Capitulo 12: Rosa
Señora -Isobel se sobresalto al ver a una mujer parada en la puerta -El Barón ordeno que le preparara un baño y que trajera su ropa.
-Eh..si -Se incorporo en la cama frunciendo el ceño -¿Que hora es?
-La diez -La mujer abrió la puerta dando paso a los hombres que cargaban los cubos con agua caliente. Observo como la vertían en la gran bañera que había a un lado de la habitación y vio como la mujer se acercaba a verter algunas sales. -Si lo desea ordenare que le tengan el desayuno listo para cuando baje.
-¿Donde está Javrik? -Salió de la cama, caminando descalza hacia la bañera.
-Tenia que informarse sobre todo lo ocurrido estos días que no ha estado. Ha salido con Brodick a recorrer la aldea -se acerco a ella -¿La ayudo?
-¿Te ha pedido que me vigiles? -Isobel alzo una ceja.
-No señora -la mujer reprimió una sonrisa -No hay razón alguna para vigilar a la señora de la casa.
-¿La señora? -abrió los ojos sorprendida -Yo no soy... ¿Ha dicho a todo el mundo que soy su prometida?
-Si -y ella sonrió -Soy Berta señora, estoy al cargo del castillo y su completo servicio.
-Si soy la señora... -Isobel caminó hacia el ventanal y miró al exterior -Bajare en unos minutos.
-Si señora -asintió girándose.
-Y Berta -hablo caminando hacia la bañera -Llámame Isobel.
-Como quiera -la mujer asintió de nuevo y salió de la habitación cerrando con delicadeza.
-No sabes lo que has echó Javrik -sumergió la mano en el agua -Voy a poner tu casa patas arriba. -y dejo caer el vestido entrando al agua y sentándose en la bañera, cerrando los ojos y pensando en todas las formas que tenia para complicar la existencia del Barón Archivald.
-¿Preocupado? -Brodick sonrió, subiendo a su caballo. -Berta habrá logrado calmarla.
-Se que es bueno que le haya dado tiempo antes de verme, pero la verdad temo que me tire un jarrón a la cabeza -el hizo una mueca y suspiro -Llevo todo el día fuera, ni siquiera fui a almorzar. Esta anocheciendo.
-Y quisieras que estuviera acostada cuando llegaras -Brodick rio a carcajadas -Tu padre hizo exactamente lo mismo, desapareció.
-Yo no m estoy escondiendo -el frunció el ceño.
-Lo mismo decía el Diablo -y el negó con la cabeza.
Al llegar al patio del castillo, Javrik desmonto su caballo y frunció el ceño observando la puerta abierta.
Cuando ambos hombres entraron abrieron la boca.
-Disculpe señor -un hombre se disculpo, empujando una pesada alfombra y el dio un salto a un lado, apartándose.
-¿A que huele? -Brodick olisqueo -Lavanda.
-Señor -una de las sirvientas paso ante él con dos jarrones de flores.
-Señor -Otra siguiéndole con candelabros con velas.
-Señor -Berta se acerco sonriendo -Le están esperando en el salón.
-¿Que ha hecho? -el frunció el ceño.
-Algunos cambios señor -y ella se giro regresando a la cocina.
-La alfombra me gusta -Brodick miró la alfombra nueva y después miro a la sirvienta que colocaba un ramo de flores en un mueble junto a las escaleras. Siguió a Javrik al salón -Las cortinas son nuevas.
-Barón -Uno a uno los cuatro hombres que esperaban en el salón se incorporaron haciendo una reverencia.
-¿En que puedo ayudarles? -El frunció el ceño.
-Su prometida dijo que usted se encargaría de pagarnos -uno miro a otro.
-Por las telas -el otro asintió.
-Y las velas y candelabros -el otro asintió también.
-Y las alfombras -y un asentimiento.
-Y los jarrones y las flores -y otro asentimiento.
Brodick se tapo la boca riendo.
-Esta bien -Javrik suspiro y miro de reojo a Brodick -¿Te haces cargo por favor?
-Claro -el asintió.
-Voy a darme un baño -salió de la sala y atravesó la entrada, observando la nueva alfombra que cubría las escaleras. Llego arriba y camino por el pasillo, olisqueando. Toda la casa olía a Lavanda, llego a la puerta de su habitación.
-Disculpe señor -Una sirvienta salía de la habitación, con unas toallas en la mano y evitando mirarle.
-Oh -Otra se paro en la puerta sonrojándose -Señor.
-Traed agua caliente para un baño -el frunció el ceño y entro a la habitación después de que ella saliera. Se quedo tras la puerta, con la boca abierta. Su cama era rosa, sus cortinas eran rosas, la maldita alfombra era rosa. Todo era de un tono rosa pastel. Dio varios pasos y fijo la vista en el jarrón, con rosas. Suspiro se giro y vio la mesa sobre la que había un cuenco con nueces. Dio un paso atrás inconscientemente.
-Señor -Uno de los sirvientes entro, cargando un cubo con agua caliente. El hombre se quedo mirando la habitación con la boca abierta.
-¿Qué? -Javrik lo miro molesto y señaló la bañera, que por suerte y tuvo que dar gracias a ello, no era rosa. Tenso, se mantuvo junto a la bañera, observando cómo dos sirvientes mas entraban y tras mirar sorprendidos la habitación, vertían el agua en la bañera. Cuando se marcharon, suspiro, metió la mano en el agua y comprobó la temperatura. Se desvistió y se sumergió en ella, cuando estiro la mano para tomar el jabón, se quedo mirando la mesita. No era su jabón, era un jabón ROSA, a su lado había sales de baños rosas y pétalos de rosas.
Cuando Javrik bajo a la sala, esperaba encontrarse con Isobel, pero no estaba alli.
-Vaya -Brodick sonrió divertido -Que bien hueles.
-A juego con mi habitación-el hizo una mueca.
-¿Tu habitación? -el frunció el ceño.
-Necesito una copa -Javrik camino hacia el despacho.
-Sobre eso...-Brodick volvió a sonreír -Isobel estuvo en tu despacho y...
-¡¿Que hizo?! -y Javrik corrió y abrió las puerta de su despacho rápidamente, suspirando aliviado al verlo igual. -Gracias a Dios.
-Invito a los caballeros que te esperaban para cobrar, a beber tus deliciosos licores -Brodick coloco la mano en su hombro -Me temo que se deshizo de tu alcohol para que no puedas relajarte. -y se giró para marcharse riendo. Y riendo estaba cuando cruzaba la entrada y vio a Isobel salir de la zona de la cocina -Así que Niara te conto su historia con el Diablo.
-Conozco todas las historias de todas las Guerreras -Isobel lo miro fijamente -Deberías estar ayudándome a volver con mi familia, no permitiendo que este aquí en contra de mi voluntad.
-Nadie diría que estáis retenida -Brodick miro a su alrededor riendo -Admito que me estoy divirtiendo, pero dale un poco de margen. -la miró sonriendo -Todos estuvieron de su lado, ya debes haberte dado cuenta. Tus hermanos, tu madre, hasta el Invencible ayudo para que te secuestrara. -hizo una mueca -Puede que tu padre montara en cólera, seguro lo hizo, pero tu madre se encargara de daros el tiempo suficiente.
-¿Suficiente para? -ella entrecerró los ojos.
-Para que te desquites con él y aceptes que te quiere -se giro y caminó hacia la puerta.
Isobel observo la gran puerta por la que él salió, giro el rostro y miro al frente, a la sala, una sirvienta paso junto a ella, llevando la sopera. Cuadro los hombros y caminó hacia la sala.
Cuando entro, vio a Javrik ante ella, parado junto a la mesa, se quedaron observándose en silencio, hasta que ella camino hacia su lugar en la mesa y el aparto la silla para que se sentara. Isobel no le miro, fijo la vista en su plato, donde la sirvienta sirvió la sopa y tomo la cuchara para comer.
Todo estaba en silenció.
Javrik la observaba, y miraba su plato, tomaba una cucharada de sopa y volvía a mirarla y de nuevo a mirar su plato, tomaba otra cucharada y la miraba. Cuando la sirvienta retiro los platos, ella permaneció recta, sentada en su lugar, mirando al frente, sin girar el rostro para no verle.
El silencio se rompió por el golpeteo de los dedos de Javrik en la mesa, claramente nervioso. Entro Berta, con el sungo plato y lo sirvió. Javrik tomo el tenedor y cuando miro su plato, se rostro se contrajo. Carne asada con nueces.
Cuando alzo el rostro, vio que ella le estaba mirando. Isobel le miraba sin reflejar nada en el rostro. Javrik la miro unos segundos y sin apartar la vista de sus ojos, tomo un trozo de carne, con una nuez y las llevo a su boca. Los ojos de ella se abrieron levemente, observándole.
-¿Que haces? -La voz de Isobel se escucho en apenas un susurro.
-Comer -y el volvió a llevar otro bocado a sus labios, mirandola -Esta bien, mi habitación es rosa, de acuerdo, dormiré allí, mi jabón es de rosas, de acuerdo oleré a rosas, has gastado un dinero considerable en cambiar la casa, bien, es tu casa también y tu dinero, decides que la comida lleve nueces, me la comeré.
-¿Por que? -Isobel observo como el tomaba otro trozo de carne.
-Porque estas aquí, porque estas en mi casa y a mi lado. Estas enfadada lo se, me merezco lo que hagas, pero estas aquí. Tengo una oportunidad y no la dejare pasar. Si quieres vengarte por todo, adelante, lo acepto. Pero estas aquí. -la miro a los ojos -Dame una oportunidad, disfruta a mi lado, habla conmigo, pasea conmigo, cabalga a mi lado. Déjame demostrarte como puede ser nuestra vida, no me importa, si es con nueces incluidas. -y el llevo otro bocado a sus labios.
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