Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo VII


Capítulo VII


—¿Y tú quién eres? —preguntó la guardiana con un aire de venganza por lo que le habían hecho a su compañero.

—¡Soy Paimon y yo seré el que acabe con su jodida existencia!

El ser infernal al proferir aquellas palabras se abalanzo contra ellos, Victoria fue la primera que recibió el ataque, sofocándose por el contundente impacto en el abdomen.

—¡Delta! —vociferó Mario a unos metros, intentó ponerse en guardia, pero todavía estaba muy dolido por el impacto. Inmediatamente fue a socorrerla, la tomó entre sus brazos para que se recuperará.

—Estoy bien gracias, estoy bien.

—Creo que este no será tan fácil como los anteriores.

—No será igual pero terminará de la misma forma, ¡muerto y en el piso! —menciono ella sacando su reluciente arma.

Ahora que los guardianes recuperaron sus dones eran casi invencibles, casi...

El silencio se prolongó parecía que aquel ruin demonio los estaba acechando, los últimos rayos de luz se extinguieron del firmamento y la penumbra les estaba dando una cálida bienvenida.

—¡Sal de donde estés maldito cobarde!

Mario gritaba a los cuatro vientos, esperando una respuesta de aquel ser, ambos guardianes empuñaban sus armas, estaban más que listos para acabar con el mal e ir a encontrar al elegido, estaban cerca y no tenían tiempo que perder.

—Alpha tenemos que apurarnos. —susurro estando espalda con espalda.

—Lo sé, no nos resta mucho tiempo pero tenemos que acabar con este engendro del mal.

—Al parecer Luzbel ya ha hecho sus movimientos para derrocarnos.

—Pero por más que lo haga no podrá contra nosotros.

Tenían una guardia casi perfecta, visualizando cada parte de su alrededor en 360°, pero el demonio era muy astuto y una fugaz seña debajo de ellos los perturbo e hizo que perdieran la concentración.

Recibieron un fuerte impacto por craso error.

El golpe los llevo a estrellarse en el duro hielo, sintieron que desfallecerían, pero rápidamente se incorporaron para estar más alerta.

—Creo que nos ha tomado por sorpresa.

—Ni lo digas Delta, ni lo digas.

—Creo que no lo debemos de subestimar Alpha.

Una tercera voz los asalto, esta provenía de todas partes pero de ninguna a la vez.

—Hacen bien en no subestimar el poder del mal.

Ambos guardianes estaban con sus espadas esperando el ataque de aquel vil ser. Todos los sentidos estaban puestos a su alrededor.

—Delta con cuida...

Mario no terminó la frase, de entre el hielo empezó a emerger unas sombras amorfas de color negro, el contraste con el gélido lugar era muy evidente, de tal modo que empezaron a cercenar a los enemigos.

—Como los viejos tiempos Alpha. —menciono Victoria que profería contundentes y mortíferos golpes a sus oponentes, la espada zumbaba y cercenaba todo lo que se le atravesara.

—Si como los viejos tiempos Delta, yo cuido de tu espalda y tú de la mía.

Se complementaban matando a ese ejercito de sombras que había convocado el demonio Paimon, no sabía cuántos eran, ni cuantos restaban, ellos los seguían aniquilando a cada uno de ellos.

—Podemos acabar con todos estos y si quieres puedes traer a más del infierno.

—Creo que eso no es nada alentador Delta, no debemos de encolerizarlo.

—Por mí que se siga pudriendo en el Inferno. —espetó Victoria cortándole la cabeza a una de esas sombras.

—¡Inferno! Ese lugar es de dónde vengo.

El demonio por fin hizo su fúnebre aparición entre aquellas sombras que desaparecieron al instante y aquel ser fue a atacarlos de nuevo, pero los guardianes más precavidos y concentrados detuvieron cada uno de sus embates.

El bastón de fuego negro iba adquiriendo potencia en el transcurso de la pelea, era muy ágil y a los guardianes les estaba costando mucho trabajo acertar un golpe.

—Mierda esto se está volviendo tedioso Alpha. —dijo victoria deteniendo con la espada un fuerte golpe de Paimon.

—No sabía que los guardianes del todo poderoso tuvieran tan mala lengua. —agrego el demonio de forma lasciva fijando la vista en cierta parte del cuerpo de ella. —Me preguntó si esa lengua es tan mala como para hacer otras cosas.

—¡Cierra el hocico inepto! —contestó Mario atacando por la espalda al demonio que salió volando unos metros.

Paimon se incorporó del contundente golpe, se lustro la ropa y los vio con enfado.

—¡Creo que dejare de jugar y acabare con ustedes!

Algo en la atmósfera cambio, como si se nublara la poca o nula luz que había en el lugar, empezó a nevar y Paimon voló al encuentro con los guardianes el bastón de fuego negro lo envolvía, Mario intentó detenerlo con la espada pero esta estaba cediendo, y a un lado de él llegó Victoria para atacarlo al mismo tiempo.

Aunque eran dos contra el demonio a ellos les estaba costando mucho terminar con ese demonio, Paimon hizo aparecer de nuevo a esas sombras que tomaron de los pies a los guardianes, eso hizo que bajaran la guardia.

Paimon estaba listo para efectuar el último golpe, ese que los dejara abatidos y prácticamente muertos.

—Vamos Delta hay que darlo todo.

—Si Alpha lo daré todo y esta vez...

Las palabras se le entrecortaron a Victoria que tenía un nudo en el pecho, algo en su interior estaba estallando, era algo que no podía contener más, finalmente profirió esas últimas palabras.

—Esta vez no te dejare morir.

Sin embargo el poder del malvado Paimon era igual o incluso superior a aquellos seres, al parecer sus poderes celestiales no estaban del todo completos.

—¡Les dije que yo iba a acabar con ustedes, basura celestial!

Estando a nada de efectuar el golpe final una espada plateada atraviesa el demonio Paimon.

Los guardianes quedaron petrificados por la escena, estuvieron a nada de morir pero alguien los había salvado de nuevo. Ese misterioso ser era el arcángel Gabriel.

—Lo siento Paimon, pero Dios me mando a infiltrarme en el averno para acabar con todos ustedes. —terminó de proferir esas palabras y con un contundente movimiento de aquella espada lo partió a la mitad.

—Pensé...pensé que estabas de nuestro lado...

Escucho como aquel demonio emitía un sonido sordo y agónico mientras moría.

—Pensaste mal mi querido amigo, yo estoy del lado del Dios.

Los guardianes quedaron perplejos al ver de nuevo a Gabriel y más al escuchar aquellas palabras.

—En ese caso que lamentable es. —musitó el demonio Paimon moribundo, su cuerpo era solo una mezcolanza de sangre negra que se consumía por sus propia lumbre. —Es lamentable porque así tendré que matarte a ti también eunuco brillante...

Sin comprender lo que estaba aconteciendo vieron como aquella melcocha negra desapareció dejando una efímera bruma negra que se disipaba a su alrededor.

—Guardianes Paimon es el amo de las ilusiones no tardara mucho tiempo en volver del infierno recuperado y con un ejército así que...

Menciono Gabriel con una media sonrisa de lado mientras los veía atentamente. Si alguien les tenía envidia era él.

—¿Qué es lo que quieres Gabriel?

Mencionaron al unisón, poniéndose en alerta para atacarlo.

—Creen que se me ha olvidado lo de hace algunos años. —agrego mientras se movía al compás de ellos. —Yo no he olvidado y si hay una persona que los matará ese seré yo...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro