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Capitulo 37





Y si decirle nada a nadie Luther camino hacia la oficina de su padre y tocó este abrió rápido.

— Número uno —levantó la vista y le prestó atención— ¿Qué necesitas? —preguntó inquisitivo y el menor trago duro.

—Padre yo como líder del equipo deseo —suspiró— Qué exoneres a número ocho de misiones y de entrenamientos, te lo pido por favor y a partir de hoy todo lo que haga ella yo lo pagaré.

—¿Y por qué dices eso? —dijo serio viendo al líder.

—Hoy en la misión ha demostrado un miedo al salir a la calle, intento no llorar y al sentirse amenazada no hizo nada para defenderse — miró seriamente — Ella no podrá defenderse afuera sin ayuda de nadie y padre tu lo sabes más que nadie, ella debe quedarse en la academia por ahora ya será su decisión más adelante

Reginald Hargreeves lo miró fijamente, su rostro impasible. No era común que uno de sus hijos hiciera una petición tan directa, especialmente cuando se trataba de una solicitud que ponía en duda la capacidad de uno de ellos. Luther se mantenía firme, aunque su voz temblaba ligeramente por el peso de sus palabras. Había algo en la actitud de ___ que le había preocupado, y no podía ignorarlo.

—Y tú, ¿por qué te preocupas tanto por ella? —preguntó Reginald, casi con desdén, aunque no era una pregunta de verdadero interés, sino más bien una prueba. En su voz había una frialdad glacial que solo él podía mostrar.

—Porque es mi hermana —respondió Luther con firmeza, sin apartar la mirada de su padre— Y, aunque no lo creas, sí me importa lo que le pase. Si ella no puede estar fuera en misiones, si no puede protegerse a sí misma, entonces quiero que esté aquí, con nosotros, en lugar de enviarla a enfrentarse a peligros que no puede manejar.

Reginald lo observó en silencio por unos segundos. Se cruzó de brazos y suspiró, como si estuviera considerando la petición de su hijo, pero en realidad ya tenía su respuesta lista.

—Hazlo —dijo finalmente, con voz seca— No me importa que la dejes fuera de misiones, Luther. No cambiará nada pero eso sí, te advierto que el mundo no tiene piedad con los débiles. Si crees que esto es lo mejor para ella, adelante; aunque, te diré algo, no va a cambiar el hecho de que ___ debe aprender a defenderse sola algún día. No siempre estarán ahí para protegerla.

Luther sintió que una carga pesada se aliviaba ligeramente, pero aún podía ver en los ojos de su padre esa indiferencia que siempre le había dado miedo. Sabía que estaba tomando una decisión difícil, pero era lo mejor para ___. Al menos ahora tendría algo de paz, aunque fuera temporal.

—Gracias —respondió Luther, aunque su tono no mostraba gratitud, solo alivio. Sabía que la decisión de su padre no era una victoria real, solo una tregua en una guerra silenciosa que se libraba en su familia.

Con un gesto de la mano, Reginald despidió a su hijo, quien salió de la habitación con la mente llena de pensamientos oscuros. Sabía que lo que había hecho no era suficiente, pero al menos había conseguido algo por ___, algo que ella nunca podría pedir por sí misma.

Sin esperar mucho el salió a la habitación de su hermana y la encontró poniendo en un marco para fotos un dibujo de una chica tocando el piano, vio bien el dibujo era ella cuando aún tocaba y vio la firma era de Five, luego su mirada se enfocó la fecha era antes de que se escapara para viajar en el tiempo. Era muy detallado este, el dibujo hablaba por si solo.

Su vista se desenfoco de ahí y miro a su hermana para decirle la noticia de su padre, sin mencionar que él había intercedido por ella ya que como ella había dicho lo odiaba y no esperaba una buena reacción de ella, esperaba la respuesta más cortante y de mala gana.

—____ necesito hablar contigo —hablo y ella volteó molesta, su larga caballera hizo aire en su cara de Luther.

—¿Qué quieres? —respondió cortante y miró seriamente al rubio

—Ya nunca más iras a misiones, ni entrenaras con nosotros

Ella sonrió emocionada y intentó abrazarlo pero se quedo ahí no más sin decir nada.

—Pero no puedes dejar de...sabes soy hombre —dijo Luther y ella lo miró extrañada.

—No me digas Luther...pensé que eras mujer.

—No me refiero eso... vamos soy hombre y miró, no soy ciego —habla y mira a su hermana— El punto que tienes bonito cuerpo, no eres como modelo pero igual tienes curvas que todos se quedan mirando y se nota más cuando usas el uniforme —ella arquo una ceja— El punto es que mantengas tu figura, entrenes nadie usa la piscina puedes ir ahí

—Sabes que no se nadar, nunca aprendí como ustedes gracias al incidente de que casi me muero sin mi voluntad —ella lo miró obvia—

—Bien te puedo enseñar pero quiero la mejor disposición

___ lo miró con escepticismo, cruzando los brazos mientras lo evaluaba con la mirada.

—¿En serio? ¿Tú vas a enseñarme a nadar? —preguntó, su tono cargado de desconfianza—. ¿Y qué me asegura que no vas a lanzarme al agua y dejarme ahí a ver si sobrevivo?

Luther suspiró, pasando una mano por su cabello, frustrado.

—___, no soy tan cruel como piensas —respondió, tratando de sonar convincente—. Solo quiero ayudarte, y aprender a nadar no es algo opcional. Es algo que necesitas saber. Por seguridad, por salud... y porque no quiero que uses eso como excusa para no moverte.

Ella entrecerró los ojos, claramente dudando de sus intenciones.

—¿Y qué gano yo con esto? —preguntó, cruzándose de brazos con una sonrisa ladina, claramente disfrutando ponerlo incómodo.

Luther titubeó por un momento, pero luego respondió:

—Ganas... la satisfacción de aprender algo nuevo. Además, te ayudará a mantenerte activa y despejar tu mente.

Ella dejó escapar un pequeño resoplido, medio divertida y medio exasperada.

—Está bien, pero si me sueltas en el agua o intentas hacer algo estúpido, te juro que te voy a ahogar, Luther.

Él sonrió, aunque sabía que no estaba del todo bromeando.

—Trato hecho —respondió, extendiendo una mano para sellar el acuerdo.

Ella la miró por un momento antes de aceptarla, aunque con cierta reticencia.

—Más te vale que seas un buen maestro —dijo mientras se alejaba.

—Y más te vale que seas una buena alumna —replicó él, siguiéndola con una sonrisa.

Aunque se note que ella superó la muerte de ambos, realmente no lo superó y solo oculta el dolor para que no se preocupen los demás.

Lo que necesita es atención psicológica pero nadie podrá hacer eso.

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