Emma llegó en mismo grupo que Amber a la casa Griffin. Tenía el pelo negro, aunque siempre se lo teñía, frente pequeña y bajita de estatura. Ella era una viajera; aveces no estaba en casa porque estaba en una aventura. Cuando tenía ocho años ella tomó el autobús equivocado y terminó en la capital. Era la primera vez que desaparecía y Edward y Veronica estaban preocupados. Regresó después de una semanas con fotos y regalos para su familia. Los Griffin con el tiempo se acostumbraron a sus escapadas. Mientras estaba de viaje, Emma le mandaba dinero a Edward; nadie supo como lo consiguia.

Cuando Emma tenía trece años volvió a casa después de un viaje a Punta Cana, con una sorpresa para su familia. Cuando Emma llegó traía... el pelo teñido de rosado... y una jaula con un animal dentro. El animal era un turón con pelaje negro de la cadera hasta la cola y alrededor de los ojos, el resto del cuerpo era blanco.

"Es un turón patinegro.", declaró Emma. Veronica entró en pánico; no le gustaban los animales. Edward y Stephen estaban impresionados. Colocaron la jaula en el patio y hablaron con Emma en la cena sobre él.

"¿Dónde lo encontraste?", preguntó Scarlet en la cena.

"Me lo regaló un príncipe de Arabia Saudita que conocí en Punta Cana.", respondió Emma.

"¿Cómo se llama?", preguntó Hannah.

"Mohámed bin Salmán."

"Pero él tiene esposa.", comentó Stephen.

"No le digan a nadie.", dijo Emma con una sonrisa picara.

"¡Qué chulo!", exclamó Melissa. "Yo siempre quise tener un perro."

"E' un turón.", corrigió Caroline.

"Que importa la raza que sea.", respondió Melissa.

"¡Meli, que bruta tu eres!", dijo Natalia.

"¿Qué va a comer?", preguntó Katherine.

"Reptiles, ratas, ratones, ardillas, pájaros, conejos, etc.", dijo Leslie.

"Yo le buscaré unos conejos.", dijo Ethan.

"Y yo las ratas.", dijo Amber emocionada.

Crystal dibujo las heces del turón y alguien levantándolas del piso y con una enorme raya roja atravesando el dibujo. Caroline les dijo que Crystal no quería limpiar el desastre del animal; y ella tampoco.

"¿Cuál es su nombre?", escribió Chantal en su pizarra.

"Star.", respondió Emma.

"Ese nombre es gay.", protestó Felipe. "Pongamosle ' El perrito buscador'."

Veronica y Edward estuvieron callados la mayoría de la conversación. Al final explotaron: "¡Esa cosa no se va a quedar!", "¡No tenemos dinero para mantenerla!", "¡Ni espacio!", "¡Ese animal puede ser peligroso!". Sus caras quedaron rojas de tanto gritar.

"Nosotros lo cuidaremos, de verdad...", inició Natalia a dar su discurso de persuasión y a exponer las razones por las que deberían quedarse con el animal en peligro de extinción. Ante tanta insistencia y no suficiente resistencia, Edward y Veronica cedieron.

"Pero al menor inconveniente, ese animal se irá al zoológico.", anunció Edward con voz firme.

El turón patinegro era un animal nocturno; los niños alimentaban, bañaban y jugaban con Star en la noche. Aveces Stephen, Adaiah, Wendy y Susy se unían a los juegos; el turón se ganó el cariño de muchos vecinos. Star también se encariño con los niños Griffin y sus amigos, pero Emma era su favorita.

Unos meses después de la llegada de Star a la casa Griffin, unos oficiales de la Interpol tocaron a la puerta.

"Escuchamos que en está casa hay un turón patinegro.", dijo uno de los oficiales.

"Se llama Star.", dijo Melissa muy risueña.

"¿Algún problema?", preguntó Stephen muy nervioso.

"Según la Ley Lacey, esta prohibido la compra y venta de animales de procedencia ilícita.", declaró el oficial. "Ese animal le pertenece a Estados Unidos. Por lo tanto todos en está casa están bajo arresto." Cuando pronunció estás palabras, los demás policías empezaron a esposar a todos los Griffin. Algunos intentaron esconderse pero no lo lograron; los Griffin estaban aterrorizados. De repente se escucha un grito en el patio; Emma entró corriendo a la sala con lagrimas en los ojos.

"¡Star esta muerto!", gritó Emma. Star murió a causa de una infección intestinal por beber agua contaminada.

Los Griffin contrataron un abogado llamado Murray para que demostrará su inocencia. Después de que todos los Griffin contaron su lado de la historia y después de mucho papeleo, la familia se fue a su casa. Los Griffin enteraron a Star al lado del árbol que estaba en el patio donde también habían enterrado el perro de Ethan, Fonky.

"¿Cuál es la lección de todo esto, niños?", preguntó Veronica cuando llegaron a la casa.

"Nunca confiar en príncipes de Arabia Saudita.",concluyó Ethan.