Capítulo XIX
Capítulo XIX
—Como ya saben, nuestro enemigo ahora es el hijo de Dios. ¿Por qué tuvo que ser de este modo? no puedo conformarme con saber que él fue capaz de aliarse con los demonios. (Miguel estaba muy triste y desilusionado, sin embargo sabía que debía defender a Dios y prepararse para una cruenta batalla) —Como les decía, el hijo de Dios es nuestro enemigo, cuando nos enfrentemos a él, traten de no hacerle daño.
—Lo que nos pides es algo imposible Miguel— dijo Mario.
—Entiendan que no podemos hacerle daño al Hijo de Dios, si hacemos eso le quitaremos lo más preciado a nuestro padre, es mejor que nosotros nos sacrifiquemos a destruir a su hijo.
—Lo siento Miguel, pero esto no es tan simple, el hijo de Dios no solo nos traicionó a todos, sino que juró vengarse y matarnos, y créenos, él no estaba jugando cuando nos atacó, si hubiese podido matarnos lo habría hecho sin titubear, fuimos afortunados de estar al lado de Dios, o ya no estaríamos con ustedes.
—Ustedes no comprenden la magnitud de este problema, no solo para Dios es importante que su hijo no sufra daño, sino para el mundo, esto va más allá de una simple petición que les hago. ¿Ustedes creen que el mundo seguirá siendo el mismo si se enteran que el hijo de Dios les dio la espalda? ¿O si saben que él se alió con los demonios para destruir a su padre? Mis queridos guardianes, hemos compartido cientos de batallas y misiones, y aunque ustedes han perdido la vida en algunas ocasiones, les puedo asegurar que sus almas siempre se volverán a reunir y estarán a salvo junto a nuestro padre, ustedes tienen la oportunidad de reencarnar. Pero no sabemos lo que sucederá con su hijo, no podemos darnos el lujo de dejar que su alma sea devorada por el infierno, eso sería catastrófico.
—Miguel, no seas así con los guardianes. —Padre les ha encomendado la misión de proteger al mundo al igual que a nosotros, no pueden solo vendarse los ojos y hacer como si el hijo de Dios fuese generoso o bueno, siendo que tu bien sabes que él es muy poderoso, y si ahora su corazón está corrompido, es un peligro no solo para Dios sino que para todos. Sabes bien Miguel que él puede destruirnos si así lo desea. Y por lo que veo aquí, creo que en esta ocasión me pondré del lado de los guardianes, ya que si alguien tiene que morir, prefiero que sean los demonios o el mismo hijo de Dios y no alguno de nosotros.
—Pero Gabriel, ¿hermano te das cuenta de lo que has dicho?
—¡Claro que sí Miguel, son ellos o nosotros, esa es la cuestión aquí! Tenemos que idear un plan, es más ustedes pueden ser la carnada.
—¡Estas loco Gabriel! Siempre buscando un motivo para que nos maten, ¿por qué no eres tú la carnada mejor? —Le increpó Mario
—Tranquilos, esto no es de quien se sacrificará primero o después, mi hermano Gabriel no quiso decir eso, él sabe bien que no podemos darnos el lujo de perder a ninguno de nosotros, por eso hay que preguntarle a Dios que debemos hacer.
—Tienes razón Miguel, pero es que...—Delta no pudo terminar la frase porque Alpha le dio una mirada para que se tranquilizara.
Delta se acercó a Mario y le susurró.—Te juro Mario que Gabriel hace rato que nos está buscando pelea, y si no lo hemos enfrentado hasta ahora es solo por lo que está sucediendo, o sino hace rato que a ese arcángel le hubiésemos cortado sus hermosas alas.
—Lo sé Viki, Gabriel es un arcángel siniestro, y eso que está en el cielo donde el amor debe brillar.
—¿Recuerdas lo que nos dijo Metatrón cuando regresamos aquí al cielo?
—Por supuesto, por eso me encolericé tanto.
—Metatrón es muy inteligente, por algo nos dijo eso, por más que estemos en el cielo donde hay muchos seres celestiales, ambos sabemos que no pertenecemos aquí, así que hay que tener cuidado.
—Lo sé Mario, que Dios nos proteja no significa que los demás nos acepten ni nos vayan a cuidar de los peligros, en eso tiene razón Gabriel, entre uno de ellos y nosotros es obvio que preferirán todos salvar a uno de los suyos.
—Así es Viki.
—Por cierto Alpha, el hombrecillo ese que trabaja para el dragón dorado nos envió un mensaje.
—¿Y qué dice?
—Debemos regresar cuanto antes a ese lugar.
—Pero se supone que ya terminamos con esa misión, ¿que querrán de nosotros?
—Ni idea, pero el mensaje era claro, deben venir lo antes posible, porque el mundo depende de ustedes.
—¿Alguien más leyó el mensaje?
—Fue Dios el que me dio el mensaje.
—Entonces compañera, andando, el dragón dorado nos espera.
—¿Las arenas del tiempo?
—Así es guardianes, ustedes deben llegar y traerlas al templo del Dragón dorado, de ese modo nadie podrá utilizarlas.
—¿Y por qué nosotros y no uno de los arcángeles de Dios?
—Esto les concierne a ustedes y al mundo, guardianes, deben ir si o si a ese lugar, traer las arenas del tiempo y no dejar que Lilith y sus secuaces se les adelanten
—Otra vez Lilith
—Esa demonio nunca se aburre de hacer el mal
—Ni que lo digas dijo Viki, aún recuerdo como me mató en la última reencarnación, esa demonio me las pagará cuando la vea.
—Y yo vengaré todo el mal que ella nos hizo.
—Ustedes dos, esto no es cosa de venganza, deben centrarse en la misión, la existencia del mundo esta en sus manos, si ustedes no logran traer las arenas del tiempo antes que ellos, entonces...
—¿Entonces qué? preguntaron al unísono los guardianes
—Sería el caos, todo lo que ustedes conocen desaparecería de ese mundo . Este es el pergamino con todas las indicaciones, no se lo muestren a nadie, les deseo suerte, y que regresen con las arenas del tiempo lo antes posible.
—No entendí eso que dijo el dragón, si es tan peligrosa esta misión por qué nos envía a nosotros, acaso no era mejor que viniese Miguel o el odioso de Gabriel, ¿no crees que nos están escondiendo algo?
—Lo mismo pienso Viki, aquí hay algo más, si bien es cierto que el caos sería terrible, pero ¿por qué nosotros? es extraño...
—Vamos, debemos apresurarnos, creo que lo mejor es no pensar mucho, ya que desde que despertamos todo ha sido luchas y enfrentamientos. Mario, ¿y si aparece Lilith frente a nosotros?
—¿Le temes?
—No, la odio, la detesto, deseo destruirla
—Mejor así, por qué lo más seguro es que debamos enfrentarnos a ella y a sus demonios.
*
—¿Por qué ellos y no nosotros mi Dios, acaso hay que ser mortales para salvar al mundo?
—Gabriel no te ofusques. El dragón dorado así lo decidió y es lo mejor.
—¿Qué fue lo que vio el Dragón en ellos? Uno de nosotros hubiese sido suficiente para haber llevado las arenas del tiempo.
—Imposible, ningún arcángel puede pisar ese lugar, o perderían sus alas, bien lo sabes Gabriel, es por eso que ese lugar esta aislado de toda existencia, y es resguardado por la luz de las almas de la voluntad divina.
—Solo espero que ellos logren llegar antes que Lilith.
—No te preocupes hijo mío, ellos no estarán solos, yo les envié ayuda.
—¿Pero mi Dios acabas de decirme que no podemos ir a ese lugar?
—Ellos no entrarán, custodiarán desde lejos la entrada.
*
—Sabes Mario, desde que escuche el nombre de esa demonio estoy intranquila.
—Calma Viki, ella no podrá hacernos daño, ahora somos mucho más fuerte que antes.
—Mira, todo resplandece, debe ser aquí.
Un halo de luz rodeaba un círculo extraño, con letras y signos difíciles de descifrar y leer.
—Son ideas mías o hace mucho frío
—Tienes razón, este lugar es muy helado. Mira, la luz se fusiona con mi mano, ¿qué es eso?
—Mario todo tu cuerpo está reluciendo, ¿cómo hiciste eso?
—No lo sé, pero esto se siente cálido, muy tranquilo...es como una paz interior que envuelve.
—¿Puedo?
—Claro, acércate.
—Tienes razón, esto es muy agradable, y el frío no se siente. Estamos dentro de la esfera, mira, y esos símbolos que significarán.
—¡No toques nada Viki!
—Usp, lo siento, ya los toque. Esto se está moviendo.
—¡Está girando, carajo!
—Mario esto no está bien, el dragón no dijo que esto se movería.
—Pues claro, porque nos aconsejó y nos recalcó muchas veces que no tocáramos nada.
—Lo siento, siempre hago cosas sin pensar.
—Está bien, no te preocupes, supongo que esto en algún momento se detendrá.
—No me gusta lo que está pasando, esto gira muy rápido.
—¡Lo sé, lo sé...mierda!
—¡Mario haz algo!
—¿Qué hago? Todo gira demasiado. ¡Noooo Viki no hagas eso!
Delta sacó su daga y la lanzó en medio de la esfera.
—¿Qué pasó? ¿Dónde estamos?
—No sé, pero esto se detuvo, mira, las luces se apagaron, pero el halo de luz aún envuelve el círculo.
Los guardianes salieron de aquella esfera y recorrieron los alrededores. El lugar donde estaban no les era completamente desconocido, ellos sabían bien que alguna vez habían estado allí.
—¿Para dónde va toda esa gente, será que nos pueden ver?
—Al parecer no, nadie nos puede ver ahora Viki.
—¡Mario, mira, es el monte Gólgota, es donde crucificaron a Jesús!
—¡No puede ser Delta, llegamos al día de la crucifixión de él!
—Si nos apresuramos podremos hablar con él y preguntarle por qué esta haciendo estas cosas ahora.
—Crees que nos responderá.
—No lo sé, pero hay que intentarlo.
—Es tarde, míralo, ya está en la cruz. ¿Pero qué te pasa Viki?
— Es que no puedo dejar de llorar al ver esto, es triste, con razón ahora esta tan enojado y quiere destruir al mundo. El mundo no merece su sacrificio, él dio todo por la humanidad, y la humanidad esta tan corrompida por el mal.
—Viki, él nos esta mirando.
— ¿Pero dijiste que nadie podía vernos?
—Vaya, dejaste de llorar.
—No te burles, es que esa mirada tan fría que nos está dando me hace sentir incómoda.
—¿Qué fue lo que dijo? Lo escuchaste Delta.
—Salvenme, eso dijo.
—Delta, tu cuerpo comenzó a brillar, y el mío igual, debemos regresar rápido.
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