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Capítulo 60 - El aeropuerto.

El día tan esperado para un miembro de la familia Gómez Quiroga había llegado, y es que, Josué ya estaba impaciente por comenzar la gran aventura que le espera lejos de su familia. El reloj marcaba apenas las seis de la mañana y el mellizo ya se encontraba subiendo su maleta al auto de su padre, tocando el claxon para que el resto de su familia bajara, desayunara algo rápido y así poder partir hacia el aeropuerto, que en tan sólo tres horas más sale el vuelo que lo trasladará a México, haciendo una escala de dos horas en París, la emoción no podía ser contenida, por lo que bajó del auto al ver que nadie más salía de la mansión y corrió al interior, viendo que todos ya se encontraban alrededor de la mesa, desayunando lo más rápido que podían.

La familia viendo la emoción que inundaba el cuerpo de Josué, ya no tuvieron más dudas respecto a lo que estaba por hacer, lo único que esperaban era que tuviera un lindo viaje y que esos seis meses que estará separado de su familia pasen rápido para volver a reencontrarse.

─¡Por Dios, Less!, ¿Dónde está tu maleta? ─gritó Josué acercándose al comedor.

─Primero que nada, buenos días. Ya la tengo lista, está en mi habitación, esperando a que vayas y la subas al auto por mi ─dijo Less, echándole una sonrisa a su hermano.

─Está bien... podrían apresurarse todos, no quiero perder el vuelo ─comentó Josué, para luego correr a las escaleras y desaparecer por el pasillo.

Los presentes comenzaban a alejarse para tomar lo necesario para salir, Cristina y Dani corrieron a ponerse un suéter y Jazmín caminó a la puerta, pues el timbre llevaba medio segundo sonando, seguramente recibiría la visita de su novio Yadiel, al llegar ahí, abrió la puerta y el chico la saludó con un leve beso en los labios.

─Llegaste justo a tiempo, Josué está impaciente porque nos vayamos ya ─habló Jazz tomando la mano de su novio, percatándose de que detrás de él, se encontraba Dylan recargado en el auto─. Oh Dios, Karime estará feliz de verte aquí también.

─Espero no les moleste que los acompañe ─añadió Dylan apenado.

─Claro que no, puedes irte con Yadiel y conmigo en mi auto ─sonrió Jazz, señalando el auto.

Dylan desvió su mirada al auto de Jazz y se dispuso a caminar hacia él. Fue cuestión de segundos para que Karime saliera de la mansión y corriera a darle un fuerte abrazo a su novio, quien se quejó levemente de su abdomen, lo que ocasionó que su novia se separara rápidamente de él, un poco asustada por haberlo lastimado.

─No dejes de abrazarme ─dijo Dylan y se acercó de nueva cuenta a Karime.

─No sabes lo feliz que estoy de que estés aquí, tenía esperanzas de que Josué se arrepintiese, pero hasta ahora no lo ha hecho.

─Tranquila, aun faltan tres horas para que el vuelo salga, ten paciencia.

─La tengo ─comentó Karime, acariciando el collar que le dio su hermano el día anterior─. Al menos me deja un obsequio.

─Es muy lindo ─susurró Dylan, abriendo la puerta del auto.

Karime fue la primera en entrar, luego Dylan y al final Yadiel y Jazz, los cuatro listos para seguir el auto de su padre hasta el aeropuerto de Colmar. Viendo por la ventana, como todo el resto de la familia salía de la mansión y se disponían a subir al auto siendo apresurados por Josué, quien desde hace horas quiere irse ya.

Justo cuando el auto iba a comenzar la marcha, Viki llegó corriendo, dándose cuenta que por poco y llegaba tarde, subió al auto para ahora sí, comenzar el camino al aeropuerto.

***

Ambos autos se detuvieron en el exterior del aeropuerto, de ellos rápido comenzaron a salir todos. Josué de inmediato visualizó a dos de sus ex amigos cerca de la entrada principal al lugar, así que por más que quisiera evitarlos, tendría que verlos y afrontar verlos por ultima vez, Less se colocó junto a él, también ya se había percatado de la presencia de Angie y Joaquín, por lo que se dirigieron a ellos.

─¡Josué, por favor no vayas a pelear! ─bufó Maru dándose cuenta con lo enojado que el mellizo se acercaba a los chicos.

─Déjalo, él ya la superó ─susurró Juan, sacando las maletas del auto.

─Eso espero.

Maru le ayudó con la maleta de Less y ambos caminaron de igual manera a la entrada principal del aeropuerto, entrando, para no molestar a su hijo que se verá obligado a despedirse de sus dos ex amigos. El resto de la familia entró al aeropuerto de igual manera, para no interferir en lo que sea que los chicos tienen por decir.

─¿Qué hacen aquí? ─preguntó Josué, intentando no molestarse por lo que veía.

─Ahora si es el ultimo día que te vemos, Blue ─sonrió Joaquín y se acercó a darle un leve abrazo al mellizo─. Queríamos despedirnos una vez más y en serio, créeme cuando te digo que te voy a extrañar demasiado.

─Claro que te creo, pero a ella no ─Josué echó una mirada de odio hacia Angie.

─Mira cariño... intenté ser buena persona y despedirme como se supone que debo hacerlo, pero es imposible con tu actitud de mierda.

─¡Es mejor que te vayas! ─exclamó Less colocándose frente a Angie.

─Claro que me iré, en cuanto tu hermano me dé un abrazo.

Los cuatro chicos que se encontraban allí, se miraron entre si un poco confundidos por lo que pedía Angie, y no siendo tan difícil hacerlo, Josué aceptó, se acercó en pasos lentos a la chica y le dio un leve abrazo lleno de disgusto, rencor y odio. Angie aprovechó ese momento para colocarle una pequeña navaja en la bolsa del suéter, para así traerle problemas dentro del aeropuerto y posiblemente la cancelación del vuelo a México.

─¿Qué tanto te costaba? ─cuestionó Angie observando al mellizo, para luego desviar su mirada a Less y Joaquín─. Aunque sea una perra, como dices Less, quería despedirme.

─Ya lo hiciste, ahora vete ─habló Less enojada.

La chica asintió con la cabeza y tomando la mano de Joaquín, se alejó del lugar a paso veloz, habiendo cumplido ya su cometido de arruinar el viaje a Josué, tras colocarle una navaja en su bolsillo, que en el momento en que él no la coloque en la bandeja de sus pertenecías, podría meterlo en muchos problemas.

Echándose una sonrisa el uno al otro, Less y Josué se tomaron de las manos y caminaron a la puerta principal del aeropuerto, donde su familia se encontraba reunida alrededor de una banca. Los dos mellizos respiraron hondo y se dirigieron a la banca quedando sorprendidos al ver a nada menos que a sus tíos Pablo y Ulises saludando a todos; muy confundidos los miraban sin saber que estaban haciendo en Colmar.

─¿No van a saludar a su tío favorito? ─preguntó Pablo dándoles un abrazo a ambos mellizos.

─No digas tonterías, Pablo. Yo soy el tío favorito.

─Tú no ─Pablo le dio un empujón a Ulises, que casi lo tira al suelo.

─¡Por Dios! Compórtense como los adultos que son ─dijo Juan sorprendido.

Todos comenzaron a reír por el comportamiento que habían tenido los dos tíos, quienes ya se encontraban tranquilos, pues un guardia de seguridad les llamó la atención por estar haciendo escándalos en el lugar.

─Bueno ya, Ulises y yo los vamos a acompañar a su viaje a México, seremos algo así como sus chaperones ─sonrió Pablo.

La mirada de Less y Josué se cruzó, ambos tenían la esperanza de que sus padres los dejaran viajar solos, pero por lo visto no sería así. Rodando los ojos, Josué tomó su maleta, Less la suya y comenzaron a alejarse de la banca en la que se encontraba el resto de la familia.

─¡Esperen! ─gritó Maru sorprendida─. Aun no es hora, vengan para acá.

─Ay mamá, sabes que Less y yo queríamos viajar solos ─se quejó Josué e hizo pucheros.

─Lo entiendo, pero les recuerdo que son menores de edad y no es permitido que viajen solos fuera del país, además sus tíos son agradables, sólo mírenlos ─Maru volteó a ver a Pablo y Ulises, quienes se encontraban hablando con el resto de sus sobrinos.

─Está bien, si no hay de otra ─comentó Less y tomó asiento encima de su maleta.

Maru y Juan se colocaron en medio de todos los presentes, haciendo casi una multitud debido a lo grande que es la familia, y más con la compañía de Yadiel, Dylan y Viki, por suerte Matías se quedó en casa de Candy, sino seguramente ahorita estaría llorando o haciendo algún berrinche típico de los bebés pequeños.

─Escuchen, quiero que se queden aquí, mientras Juan y yo vamos a comprarles algo de comer ¿Entendido? ─preguntó Maru mirando a todos y cada uno de los integrantes de la familia.

─Entendido, mamá, ¿Puedes traerme un helado? ─pidió Cristina sonriendo.

─Claro, claro. Ahorita volvemos ─dijo Juan y comenzó a caminar a las tiendas que se encontraban dentro del aeropuerto.

Fue seguido por Maru, mientras los demás seguían en lo suyo. Viki y Dani observaban el puñado de personas que transitaba por el aeropuerto, parecía ser que todos salían de vacaciones por verano y ellas ni siquiera tenían planeado que era lo que harían en todos esos meses que tienen libres, se dieron un pequeño beso y se abrazaron, mientras observaban ahora lo bien que parecían llevarse Ulises y Pablo con Yadiel y Dylan.

─¿Tus padres tienen planes para el verano? ─cuestionó Dani emocionada.

─No, papá tiene que estar trabajando, pero Ana quiere ir a un tour de tiktok stars y no sería mala idea acompañarla.

─Wow, me uno a su aventura entonces, así pasaría más tiempo con ustedes ─comentó Dani feliz─. Además quiero retomar la visita a tu casa que pospuse la última vez.

─Me parece perfecto... Dani, no es por ser mala, ni querer pelear contigo, pero ¿No deberías estar triste por que tu hermano se va?

─Lo sé, debería, pero por más que intento estar triste, no puedo... debe ser porque Josué y yo no somos tan cercanos, no como se lleva con los demás ─susurró Dani y no pudo evitar ver lo bien que ahora Karime se llevaba con su hermano mayor y ahora sí, ponerse un poco triste.

Viki rápido se dio cuenta de lo afectada que se encontraba Dani y se acercó a ella a darle un fuerte abrazo lleno de cariño. La miró a los ojos y la hizo sentir bien de inmediato.

─Verás Dani, no tiene nada de malo no tener una buena relación con un hermano y no pasa nada. Eso siempre se puede arreglar ─sonrió Viki poniéndose de pie, tomando la mano de su novia─. Ahora ve y habla con él, sería bueno antes de que se vaya y no lo veas por seis meses.

A pesar de sentirse insegura y llena de nervios, Dani caminó hasta posicionarse frente a su hermano Josué y sin pensarlo dos veces le dio un leve abrazo, luego se separó de él y corrió a tomar asiento junto a Viki de nueva cuenta, refugiándose en sus brazos por no tener el valor de decirle algo.

─No pude, no pude ─susurró Dani llena de lágrimas.

─Tranquila, Dani. Lo que hiciste fue un gran avance, ahora vayamos a dar un paseo por este enorme lugar.

Las dos chicas se pusieron de pie y se alejaron a dar un paseo por el aeropuerto, al cual se unió Cristina. El resto de la familia seguía impaciente porque llegara la hora de que el vuelo partiera, así fue como llamaron a todos los pasajeros del vuelo 180 para que realizaran su check in, para que estén listos para abordar el avión.

─Vamos chicos, rápido ─anunció Ulises caminando hacia la fila correspondiente.

─Recuerden colocar todas las cosas de metal en la bandeja, no olviden nada ─dijo Pablo quitándose su reloj y una cadena que tenía.

Josué y Less comenzaron a hacer lo mismo, se quitaron las cosas que llevaban puestas y esperaron su turno. El primer turno fue de Ulises, él colocó sus cosas en la bandeja y pasó limpio por el checador, así también pasó Pablo y ambos tíos esperaban a que sus sobrinos también pasaran, por lo que el turno de Less llegó y sin ningún problema lo pasó.

─Vamos Josué, no tenemos todo el día ─añadió Less desde el otro lado.

Josué colocó sus pertenencias en la bandeja y comenzó a caminar en pasos lentos al checador, sin nada que temer debido a que dejó todas sus pertenencias en la bandeja, pero grande fue su sorpresa al sonar, un pitido fuerte y agudo inundó el lugar por algunos segundos, dejando sorprendidos a Less, Pablo y Ulises, quienes se habían dado cuenta que ahora si estaban en un gran problema.

─¿Dejaste todo en la bandeja? ─interrogó un guardia de seguridad que tomó bruscamente al mellizo del brazo y lo alejó de la fila.

─Claro que deje todo, esto es un error ─mencionó Josué, mirando a Less realmente confundido.

El guardia de seguridad comenzó a hacer su trabajo, revisando detalladamente al chico, primero comenzó por su pantalón, luego por sus brazos, entrepierna y al final los bolsillos de su suéter, fue ahí donde el hombre sacó una pequeña navaja. Josué abrió los ojos grandemente al ver el utensilio que para los guardias era un arma blanca.

─Eso no es mío ─se defendió Josué de inmediato.

─¿Apareció por arte de magia en su bolsillo, joven? ─preguntó el guardia enojado.

─Seguramente.

─¿Se está burlando de mí? ─interrogó nuevamente el guardia de seguridad.

─Si... digo no, claro que no ─habló el mellizo con miedo, sin saber que hacer en ese momento.

Pablo, Ulises y Less se acercaron con Josué para intentar ayudarlo, intentar averiguar como fue que esa navaja fue a dar a su bolsillo si él jura que no la colocó allí y que no es de su propiedad. Los nervios apoderaban al mellizo, por su cabeza ya pasaba que no podría realizar el viaje que tanto deseaba y que estaría en problemas.

─Le juró que no se cómo llegó allí, pero no es mía ─dijo una vez más Josué.

─¡Fue Angie, ella la colocó cuando te abrazó! ─exclamó Less sorprendida.

─¿Ella? Maldición, debí suponer que tramaba algo.

─Ya, tranquilos, esto no es grave, sólo dejamos la navaja aquí y seguimos nuestro camino, ¿Verdad Milton? ─preguntó Pablo, leyendo el gafete en el pecho del guardia de seguridad.

─Esto no es así, abordar un avión con un arma blanca es delito y se paga con cárcel ─comentó el guardia y el pánico invadió a los cuatro presentes, más a Josué.

Una imagen de Josué tras las rejas, vistiendo el típico uniforme a rayas llegó a la cabeza de Josué, quien por un leve momento pensó en correr sin dirección alguna huyendo de la ley, pero ver a Yadiel y Jazmín acercándose para ver por qué tardaban tanto, lo tranquilizó y por fin dejó de tener ese loco pensamiento.

─¿Por qué tardan tanto? El vuelo casi sale ─Jazz se acercó a ellos.

─Tenemos un problema, Angie colocó una navaja en mi bolsillo sin que me diera cuenta y ahora me van a llevar a prisión, no quiero ir a prisión, sabes que soy muy joven, además de que deje de hacer bromas por lo mismo, yo quería estar fuera de problemas. Jazz habla con mis padres si ellos tienen dinero, pueden pagar mi fianza, ahora me tengo que olvidar del viaje y de to...

─Cállate, vamos a solucionar esto ─Jazz interrumpió las palabras de miedo de su hermano, luego se colocó frente al guardia─. Disculpe, ¿Hay alguna manera de que se olvide de esto y deje pasarlo?

─¡Oh por Dios! Hal ven a ver esto, es Jazz y Yadiel... los que hicieron esa magnifica obra de teatro en la fiesta de vecinos, son ellos... ¿Puedo tomarme una foto con ustedes?

─Si deja pasar lo sucedido con mi hermano, le doy entradas para la próxima función, ¿Le parece? ─sonrió Jazz esperando una respuesta.

El guardia de seguridad de nombre Milton y su amigo Hal asintieron con la cabeza, por lo que la pareja de jóvenes se tomó una foto con ellos y se alejaron de ahí lo más rápido que podían, tan sólo faltaban quince minutos para que el vuelo saliera y ellos ya debían abordar el avión, por lo que regresando con el resto de la familia, debían despedirse una vez más para partir.

─¿Dónde estaban metidos? Bueno no importa, vengan para acá, hijos míos ─Maru rápido rodeó en sus brazos a Josué y Less que tan sólo sonreían.

Así cada uno de todos los presentes se fue despidiendo una vez más de los mellizos que tienen que partir, muy apenada, Cristina se acercó a Josué y le dio un abrazo.

─¿Puedes decirle a Lu que me perdone por haber perdido a Buffy?

─Ay LyLy, no puedo, iremos a México y Lu está en Puerto Rico ─agregó Josué angustiado.

─No importa, hermano. Tú diviértete mucho y no olvides hacer tus tareas.

─Claro que no ─Josué le dio un abrazo más.

Con dolor y pena de no haber sido testigo de cómo Josué se arrepentía de irse de Colmar. Karime se acercó a él y le dio un fuerte abrazo, algunas lagrimas resbalaron por sus mejillas y ahora no le importaba que alguien las viera, era valido llorar y más por la buena relación que pudo formar con su hermano durante estas semanas transcurridas desde lo sucedido con las pastillas.

─Te voy a extrañar mucho ─dijo Karime tomando las manos del mellizo.

─Y yo a ti, hermanita. No olvides que te quiero mucho y que obedezcas a Dylan en todo ─Josué río un poco y se separó de su hermana, ya que anunciaban que debían abordar el avión─. Adiós familia, nos vemos muy pronto.

Lágrimas resbalaban por las mejillas de toda la familia, en especial de Karime, quien era abrazada por su novio Dylan, dándole el apoyo que necesitaba en esos momentos, mientras veían como Josué, Less, Pablo y Ulises se alejaban a abordar el avión y partir hacia México en una gran aventura que les llenará de alegría y felicidad.

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