Capitulo 14: Poder
Quemaba.
La piel de su pecho quemaba.
Un dolor tan extraño.
Le ardía la piel y después se expandía, como si la estuviera recorriendo por dentro.
Abrió los ojos, encontrándose con las cadenas ante ella. No estaba, se lo habían llevado.
-¿Irvin? -intentó convencerse a sí misma de que no sentía miedo, pero era una sensación tan extraña. Por primera vez en su vida, se sentía sola.
-¿Asustada Diabla? -la voz llegó a ella, pero no podía verla -Esa sensación que sientes. Es real, estas sola. Nunca antes lo has estado. Sienna siempre te ha visto, siempre te ha cuidado. -escuchó los pasos tras ella -Y ahora. No está.
-¿Que me has hecho? -Ayleen entrecerró los ojos, girando su rostro, intentando verla.
-He oscurecido tu vida. -y los pasos se acercaron mas, hasta pararse ante ella. Y un último avance, le permitió ver el rostro de la mujer. -Veras. Cuando una Meiga crea un lazo afectivo, su magia se extienda hacia esas personas. Las ve, las siente, las protege. Tu siempre has estado rodeada de esa magia. Mucha, he de reconocer. Sienna MacClairs, su hijo Lachlan, Aidan MacCarty, Iona MacCarty, Kyle MacCarty -sonrió -Catriona MacClairs.
-No te diré nada, no te ayudare a llegar hasta Kurgan -Ayleen apretó la mandíbula -Da igual lo que me hagas.
-El Laird MacGabe -rió, caminando por la cueva -Si. Era un buen principio. Tener su aldea, su castillo y a él. Doblegar al Frio -se giró para mirarla de nuevo -pero ahora, ahora te tengo a ti Diabla.
-¿Quien eres? ¿Que es lo que quieres? -trató de permanecer calmada, aunque sus dedos se retorcían alrededor de las cuerdas.
-Yo soy la oscuridad niña, yo soy lo que queda de aquellas a las que tu familia destruyo, yo soy la ultima. Y ha llegado la hora de la venganza, tu familia, tus clanes, pagaran por la destrucción de mis hermanas. -se acercó a ella, mirandola fijamente -Y tu tía Sienna, oh, tu tía, la Madre de las Meigas. Ella sufrirá eternamente su castigo, porque tú, pequeña Diabla, me ayudaras a conseguir lo que necesito. Gracias a ti, llegare hasta Catriona MacClairs, La Poderosa. Ella, será el principio, el principio de la oscuridad y el final de la luz.
-Puedes matarme, porque no voy a ayudarte -Ayleen alzó la barbilla con orgullo.
Los pasos y los gemidos inundaron la cueva y pronto, dos mercenarios aparecieron arrastrando a Irvin por el suelo, hasta dejarlo ante ella encadenándolo de nuevo.
-¿Es el turno de ella? -uno de los mercenarios se acercó, mirandola con una sonrisa y su mano se alzó para tocarla.
-Tócame y te corto la mano -cuando habló, él la miró molesto y la bruja rió divertida. Al ver que él se acercó más, se movió bruscamente, golpeando su cabeza contra la suya.
-¡Joder! -el mercenario se tambaleó hacia atrás -¡Maldita puta! -y alzo la mano y la abofeteo.
-¡No la toques! -Irvin gritó con rabia, escupiendo sangre.
-¡¿Tu no has tenido bastante?! -Se giró hacia él, desenvainando su daga.
-¡Atrévete a tocarle y te meteré esa daga por la garganta! -Ayleen gritó con rabia, tirando de las cuerdas. -¡Asqueroso bastardo! ¡Cobarde!
-Deslenguada, altanera, totalmente incontrolable -la bruja habló sonriendo, acercándose a ella, para alzar la mano y apartar la sangre que brotaba de su labio -La sangre de tu padre, del Diablo. -y llevó el dedo a su boca, para probarla.
-Me encontraran y mi tía te quemara, como hizo con tus hermanas -Ayleen la miró con odio, viendo como el comentario la enfurecía.
-Pensaba dejarte descansar un poco antes de empezar, pero viendo que no va a ser fácil que cooperes. -alzó la mano y la coloco en su garganta -¿Hablas de fuego? No deberías hablar de algo que no has experimentado.
-¡¡¡¡Ahhhggggg!!! -el grito de Ayleen recorrió cada parte de la cueva, mientras sus brazos se tensaban y sus piernas se desvanecían, cayendo su peso, quedando solo sostenida por las cuerdas que ataban sus muñecas.
-¡¡Déjala!! ¡Ayleen! -Irvin gritó, ignorando el golpe que recibió del mercenario.
-Ahora, te dejare un tiempo para que reflexiones y pienses si pondrás de tu parte -y se giró y se marcho.
Tierras MacClairs
-Mama -Catriona MacClairs se paro en la puerta de la sala mirando a su madre, caminó despacio hacia ella.
-Puedes verla -Sienna extendió la mano tomando las de su hija, de ya doce años -Dime cariño, ¿que has visto?
-La prima Ayleen está en una cueva oscura, esa mujer ...-Catriona frunció el ceño -¿Por que le hace daño?
-¿Quien es? ¿Que puedes ver de ella? -Sienna alzó la mano, acariciando la mejilla a su hija.
-Esta oscura -los ojos de Catriona se encogieron.
-¿La cueva? -Lachlan preguntó, dando un paso adelante, pero su padre colocó la mano en su hombro.
-No -y la pequeña miró a su hermano y después a su madre -Su alma, esta oscura.
-Bien cariño -Sienna abrazó a su hija, al ver el miedo reflejado en sus ojos y después miró a su marido. -¿Por que no vas con tu hermano a tomar algo a la cocina? -miró de reojo a Dougal.
-Ven enana -y el se acercó rápidamente y pasó el brazo por sus hombros.
-¿Es una de ellas? -Niaj se acercó a su esposa.
-Creo que si -y por primera vez, Sienna respondio sin saber.
-Pero, ¿como? Están muertas, nosotros...-él paso la mano por su pelo y al ver el miedo reflejado en el rostro de su mujer, la abrazó -Todo estará bien. Estamos juntos en esto, como siempre.
-No, no será como siempre -las lagrimas descendieron por las mejillas de Sienna -No puedo verla, no hemos podido verla. No vimos lo que le ocurriría.
-Pero cuando la encontramos...-Niaj paso los dedos por su mejilla.
-Nunca más podremos verla -y cuando Lachlan habló, su padre lo miró -¿No es así madre?
-Nunca podremos volver a proteger a Ayleen -Sienna miró a Niaj a los ojos -La oscuridad guiara su vida, la oscuridad para nosotros. No podremos verla, sentirla. Estará sola.
-Pero Catriona puede -Niaj frunció el ceño -Nuestra hija puede.
-Nuestra hija puede hacer más de lo que podemos imaginar -Sienna respondió cerrando los ojos con fuerza.
Montañas Dunaat Head
-¡¡Eran tus aliados ¿no?!! ¡¡Pues dime por donde se pueden esconder!! -Kurgan gritó molesto.
-¡¡No son mis aliados!! ¡Nunca lo fueron! -Logan MacGanigan avanzó hacia él, siendo frenado por Mitch, que le agarró -¡¡Mi tío negoció con ellos!! ¡No yo!
-¡Ya basta idiota! -Marga se paró ante Kurgan mirándole furiosa -¡Nadie más que yo quiere encontrar a mi hermana! ¡Pero no vuelvas a insultar a mi marido o a mi clan, porque te cortare la lengua!
-¡¡Suficiente!! -Aclair gritó molestó y todos le miraron. Se acercó a su hijo y colocó la mano en su hombro, viendo como todos se alejaban. -La encontraremos.
-¿Cómo? ¿Cómo? -y Kurgan llevó las manos a su cara -He esperado mucho para tenerla a mi lado y ahora...
-La buscaremos hasta en el ultimo rincón del norte y la encontraremos -apretó el agarre en su hombro.
-Yo debía protegerla y no lo hice -habló con la mirada perdida -No la ven, no pueden verla. ¿Y si...?
-Es la Diabla hijo, Ayleen MacClain -Aclair respondió, observando como Dakgar se acercaba a los otros lobos de sus hijos.
Aidan observo a todos los guerreros, MacCarty, MacGabe y MacGanigan, todos inspeccionando las tierras en busca de Ayleen. Se giró y se adentró en el bosque, sumido por un inquietante silencio.
Se paró a unos pasos, observándole.
-¿Sientes algo? -preguntó, viéndole agachado, con la mano en la tierra.
Kyle no se movió, permaneció alli, inclinado, con la mano sumergida en la tierra, hasta que después de unos segundos, sus ojos se abrieron.
-Nada -se incorporó y se giró a su hermano -es como si este lugar estuviera sumergido en un absoluto silencio. En oscuridad.
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