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Capítulo 20

La bruja abre la puerta cuando los padres de Traicie llaman a esta, ella nos mira y luego a Traicie en mis brazos.

-Adelante.

La madre de Traicie me mira y me da el paso primero. Entré siguiendo a la bruja quien apunta a un sofá.

-Déjala ahí mismo.

Asentí y eso hice, dejé delicadamente a Traicie en aquel sofá y me alejé para que la bruja pudiera revisarla. Deja su mano sobre la cabeza de Traicie sin tocarla y la pasa por encima, entonces ve como otra herida aparece en su brazo y se levanta.

-¿Qué? ¿Qué tiene? - pregunta Leyla.

-El hechicero que la maldijo era poderoso... sabía lo que hacía y porqué lo hacía - la bruja agarra algunas cosas -. Matarlo no fue suficiente, hay que destruir lo que él creó.

-¿Y qué hizo... ? - cuestioné.

-Creó una fractura en la personalidad de Traicie, y separó a su parte malvada, dándole forma, conciencia y pensamiento... Básicamente creó a la versión oscura de Traicie.

La bruja deja caer sobre Traicie una especie de pólvora, presenciamos como se creaba algo como una cúpula sobre ella pero desaparecía.

-Un campo de protección, por si acaso...

-¿Cómo terminamos con eso? - pregunta Tanner.

-No podemos.

-¿Qué? - la miré rápidamente pero ella levanta una mano para que la dejara terminar.

-Es Traicie quien debe hacerlo, y ya lo está intentando.

-¿Qué quieres decir? - pregunta Shane.

La bruja levanta una mano y crea una especie de humo rojo que comenzó a hacer figuras gracias a ella.

-Traicie y su otra personalidad están peleando en su mente ahora mismo - las figuras se mueven a corde a lo que dice -. Pero no será sencillo, porque ambas son la misma... así que tienen el mismo poder, sabiduría y fuerza. Es una batalla probablemente infinita, dependiendo de la fuerza de voluntad de Traicie.

El humo desaparece y nosotros, todos, nos miramos un momento, confundidos, preocupados y sin saber que hacer.

-Claro que... la única diferencia entre ellas es que una está completamente sola... la otra no - me mira -. Y siento una conexión muy fuerte que podría ayudarla.

-¿Yo? ¿Es en serio?

-Nada es igual a la conexión de Mates, eso todo el mundo sobrenatural lo sabe. Podrás apoyarla, mas no podrás interferir en esa pelea... Si es que piensas pelear tú en su lugar. No puedes tocar a la otra Traicie.

Me quedé en silencio, tenía algo de esperanzas ya que podría ayudarla... pero no sabía que hacer para eso, no puedo estar físicamente con ella, ¿cómo la ayudo entonces?

-Tienes que decidirte rápido. Traicie se dará cuenta que no ganará la pelea y dejará de intentarlo.

Abrí los ojos de par en par pero miré a sus padres, ellos me miraban suplicantes pero Leyla suspira profundo y toca la cabeza de Traicie acariciandola.

-Lo haré.

La bruja asiente y me indica dónde debía colocarme. Me senté en el suelo, junto a Traicie. Sarahí se coloca frente a ambos y hace retroceder a los demás antes de apoyar sus manos en nuestras cabezas. Cerré los ojos, comenzando a sentir algo extraño... y entonces una luz cegadora hace que cierre los ojos.

-¿Qué... ?

Escuché un par de rugidos y gritos de una pelea a lo lejos. Abrí los ojos y dejé que estos se acostumbren al lugar, era extraño... no sabía dónde estaba pero sí pude verlas... a ambas personalidades. Quise ir hacia ellas pero sentía que en lugar de acercarme, me alejaba.

-Intenta llegar a Traicie... aún no podrás físicamente. Usa su conexión y hazla más fuerte... hasta llegar a ella. - escuché la voz de la bruja.

¿Y cómo sé yo como hacer eso? Resoplé pesadamente pero cerré los ojos y traté de llamar a Traicie.

Narra Traicie

-Ríndete, no hagas de esto más largo.

Resoplé cansada, al igual que ella... No lo entendía, éramos exactamente iguales. Mis poderes, mis técnicas, mi fuerza... todo de ella era igual a mí... pero a la vez... Ella podía ser más fuerte, podía hacer aparecer cosas. ¿Cómo podía hacerlo y yo no? Apreté los dientes y fui de nuevo en su contra, lancé golpes, esquivé, bloqueé... pero ella hacía lo mismo. Me estaba desesperando no poder ganarle.

Mi cuerpo temblaba por la impotencia, no podía ganar... no era capaz de hacerlo...

-¿Qué ocurre... ? ¿Te diste cuenta de que no puedes vencerme? Este es mi reino, yo mando en este lugar. Solo me falta... que tú desaparezcas. Así gobernaré allá afuera, tomaré control de la manada, luego de las demás

Se me acerca rápidamente y me golpea hasta hacerme rodar por el suelo.

-¡Me volveré la Alpha de todos hasta de los demás seres! ¡Seré la más poderosa que haya existido en este mundo y nadie podrá oponerse a mis órdenes! - intenté levantarme pero ella pisa mi cabeza -. Ni siquiera... tú.

Apreté los dientes y cerré los ojos con fuerza por el dolor de la presión en mi cabeza.

¿Y si tenía razón... ? ¿Y si no puedo vencerla... ?

Dejé de luchar al fin, ella sonríe y aparta su pie para agarrarme por el cuello y levantarme. Yo dejé caer mis brazos a ambos lados. Me rindo. Ella misma lo dijo... solo estaba alargando lo inevitable... no puedo hacerlo. Perdónenme papá... mamá... Shane y Jean... No soy la Alpha que piensan.

-Se acabó. - levanta su mano sacando sus garras.

Cerré los ojos esperando ese momento en el que finalmente mi propia yo... acabara conmigo.

-Por favor, Traicie... ¡No te rindas!

Una extraña sensación me invadió, abrí los ojos de golpe, agarré la mano de ella antes de que me matara y pateé su pecho para soltarme pero sin darme cuenta la lancé con fuerza hasta alejarla de mi haciendo que atravesara una montaña de este bioma que ella había creado. Caí apoyando una rodilla y respirando agitada.

-¿Qué... ? ¿Qué pasó... ? - miré a todos lados -¿Jean?

-Tú... - mi otra yo se levanta molesta -¡Te habías rendido!

Fruncí los labios mientras la miraba levantarse con los huesos rotos, se los colocaba de nuevo en su lugar como si nada.

-Traicie... Tú puedes hacerlo.

Abrí los ojos de par en par por segunda vez, era la voz de Jean... definitivamente, ¡era su voz!

-¡Agh! - mi otra yo se lanza a atacarme en su forma lobuna, yo la esquivé un par de veces y luego pude darle un golpe más fuerte que la lanza de regreso.

-¿Qué... ? - miré mis manos pero entonces vi un par diferente y brillantes apoyarse sobre estas -¡Huh!

Al levantar la vista me sorprendió verlo... a Jean. Me sonríe y apoya una de sus manos en mi mejilla, ¿Cómo es que... ?

-Hm. - volteé a ver a un lado cuando mi otra yo vuelve a levantarse y correr hacia mi.

Sentía mi cuerpo pesado... no la esquivaría a tiempo. Pero me sobresalté cuando Jean me sujeta por la cintura y me aleja del alcance de mi otra yo.

-Ya no puedo seguir... Jean, lo siento... - dije, él vuelve a alejarnos de la otra quien crea un agujero tras nosotros.

Mi pie resbala por el borde pero Jean sujeta mi muñeca y me jala hasta él para alejarme, yo respiraba agitada de nuevo.

-Es igual a mí pero controla este lugar... no puedo... Sabe todos mis movimientos y yo...

-Hey preciosa, tranquila...

Vuelve a acunar mi rostro entre sus manos, me sonríe y besa mi frente haciéndome quedar paralizada por la sorpresa.

-No te preocupes más... te dije que no tienes porqué hacer esto sola. Ahora me tienes a mi para ayudarte y lo haré.

-¿Cómo... ?

Mi otra yo corre hacia nosotros nuevamente, estaba que echaba humo por la nariz de lo molesta que se había puesto al ver a Jean aquí.

-No puedo pelear contra ella... - sinndarme cuenta, mi mano se eleva con rapidez y fuerza hasta golpearla, entonces noté la mano de Jean bajo la mía, se había colocado tras de mi y ahora me sujetaba la cintura con su otra mano -. Pero puedo guiarte...

Lo miré, pero mi cuerpo parecía moverse solo teniendo el cuerpo de Jean tras de mi. Cuando mi otra yo se vuelve a su forma humana y vuelve a intentar atacarme, mi cuerpo se defiende y la ataca a ella con movimientos que no pudo predecir.

-Ella te conoce porque es tú, tu versión malvada... Tu segunda personalidad.

Por eso no podía derrotarla... somos la misma persona pero nuestra diferencia es que ella gobierna el lugar.

-Pero no conoce mis movimientos. Te guiaré pero prométeme que pondrás de tu parte para acabar con esto, necesito que me dejes ayudarte.

-Y..Yo...

-Traicie.

Mi otra yo se vuelve a su forma dragón y ruge a la vez que se eleva. Nos lanza una llamarada pero yo crucé mis brazos y saqué mis alas para cubrir a Jean. Ella no había usado el fuego porque sabe que no puede hacerme daño... Pero al parecer que eso dañará a Jean.

-Está bien. Me dejo en tus manos...

Pude sentir como si Jean se fusionara conmigo, como si entrase en mi como un alma a un cuerpo. Apoyé mi mano en mi pecho, sintiéndolo conmigo... El miedo ya no estaba, me sentía tranquila. Suspiré y le dejé el control a Jean.

Mi otra yo vuela hacia nosotros pero Jean saca las alas y la esquiva, se sube hasta su cabeza de un salto y la golpea contra el suelo. Ella se levanta y nos gruñe pero Jean espera su siguiente movimiento, mi otra yo se vuelve a su forma lobuna y corre hasta nosotros. Jean no la esquiva, sino que espera hasta que llegue y al final da un giro para tomar impulso en la patada que le dio en el costado.

Ella suelta un alarido mientras cae al suelo y el lugar se transforma abruptamente, Jean la golpea de nuevo en la cabeza y la deja sin poder seguir... noté que el lugar ahora era un prado hermoso con flores por todos lados...

-Es tu turno, Traicie.

-¿Qué debo hacer? - pregunté.

-Calmarla...

Jean se aleja de mi dándome el control de nuevo, lo volteé a ver pero me sonríe y asiente. Suspiré y me acerqué a mi otra yo, ella se volvió a su forma humana, apretaba el puño y lo golpeaba contra el suelo.

-¡No es justo! ¡Él no debía estar aquí! ¡Teníamos que estar igual de solas... ! ¡No lo necesitamos, no necesitamos a nadie!

Me detuve de golpe al darme cuenta de una cosa... Lo que ella decía, era lo que alguna vez yo creí... Volví a acercarme cuando vi lágrimas en sus ojos, estaba molesta y frustrada.

-No - me agaché hasta ella -. No debemos estar solas.

-¡Sí debemos! Ellos solo piensan que nosotras no podemos hacer nada y que siempre saldremos heridas, odio eso. ¡Me subestiman por completo!

-¿Lo dices porque nos preguntan si estamos bien? - asiente apretando los dientes.

-Es... molesto... ¡Lo odio!

Apoyé mi mano en su hombro, pero lo hice delicadamente.

-Ellos solo se preocupan por nosotros, no podemos evitarlo. Admite que nosotras no somos tan fuertes como crees... aún nos falta aprender y entrenar más. No somos invencibles, ni las más poderosas... pero esa puede ser nuestra meta, ¿no lo crees?

-Para ser las más fuertes debemos de deshacernos de lo que nos hace débiles - mira a Jean -. Tu amor por él te hace débil, y si algo le pasa sería una forma de matarnos...

-Ahora tú eres la que subestima a otros. ¿Crees que morirá fácil? Claro que no, si hasta pudo contigo.

Ella hace una mueca apartando la mirada.

-Porque estaba en tu cuerpo solamente...

Me reí sin poder evitarlo, y eso llamó su atención. Me mira mientras yo calmaba mi risa y negaba con la cabeza.

-Te equivocas en algo, la gente que amamos no es una debilidad... es nuestra razón para ser fuertes. Querer protegerlos y no abandonarlos nos motiva a seguir luchando y a seguir mejorando. ¿Intentaste verlo de esa forma?

Niega bajando la cabeza, pero yo la levanté de nuevo con mi mano en su barbilla y le sonreí.

-Eres muy fuerte, he de admitirlo... pero seremos más fuertes si trabajamos juntas.

Se queda mirándome pero cierra los ojos y pude sentir como asentía levemente. Yo la abracé sorprendiéndola, pero se relaja y pude sentir cuando su cuerpo desapareció, pero ella había vuelto a unirse a mí. Pude sentir como aquel vacío se llenaba, ella era la pieza que sentía que me faltaba. La había recuperado...

Me levanté apoyando mi mano en mi pecho y sonriendo ampliamente. Entonces escuché a Jean acercarse así que me giré y fui hacia él.

-Buen trabajo... Lo hiciste muy bien.

-Tú me ayudaste, si no hubiera sido por ti... no habría podido ganar.

Él apoya su mano en mi mejilla limpiando con su pulgar una lágrima que se me había escapado. Se acerca a mí y junta nuestras frentes.

-Es hora de volver...

Asentí levemente, ambos miramos a todos lados, realmente era un lindo lugar... muy tranquilo... pero todo se vuelve brillante y dejé de sentir a Jean a mi lado.

-¿Jean... ?

Miré a todos lados pero lo único que podía ver era blanco. Corrí sin dirección, ni siquiera sabía si me movía.

-¡Jean... !

Abrí los ojos de golpe a la par que me sentaba repentinamente. Mi respiración era agitada como si no hubiera respirado por bastante tiempo, pero alguien me acaricia la espalda y me abraza.

-Cariño... tranquila... - era la voz de mamá. Miré a un lado para verla.

-¿Mamá... papá... ? - ellos me sonríen, Shane se acerca igual sonriente de verme mejor.

-¿Cómo te sientes, hermanita... ?

-Yo... - me costó responder, hasta que sentí una mano en mi rodilla y al mirar vi a Jean.

Toda tensión o presión se alivió al instante, lo miré suspirando tranquila y sonreí.

-Bien... Estoy bien... - murmuré.

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