Capitulo 15: Sin ella
-¿Davinia no almorzará? No bajo a desayunar -Kendrick habló mirando el asiento vacío a su lado -¿Se encuentra mal?
-Oh no, tranquilo -La reina le miró sonriendo -Se levantó un poco tarde pero después fue con Lord Morrinson a pasear por el campo y tendrán un picnic.
-¿Qué? -el tenedor resbaló de sus manos chocando en plato -¿Solos? ¡¿Les habéis dejado ir solos?!
-Confio perfectamente en Cameron Morrinson, Kendrick -el rey lo miró fijamente -Y tu también lo haces ¿No es eso lo que siempre me has dicho?
-Si, pero... -Kendrick dudó unos segundos -Debería haberme pedido permiso.
-¿Tenía que hacerlo? -Charles lo miró alzando ambas cejas -Creo que Davinia es mayorcita para decidir de qué hombre recibe atenciones.
-No estamos hablando de un paseo por los jardines, se la ha llevado de picnic -negó con la cabeza -¿Que dirá la nobleza?
-Pues dirán que una muchacha encantadora está siendo cortejada por un encantador Duque -y la reina le miró -No están solos, deja de preocuparte.
-El Capitán Oliver Swanson les acompaña -y cuando Charles habló Kendrick sintió como el leve alivió que había sentido ante las palabras anteriores de la reina se evaporaba. Durante varios minutos movió la comida en su plato hasta que finalmente incapaz de permanecer en alli dejo la servilleta sobre la mesa -Si me disculpáis. He perdido el apetito -y apartó su silla y se alejo saliendo de la sala.
-¿El capitán? -La reina miró a su hijo.
-Bueno, él lleva el carruaje -se encogió de hombros -Y una de tus damas les acompaña.
-¿Has mandado ya una carta a los Duques de Bedford con la petición para celebrar el cumpleaños de Davinia en la corte? -Alisa miró a su esposo y al ver que el no respondía entrecerró los ojos -Robert.
-Soy el rey, no tengo pedir a nadie que me permita celebrar una fiesta en mi palacio -y al ver que ella seguía mirándole suspiró -La enviare, cuando quede el tiempo justo para que MacClain no pueda negarse.
-Se negara igualmente papa -Charles sonrió.
-Pero no tendrá tiempo para impedirlo si llega a lo justo para celebrar junto a su hija -Robert alzó ambas cejas.
Kendrick permaneció sentado en el despacho, con el documento con sus propias letras plasmadas, sin terminar. Lo leyó una y otra vez y aunque tenía exactamente las palabras que iba a escribir, no lograba acabarlo.
Dejó la carta sobre la mesa, tomó la pluma y muy despacio su mano se movió escribiendo cada letra y cuando acabó se aparto unos centímetros, mirando el nombre escrito con su propia letra. Lady Hemsley.
Y un nudo se estrujó en su garganta y antes si quiera de pensar lo que estaba haciendo, tomó el documento y lo rompió haciéndolo trizas.
Se levantó de su lugar y pasando las manos por su pelo, caminó por la sala hasta pararse junto al ventanal, mirando al exterior. Y como si algo lo llamara, sus ojos se centraron en el caminó por el que el carruaje que guiaba el Capitán Swanson se acercaba a palacio.
Se giró rápidamente y chochó con la columna que sostenía una estatua de mármol, que se tambaleo haciendo que la estatua cayera. La cogió rápidamente, observándola con el ceño fruncido, en sus manos. La colocó rápidamente en su lugar y atravesó la sala, saliendo del despacho dando un portazo sin importarle haber sobresaltado al guardia que pasaba en ese instante por alli.
Recorrió el pasillo, hasta verla al fondo. Estaba alli, caminando entre risas, con el rostro girado hacia el Capitán, sonriéndole.
-¡¡Davinia!! -el gritó salió de sus labios sobresaltándose a si mismo y haciendo que ambos le miraran sorprendidos. Tosió levemente y se tranquilizó, caminando hacia ellos con paso calmado, obligadandose claro. Se paró ante ellos y asintió al Capitán, para después mirarla a ella -¿Has disfrutado del picnic?
-Mucho -y ella respondió asintiendo y volvió a mirar al capitán.
-De nuevo gracias Oliver -y ella alzó la señalando a la dama de la reina que estaba tras ellos con un ramo silvestre de flores en sus manos -Y gracias de nuevo por parar en el camino de regreso para que recogiera algunas flores.
-Ha sido un placer -El Capitán dio un paso atrás y se inclinó -Para lo que necesite señorita -y después se alejó colocando bien el cinto de su espada.
-Margaret -Davinia se giró hacia la dama -¿Puedes ponerlas en agua en mi habitación por favor? -y al ver que la mujer asentía, le sonrió -Gracias por acompañarme.
-¿Te ha acompañado? -Kendrick preguntó observando a la mujer marcharse con las flores.
-Claro -Davinia le miró unos segundos y después fijó la vista al frente y comenzó a caminar -Con permiso.
-¡Espera! -Kendrick la siguió, interponiéndose en su camino -Deja esto por favor. Tú no eres así, tu eres dulce, tímida...
-Quizás no me conozcas Kendrick -y ella respondio mirándole a los ojos.
-¿Que estás haciendo? -los ojos de él se centraron en los de ellas, sintiéndose traspasados por su frialdad, por la fuerza con la que ella se contenía para no mostrar ningún sentimiento. Cuando siempre mostraba dulzura, alegría, ahora no había nada, no hacia él.
-Estoy siguiendo adelante Kendrick -y el pudo ver cierto dolor reflejado en sus ojos, pero pronto fue sustituido por la determinación. -Voy a olvidarte. Dejare de amarte Kendrick Algart. -y el rostro de ella y esas palabras, se le grabaron en lo más profundo de su alma, entonces ella paso por su lado -Si me disculpas, tengo que arreglarme para un baile.
Un baile. Un baile que hace semanas el tenía planeado a la perfección. Era el baile en el que los nobles hablaban con los padres y tutores, pidiendo la mano de sus hijas, el penúltimo baile de la temporada. Dejando el próximo, el baile de mascaras para celebrar los compromisos que habían surgido esta temporada.
Y el había planeado hablar con Lord Hemsley, pedir la mano de su hija.
Pero esa noche, cuando Kendrick Algart había llegado a la sala principal de palacio y pronto se había visto arrastrado por Lady Hemsley hacia donde se encontraba su padre, se había limitado a saludarle y hablar de algunos temas del reinado, en una conversación claramente incomoda tanto para ellos como para los presentes, dejando claro que se esperaba que esta noche se anunciara que Lady Hemsley sería la próxima Condesa.
-¿Estas bien? -Charles se acercó a él cuando consiguió apartarse del grupo y se acercó a la mesa dispuesta con algunos canapés. -Pareces agobiado.
-Todo el mundo me mira -Kendrick respondió tomando una copa de uno de los mayordomos que se paró junto a ellos.
-Todos están expectantes de si el futuro Conde al fin seleccionara a la futura Condesa -Charles se encogió de hombros, llevando la copa a sus labios -Y está claro que la reina abeja está ansiosa porque te decidas a hacerlo esta noche.
-¿Reina abeja? -Kendrick lo miró con el ceño fruncido.
-Si, bueno -el sonrió incomodo -Por el incidente con las abejas en el jardín.
-No había abejas -él suspiró mirando su copa.-La colmena estaba seca.
-Según ella había muchas -rió en voz baja -horribles y agresivas abejas.
-¿Davinia aun no ha bajado? -Kendrick preguntó mirando a su primo.
-¿Eh? -Charles se rascó la cabeza dudoso -Estaba en el salón antes de que tu llegaras.
-¿Qué? -y alzó el rostro, mirando a su alrededor para encontrarla bailando en la sala con Lord Morrinson. Contuvo el aliento viendo como sonreía, mientras él la hacía girar, sosteniendo su mano. -Parece feliz.
-Si, bueno -miró a su primó y suspiró -Yo le tire la colmena a Lady Hemsley a la cabeza.
Y Kendrick giró el rostro hacia él, mirándole sorprendido.
-¿Qué? -se encogió de hombros y señalo a Davinia con la cabeza -Ella me lo suplico, no podía decirle que no.
-¿Qué? -Kendrick volvió a mirarla y después de nuevo a su primo -Pero...¿Como..?
-Me hizo salir el jardín para vigilaros y después subirnos al árbol para escondernos, que por cierto -alzó una ceja mirándole -La enseñaste muy bien. -miró a Davinia y sonrió -Ibais a besaros y ella me suplico que hiciera algo, es lo único que se me ocurrió.
Y Kendrick se quedo mirando a Davinia bailando entre los brazos del Duque de Kent.
-Lord Algart -y Lord Hemsley se acercó a ellos con el brazo de su hija tomado y sonriendo ampliamente.
Y de nuevo se enfrascaron en conversaciones superficiales que duraron toda la noche, ya que decidieron no apartarse del lado de Kendrick, claramente a la espera de una petición formal. Una petición que él tenía planeada y que no quería hacer.
Y horas más tarde, en plena madrugada, Davinia observaba el vestido que había llevado esa noche, depositado sobre el sillón ante el espejo. Volvió a mirar la cama y sabiendo que no lograría dormir, como no lo había logrado en las otras noches, tomó la bata y tras ponérsela salió de su habitación.
Cuando bajó las escaleras, caminó hacia el despacho pero se quedó ante la puerta, observando el resplandor de las velas bajo la puerta, sabiendo, sin necesidad de entrar que él estaba alli.
Su mano se alzó, apoyándose en la puerta y cerrando los ojos.
Mientras en el interior del despacho Kendrick Algart permanecía sentado a la mesa, observando el libro, como lo había hecho la noche anterior.
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