Capítulo XIV
Capítulo XIV
—¿Qué eres?
La mujer no tenía rostro, solo unas cuencas vacías de donde salían lágrimas negras. La mujer no decía nada, solo estaba allí frente a Viki.
—¿Dónde está mi madre? Llévame con ella
—Viki,¿ con quién estás hablando?
—¿Mario?
—Vámonos, hay que salir de este lugar.
Mientras tanto, Mario intentaba encontrar a Viki en otro lugar, pero la espesa neblina le impedía dar con su amiga.
—Viki debemos irnos, sígueme.
—Pero Mario, ¿y mi madre?
—Tú sabes bien que esto es solo una ilusión, esta mujer no es tu madre, y tú ya no eres una guardiana.
—¿De qué hablas?
—Mario, nosotros...nosotros estamos, no recuerdo por qué estoy aquí!
—Solo sígueme Viki, yo te protegeré
—Si no encuentro pronto a Viki nuestra misión será un fracaso, y lo más trágico es que no salvaremos al mundo. Un momento, ¿por qué tengo que salvar al mundo? se pregunto Mario, y luego se dijo ¿dónde estoy? ¿Y tú quién eres?
—Sabes Mario, si quieres te puedo llevar a la salida, de ese modo recuperarás tu vida. Volverás a ser el mismo hombre de antes, regresaras a tu trabajo y le dedicarás tiempo a tus letras, para luego compartir tus historias en wattpad y hablar con tu lectora, esa que a veces conversa contigo y con la que tienes temas en común.
—¿Tú quién eres?
—Soy tu yo del pasado.
—¿Y qué haces aquí?
—Vine a ayudarte.
En el templo del dragón dorado.
—Mi señor, los perdimos, tanto que los aconsejo y a la primera ellos cayeron en las ilusiones.
—Hay que confiar en ellos, por algo Dios los envió a nosotros.
—Usted sabe bien que una vez que las ilusiones los atrapan, es muy difícil poder salir de allí
—Lo sé, pero ellos son los guardianes, no sabemos que poderes tienen, y si Dios los trajo a nosotros, es por algo.
—¿Mi vida? me gustaba mi vida, mi tranquilidad, mis letras, mis libros, mi amigos...¿amigos? Sé que estoy olvidando algo, ¿pero no recuerdo qué?
—Si me sigues Mario puedo llevarte a la salida de este lugar, y así podrás volver a tu rutina.
—Espera, si tú eres yo, y yo soy tú, entonces, ¿cuál de los dos es el que regresará? Tú eres una ilusión
La imagen frente a Mario comenzó a desvanecerse para luego quedarse solo en medio de la neblina.
—Mario, gracias por estar conmigo y por cuidarme.
—De nada Viki, yo siempre cuidaré de ti, por eso mismo debemos dejar este lugar e irnos a casa.
—¿A casa?
—¿Y la misión?
—Olvida la misión Viki.
—¡Tú no eres Mario! Tu eres una ilusión!
De pronto Delta observo que se encontraba sola en medio de la densa neblina.
—¿Pero qué hice? Dónde estoy, ¿Y Mario? El camino plateado, debo encontrar el camino plateado, Rayos, pero no se ve nada. No, no, debo calmarme, Mario dijo que debía calmarme y así encontraría el camino correcto. Seguro Alpha está esperándome más adelante, eso es, Mario debe estar angustiado porque hice que la misión fuera un fracaso.
—Te tardaste
—Lo siento amigo ¡pero ya estoy aquí!
Mario le dio un fuerte abrazo a su compañera, y le susurró al oído.
—Creí que te había perdido otra vez.
—No te pongas sentimental —Dijo sollozando Viki al encontrar a su compañero.
En las aguas del tiempo
—Por qué te escondes, sé que estás ahí, me acechas, me debilitas, hiciste que quedará encerrado aquí, y ahora juegas con el mundo.
—Lograste sentirme, pero eso de nada te sirve Dios.
—¿Qué eres? Cómo te atreves a desafiar a Dios
—¿Quién soy? ¿Acaso ni el mismo Dios es capaz de saberlo? ¿No se supone que todo lo sabes? que eres el todopoderoso, el creador, la luz, la esperanza, la misericordia, el amor
—Basta! Deja de jugar conmigo y preséntate frente a mí, te lo ordeno!
—¿Ordenarme? Jajaja tú ya no puedes ordenarme a mí, no a mí, y lo sabes.
—No eres de este mundo
—Alguna vez lo fui. ¿Acaso no me recuerdas? Tu hijo, tu carne, tu imagen.
—¿No sé quién eres? Solo te pido que dejes de interferir en el mundo, deja en paz a la humanidad.
—Padre, yo no soy el que ha causado tal caos, eso es obra tuya y de tus adorados guardianes. Por más que ellos intenten liberarte de estas aguas, no podrán, ¡no los dejaré!
—Alpha este lugar me da mucho miedo.
—No tienes que tener miedo aquí estoy y no me separare de ti jamás.
—Eso espero. —menciono Victoria tomándolo con vehemencia del hombro.
Cada paso que daba los podía acercar o alejar de su misión. Los guardianes habían divagado por aquel lugar, y aunque no se habían vuelto a separar las visiones seguían a su alrededor.
—¡Ayúdame!, ¡ayúdame por favor!
A un costado de Victoria se encontraba un pobre niño que se arrastraba hacia ellos.
—Alpha tal vez deberíamos...
—Ni se te ocurra, bien sabes que son puras visiones.
—Pero...
A los guardianes se les partía el corazón al ver aquella persona que no tenía las extremidades inferiores, vestía unos pobres harapos por ropa, se veía en mal estado y estaba casi en los huesos.
—Pero tal vez y si lo llevamos con nosotros para que este mejor.
—Delta...
—Míralo bien, tiene hambre, tal vez le podamos dar algo de comer.
—Delta...
—Por favor no hay que ser tan malos.
—¡Delta! Escucha solo es una visión, no es real. —contestó un poco exaltado Mario para que su compañera entrara en razón.
Victoria con todo el dolor de su ser giro para ver como aquel niño estiraba la mano mientras se desvanecía en la vil nada.
—Son las aguas del tiempo delta recuérdalo y tenemos una misión que cumplir.
—Gracias Alpha y lo sé.
Ese comentario saco de razón a Mario que se quedó absorto observándola.
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