n u e v e
Jin sonrió totalmente enamorado de sus dos pequeños gemelos.
Había algo que nunca cambiaba en casa y era la hora de la siesta para algunos miembros de la familia. Día tras día, a partir de las tres de la tarde, era la siesta de los dos pequeños castaños. Sin importar que ya hayan dormido, o al contrario, si estaban muy despiertos correteando por ahí, cuando ya se acercaba esa hora de la tarde, ambos tenían un pie en el mundo de los sueños.
Para Jin, quien era el que pasaba los días en casa, se le hacía muy tierno que, a pesar que los dos tenía su propia cama, siempre dormían en una sola, ya fuera la de Jimin o la de Taehyung. Normalmente cuando dormían cada uno en su propia cama era porque se dormían en alguna otra parte de la casa y alguien se encargaba de ir a dejarlos a su cuarto.
Así que, muy encantado con sus pequeños terremotos, los llevo a su cuarto y los acostó en sus respectivas camas cuando los noto adormilados a su lado mientras trabajaba. Los arropo con sus propias mantas, Taehyung amaba su cobija azul con estrellas amarillas y Jimin su cobija gris con estrellas del mismo color, pero de un tono mas fuerte.
Beso la frente de ambos castaños, con cuidado de no despertarlos y salió del cuarto sin cerrar por completo la puerta. Jin suspiro tranquilo, la calma que había en momentos así no los cambiaba por nada del mundo.
Media hora después, el primero en empezar a despertar fue Jimin. Quien se sentó en la cama, aun totalmente adormilado, bostezo tiernamente mientras rasca sus ojos con sus manitas.
Jin no cerraba la puerta, primero por miedo de que algo le sucediera a los niños y segundo porque conocía mucho a sus hijos, y sabía que él castaño mayor se cohibía muy rápido si despertada en un ambiente solo y silencioso. Y a pesar de tener la puerta abierta, Jimin se sintió muy desorientado, observo toda su habitación, aun medio dormido, viendo lo desolada y silenciosa que estaba.
Un puchero se formó en sus labios y sus ojitos brillaron rápidamente. El pequeño Jimin había despertado de mal humor y solo.
Antes de cualquier cosa, ya Jimin estaba llorando. Aquello, sin duda alguna, había despertado a Taehyung, quien aún acostado observo a su gemelo. Muy tranquilo a diferencia de su hermano mayor y sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia su hermano, divertido.
Lo abrazo con todas sus fuerzas, juntando sus mejillas y sonriendo con una peculiar sonrisilla cuadrara que enseñaba su dentadura chimuela.
Y mágicamente a Jimin se le olvido que estaba llorando.
- Minnie, no. - rio Taehyung, al sentir como su hermano, después de un rato, le devolvía el abrazo, pero sin ninguna señal de querer soltarlo.
Después de una buena pelea de abrazos, sin ganador aparente, ambos niños se bajaron de la cama. Como si nada, el rastro de lagrimas en Jimin había desaparecido y ambos volvían estar igual de hiperactivos que antes de dormir.
- ¡Juguemos a ser superhéroes! -
- ¡Si! ¡Si! ¡Y ellos serán nuestros villanos! - señalo Jimin a los muñecos frente a sus camas.
Ambos gemelos se amarraron sus mantas de estrellitas, haciendo sus mejores nudos en el cuello para usarlas de capa.
Y antes de que se dieran cuenta, ambos hermanos estaban atrapando "maleantes malvados" entre gritos. Taehyung con su superheroína favorita, una barbie y su figura de acción super, mega, ultra favorita, mientras Jimin lideraba su propio ejército de peluches.
Entre risas y jugueteos el sueño se había ido por completo. Jin podía escucharlos y decidió no ir a verlos al escucharlos jugar entre risas, además estaba descansando en su propia cama con un Jungkook al lado, babeando todo lo que podía. Así que, como siempre hacia después de la siesta. los dejo jugar libremente en su cuarto.
- ¡Taetae él es malo! - señalo Jimin. Entre tantos brincos y gritos, la figura favorita de Taehyung cayo del lado enemigo y Jimin equipado con sus peluches iba gateando para tomarlo.
- ¡No! ¡Él es bueno! - grito Taehyung, molesto en un solo segundo al ver las intenciones de Jimin. Pero ya era tarde porque el nuevo "villano" ya se encontraba en las manitas de Jimin. - ¡Suéltalo Jimin! -
Taehyung se lanzó hacia su hermano gemelo para tomar su muñeco de vuelta, pero Jimin no le pareció justo y de un momento a otro, ya ambos gemelos estaban peleando y todo el ambiente divertido desapareció con los repentinos gritos molestos de ambos.
- ¡No! -
- ¡Suéltalo! -
Y entonces, cada uno halando de una parte del pobre muñeco, cayeron hacia atrás sin previo aviso, dándose un buen golpe los dos. Y de paso, habían decapitado la figura de acción super, mega, ultra favorita de Taehyung.
El castaño menor, tan solo por minutos, vio horrorizado la cabeza de su muñeco en su manita. Al tiempo que sus claros ojitos se llenaran de lágrimas.
- Yo... Taetae... -
- ¡Cállate! - le grito a Jimin.
Taehyung se puso de pie y dejo caer la parte de su muñeco a al suelo, cruzándose de brazos, furioso con su hermano.
Jimin también empezó a llorar, sin saber la razón exacta, si por la culpa o ver a su hermano tan enojado.
- P-Perdón...-
- ¡No! ¡Ya no te quiero! ¡Eres malo! - con cada palabra que Taehyung decía, más aumentaba el llanto entre los dos. Uno evidentemente por la culpa y el otro por lo molesto que se encontraba.
-Tae...-
Y bueno, Jimin era mucho más sensible que Taehyung, así que con mucha más razón las lágrimas bajan por sus rosadas mejillas. Él sabía que lo que había hecho estaba mal.
Jin fue a la habitación de los niños ante los repentinos gritos molestos de ambos, muy diferentes a los gritos de sus peleas imaginarias. Pero cuando entro, no sabía muy bien a cuál de los dos consolar, ambos niños lloraban por igual.
Pero Taehyung se veía muy enojado entre toda aquella moquera y lágrimas, estaba tan molesto que su rostro se había tornado rojo, hasta las orejas, y apretaba sus labios en berrinche. Así que, Jin lo tomo en brazos y casi de inmediato sintió como lo rodeo con fuerza por el cuello y lloraba en su hombro.
- ¡Jimin es malo! ¡Ya no lo quiero! ¡No es mi hermano! - sollozó en el hombro de Jin, a penas entendible. Provocando que Jimin también llorara más.
Jin pensó, que solo faltaba los gritos de llanto de Jungkook por haberlo dejado en la dichosa cuna para que la casa completa fuera un caos.
- ¡Taehyung no digas esas cosas! ¡Está mal! – le regaño.
- ¡Ya no lo quiero! N-No lo quiero - repetía Taehyung, casi ahogado en lágrimas.
- ¡Kim Taehyung! -
El silencio reino en el cuarto ante la voz de Jin, con solo los sorbeos de ambos gemelos, totalmente sorprendidos.
Jin sentó a Taehyung en una de las camas y tomo a un desconsolado Jimin en brazos también, para ir y sentarse en la misma cama que había dejado al gemelo menor, quien se había cruzado de brazos y entre pucheros trataba de contener su llanto.
- Los dos deben de calmarse... - les dijo ambos, tratando de enfrían la situación - ¿Taehyung que sucedió? ¿Porque estas tan enojado con tu hermano? -
- ¡No es mi hermano! -
Jimin jadeo dolido y se escondió en el pecho de su padre.
- ¡Taehyung basta! - le repitió Jin, empezando a cansarse.
Este con el ceño fruncido se bajó de la cama y fue a tomar los restos de su figura de acción. Para ir y enseñársela a su padre, Jin al ver la cabeza en una de sus manitas y el cuerpo en la otra, entendió la situación por completo.
- Jimin rompió mi muñeco... Y a mí me gustaba mucho... - lloriqueo nuevamente.
- Ya dije perdón... - murmuro Jimin aun escondido.
Jin suspiro. Con cariño acaricio la mejilla sonrojado y mojada por las lágrimas de Taehyung, entendiendo que aquel juguete era su favorito, mas que aquella barbie que tanto le gustaba también.
- Tae, sé que ese muñeco era tu favorito y sé que estas enojado porque se dañó. Pero ese objeto no vale más que tu hermano y lo estas lastimando con lo que le estas diciendo... Apuesto que Jimin jamás quiso dañar tu juegue ¿No es así bebé? -
Jimin giro su rostro y con una expresión triste negó repetidas veces, viendo a Taehyung.
- Yo y papá podemos comparte otro nuevo e incluso arreglar este. Puedes tener cientos de estos muñecos, pero solo tienes a un hermano, Tae. ¿Quieres mucho a Jiminnie, cierto? -
Taehyung asintió lentamente, digiriendo las palabras de su papá, aun con un puchero y la vista en el suelo.
- Bueno entonces perdónalo y no digas cosas tan feas que eres un niño bueno y bonito, y los niños buenos y bonitos no les dicen esas cosas a sus hermanos ¿Bien? -
Jimin se bajó de los regazos de Jin, por su propia cuenta y fue abrazar a Taehyung con mucha fuerza, al igual como su gemelo había hecho cuando despertó.
- Perdón Taetae... -
Taehyung asintió varias veces – Yo lo siento, fui malo con Minnie- respondió, y también correspondió el abrazo ya con una sonrisa.
Como siempre pasaba con ellos.
Jin sonrió feliz de verlos, volviendo ese sentimiento de amor y orgullo. Uno que siempre se apoderaba de él con cada uno de sus hijos.
- Bueno, yo me encargare de esto. - tomó las dos partes del muñeco y beso las cabelleras castañas de ambos gemelos.
Y cinco minutos después estaba jugando con la misma alegría y emoción que antes, como si nunca hubiera sucedido nada entre ellos. Era una de las virtudes de ser niños.
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