Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 21





Me recosté a su lado, sintiendo el calor de su cuerpo contra el mío mientras me acurrucaba con él. Era mi mejor amigo, mi hermano de alma, y no merecía nada de lo que estaba pasando. Lo observé en silencio, con el corazón apretado, deseando poder cargar con su dolor y aliviar su sufrimiento. Pero ahí estaba, impotente, solo capaz de ofrecerle mi presencia, esperando que supiera que no estaba solo.

Me quede mirando el techo, mi mirada se dirigió a la pared donde se encontraba el reloj marcaba dos de la mañana y media, sería una noche larga me di vueltas y vueltas no lograba consiliar el sueño así que me pare y me senté en la ventana tenía como almohadones ahí. Me quede mirando y miraba a las parejas que pasaban por ahí, a veces quisiera salir de esta academia y ser normal pero no tenía ni idea de como sobreviria pero se que lo lograría porque yo me iría de aquí cuando tengo por fin los dieciocho, como todos lo van a hacer.

En eso me di sueño y había pasado cuarenta y cinco minutos más, me recosté y vi a Ben que estaba durmiendo más tranquilo y cerre los ojos.

Estaba en una gala todos mis hermanos estaban elegantes, a mi costado se encontraba Ben y Klaus qué me estaban haciendo reír.

—Yo quisiera tener un relación poliamorosa —mencionó Klaus a lo cual Ben y yo lo miramos con incredulidad— ¿Qué? —añadió al notar nuestras expresiones.

—Estás loco —le dijo Ben para luego tomar un poco de champagne.

—No pues imagina una noche de pasión con ambos —hizo una pausa y yo hice una mueca incómoda, me había imaginado la situación y luego negué.

—Que asco Klaus —hizo una arcada Ben para negar.

—¡Es igual que estar con los gemelos! —me señaló Klaus, riendo mientra yo negaba rápidamente con la cabeza, sintiendo el calor subirme al rostro.

—Klaus, basta —murmuré deseando que dejará el tema de lado, pero, como siempre el tenía que llevarlo al extremo.

— Imagina a los dos cada uno besándote... y... —y antes de que pudiera terminar recibió un golpe por parte de Ben en el brazo, ocasionando qué este fingiera dolor y le de risa mientras que  yo me puse más roja qué antes, el calor aumentó en mi rostro. — Se lo imagino, se lo imagino —canturreó burlón mientras yo bajaba mi mirada avergonzada

—¡Klaus, por favor! —protesté pero él no se detuvo.

— Y pum quedabas embarazada de ambos, ¿Tendrías dos bebés o solo uno con los mismos genes? —preguntó con la seriedad de todo el mundo, como si se estuviera planteando una pregunta científica.

—¡Klaus! —gritamos Ben y yo al unísono, mientras él se echaba a reír con esa risa despreocupada que siempre lo acompañaba, completamente ajeno a nuestras caras de vergüenza. Para empeorar las cosas, varias personas cercanas habían escuchado nuestra conversación y ahora lanzaban miradas curiosas y murmullos que aumentaban mi incomodidad.

Pero Klaus, fiel a su estilo, decidió no detenerse.

—Entonces, ¿qué? ¿Dos bebés o uno con los mismos genes? —repitió, mirándome con una ceja levantada y una sonrisa divertida, como si de verdad esperara una respuesta.

Ben, harto y con su paciencia al límite, le lanzó una mirada fulminante antes de soltar.

—Sería un bebé híbrido con un gen de tu estupidez, Klaus, y seguramente no sobreviviría a tanta tontería acumulada.

Eso lo hizo callar por un momento, pero no tardó en volver a reír, esta vez más fuerte. Yo aproveché para esconder mi rostro entre las manos, deseando que la tierra me tragara.

—Tienes razón, Ben, el bebé sería demasiado perfecto para este mundo —respondió Klaus con un tono teatral, antes de llevarse su copa de champagne a los labios como si nada hubiera pasado.

Ben solo negó con la cabeza, suspirando profundamente, mientras yo murmuraba:

—¿Por qué tengo que soportarlos?

—Porque nos amas —respondieron ambos al unísono, lo que provocó que incluso yo soltara una risa, a pesar de lo mucho que quería enojarme.

Y sin darme cuenta, tenía la atención de los dos gemelos. Sentí sus miradas fijas en mí, analizándome con esa intensidad que siempre lograba ponerme nerviosa. ¿Qué? ¿Five estaba aquí también? Mi mente apenas procesaba todo cuando Allison, con su característica sonrisa cómplice, me dio un ligero empujón hacia la pista de baile.

—¡Diviértete un poco! —susurró antes de desaparecer entre la multitud.

Me quedé ahí, congelada por un segundo, cuando de repente ambos gemelos se acercaron a mí, cada uno tomando un lado, cerrando el espacio a su alrededor como si se hubieran puesto de acuerdo.

—Parece que eres el centro de atención esta noche —comentó uno con una sonrisa pícara.

—No puedes culparnos, luces bastante bien esta noche —añadió el otro, con una mirada que parecía escudriñar cada detalle.

Sentí cómo mi rostro se calentaba y mis palabras se atascaban en mi garganta. Quería responder algo ingenioso, pero lo único que lograba hacer era alternar mi mirada entre ellos, tratando de encontrar una salida.

—¿Planean intimidarme o simplemente hacerme tropezar de los nervios? —logré soltar al final, intentando sonar despreocupada, aunque mi tono me traicionó.

Ambos se miraron y sonrieron de forma idéntica, una sincronización que siempre me desconcertaba.

—Quizá un poco de ambas —respondieron al unísono, antes de extender sus manos, como si estuvieran retándome a elegir entre ellos.

Y ahí estaba yo, en medio de una pista de baile, rodeado por miradas curiosas y con dos gemelos decididos a no darme tregua.

El salón estaba vacío, el eco de la música resonaba en las paredes desiertas. Todos habían desaparecido, congelados en el tiempo, y solo quedábamos Five y yo. Él estaba frente a mí, tan cerca que podía ver la tormenta en sus ojos, pero también tan distante como si estuviera atrapado en un lugar al que no podía seguirlo y no podía sacarlo.

Las primeras notas de Don't Speak comenzaron a sonar en algún lugar lejano, envolviéndonos en una atmósfera irreal.

—Tú y yo… solíamos estar juntos… —murmuró Five, casi como si hablara consigo mismo, repitiendo la letra de la canción. Su voz era un susurro que parecía cargado de un dolor profundo, uno que no podía contener más.

Di un paso hacia él, inseguro, intentando alcanzar ese muro invisible que nos separaba.

—Siempre juntos, cada día… —continuó, con un amago de sonrisa melancólica que desapareció tan rápido como había aparecido. Me miró, y por un momento, pensé que iba a decir algo más, pero simplemente dejó que la música hablara por él.

—Realmente siento… que estoy perdiendo a mi mejor amigo… —susurré esta vez, completando las palabras, mientras lo miraba fijamente. Five desvió la mirada, como si el peso de mis palabras fuera demasiado, no lo había escogido como pareja amorosa y eso siempre le dolía en el alma y luego el había escapado de casa.

—No puedo creer que este pueda ser el final —respondió él, con la voz quebrada.

El silencio se hizo entre nosotros, solo interrumpido por las notas de la canción.

—Ben… —murmuró finalmente, levantando la mirada para encontrarse con la mía y lo miré sin entender —. Y él, Cinco.

Sus palabras cayeron como un golpe. Mi respiración se detuvo por un momento, y sentí cómo el aire en la habitación se volvía pesado, qué quería decir

—No estás solo, Five —dije, mi voz temblando al intentar alcanzarlo de nuevo.

Él negó lentamente, con una sonrisa amarga.

—Estaban ahí… siempre estuvieron. Pero los perdí. Y ahora… siento que también te estoy perdiendo a ti.

Quise acercarme más, romper la distancia, pero Five alzó una mano para detenerme y aún con miedo por lo que decías.

—No hables —pidió, con un tono suave pero firme—. Sé lo que estás diciendo. Por favor, no lo expliques. No me digas nada… porque duele.

La letra de la canción parecía entrelazarse con sus palabras, como si todo estuviera sincronizado con su dolor. Me quedé inmóvil, observándolo mientras se perdía en sus propios recuerdos, cargando con un peso que parecía demasiado para soportar.

Finalmente, dio un paso atrás, rompiendo el momento.

—Ellos… Ben, Cinco… no puedo traerlos de vuelta. Pero tú estás aquí, y no sé cuánto tiempo más lo estarás.

—Five… —intenté hablar, pero su mirada me detuvo, para que me explicará más que quería decir con Ben y Cinco.

—Hush, darling. No digas nada. —Se giró, dejando caer un último susurro antes de desaparecer entre las sombras—. No quiero perderte también.

Y entonces, me quedé sola, con las últimas notas de la canción resonando en el aire, mientras las palabras no dichas colgaban entre nosotros, como un eco que nunca se desvanecería.

Desperté de golpe, jadeando, con el cuerpo cubierto de sudor frío y el corazón latiendo con fuerza. Malditos sueños de mierda. Ya no podía más con esto. Siempre era lo mismo: primero estaba en un apocalipsis, solo con Ben qué me hablaba de cosas que no entendía. Ahora, el escenario cambiaba, pero la sensación seguía siendo igual de sofocante.

Esta vez, habían estado casi todos ahí, pero de una manera extraña. Una gala, risas que se sentían demasiado lejanas para ser reales, y luego esa situación absurda y surrealista. Five estaba allí, con esa intensidad que siempre lo acompañaba, hablando de cosas que preferiría olvidar. Y luego la música, las palabras que parecían desgarrar algo dentro de mí. Todo parecía tan real y, al mismo tiempo, tan distorsionado.

Me llevé las manos al rostro, intentando calmarme, pero el peso de todo se sentía insoportable. ¿Por qué no podía dejar de soñar con estas cosas? ¿Por qué mi subconsciente insistía en recordarme todo lo que había perdido, todo lo que no podía cambiar?

—Es solo un sueño —murmuré para mí mismo, aunque no lo sentía así. Se sentía demasiado real, como si esas versiones de ellos, de nosotros, estuvieran atrapadas en algún rincón de mi mente, reclamándome algo que no podía darles.

Me levanté, tambaleándome un poco, y fui directo al lavabo. El reflejo en el espejo no me ofreció consuelo, solo me devolvió una imagen cansada, alguien que había visto demasiado y sobrevivido demasiado poco.

—Malditos sueños de mierda —repetí en voz baja, aferrándome al borde del lavabo, mientras intentaba convencerme de que, al menos por ahora, todo estaba bien. O tan bien como podía estar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro