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Capitulo 18


Pasaron más horas de lo que esperaban y no habían encontrado nada, absolutamente nada y la frustración estaba en el aire como si eso se respiraba.

—Quiero pensar en positivo y que el este bien —Ben la miró y ella simplemente estaba pérdida en sus pensamientos.

—Eso quiero creer, pero según los libros que leí las consecuencias del viaje en el tiempo son muy peligrosas —ella se revolvió el pelo desesperada— Si el realmente viajo no se que le puede pasar.

—Es hora de volver —Ben la tomo por los hombros y empezaron a caminar apresuradamente.

La llovizna los había mojado y al llegar fueron a su habitaciones pero la chica al entrar vio a su enamorado Cinco esperándola, sus ojos estaba hinchados igual a los de ella. A paso lento se acercó a él y sin esperar mucho la rodeo con su brazos y empezó a llorar.

—No era mi intención golpearlo —dijo Cinco llorando— Solo quería defenderte, actúe por impulso

—Lo sé amor, puedes enojarte conmigo por eso no te dije nada de lo que el me había dicho —ella empezó a llorar.

—Se fue y no le pude pedir perdón —Cinco negó decepcionado —Nunca supo afrontar sus problemas desde que éramos niños pero ahora estamos grandes y tomó acciones radicales pero se que el algún día volverá —sonrió para tratar de tranquilizarla— Le pediré perdón y seremos felices, el sabrá perdonarme

Se recostó en su pecho y Cinco la abrazó más fuerte, como si temiera que, si la soltaba, ella pudiera desvanecerse en medio de la tormenta que los envolvía. El sonido de la lluvia golpeando contra las ventanas era el único ruido que acompañaba a sus respiraciones entrecortadas, mientras sus corazones parecían latir al mismo ritmo.

___ no sabía cuánto tiempo había pasado, pero sentía que estaba a salvo, al menos por ese momento, en sus brazos. La calidez de su cuerpo, la suavidad de su voz al decir esas palabras, le daban una paz que había perdido hacía tiempo.

—Cinco, te amo —susurró ella, como si esas tres palabras pudieran arreglar todo lo roto, como si pudieran devolverles la esperanza que los dos habían perdido.

Él la acarició el cabello con ternura, respondiendo a su declaración con un suspiro profundo.

—Yo también te amo, más de lo que te imaginas —dijo con voz quebrada, pero llena de verdad.

___ levantó la vista hacia él, encontrando en sus ojos una mezcla de dolor y amor que la dejó sin palabras. No necesitaba más explicaciones. El tiempo, los errores, las peleas, todo parecía quedarse en el pasado mientras ellos se encontraban, de nuevo, el uno al otro.

Cinco se apartó un poco, mirándola con una suavidad que no había mostrado antes.

—Voy a hacer lo correcto, ___ —dijo con determinación—. Te prometo que arreglaré las cosas. Con Five, con todos, no quiero que esto nos separe.

___ sonrió débilmente, sabiendo que aún quedaba mucho por sanar, pero estaba dispuesta a dar ese paso con él. No importaba cuántas veces tropezaran, lo importante era que siempre se levantaran juntos.

—Lo sé —respondió, con la mirada fija en él—. Yo estaré aquí, apoyándote siempre.

Cinco la besó suavemente en la frente, como si esa fuera su manera de agradecerle, de sellar la promesa de que no dejaría que nada los separara, ni siquiera sus propios demonios.

A pesar de la tormenta fuera de la habitación, en ese momento, el tiempo parecía detenerse para ellos. Todo lo demás no importaba. Solo importaban ellos, y el futuro que construirían juntos.

____ Sammy Hargreeves

Habían pasado ya un mes de que Five había desaparecido y desde su desaparición no podía dormir bien, cualquier ruido aunque fuera el mínimo me despertaba y aparte de eso había empezado a tener muchos sueños pero estos eran borrosos.

—Se nota que no has dormido nada —Ben me miró un poco cabizbajo.

—No te sientas mal si —sonrió leve— Me da insomnio, voy a empezar a tomar pastillas para dormir bien —Ben negó frunciendo el ceño.

—Todo lo arreglas con pastillas últimamente —la regaño

—Perdón pero es lo único que puedo hacer ya intente con todo los métodos existentes —nos paramos de la mesa y caminábamos por los estantes de la biblioteca.

—Bueno toma este libro es como Anna Karerina pero sin ser Anna —se lo entrega en sus manos.

—Madamme Bobbary —lee el título y levanta una ceja— Cinco y yo no terminamos a Anna

—Son muy lentos ambos leyendo —me dijo seriamente para luego sonreír.

—Claro que si terminamos pero a nuestro paso —dijo seriamente.

—¿Pues que hacen? —Me pregunta con una sonrisa media picarona.

—No es lo que tu piensas —le di un golpe en su hombro— Leemos, comentamos y debatimos

—Pues con razón se demoran una eternidad —soltó un risa— Pero Bobbary solo para ti, tu lo haces el tiempo récord —asiento y le doy un abrazo.

—Gracias por siempre estar conmigo —le di un beso en la mejilla y nos fuimos de la biblioteca.

Había abierto el libro y había empezado a leer y un estracto captó mi atención

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"Emma buscaba en el amor aquello que le hacía falta en la vida. Se inclinaba hacia él con todo su ser, depositando en la unión de las almas todas las maravillas de sus sueños; pero no tardaba en descubrir que la felicidad, como un velo deshecho por el viento, se escapaba entre sus manos."

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Mi garganta esta seca y busque en mi mesa de noche la jarra pero estaba vacía, así que tome la decisión de bajar y llenarla por mi misma; baje las escaleras y pase justo por donde estaba el piano y me quedé detenida en mi, pero en eso empecé a ver siluetas de mi y Five en un recuerdo en el piano.

El eco de las teclas resonaba en mi mente como un susurro del pasado. Me quedé inmóvil frente al piano, y fue entonces cuando las imágenes se formaron como una película borrosa pero tan vívida al mismo tiempo. Ahí estaba yo, sentada junto a Five.

—¿Sabes tocar? —me preguntó, arqueando una ceja mientras sus dedos se deslizaban con torpeza por las teclas.

—Tu sabes que si, en eso te ganó —respondí, riendo por lo serio que parecía al intentar una melodía.

En ese recuerdo, su mirada se tornó desafiante.

—Entonces, enséñame. —Tomó mi mano con delicadeza y la colocó sobre las teclas—. No puedo ser bueno en todo, pero al menos esto debo aprender.

Me vi mostrándole una simple melodía, riendo cada vez que se equivocaba y fruncía el ceño. Había algo tan puro en esos momentos, tan fuera del caos que siempre nos rodeaba. La música se mezclaba con el sonido de nuestras risas.

—Eres terrible en esto —le dije entonces, entre risas.

—Y tú eres terrible mintiendo, no eres buena, eres excelente —respondió con una sonrisa ladeada, su voz cargada de una ternura que apenas mostraba a nadie más.

La imagen se desvaneció lentamente mientras el presente volvía a mí. Sentí cómo mis ojos se llenaban de lágrimas.

El piano, que ahora estaba cubierto de polvo, parecía un símbolo de su ausencia. Me acerqué lentamente y pasé la mano por encima de las teclas, como si al tocarlas pudiera traerlo de vuelta.

—Five... —susurré, dejando que una lágrima cayera sobre las teclas. La melodía que había compartido con él resonaba en mi mente como un eco lejano, un recordatorio de lo que habíamos perdido.

En eso mi madre me encontró, me dio una sonrisa triste y me dio un beso.

—¿Quieres algo de comer? —me preguntó y asentí no podía negarme cuando se trataba de la comida de mamá.

—Bien eres la única que aceptó de todos tus hermanos —me sonrió maravillada— Vamos, mi dulce princesa —me jalo la mano y me preparó en un instante un emparedado de pollo bien contundente, con mi limonada y un pequeño cup cake.

Le di una sonrisa de boca cerrada y empecé a comer, al primer bocado era  algo delicioso, parecía un manjar hecho por los dioses o algo parecido; estaba disfrutando hasta que Vanya apareció y cuando hicimos contacto visual ella salió huyendo de mi. Era extraño hace unos meses le encantaba tocar conmigo pero no se que pasaría en la cabeza suya.

Me había sumergido en mis pensamientos, en eso sentí una presencia al frente mío. Parpadie seguidamente y enfoque la vista en la persona de adelante mío y era nada más que mi hermano Klaus.

—Perdón por venir así y pararme así, solo que estás como ida —el me miró un poco alegre pero su alegría se desvaneció cuando recordó algo— Papá me mando a hablar contigo, la primera opción es Ben pero como que a él le vale tres pepinos lo que dice el viejo últimamente

—Klaus al punto — le dije comprensiva.

—El punto es que papá me dijo que queire desocupar la sala, el piano lo quiere vender —hablo seriamente

Sentí como si el suelo se moviera bajo mis pies al escuchar esas palabras. Mi garganta se secó, y por un instante, no pude responder.

—¿Vender el piano? —repetí con incredulidad, mi voz casi quebrándose.

Klaus asintió lentamente, sus ojos buscaban los míos como si tratara de medir mi reacción.

—Sí, dice que ya no tiene uso y que solo ocupa espacio. Yo le dije que el piano tiene historia, recuerdos... pero ya sabes cómo es él. Todo es lógica y cero emociones.

Me quedé en silencio, mirando al suelo mientras las imágenes de los momentos con Five y el piano inundaban mi mente. Era mucho más que un simple instrumento; era un refugio, un puente entre nosotros, un lugar donde los silencios se convertían en música y las emociones en melodías.

—No puede hacer eso —dije finalmente, mi voz apenas un susurro.

—Bueno, técnicamente puede, ni lo tocas, ni lo miras. —Klaus hizo una mueca—. Pero eso no significa que debamos dejarlo.

Levanté la vista hacia él, y en sus ojos vi un destello de determinación. Era raro ver a Klaus tan serio, pero incluso él entendía lo que significaba el piano.

—¿Y qué podemos hacer? —pregunté, aferrándome a cualquier esperanza.

Klaus sonrió de lado, encogiéndose de hombros.

—Convencerlo de que no lo venda. O, si eso no funciona... sabotear la venta.

No pude evitar reírme entre lágrimas.

—¿Sabotear? ¿Cómo?

—Oh, querida, soy Klaus. Confía en mí, tengo ideas. —Guiñó un ojo antes de levantarse—. Pero primero, hablemos con los demás. Tal vez ellos también quieran salvar al pobre piano

Asentí, sintiéndome un poco más ligera gracias a su apoyo. Si había algo en lo que podía confiar, era en que Klaus no se rendiría fácilmente, y tampoco lo haría yo.

Vamos me dio mucha pena Cinco el quería disculparse pero los planes de Five fueron otros, llegarán a arreglarse ambos o el destino tiene otros planes.

¿Qué piensan?

Bye

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