Narra Elena...

Nos encontrábamos con mi hermano durmiendo en un armario que estaba debajo de la escalera, el lugar era muy pequeño y menos mal que entrabamos, Harry encendió la luz.

—¡Vamos arriba levántense!.–Nos despertó los gritos de tía petunia. Y sus golpes insistentes en la puerta. —¡Ahora!.—Termino de gritar.

—Cinco minutos más.—Dije dándome vuelta y tapándome ya que dormía con Harry en el pequeño armario debajo de las escaleras, Harry se despertó y se colocó sus gafas.

—Buenos días!.—Me saludo sentado en el colchón.

Me gire tapándome pero no podía ya que mi primo corria sobre las escaleras y retumbaba y larga a polvo me destape y mire a mi hermano.

—No lo aguanto.—Dije en susurros.

—¡Despierten, vamos a ir al zoológico!.—Dijo este volviendo a correr por las escaleras y saltar, a carcajadas de su parte Harry intento salir pero este lo empujó haciéndolo caer de nuevo y de una patada cerro la puerta.

—¡Iremos a ver a su familia!.—Le dije a Harry en chiste ya que vivir con nuestros tíos es un infierno.

Salimos del pequeño cuarto y fuimos directo a la cocina.

—¡Ah, ya llegó el niño del cumpleaños.—Dijo petunia a su hijo.

—Feliz cumpleaños, hijo.—Los felicito su padre, Petunia y Dudley se ríen juntos. Harry entra en la cocina, Harry entra vestido con ropas muy grandes una camisa a cuadros azul oscuro y un pantalón negro, y emma bueno ella según ella estaba ridicula con ese vestido de princesa y sus dos colitas bien apretadas.

—¿Por qué no intentas hacer el desayuno y tratas de no quemar la cocina?.—Le dijo molesta y desagradable, mientras abrazaba a su bebito, le tapo los ojos.

—Sí, tía Petunia.—Me miro y se fue a la cocina.–Harry luego se pone a cocinar el tocino.

—Y tu.–Me señalo.—Ayudalo a servir y no rompan ninguna de mis vasijas.

—Con permiso.—Dije tratando de ser respetuosa y me aserque a un mueble dónde tenían diferentes vasijas con sus juegos de platos y vasos.

—Quiero que todo salga a la perfeccion en el día especial de mi Dudley.—Comento su madre.

—¡Rapido!, ¡mi café, niña!.—Le apuro Vernon a elena que se estaba tomando su tiempo para colocar las tazas de café en la vasija.

—Sí, tío Vernon.—Avanzo hacia la mesa, colocando despacio las tazas. Petunia lleva a Dudley a la sala familiar, donde hay una gran cantidad de regalos. Dudley mira fijamente.

—¿No es maravillosos, hijito?.—Le pregunto a su hijo.

—¿Dime Cuántos son?.—Prgunto Dudley observando sus regalos.

—Treinta y seis. Los conté yo mismo.—Le respondió esté contento.

—¿Treinta y seis?,¿Porqué?, ¡¡Pero el año pasado tuve treinta y siete !!.—Dudley gritaba desesperado y berrinchudo por qué le faltaban dos regalos.

—Oh, sí,si bueno, algunos de ellos son un poco más grandes que el año pasado.—Le respondió su padre algo nervioso.

—¡No me importa del tamaño que tengan!.–Dudley volvió a quejarse.

—Oh,no no, aremos una cosa cuando salgamos, ¡Te compraremos dos regalos mas!, ¿Qué tal, tarroncito?.—Le dijo tranquilizandolo. Harry y yo nos miramos cansados de la misma escena y rodamos nuestros ojos.

Fuera de la casa por la mañana. La familia feliz se dirige al auto.

—Nos divertiremos mucho, ¿no hijito?.—Le preguntó mientras se subían al auto.

Nos hibamos a subir al auto, pero Vernon nos detiene,  apuntándonos con las llaves.

—Se los advierto ahora, niños, no me provoquen. Cualquier asunto divertido, cualquiera, y no comerán durante una semana. Suban.—Nos advirtió nuestro "querido tío".

En el Zoológico de Londres. La familia está en la casa de los reptiles, mirando un gran constructor de Boa.

—Haz que se mueva.—Advirtio Dudley a su padre este  golpea el cristal de la jaula.

—¡Muévete!.—Ordeno su padre, Dudley golpea el vaso con más fuerza y ​​Vernon hace una mueca de dolor.

—Dudley: ¡MUEVETE!

—¡Está dormida!.—Le dijo Harry.

—Que aburrido.—Dudley y sus padres se dirigen a otro recinto. Harry y Elena se quedan con la serpiente.

—Lo siento por él. Él no entiende lo que es estar ahí tirado día tras día, teniendo gente presionando sus caras feas sobre ti.—Dijo ele hablandole a la serpiente La serpiente mira hacia arriba y parpadea.

—¿Puedes ... oírme?.—La serpiente asiente.—Es solo que ... Nunca antes había hablado con una serpiente.—¿Tú ... quiero decir ... hablas con la gente a menudo?.—Le preguntó Harry, sorprendido La serpiente sacude la cabeza.

—Eres de Birmania, ¿no? ¿Estuvo bien allí, extrañas a tu familia?.—Ele le volvió a preguntar la serpiente gira la cabeza en dirección a un cartel que dice: Criado en cautiverio.

—Ya veo. Esos somos nosotros  Tampoco conocímos a nuestros padres.—Le respondió Ele, la serpiente ahora despierta ha atraído la atención de Dudley. Se acerca al vaso y empuja a Elena al suelo, está lo observó enojada, mientras Harry se asercaba a ella. Y la ayudaba.

—¡Mamá, papá, ven aquí! ¡No creerás lo que está haciendo esta serpiente!.—Dudley pone sus manos en la pared de vidrio. Con su espalda vuelta, Harry lo mira. De repente, el cristal desaparece, lo que hace que Dudley se incline hacia adelante.

—¡Vaya! ¡Ahh! Ahh !!.—Dudley exclamó sorprendido y asustado, mientras cae dentro del recinto de la serpiente, chisporroteando en un charco de agua. Harry y Elena se ríen de lo que vieron. La serpiente sale de la exhibición, deteniéndose frente a Harry.

—Snake: Gracias.—Le agradeció la serpiente a alison, dando una pequeña reverencia hacia los dos muchachos

—Harry/Elena: Cuando quieras.—La serpiente se lanza hacia la salida. Ambos nos miramos sorprendidos ya que el cristal volvió a parecer.

—Hombre: ¡SERPIENTE!.—Hay muchos gritos mientras la serpiente se dirige hacia la libertad. Dudley se levanta para salir, pero el cristal ahora está de vuelta sobre el recinto. Al ver que ahora está atrapado, golpea el vaso en pánico.

—¡Mamá, mamá!.—Exclamo un Dudley, todo mojado y asustado detrás del vidrio.

—¡AAHH!.—Petunia, lo ve en la exhibición.

—¡Mamá, ayuda! ¡Ayuadame!.—Exclamaba lleno de miedo nuestro primo.

—¡Mi querido muchacho! ¡¿Cómo entraste ahí ?! ¿Cómo entraste ahí? ¡Dursley, oh, Dursley!.—Le preguntaba si madre mientras ambos gritaban, Harry y Elena sonríen y se ríen, Vernon se da cuenta de esto y los mira. La sonrisa de los chicos desaparecen, sabiendo que tienen problemas con Vernon.

De vuelta en casa de los Dursley. Entran Petunia y un Dudley abrigado, asegurando a un Dudley angustiado.—Está bien. Todo está bien.—Decia su madre.

Entran en la sala de estar. Entran Harry y Elena, Vernon golpea la puerta y empuja a los chicos contra la pared, tomándolo de los  pelo.

—¡Ay!.—Se quejo Harry.

—¡Au!.—Se quejo Elena.

—¡¿Qué pasó ?!.—Pregunto su tío molesto.

—¡Te juro que no lo sé!.—Exclamo Harry,Vernon gruñe, y miro a Elena.

—¡Un minuto, el vidrio estaba allí y luego desapareció!, Y la serpiente salió de la jaula ¡Fue como magia!–Dijo la niña.—Vernon se burla de esto, empuja a los chicos en el armario debajo de las escaleras y cierra la puerta.

—¡comprende que No existe la magia!.—Cierra la rejilla de ventilación de la puerta.

—tranquilo Harry, cuando seamos mayores le daremos su merecido.—Le dijo su hermana acariciando la espalda de su hermano en apoyo, no estaban conformes en el lugar que estaban.

Un búho vuela a la vista y se posa en una antena de TV en el techo de una de las casas.

A la mañana siguiente, Dudley se encontraba con su uniforme escolar más elegante, posando y sonriendo grandiosamente.

—Awww, sonríe.—Le toma una fotografía. Ella jadea de alegría.

—Vernon, solo míralo. No puedo creerlo En solo una semana te irás a Smeltings.—Dijo su madre orgullosa de su bebé.

—Mi alma materna. El momento más orgulloso de mi vida.—Dice su padre orgulloso

—¿Tendré que usar eso también?.–Llaman su atención hacia Harry.

—¿Qué, tú? ¿Ir a Fundiciones?.–Harry asiente,
cuestionable.

Vernon: ¡Ja!.—Se ríen divertidas.

—Oh, no seas tan estúpido, vas a ir a la escuela pública a la que perteneces.—Va a la cocina y saca una camisa gris en una caldera.—Y esto es lo que te pondrás cuando termine de teñirlo.

—Pero ese es el viejo uniforme de Dudley. Me quedará como pedazos de piel de elefante viejo.–Dijo Harry, Vio como su hermana intentaba no reírse, si no la mandarían a un internado.

—Te quedará bastante bien. Ve a buscar el correo.

Elena luego se dirige al pasillo.—¡Vamos!

Elena sale de la sala de estar hacia el pasillo y toma algunas cartas, una de las cuales tenía sus nombres con la dirección de donde dormía. El tío Vernon y Dudley se sientan a la mesa mientras la tía Petunia está ocupada preparando el desayuno. Harry entra con el correo y se lo da al tío Vernon, luego camina hacia su asiento con su carta.

Vernon Después de leer una postal.—¡Oh, Marge está enferma! Comió un buccino divertido.—Dudley de repente se da cuenta de la carta de Emma y corre a cogerla y dársela a su padre.

—¡Papá! ¡Mira! ¡Elena tienen una carta!.–Comento su priml quitándosela.

—¡Oye, devuélvemelo! ¡Es nuestro!.—Exclamo molesta.

—¿De ustedes? ¿Quién les estaría escribiendo?.–La familia se reúne para mirar la dirección. Hay un sello roto en la carta. La familia mira hacia arriba, Harry y Elena tragan saliva.

Mucho más tarde, otro búho pasa volando con una carta y la deja. En el interior, Vernon agarra un puñado de cartas y las rompe. En el armario, Harry y Elena escuchan un zumbido. Mira a Vernon perforando madera sobre la abertura del buzón.

—No más correo a través de este buzón.—Harry cierra silenciosamente la puerta del armario. Al día siguiente, Vernon y Petunia están afuera de la puerta. Vernon está a punto de irse a trabajar. Petunia besa su mejilla.

—Que tengas un hermoso día en la oficina, querido.–Lo saluda su esposa pero se detiene, mira y ve un montón de búhos.

—¡Shoo!, Largo.–Se da cuenta de algo y le da una palmada a Vernon en el hombro para llamar su atención, y lo que ven son más cartas dirigidas a Harry y Elena.

Más tarde, Petunia está rompiendo unos huevos en un tazón, y lo que en su lugar sale es un carta doblada. Rompe otro huevo, pero también sale otra. Luego rompe otro, pero vuelve a suceder lo mismo.

Mira fijamente la carta y luego oye a los búhos chillar. Llama su atención hacia el exterior de la ventana y lo que ve son cuatro búhos sentados en unas sillas de jardín. Petunia luego grita y sale corriendo.

Mucho más tarde, Vernon arroja cartas a la chimenea. Harry y Elena se asoman a la esquina. Vernon sonríe con maldad y lanza más. Al día siguiente, la familia está sentada, Harry está sirviendo galletas. Y Elena el café.

—Me encanta este día, En mi opinión, no hay como el domingo ¿Por qué es eso, Dudley?.—Cuando Dudley se encoge de hombros y no responde, mientras Harry le entrega una galleta a Vernon.—¿Porque no hay correo el domingo?

—Correcto Harry. No hay correo el domingo. Hoy no hay malditas cartas. No señor. Ni una maldita carta, ni una.—Harry ve una sombra fuera de la ventana. Afuera, hay millones de búhos posados mira a su hermana que está viendo lo mismo

—No, señor, ni uno maldito, miserable ... —Mientras seguia hablando, una carta sale disparada de la chimenea y cruza la cara de Vernon, interrumpiéndolo. Se oye un estruendo y luego millones de cartas salen disparadas de la chimenea. La familia grita de horror mientras Harry mira con asombro

—¡AHH! ¡Hazlo parar! ¡Por favor haz que pare!.–Salta sobre el regazo de Petunia mientras ella y Vernon continúan gritando.

—¡Vete, ahh!.

—¿Qué es? ¡Dime qué está pasando!.–Prehubta asustado Dudley, Harry salta a la mesa de café para tomar una carta. Obtiene una y comienza a huir, su hermana lo sigue, Vernon también se levanta de un salto.

—¡Dame eso! ¡Dame esa carta!.–Vernon Persigue a Harry y lo agarra antes de que Harry entre en su armario.

—Dame la carta Harry.—Exclama su hermana, mientras estira su mano ya que estaba libre, su hermano se la alcanzó.

—¡Bájate! ¡Ahh!.—Vernon refrena a Elena mientras varias cartas comienzan a dispararse por todos lados de la casa.

—¡Ahh!.—Grita Vernon.

—¡Son nuestras cartas! ¡Suéltame!.–Exclama Harry La tabla de madera clavada frente al buzón finalmente se rompe por el exceso de presión de las letras que atraviesan la carta.

—¡Eso es! ¡Nos vamos! ¡Muy lejos! ¡Donde no puedan encontrarnos!.—Dice decidido Vernon ante la situación.

—¿Que dice?, Ya no sabe lo que dice.–Exclama asustado su hijo, Petunia mira con una mirada horrorizada en su rostro, sabiendo que Dudley puede tener razón.

PD: (2144 ESPERO Y LES GUSTE)