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Capitulo 16: Problemas

Agarró su pie y tiró de él, haciéndola caer en el colchón, escuchando su risa mientras le miraba divertida. Alargó las manos para rodear su cintura, tirando de su cuerpo para aproximarla al suyo, sentándola en sus piernas.

-Tengo que irme -Clere habló, alzando las manos para enlazarlas tras su cuello, acercando sus labios y besándolo.

-Un poquito mas -Lucien acarició su espalda desnuda despacio, deslizando las yemas de sus dedos.

-No -y ella le dio otro beso, apartándose y alejándose con rapidez, antes de que volviera a sujetarla. Se agachó y tomó su camisola, consciente de que él la observaba, la deslizó por su cuerpo y giró el rostro para mirarle -Nos vemos en el desayuno, estoy muerta de hambre -y sonrió mordiéndose el labio. Caminó hacia la puerta y parándose tras ella alargó la mano hacía la manecilla. Pero esta se movió sola. Antes de poder reaccionar se hizo a un lado y la puerta se abrió, quedando ella tras esta.

-Bukchaman se te han pegado las sabanas -Alec MacClain, El Deseado, estaba parado en el umbral, con la mano puesta en la manecilla -¡Lucien! -gritó al ver que él permanecía sentado en la cama, con rostro pálido.-¿Estas bien? -dio un paso adentro.

-¡¡No!! -gritó al ver a Clere tras la puerta, al otro lado de su hermano moviendo las manos, entonces ella asintió con la cabeza -Si, si...

-¿Qué? ¿Estas bien? SI o no. -Alec frunció el ceño confundido.

-Bien, estoy muy bien -el respondió nervioso, deslizándose por el colchón con la sabana tapando su cintura, hasta quedar sentado al filo. -¿Que pasa?

-Papa quiere hablar contigo en el despacho antes del desayuno -Alec lo miró unos segundos más, finalmente dio un paso atrás, llevando consigo la puerta y cerrando.

Clere se apoyó en la pared, llevando la mano a su pecho y suspirando aliviada, viendo como Lucien aun seguía mirando a la puerta como si hubiera un fantasma.

-Creo que será mejor que te vistas y mires que no hay nadie -Clere se quedó allí, apoyada en la pared, con el miedo de que la puerta volviera a abrirse -Se me ha hecho tarde.

-¿Tendrás problemas? -Lucien se incorporó y se movió por la habitación cogiendo su ropa.

-Elsepth se encargara -ella respondió observando su trasero cuando se agachó para ponerse el pantalón.

-¿Elsepth? -Se giró hacia ella, subiéndose el pantalón de cuero -Genial, ¿alguien más lo sabe?

-¿Se lo has dicho a alguien? -y la sonrisa en el rostro de ella se congeló al ver como él la miraba. -¿Javrik? Y si él lo sabe, Isobel también. -llevó la mano a su frente -Lucien, a este paso lo sabrán todos.

-Por eso tengo que hablar con tu padre ya -Se colocó la camisa y se acercó a ella -Y lo hare ahora mismo. Quiere hablar de algo importante, pues yo también. -y la tomó por la cintura y la beso, empujándola rápidamente hacia la pared cuando la puerta volvió a abrirse y al girarse la madera le golpeó en la frente -¡Mierda! ¡¿Es que nadie sabe llamar a la puerta?!

-No me grites Bukchaman -Elsepth lo miraba rodando los ojos -Venga, dile a Clere que salga, que las sirvientas han venidos dos veces ya y se preguntan porque no se ha bañado aun.

-Elsepth -Clere salió de detrás de la puerta -¿Que haces aquí?

-Salvarte, vámonos -y la agarró del brazo y tiró de ella por el pasillo.

Lucien las observó alejarse por el pasillo y entonces la puerta del fondo se abrió y Javrik salió de ella, mirándole y mirando hacia donde las figuras de ellas se alejaban. El Barón le miró de nuevo, suspirando y negando con la cabeza. Cerró la puerta y caminó hacia él.

-Voy a hablar con Ewan ahora -Antes de que su primó le recriminara nada, habló.

-Mas te vale -Javrik colocó la mano en su hombro -Vamos.

Juntos se dirigieron al despacho para encontrarlo vacio, dirigiéndose entonces al comedor que estaba totalmente desierto.

-Yo iré a buscarle tu quédate aquí y piensa en cada palabra que vas a utilizar para que no metas la pata -y Javrik le palmeó la espalda y salió de la sala.

Y por lo que le parecieron veinte minutos eternos, estuvo alli solo, caminando de un lado al otro, pensando. Pero cada vez que imaginaba esa conversación en su cabeza, terminaba mal, muy mal. ¿Seria buena idea decirle simplemente me quiero casar con Clere? Podría salir corriendo rápidamente y dejar que se desfogara con el mobiliario y buscarle cuando estuviera más tranquilo. Se apoyó en la chimenea y paso la mano por su pelo frustrado. Y una mano tocó su brazo, haciendo que se girara sobresaltado.

-Soy yo -Clere le sonrió divertida -¿Estas asustado Lucien Bukchaman?

-No tiene gracia -el hizo una mueca.

-En realidad si la tiene -riendo ella pasó la mano por su brazo, acercándose a su cuerpo, apoyó las manos en su pecho y le miró sonriendo. -¿Te asusta hablar con mi padre?

-¿Hablar? Me asusta que me corte la cabeza nada mas oír una palabra -apoyó las manos en su cintura, inspirando su suave fragancia, sabiendo que nunca tendría bastante de ella. Nunca se cansaría de su dulce olor, ni de su sabor. Acercó su rostro y la beso despacio lentamente, abriendo sus labios e introduciendo la lengua, sintiéndose en el paraíso. Y cayendo al infierno en el mismo momento en el que el grito de guerra de Ewan MacClain llegó a ellos y giro el rostro para verle caer sobre él encolerizado.

-¡¡¡Agh!!! -Ewan le agarró apartándole de Clere y de un empujón le lazó sobre la mesa, haciéndole caer sobre la comida y caer por el lado sobre las sillas, tirándolas hasta aterrizar en el suelo.

-¡¡Papa!! -Clere gritó mirando a su padre molesta.

-¡Oh! Mierda -Javrik que venía con Ewan tragó saliva -Tío escucha...

-¡¡Te voy a matar!! -pero Ewan corrió hacia Lucien, apartando las sillas y lanzándolas por la sala.

-¡Mierda! -Lucien se arrastró bajo la mesa, evitando que pudiera agarrarle -¡Escúchame Ewan!

-¡Te voy a arrancar la garganta para que nadie te escuche nunca más! -Ewan se agachó estirando la mano bajo la mesa y al ver que no llegaba giró sobre esta, para llegar desde el otro lado, pero Lucien se arrastraba bajo la misma escondiéndose.

-¡¡Papa!! ¡¡No!! -Clere quiso ir hacia su padre, pero Javrik la agarró -¡Suéltame! ¡Javrik!

-Es mejor que no te metas -Javrik la apartó de la mesa

-¡¡¿Que pasa?!! -Alexander entró a la sala acompañado de Eara y sus hijas y las tres mujeres miraron a Ewan sorprendidas.

-Os descubrió -Clere habló y todos la miraron, cerró la boca inmediatamente.

-¿Que los descubrió? -Alexander miró a Lucien bajo la mesa y después a Clere, suspirando.

-¡¡Papa!! ¡Déjale! -Clere seguía gritando mientras peleaba con Javrik.

-¡¡Papa!! -Davinia entró a la sala por la puerta lateral, quedando junto a la mesa mirando sorprendida a su padre -¡¿Que pasa?!

-¡¡Sal de ahí cobarde!! ¡Para que pueda destriparte! -Ewan golpeó la mesa furioso, dando patadas bajo esta -¡Abusaste de mi pequeña!

-¡¿Pero que pasa?! -Alec se paró en la puerta con la espada en la mano, frunciendo el ceño.

-¡Trae eso! -y Ewan corrió hacia su hijo le arrebató la espada, corriendo hacia la mesa con ella en alto.

-¡¡Ewan!! -Eara le miró horrorizada.

-¡Cuidado! -Kendrick Algart que acababa de entrar a la sala, corrió hacia Davinia y la apartó de la mesa, llevándola abrazada contra su cuerpo hacia un lado.

-¡¡Papa!! -Clere alargó las manos hacia su padre.

-¡Si no sales te sacare yo! -y Ewan saltó sobre la mesa y alzando la espada la clavó en la madera.

-¡Joder! -Lucien gritó arrastrándose alejándose de la hoja que había atravesado la madera -¡Hablemos como la familia que somos!

-¡Tu no eres familia eres hombre muerto! -y Ewan se deslizó por la mesa clavando de nuevo la espada.

-¡¿Pero que...?! -Diane se quedó parada en la puerta observando a su yerno sobre la mesa, apuñalando la madera.

-¿Que pasa? -Helen observo a su marido, a Lucien arrastrándose bajo la mesa y a Clere gritando nerviosa y suspiro. Al ver que Ewan seguía clavando la espada colocó las manos en su cadera -¡Ewan! ¡Mi mesa!

-¡¡¿Estos gritos?!! -Kirk entró a la sala parándose junto a Elsepth, con la espada en su mano, claramente viniendo del entrenamiento.

-Trae -Elsepth se la arrebató -¡Clere! -y la tiró por el suelo hacia ella.

Y Clere se movió con rapidez, dando un cabezazo a Javrik y al soltarse se agachó y tomo la espada, corriendo hacia su padre, que llegaba al final de la mesa.

Lucien se deslizó por el suelo rápidamente, intentando salir de debajo de la mesa, pero el rostro de Ewan apareció sobre él, alzando la espada. Y entonces el choque de las espadas inundo el lugar y Ewan dejo de mirar a su presa, para mirar a su hija que sostenía la espada que se había interpuesto en el camino de la suya.

-Vamos a casarnos -Lucien habló jadeando, mirando a Ewan que estaba estupefacto.

-¿Que? -y el rostro del Duque volvió a llenarse de ira mirando de nuevo hacia abajo, aun subido sobre la mesa -¡Te mande vigilarla y apartarla de Adrian! ¡No tomar su lugar!

-¡¿Que?! -y el grito de Clere hizo que ambos hombres la miraran.

-Clere yo...-Lucien la miró arrepentido.

-Cariño -Ewan aparto su espada mirando a su hija con culpabilidad.

-¡Agh! -y el grito de ella inundo la sala, cubriendo el jadeo de todos cuando alzó su espada en el aire clavándola en el suelo, justo un segundo después de que Lucien se girara y no se clavara en su cabeza.

Todo quedó en silencio.

Ewan sentado en la mesa, mirando a su hija con los ojos abiertos de par en par.

Ella se giró furiosa y caminó fuera de la sala.

-¡¡Clere!! ¡¡Espera!! -Lucien se giró y se incorporo tan rápido que chocó su cabeza con la mesa.

-¡Hija! ¡Cariño! -Ewan se bajó de la mesa para seguirla.

-¡Basta! -Helen gritó y ambos se quedaron en su lugar, se giraron para mirarla. -Lucien, al despacho, tu y yo tenemos que hablar -y después miró a su marido -Querido, más vale que encuentres la forma de restaurar la mesa, le tengo aprecio. Era de mi abuela. -se giró hacia la puerta y miró a Lucien -¿A que esperas? -y tangando saliva, Lucien pasó ante ella, dirigiéndose al despacho, mientras Ewan daba un paso hacia donde se había marchado su hija -¡Déjala!-y Helen siguió al futuro Laird Bukchaman. Entró al despachó y cerró la puerta, señalando el asiento ante la mesa y rodeó esta, sentándose al otro lado y le miró en silencio.

-Yo la quiero, la amo, quiero casarme con ella -Lucien tragó saliva nervioso al ver que no respondía -Quiero hacerla feliz.

-Suplique que pasara tiempo, que dejaras que pasara el tiempo antes de venir a buscarla-y cuando ella habló en la miró confundido -Era demasiado joven y tu, bueno, eres muy parecido a Ewan. Estaba claro que después de ese beso ambos cambiasteis, solo un tonto no se daría cuenta. -y al ver que él abría los ojos sorprendido, sonrió -Mi hija no tiene secretos conmigo Lucien.

-Entonces...-el la miró esperanzado -¿No se opone?

-¿De quién crees que fue la idea de estos juegos? -y ella rió -Mi hija iba a cometer un error, en el que tu tenias parte de culpa. No diste ninguna señal, te has resistido todo lo que has podido, ella simplemente quería olvidarte. -suspiró -Organizar todo esto para que vinieras hasta aquí -negó con la cabeza.

-Pero Ewan...-el frunció el ceño.

-Para mi marido Clere sigue siendo su pequeña, ellos son tan parecidos, que a veces me da miedo -le miró con cierta lastima -Creo que has podido verlo por ti mismo.

-¿Y ahora...?-Lucien se removió incomodo -¿Me permitirán casarme con ella?

-¿Crees que mi hija quiere casarse contigo ahora mismo Lucien? -y al ver que el agachaba la cabeza, se levantó y caminó por la sala -Clere nunca ha pertenecido a esta vida, a este lugar, ella es demasiado libre. Sé que sería feliz en las tierras Bukchaman, con vosotros, siendo tu mujer, la señora del Clan. Ese es su sitio. -caminó hacia él -Pero tú debes mostrárselo. Te llevaras a mi hija a tu clan, pasara alli unas semanas con vosotros. Si ella se siente en casa, si es feliz alli, le demostraras que es su lugar. - se inclinó hacia él - Pero procura que no se sienta incomoda Lucien. Aleja a todas y cada una de las mujeres que han formado parte de tu vida, o ella no soportara estar alli.

-Yo ya no... desde...-avergonzado desvió la vista -Desde que la besé no he vuelto a tocar a otra mujer.

-Bien -Helen sonrió, caminando alrededor de él, colocó la mano en su hombro -Pero antes...- y se paró a su lado, con la mano aun en su hombro -Aleja a esas mujeres del castillo, si aún queda alguna.

-Si, lo hare -asintió, se giró hacia ella con intención de levantarse y frunció el ceño al ver que Helen apretaba su agarre, forzándole a permanecer sentado

-Y Lucien. Mantén las manos alejadas de mi hija -y se inclinó de nuevo hacia él, mirándole fijamente -Porque si queda embarazada y ella decide que no quiere estar alli, que no es feliz. No me importara enemistarme con la familia, tener de enemigos a la mitad de las Highlands. Empezare una maldita guerra si es necesario, pero mi hija y su hijo regresaran aquí, aunque para ello deba destruir lo que nos une. -asintió con decisión -Es mi pequeña y la protegeré, por encima de cualquier cosa.



-¡¡Cielo ábreme!! ¡Hija escúchame! -Ewan volvió a golpear la puerta -¡Cariño! ¡Yo solo quería protegerte! -suspiró -¡Clere! ¡Abre la puerta! ¡Te lo ordeno! -al ver que no obtenía respuesta golpeó con fuerza -¡¡Soy tu padre!! ¡Tienes que obedecerme!! -y apoyó la frente contra la madera -¡Hija! ¡Por favor! ¡Hablemos!

-¿Me permites? -Diane estaba parada tras él, sonriendo levemente.

Ewan la miró, suspiró y se apartó a un lado, mirandola abatido. Ella le sonrió y golpeó dos veces la puerta.

-¡Niña! ¡Soy la abuela! ¡Ábreme anda! -y dos segundos después el sonido del cerrojo resonó en el pasillo.

La puerta se abrió y Diane entró, pero cuando Ewan dio un paso al frete, esta se cerró de golpe en sus narices. 

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