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La serafín y el hermano

De nuevo Shiho Kimizuki presencia como su hermana ha sido convertida en un monstruo por los egoístas humanos que solo buscan poder, y la utilizan solo para poder ganar, simplemente no puede seguir viendo como hacen sufrir a su hermana, como la convierten en un asesina sin su consentimiento, siendo su hermano mayor el se siente con el debe de detenerla, salvarla, y eso hará porque la quiere.

Ignora las advertencias de sus compañeros rogando porque no vaya con esa serafín, que lo destruirá si se acerca. —Que tonterías ella es mi hermana.—Responde con una media sonrisa acelera su paso, usa a Kiseki-O para evadir a Yuu que quería detenerlo, ahora es el turno del Kimizuki de luchar por su familia, por su adorada y pequeña hermana, quien sigue atacando gracias a las órdenes que le hacen seguir a la fuerza, gracias a que ese serafín se apoderó de ella causa caos y distracción.

—Mirai.—Pronuncia su nombre apacible lleno de tranquilidad a pesar que con cada paso se esta acercando mas a esa criatura que ha arrebatado tantas vidas de humanos y vampiros, no muestra temor alguno, mantiene una mirada llena de tristeza, pues no pudo proteger bien a su hermana.

El serafín pronto se da cuenta de una presencia, un portador con un demonio. —Que desagradable.—Escupe con odio mirando amenazante a aquel joven de cabello corto rosado quien muestra una leve sonrisa, obviamente lo matará.

¡No por favor no le hagas daño a mi hermano!

Pero no hace ningún movimiento, alguien lo detiene, es Mirai quien con su poca fuerza intenta tener el control de ese serafín, se libera de las cadenas en las que la ha tenido atada, con desesperación y su poca fuerza lo logra, a la vez intenta tener control de su cuerpo pero no puede, lo que esta dentro de ella es mucho más fuerte.

—¡Hermano huye de mi, no quiero herirte!.—Exclama suplicando a su hermano, el abre los ojos con sorpresa al escuchar a su hermana hablar, se pone Feliz y niega con su cabeza la petición que le ha hecho su hermanita, la cual empieza a llorar al ver que el joven de lentes se acerca cada vez más a ella, tiene miedo, miedo de si misma, miedo de dañar a lo único que le queda en este mundo destruido, las lágrimas saladas no paran de escapar de sus orbes dorados, quiere retroceder pero muy apenas es capaz de mantener la conciencia, para la menor es un gran esfuerzo mantener a eso dentro de ella sin que intente sumergir. —¡P-Porque. . .!.—Cierra sus ojos cubre el rostro lleno de esas marcas púrpuras con sus manos, no quiere que su hermano la vea así, siendo un monstruo ella misma se describe así, su apariencia lo que ha hecho, piensa y se gano ese horrible titulo a pulso. —¡Porque no me mataste cuando pudiste!. . .—Le reclama entre sollozos.

—Eres mi hermanita yo jamás podría hacerte daño. —Dijo con una amable voz que la hizo sentir tan querida, pronto los cálidos brazos de su hermano la rodean, la acurruca en su pecho, cuanto había extrañado a su hermano todo este tiempo, su cariño eso si que lo echo de menos, ese abrazo la hace sentir protegida, la hizo olvidar por un instante todo el dolor que ha sufrido y sufre como si esa muestra de cariño fuera una clase de antídoto a ese dolor.—Mirai lo siento yo no pude protegerte. —La voz de Shiho esta apunto de quebrase queriendo llorar junto a la pequeña de cabello rojizo, se siente tan inútil en estos momentos por no poder ayudar a su hermana, pues bien sabe que ella pronto perderá el control.

—Hermanito. . .—Susurra la pequeña Kimizuki, por un momento sus lágrimas amargas cesaron pero volvieron esta vez son de felicidad, aun cuando ha sido una gran carga para el, aun cuando ahora tiene a una hermana asesina, el aun la quiere y protege se siente tan contenta y especial, pronto también sus delgados brazos rodean a Shiho con cariño, un abrazo lleno de amor fraterno entre hermanos, ojalá y eso fuera suficiente para que ella dejé de ser una serafín. . . Ojalá hubiera pasado lo mismo que paso con Yuu y Shinoa, lamentablemente para los hermanos Kimizuki no es así.

El dejo de ser abrazado, ella vuelve a ser encadenada y eso recupera el control del cuerpo de la menor quien trata de liberarse de nuevo, pues su hermano a pesar de darse cuenta que el serafín regreso no se aleja de ella ni deja de abrazar.

¡No. . .!

Pero a pesar que el serafín volvió a tener el control sobre el cuerpo de Mirai sus ojos no dejan de derramar sus lágrimas pero a el a eso no le importa mientras pueda usar este recipiente a voluntad propia no le importa que este lloriqueando.

No le hagas daño es lo único que me queda, mi hermano, te lo ruego serafín.

Inútilmente intenta convencer a eso que no mate a su hermano, obviamente no le hará caso, es un pecador y debe morir por sus pecados. —Muere humano.—Contesta con frialdad aun siendo abrazada por aquel sujeto que ahora le acaricia la cabeza.

—Esta bien Mirai. . . todo esta bien.—Le miente entre lágrimas por supuesto que nada esta bien, hasta el mismo se miento creyéndose sus palabras llenas de optimismo.

Y entonces pasa, una enorme cadena atraviesa el cuerpo de Shiho Kimizuki, la sangre empieza a gotear de su cuerpo, a duras penas se mantiene de pie, no deja de abrazar a Mirai, no le permite a su demonio que lo cure.

¡No, hermano!

Un grito de dolor lleno de agonía resuena en la conciencia del serafín, los sollozos no paran, si ella antes quería morir ahora lo desea y anhela no quiere estar en un mundo donde no este su hermano, pues después de todo solo lo tenía a el que le brindó todo su cariño que hizo hasta lo imposible para mantener con bien, que en ningún momento la daño y solo se dedicó a velar por ella, no habrá ninguna persona en el mundo que haga lo que ha hecho su hermano por una moribunda e inútil como ella.

Yo quiero irme contigo.

La cadena que apenas iba a salir del cuerpo de Shiho no salió, en cambió se iba a profundizar más. —¿Que?.—El serafín quedó atónito ante eso, de nuevo ese recipiente ha tomado el control, lo peor del caso es que usará su arma contra el, destruirá su propio cuerpo esa débil humana, en un abrir y cerrar de ojos la cadena también atravesó el cuerpo pequeño de Mirai, justamente fue en el pecho la sangre se esparció por su ropa, a eso ya no le servía ella, no tenía caso quedarse en un recipiente roto, la liberó, y la cadena que los atravesó desapareció, la pequeña iba a caer en el suelo pero su hermano mayor la sujeto para que no fuera así, Shiho al fin se dejo caer de rodillas sujetando a Mirai, la cual ya no tiene esas marcas en su rostro y cuerpo sus rosados ojos volvieron y miran con amor y ternura a su hermano mayor quien esta muriendo gracias a la herida que se le fue provocada momentos atrás.

—. . . Hermano ¿al fin vamos a poder estar juntos, como familia, ya nadie nos hará daño o separara?.—Pregunta inocentemente la pequeña quien ahora descansa en el pecho del Kimizuki a la vez que el le acaricia su cabello.

—Así es Mirai, ya podremos estar juntos. . . Lejos de este mundo corrompido. —Contesta a su pregunta, manteniendo sus ojos cerrados disfrutando los momentos que le quedan de vida junto a su hermana menor. —¿Te gusta este final que nos tocó?. —Ahora es el quien formula una nueva pregunta, ella sonríe y escucha los últimos latidos de su hermano siendo para ella una hermosa canción de cuna.

—Mientras pueda estar junto a ti. . . no me importa que clase de final sea.—Musita. —Te quiero hermanito. . . Gracias por estar conmigo hasta el final.—Son las últimas palabras que salen de su boca, para que al fin descanse en un sueño eterno.

La única manera de poder conseguir su libertad, dejar de sufrir era la muerte. —Yo también te quiero hermanita. .   Ya, es hora de dormir.~—Dijo Shihou, llorando al ver como su hermana muere entre sus brazos, pero consolándose al saber que el pronto se unirá a ella, pues si su hermana tenía que morir para que el serafín acabará el con gusto la acompañaría a ese sueño eterno, su demonio estaba equivocado después de todo, el no es un egoísta que solo piensa en si mismo, pues ahora mismo esta dando su todo a su dulce hermanita, y el esta contento haciendo eso morir de esta manera no esta tan mal, de hecho es increíble para el piensa el Kimizuki.

El último latido de Shiho Kimizuki acaba, cae completamente en el suelo sin dejar de abrazar a Mirai Kimizuki, su hermana, por la que hizo un montón de cosas de las cuales ninguna se arrepintió de hacer, ya al fin ambos hermanos descansan, son libres algunos dirían de una manera triste al morir tan jóvenes y haber sufrido tanto antes de llegar a la muerte, pero ellos murieron felices al saber que se iban juntos.

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Su primer nombre es Shiho no recuerda porque le llaman por su apellido, esperó les haya gustado.
Tal vez la portada la cambie...

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