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Capitulo 15





Five Hargreeves

Cuando me fui a mi habitación, me derrumbe por completo no era mi intención decirle esa cosas pero para mi suerte la que hablo fue la rabia, la ira y el resentimiento y muy tarde fue lo que me di cuenta que ya la había lastimado 

—Que carajo hiciste —entró Allison molesta— La cagaste y la lastimaste

—¿Cómo sabes eso? —pregunté tratando de mantenerme serio.

—Klaus y yo pasamos por ahí y escuchamos todo —levanto la voz.

—¿Y qué esperabas que hiciera, Allison? ¿Callarme? ¿Apretar los dientes y seguir como si nada? —grité, levantándome de la cama, el enojo volvía a arder en mi pecho, pero esta vez era contra mí mismo tanto como contra ella.

—¡No de esa forma, Five! —me respondió furiosa, acercándose para encararme—. Podrías haber hablado, explicado lo que sentías, pero no, decidiste destruirla con tus palabras. ¿Qué clase de persona eres? —me miró decepcionada. 

—¡¿Qué clase de persona soy?! —repetí, riendo sin humor—. Soy la clase de persona que fue manipulada, utilizada y luego desechada, Allison —la mire incrédulo— ¡Ella jugó con nosotros, con Cinco y conmigo!

—Eso no justifica que la trataras de esa manera —replicó, su voz quebrándose un poco—. Te escuché decir que la odiabas, Five. Odiarla —remarcó la palabra— ¿Sabes lo que esas palabras le hicieron?

—¡Claro que lo sé! —exploté—. ¿Crees que no me doy cuenta de lo que hice? Pero no puedo simplemente ignorarlo, Allison...ella rompió algo en mí, algo que no sé si pueda arreglar jamás.

—No eres el único herido aquí, ¿sabes? —me miró enojada— Ella también lo está, y lo peor es que todavía te importa, aunque te niegues a admitirlo.

Sus palabras me golpearon como un puñetazo y solo me quedé en silencio, incapaz de responder.

—Sabes que tengo razón —susurró, mirándome con tristeza—. Five, todos estamos rotos, pero lo que hiciste hoy... eso no lo arreglas con el tiempo y tienes que encontrar una forma de enmendarlo, o perderás algo que no puedes recuperar.

—¿Y qué se supone que haga? —pregunté con amargura—. ¿Decirle que lo siento y que todo estará bien? es no va a funcionar, Allison; perdóname pero no vivimos en un cuento de hadas y esto es la realidad por mas cruda que sea

Ella negó con la cabeza, con los ojos llenos de decepción.

—No estoy diciendo que lo arregles ahora, pero al menos deja de empeorarlo. —me miró una última vez antes de girarse hacia la puerta—. Haz lo que quieras, Five...siempre haces lo que quieres.

Y con eso, salió de la habitación, dejándome solo con el eco de mis pensamientos y un torrente de emociones me invadió: culpa, rabia, frustración. Todo me aplastaba, como si el peso del mundo estuviera sobre mis hombros y sin pensarlo, tomé el primer objeto que encontré en el tocador: un jarrón pequeño de porcelana. Lo lancé contra la pared con toda mi fuerza, viendo cómo se hacía pedazos y el sonido me llenó de una extraña satisfacción, pero no fue suficiente.

Uno a uno, fui tomando los objetos del tocador: un reloj, un portarretratos vacío, una lámpara pequeña, todo terminó estrellado contra la pared o el suelo. Cuando no quedó nada más por romper, me dejé caer al suelo, respirando con dificultad y simplemente apoyé mi cabeza contra la pared, cerrando los ojos. 

Todo estaba en ruinas, no solo en la habitación, sino dentro de mí y lo peor era que sabía que yo mismo había causado ese desastre que ya no tenía solución pero talvez era necesario ponerle un fin aunque no era la manera correcta ; mire mis manos y mis nudillos rojos, levante la mirada y esa tarde tome una decisión que nadie me impidiere que la realizara.

Dos horas después...

Los chicos habían llegado y número cuatro salió disparado a buscar a Ben y sin ninguna explicación previa lo jalo y lo llevo a un rincón alejado.

—¿Qué tienes? ¿Qué pasa? —pregunto el de ojos rasgados hacía el rizado— Klaus habla

—Es ___ —cuando dijo su nombre las alarmas del asiático se activaron.

—¿Está bien? ¿Qué paso? —preguntó muy preocupado y al obtener silencio— Responde por el amor de Dios

—¡Está devastada, Ben! —gritó Klaus, con los ojos llenos de angustia—. Five le dijo cosas horribles, la hizo pedazos con sus palabras ,te juro nunca la había visto así.

El rostro de Ben cambió de inmediato, su preocupación se tornó en furia contenida, apretó los puños y dio un paso hacia Klaus.

—¿Qué le dijo exactamente?

—Todo lo que una persona jamás querría escuchar de alguien que le importa —Klaus bajó la voz, como si fuera demasiado doloroso repetirlo— Que la odiaba, que la maldecía... incluso dijo que ella era un error.

Ben inhaló profundamente, tratando de mantener la calma, pero era inútil.

—Ese imbécil... —murmuró entre dientes, sus ojos oscuros chispeando con una mezcla de enojo y decepción—¿Y dónde está ahora?

—En su habitación, probablemente destruyendo todo a su paso como el drama king que es —respondió Klaus, cruzándose de brazos—Pero eso no importa ahora. ¿Qué hacemos con ___?

Ben respiró hondo y se pasó una mano por el cabello, tratando de organizar sus pensamientos.

—Primero voy a hablar con ella, asegurarme de que esté bien —dijo finalmente, con determinación— Después... voy a buscar a Five, alguien tiene que ponerle un alto.

Klaus lo miró con una mezcla de alivio y preocupación.

—Ten cuidado, Ben. Five no es precisamente conocido por tomarse bien las críticas.

—No me importa cómo lo tome —respondió Ben, con un tono firme— Nadie tiene derecho a tratarla así, ni siquiera él y una cosa Klaus que Cinco no se entere no queremos más problemas de los que ya hay —el rizado asintió y se fue-

Sin esperar respuesta, Ben se giró y caminó con paso firme hacia la habitación de ___.

Cuando llegó, golpeó suavemente la puerta antes de entrar.

—___, soy yo. ¿Puedo pasar?

Un débil "adelante" se escuchó del otro lado, y Ben abrió la puerta para encontrarla sentada en el borde de la cama, con los ojos enrojecidos y la mirada perdida.

Sin decir una palabra, se acercó y se sentó a su lado, colocando una mano reconfortante en su hombro.

—Estoy aquí para lo que necesites —dijo en voz baja, mirándola con una mezcla de preocupación y cariño— No tienes que cargar con esto sola.

—Es que no puedo Ben, lo lastime te juro no era mi intención hacerlo —bajo la cabeza mientras empezaba a llorar-

Ben la miró con una mezcla de preocupación y comprensión, sabía lo que sentía, pero también entendía que nadie es perfecto. En ese momento, su corazón quería decirle algo que la se sentiría mejor, algo que le diera esperanza, pero las palabras parecían escapar de él.

—___, lo sé —dijo suavemente, levantándole el rostro con una mano para mirarla a los ojos—No lo hiciste con mala intención...pero a veces, las cosas no salen como esperamos, y las palabras, los gestos, los errores... pueden hacernos sentir que hemos arruinado todo.

Ella lo miraba, sus ojos llenos de lágrimas que no dejaban de caer y simplemente lo abrazó

No se en que momento me había quedado dormida pero al despertarme miré a Cinco durmiendo en mi sillón, su respiración era tranquila pero sus facciones estaban muy tensas como si algo le preocupara.

—Amor  —murmuré al acercarme a él.

—Hey —despertó y cuando habló su voz estaba muy ronca y gruesa.

—¿Estás bien?  —me tensé al escuchar, acaso el sabía lo que había pasado con Five porque si así era no tardarían en pelearse y acabaría en tragedia— Klaus dijo que te sentías mal

—Un poco de dolor de cabeza nada más  -el acuno mi mejilla en sus manos y me observó detenidamente como si tratará de ver más allá de lo evidente.

—¿Haz llorado? —me preguntó y mis nervios aumentaron a mil.

—No claro que no seguro debe ser por el dolor de cabeza, mis ojos lagrimearon mucho pero no he llorado, seguro me voy a enfermar de gripe —él asintió inseguro, me creía pero a la vez no sabía que pasaba algo más pero no iba a indagar y tampoco quería que se enterará porque ocasionaría más problemas.

—Esta bien amor, traje Anna Karerina para seguir leyendo.

Cinco me dedicó una pequeña sonrisa mientras se acomodaba mejor en el sillón, dejando un espacio a su lado. Sentí un nudo en el estómago, pero me esforcé por sonreírle de vuelta y me senté junto a él, permitiendo que me envolviera con su brazo.

—¿Por dónde nos quedamos? —preguntó, tomando el libro con una mano y hojeándolo con calma.

—En el capítulo donde Anna empieza a dudar de todo lo que creía cierto —respondí, mi voz apenas un susurro. Era irónico, casi cruel, que justo ese fuera el pasaje donde habíamos dejado.

Él asintió y empezó a leer en voz baja, su tono profundo y pausado llenando la habitación. Pero mientras las palabras fluían de sus labios, mi mente estaba en otra parte esta pensaba en Five, en lo que había pasado entre nosotros, en cómo lo había herido. Cada frase del libro parecía resonar en mi interior, reflejando mis propios conflictos y arrepentimientos.

Cinco interrumpió su lectura y me miró con el ceño ligeramente fruncido.

—¿Estás segura de que estás bien? —preguntó, deslizando sus dedos por mi cabello.

—Sí, solo estoy un poco cansada —mentí, apoyando mi cabeza en su hombro para evitar que viera mis ojos llenos de incertidumbre.

—No quiero que te presiones con nada, ___ —dijo en un tono suave, apretándome un poco más contra él—. Si algo te preocupa, puedes decírmelo.

Asentí sin decir nada, sintiéndome atrapada entre la culpa y el miedo. Él siguió leyendo, y aunque su voz me calmaba, no podía evitar pensar que este momento tranquilo no duraría para siempre. Había demasiados secretos entre nosotros, demasiadas cosas que aún no habían salido a la luz.

Cuando terminó el capítulo, cerró el libro y me besó suavemente en la frente.

—Deberías descansar un poco más —murmuró—. Yo también lo haré, el dolor de cabeza aún no se me pasa del todo.

Asentí de nuevo y lo vi acomodarse en el sillón. Me quedé mirándolo por unos segundos, observando cómo cerraba los ojos y su respiración volvía a estabilizarse. Quería aferrarme a este momento de paz, aunque sabía que era solo una tregua temporal en medio de toda la tormenta que había causado.

Susurré un "te amo" tan bajo que apenas lo escuché yo misma, y me acurruqué a su lado, deseando con todas mis fuerzas que, de alguna manera, todo pudiera arreglarse. Pero en el fondo sabía que el camino hacia la reconciliación y la redención con su gemelo sería largo y doloroso, si es que alguna vez llegábamos a recorrerlo por completo.

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