"Cuando la vida deja de existir, muchos dicen que ya se terminó, que es el final del camino y nadie puede remediarlo...hasta que desperté...Creí que me tocaría el Cielo o el Purgatorio...No sé, siempre creí en ello, ya que, después de ese accidente, lo último que vi fue ese resplandor y ahora estoy aquí, caminando por los páramos desolados, gélidos y cubiertos por una densa niebla en donde solo el canto de las aves rapaces y el silencio que yace a sus alrededores, es lo único que me da cierto "cobijo". Todo era desolación hasta que, al pasar frente a un Cementerio, notando que allí había tenido lugar una terrible batalla con No-Muertos, destrucción y cenizas por doquier, encontré su cuerpo".

Despertó, de golpe, una chica rubia, ojos rojos pero no traía consigo sus placas de Armadura, en especial en aquella zona donde sostenía sus atributos prominentes. Cuando quiso salir de aquella cama, notó que estaba desnuda y se cubrió con las frazadas su cuerpo.

- Tranquila.- Le dijo una voz.- Te encontré tirada en ese Cementerio. Usé mi Magia para sanar tus heridas. Todavía estabas viva, aunque agonizante. Tus huesos estaban pulverizados, ¿acaso te peleaste contra un elefante?.- Preguntó, atisbando el fuego con un palo seco en la fogata y calentando la comida.

- ¿Agonizando?...- Se preguntó la rubia y de ahí lo notó.- Oh, ya lo veo: El "Héroe de Negro", aquel No-Muerto que fue capaz de darme muerte, ¡lo voy a liquidar ya mismo!.- Juró pero, al salir de la cama improvisada, ésta se cayó, agotada, cubierta por la fatiga.

- Tu cuerpo, todavía, no está en plenas condiciones como para que vayas y pelees. Si vas, acabarás peor que cuando te encontré. Deberías descansar.- Le aconsejé, mientras que pelaba una manzana y le daba una porción.- Come un poco de esto, te dará Vitaminas.

- ¿Qué eres, mi doctor o qué?.- Cuestionó la rubia con seriedad.- ¿Y qué hiciste con mis placas?.

- Están allí. Tenía que quitártelas para poder sanar tus huesos. Ese No-Muerto contra el que peleaste te hizo mierda los huesos del costillar.- Respondí con sinceridad aunque, al decir esas palabras, sentí que ya había firmado mi sentencia de muerte. Pude percibir cómo el filo de una espada se posaba contra mi cuello, casi tocando la vena yugular.

- ¡Me has tocado, debería matarte, cerdo de mierda!.- Me gritó la rubia. Yo suspiré, para qué malgastar saliva, así que no le di importancia.

- Solo te quité las placas. ¿Acaso piensas que soy de esos pervertidos que, en vez de ayudar, estarían manoseando tu cuerpo?. Al menos dame las gracias de que te salvé la vida.- Le sugerí pero no me dio importancia, simplemente se volvió a tapar y a recostar en la cama.

Aún le dolía el cuerpo, por lo que decidí servirle la comida y que pudiera disfrutarla sin problemas.

- ¿Cómo te llamas?.- Le pregunté a la rubia, quien solo se limitaba a comer y a tener la mirada clavada en su espada.- Oh, vamos, no seas así. Tienes una segunda oportunidad para vivir. ¿Qué es lo que te gusta hacer?.

- ¡Jajajaja!.- Estalló de la risa, casi ahogándose con la comida que le había servido.- ¿Una "Segunda Oportunidad"?. Bueno, tengo que agradecerlo de que la obtuve pero ya no tengo a mi Maestro, así que creo que volveré a mi labor de antes. ¿Y sabes cuál es?.- Me preguntó, mostrando sus armas en mano, ya casi recuperada.- El de matar a todo infeliz que se interponga en mi camino. Hacerlos sufrir, que chillen como los cerdos que son y de ahí poder disfrutar de su agonía, lentamente. Tú podrías ser un buen "Pícaro" como yo, aunque te falta mucho con el dominio de las espadas, sinceramente manejas bien la Magia, así que te puedo reclutar.- Me dijo, poniendo su mano en los hombros, acercándome a ella hasta quedar cara a cara.- ¿Y sabes qué?. Tú y yo podremos ser algo mejor que eso: Sí, mejores "Pícaros", mejores "Sicarios". Sembraremos el terror en los inútiles que quieran detenernos. Cuando encuentren a sus queridos "Héroes" muertos de la peor forma, sabrán quiénes somos. Nos temerán, por supuesto y esa es la forma en la que el terror invade los corazones de la gente para despertar el odio que viene después.

- En mi vida anterior no era alguien tan importante.- Dije con sinceridad.-

- Entonces únete a mí, ahora que he vuelto a la vida, seremos inseparables.- Continuó hablando aquella rubia.- Oh, por cierto que nada, mi nombre es Clementine.- Se puso de pie, fue a por su Armadura de Placas, blandió las espadas y sus ojos parecían brillar bajo la luz de la Luna, mientras que me tendía su mano, yo se la tomé.- Y te doy la bienvenida...

- Milos. Llámame Milos.- Me presenté.

- Milos, je, bonito nombre para un futuro sicario, pero así es: Juntos seremos conocidos como "Los Heraldos de la Sombra".

Fin.

[Me había venido de golpe este pequeño One-Shot. Clementine es uno de mis personajes favoritos de "Overlord". Ojala vuelva en las próximas temporadas, merecía un poco más de desarrollo, así que la traje a la vida en esta historia unida a "After The World's Madness".

Espero que les guste, amigos. Cuídense y buen Miércoles de mi parte.].