonrojándose.

-Por lo que a mí respecta, esta es nuestra habitación, siempre lo fue -el rozo sus labios lentamente -¿Sabes lo que estás diciendo Isobel?

Pero ella no respondió.

Con timidez, sus manos se movieron, acariciando de nuevo su pecho, hasta llegar a los hombros, tirando del batín.

Javrik abrió los brazos, dejándola hacer. El nudo que sujetaba la prenda se aflojo y esta deslizo por sus brazos hasta caer al suelo.

Isobel le sostuvo la mirada, sonrojada.

La manos de el temblaron, cuando rozaron la tela de la camisola tirando de ella para deslizarla por su piel.

Quedaron uno ante el otro, con sus cuerpos desnudos.

Con timidez ella alzo las manos y las coloco en su pecho, lo acaricio, subiendo hasta sus hombros y bajando de nuevo, hasta su estomago, que se tenso. Javrik jadeo, sintiendo sus suaves manos en su vientre, mientras sus manos acariciaban los brazos de ella, llegando a sus hombros y bajando por su espalda. La beso, despacio, lentamente, sus manos tiraron de su cintura, pegándola a su cuerpo y bajaron hasta su trasero, presionándola contra sí mismo.

Dejo de besarla y la miro a los ojos, se miraron uno al otro. Sorprendiéndola, la tomo en sus brazos y camino hasta la cama, depositándola sobre las sabanas con cuidado y tumbándose sobre ella. Su miembro rozo contra la suave piel de sus muslos y ambos contuvieron la respiración. Nervioso, el besó su barbilla, su cuello, sus hombros, sus pechos, mientras ella jadeaba, removiéndose bajo el, alzando el rostro al techo. Las manos de Javrik acariciaron sus muslos, mientras volvía a besar sus labios.

Se movió sobre ella, sintiendo el roce de su piel y gimiendo, se situó entre sus muslos y sosteniendo su peso en sus brazos, la miro a los ojos.

-Isobel -la miro maravillado, pero indeciso.

-Se que va a doler -ella le sonrió levemente -Hazlo.

El la beso despacio y sintió sus manos, acariciando sus brazos hasta llegar a sus hombros y después a su espalda. Las manos de Javrik temblaron, cuando acaricio de nuevo sus muslos y se adentro despacio en ella.

Sintió la tensión en el cuerpo de Isobel y se detuvo bruscamente, la busco con la mirada y ella se la sostuvo. Y el empujo en su interior, viendo una lagrima resbalar por la mejilla de ella Se mantuvo quieto, tenso, con la mandíbula apretada, alzo una mano y limpio su mejilla.

-Te amo -le susurro aquellas palabras

-Yo también te amo Javrik -e Isobel le respondió, moviéndose levemente, ante lo que el gimió cerrando los ojos con fuerza.

Y juntos se entregaron en cuerpo y alma. Consciente de que este era un momento mágico, uniéndose ellos y sus vidas, siendo la primera vez de ambos. Como siempre sintieron que debía ser.

Javrik abrió los ojos, parpadeo dos veces, pensando en otro sueño mas en el que su subsconciente le habia traicionado. Salvo que esta vez bajo la vista a su pecho y vio la cabeza de ella, recostada sobre el, con la mano en su vientre. Alargo el brazo, tirando de la sabana para cubrirla y se quedo mirandola, observando su rostro.