Es de noche en Surrey, vemos dos búhos en el letrero de la calle "PRIVET DRIVE"  se encuentra una calle que separa casas de ladrillos marrones de aspecto muy idéntico. Una de las lechuzas vuela para revelar a un anciano con túnica carmesí, y larga barba blanca plateada llamada Albus Dumbledore camina por un bosque cerca de la calle. Saca su delimitador y lo activa. Dumbledore apaga toda la luz de las farolas. Guarda el dispositivo y un gato maúlla. Dumbledore mira al gato, que es un gato atigrado y está sentado en una repisa de ladrillos.

–Debi suponer que estaría aquí... Profesora McGonagall.–Dijo Dumbledore hacia el gato maúlla, olfatea y la cámara gira hacia la pared. Vemos que la sombra del gato se transforma en una mujer con sombrero de copa. Hay pasos y Minerva McGongall se revela. larga barba blanca plateada llamada Albus Dumbledore camina por un bosque cerca de la calle. Saca su delimitador y lo activa. Dumbledore apaga toda la luz de las farolas. Guarda el dispositivo y un gato maúlla. Dumbledore mira al gato, que es un gato atigrado y está sentado en una repisa de ladrillos.

–¿Que tal?, profesor Dumbledore. ¿Son ciertos los rumores, ¿¡Albus!?–Pregunto la profesora McGonagall, esperanzada.

–Temo que sí, profesora los buenos y los malos.–Le respondió Dumbledore.

–¿Y los pequeños?.–Pregunto la profesora.

–Hagrid los traerá.–dijo el director.

–¿Y fue prudente confiarle a Hagrid algo tan importante como esto?–McGonagall.

–Ah, profesora a Hagrid le confiaría mi vida.–Dijo Dumbledore seguro de sus palabras.

A lo lejos se escucha un sonido de motor, y los dos profesores miran hacia arriba para ver una motocicleta volando bajando del aire. Patina en la calle y se detiene. Un hombre grande con cabello negro hasta los hombros y barba llamado Rubeus Hagrid, se quita las gafas.

–Profesor Dumbledore, Profesora McGonagall.–Dijo Hagrid, sacándose sus gafas de su equipo de moto.

–¿No tuviste ningun problema, Hagrid?.–Pregunto Dumbledore.

–No, señor. Los pequeños se quedaron dormidos justo cuando volamos sobre Bristol. Je. Intente de no despertarlos, con cuidado.–Hagrid le entrega a los bebés envueltos en un paquete a Dumbledore.

–Albus, ¿cree usted que sea seguro dejarlo con estas personas? Los vigile todo el tiempo Son la peor clase de muggles imaginables. Lo digo enserio.–Dijo la directora disgustada ya que observó a la familia todo el día.

–Es la única familia que tienen.–Dijo Dumbledore, Se detienen frente a una casa que está en el número 4 de Privet Drive.

–Estos chicos serán famosos. No habrá unos niños a si en nuestro mundo que no sepan sus nombres.–Dijo orgullosa de los bebés, Mcgonagall.

–Exacto, Es mejor que crezcan alejados de todo eso. Hasta que estén listos.–Dumbledore coloca a los bebés en el suelo lentamente. Hagrid solloza, un poco. Se aclara la garganta.

–Ya, ya, Hagrid. No es una despedida, recuerda.–Dumbledor consuela a Hagrid, y este  asiente. Dumbledore toma una carta y se la coloca a los bebés, que ahora están al pie de la puerta.

Dumbledore: Buena suerte ... Harry y Elena Potter.–El bebé tiene una cicatriz en forma de rayo en la frente y la niña tiene la cicatriz en la muñeca derecha La cámara hace zoom lentamente hacia ambas cicatrizes que brillan intensamente e inmediatamente parpadea, pasando a un cielo nuboso tormentoso.