Sí, definitivamente las duchas son lo mejor para desestresarme. Suspiré relajada mientras me secaba el cuerpo y luego enredarme la toalla por el cuerpo para salir del baño en busca de mi ropa que dejé sobre mi cama. Pero me sobresalté cuando vi a Jean apoyado contra la pared.

-Diosa... Me asustaste.

Noté como pasaba su mirada por mi, haciéndome apretar mi agarre en la toalla, sentí mis mejillas enrojecer. Él finalmente me mira al rostro.

-¿C..Cómo entraste? - pregunté.

Jean suspira y se despega de la pared para acercarse a mi. Mi corazón se acelera al tenerlo tan cerca que tuve que retroceder un paso por si lo alcanzaba a escuchar.

-Te recuerdo que tu puerta no está...

Parpadeé un par de veces al recordarlo. Era verdad... estaba hecha cenizas... el baño me relajó hasta tal punto que olvidé ese detalle.

-Además, tu madre me dejó subir y... acompañarte...

-A..Ah... - murmuré.

Aparté la mirada por sentirme avergonzada, pero no incómoda, aunque él volvió a hacerme mirarlo; me veía a los ojos con mucha intensidad y un brillo desconocido para mi en sus ojos.

-Eres hermosa...

Se acerca a mi rostro, yo automáticamente levanté la cabeza, estirando el cuello, ambos miramos nuestros labios antes de unirlos, cerrando nuestros ojos. Fue más intenso que las otras veces, sus labios realmente eran una tentación... Llevé mis manos a su cuello y él las suyas a mi cintura. Retrocedí hasta que mi espalda golpeó la pared y yo solté un jadeo que se ahogó en su boca. Él aprovechó eso para meter su lengua en la mía y acariciar mi lengua con la suya. Estaba en el paraíso...

Una de sus manos acarició mi cintura y bajó por mi cadera, automáticamente levanté una pierna para que él no dejara de acariciarme. Aunque al final sujetó mi pierna por debajo de mi rodilla y la mantuvo pegada a su cintura. En algún punto sentí el viento golpear mi cuerpo pero no presté atención, en su lugar seguí disfrutando del beso que rápidamente se volvía aún más intenso.

Jean se separa pero para bajar a besar mi cuello, jadeé de nuevo y apreté mis uñas en su cuerpo. Sus manos erizaban mi piel hasta hacerme sentir extraño en mi vientre y más abajo... Pero la preocupación me invadió, no me sentía completamente lista en realidad... Así que quise detener esto antes de que no pudiera hacerlo después...

-Jean... - intenté llamarlo pero sonó como un gemido, que me hizo sonrojar pero a él lo encendió más, probé de nuevo -. Jean. Espera... Aún no... Ah~...

Mordió mi cuello antes de que pudiera detenerlo, fue como un choque eléctrico y placentero para mi, pero seguía sintiéndome insegura de querer seguir. Tomé fuerza y lo aparté un poco para que me viera y dejara hablar.

-Jean, espera, ¿si? Yo... aún no creo sentirme lista para esto... además... no hay puerta, ¿recuerdas?

Él se endereza, libera mi pierna y mira hacia la puerta, por suerte no había subido nadie... Suspira pegando un brazo a la pared y dejando caer su frente en mi hombro, sentí y escuché como se reía un poco.

-Es cierto... - besa el hueco de mi cuello -. Lo siento, me dejé llevar.

-No te preocupes, yo también...

Él levanta la cabeza y me mira a los ojos sonriendo de lado.

-Está bien, te dejaré cambiarte, entonces. Por cierto... - me agarra la barbilla -. Dejaste caer la toalla, preciosa.

Abrí los ojos de par en par, el me suelta y yo mire hacia abajo. Solté un chillido y me apresuré a agarrarla de nuevo mientras él se aleja riendo un poco y saliendo de la habitación.

Me apresuré a cubrirme, agarrar mi ropa y entrar al baño de nuevo para vestirme. Tenía que hacer caso a ese frío en mi cuerpo... ¡Diosa, que pena... ! Me miré en el espejo para ver que tan roja estaba pero me concentré en el rojo e hinchazón de mis labios por aquel intenso beso.

Espero que los demás no lo noten...