Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 08


Five/Ryan Hargreeves

Habían pasado varias semanas desde que ella había salido de la enfermería, recuperándose cada vez más, y aunque intentaba mantenerme ocupado, mis pensamientos siempre volvían a lo mismo: ella y Cinco. Desde la distancia, observaba cómo se recuperaba, cómo sonreía más, y cómo él siempre estaba cerca, compartiendo bromas, sonrisas. Me había alejado intencionalmente, no porque quisiera, sino porque necesitaba analizar las cosas, entender qué iba a hacer a continuación.

El problema no era solo que Cinco estuviera cerca de ella. No, lo complicado era lo bien que estaban juntos. Ellos congeniaban de una manera que hacía que mi estómago se revolviera cada vez que los veía. Se entendían sin decir mucho, como si algo hubiera cambiado entre ellos, y eso me tenía en un conflicto interno que no sabía cómo resolver. Ella era importante para mí, más de lo que estaba dispuesto a admitir en voz alta, pero no podía ignorar la conexión que parecía estar floreciendo entre ellos.

—¿Hasta cuándo vas a seguir con esta actitud, Five? —me preguntaba a mí mismo mientras los observaba desde el pasillo, en silencio, fuera de su vista. La tensión en mi pecho aumentaba con cada risa que compartían. No me había dado cuenta de lo fuerte que era mi reacción hasta que mi mano, apretada en un puño, empezó a doler.

Cinco lo estaba haciendo bien, jugaba sus cartas perfectamente. Pero yo... yo no podía quedarme de brazos cruzados. Aunque me costara admitirlo, ella significaba más para mí de lo que estaba dispuesto a aceptar. Y si no hacía algo pronto, podría perderla sin haber tenido ni siquiera una oportunidad.

Había una decisión que tenía que tomar. Y el tiempo estaba en mi contra.

Estaba tan absorto en mis pensamientos que no escuché sus pasos acercándose. Sentí una mano en mi hombro, suave pero firme, y cuando volteé, me encontré con la mirada de Allison.

—¿Qué haces aquí, Ryan? —me preguntó en voz baja, como si no quisiera romper la burbuja de tensión en la que estaba inmerso. Su tono no era de reproche, pero había una clara preocupación en sus ojos.

—Nada —respondí rápido, apartando la mirada hacia el pasillo vacío frente a mí. Sabía que no podía engañarla, pero no quería hablar de ello. No ahora.

—No parece que sea nada —dijo Allison, cruzándose de brazos mientras me observaba—. Has estado así por semanas, distante, como si algo te estuviera comiendo por dentro.

Guardé silencio por un momento, intentando encontrar las palabras correctas para explicar lo que ni yo mismo entendía del todo.

—Es complicado —murmuré, finalmente rompiendo el silencio—. Es sobre ella... y Cinco. Todo se siente... diferente ahora. Sé que él está ganando y no me gusta perder, pero no sé cómo llegar a ella. No sé cómo hacer lo mismo que él hace.

Allison me observó con empatía y se acercó un paso más.

—¿Por qué piensas que estás perdiendo, Ryan? —preguntó suavemente—. Esto no es una competencia, y menos sobre quién es mejor con ella. Se trata de ser sincero con lo que sientes.

—Eso lo sé —respondí, frotándome el cuello, frustrado—, pero parece que él siempre sabe qué decir, cómo actuar. Yo... no soy así. No soy el tipo de persona que se abre fácilmente, ni siquiera con ella.

Allison sonrió, pero su mirada seguía siendo seria.

—A veces no se trata de hacer lo mismo que el otro. Cada uno tiene su forma de conectar. Ella te conoce, Ryan. No tienes que ser como Cinco para gustarle. Solo tienes que ser tú mismo.

Suspiré, sintiendo el peso de sus palabras. Sabía que ella tenía razón, pero la idea de que Cinco estuviera ganando terreno cada día que yo me mantenía a distancia me carcomía por dentro.

Allison me miró fijamente, como si estuviera sopesando algo antes de hablar.

—Escucha, Five , sé que estás acostumbrado a observar desde lejos, a mantener tus emociones bajo control, pero eso no te va a llevar a donde quieres llegar. Cinco ya está ahí, y si no actúas pronto... —hizo una pausa, viendo mi expresión endurecerse—. Lo que quiero decir es que tienes que empezar a pasar más tiempo con ella, no solo en las misiones o cuando algo anda mal. Me refiero a estar ahí, a ser una parte de su día a día.

—¿Y cómo hago eso? —le pregunté, algo escéptico—. No puedo simplemente aparecerme todo el tiempo y esperar que todo salga bien.

—No tienes que "aparecerte", hazlo de forma natural —dijo Allison, sonriendo con astucia—. Por ejemplo, ¿has pensado en entrenar con ella? Puedes ayudarla a recuperar la movilidad de su pierna, darle apoyo. Estarás a su lado, y eso fortalecerá el vínculo. Además, ella verá que te importa de verdad.

Me quedé en silencio, considerando la idea, no era mala idea. En lugar de dejar que Cinco tuviera todo el tiempo con ella, podría encontrar una razón para estar cerca también, de forma genuina.

—¿Crees que funcionará? —pregunté, sintiendo que una parte de mí ya estaba convencida.

—Estoy segura de que sí —respondió Allison, dándome una palmadita en el hombro—. Pero lo más importante es que seas tú mismo. Ella tiene que verte, Ryan, no una versión calculada de ti.

Asentí lentamente pero también Allison añadió, como si recordara algo importante:

—Además, ella ha tocado el piano desde que era niña, ¿no?

Asentí. Sabía que Ocho había aprendido a tocar desde pequeña, y su habilidad al piano era impresionante.

—Sí, lo sé —dije—. La he visto tocar muchas veces. Es algo que siempre la ha relajado.

Allison me miró de manera significativa.

—Bueno, tú también sabes tocar ahora, ¿verdad? Aprendiste en el internado.

—Sí, aunque no soy tan bueno como ella —admití con una sonrisa leve—. Pero aprendí lo suficiente. Fue una forma de desconectarme de todo lo que pasaba allá.

Allison sonrió más ampliamente.

—Entonces, aprovecha eso. Invítala a tocar contigo, como si fuera algo que puedan compartir juntos. Ambos tienen eso en común, algo que ni siquiera Cinco tiene. Hazlo especial.

La idea de tocar juntos resonó en mi mente, una oportunidad para acercarnos de una manera distinta.

—Eso podría funcionar —admití, visualizando el momento—. No solo nos acercaría, sino que me daría la oportunidad de estar más tiempo con ella.

—Exacto —respondió Allison—. Tienes algo único con ella, Ryan. Haz que lo note.

Me levanté, más decidido que nunca a aprovechar ese momento de conexión que compartíamos desde que éramos niños, pero esta vez, con algo más que simples notas musicales.

Pasaron un par de días hasta que encontré el momento adecuado, había estado observando a Ocho mientras se recuperaba.

 Esa noche, después de la cena, la vi sola en la sala de música, sentada frente al piano, pero no tocando, solo miraba las teclas, como si estuviera perdida en sus pensamientos así que decidí acercarme, sabía que esta era mi oportunidad

—¿Te molesto? —pregunté en voz baja desde la puerta, intentando no sobresaltarla.

Ella levantó la vista y sonrió al verme, era una sonrisa tranquila, pero había algo detrás de sus ojos, algo que la tenía distraída.

—No, para nada —respondió—. Solo estaba pensando.

—Puedo ver eso  -sonreí ligeramente- Pensé que estarías tocando.

Ella se encogió de hombros, como si la música, por primera vez en mucho tiempo, no fuera suficiente para calmarla.

—A veces no es tan fácil —murmuró, sus dedos rozando las teclas, pero sin presionarlas.

Me acerqué y me senté a su lado en el banco del piano, mirando las teclas por un momento antes de hablar.

—¿Te importa si toco algo? —pregunté, sabiendo que esto era importante para ella.

Ocho me miró con curiosidad.

—¿Tú? No sabía que sabías tocar.

Sonreí un poco.

—Aprendí en el internado, claramente no soy tan bueno como tú, pero aprendí algunas cosas -hice una pausa mientras recordaba esos momentos- Me ayudaba a despejarme.

Sus ojos se iluminaron ligeramente, sorprendida pero intrigada. Asentí hacia el piano, invitándola a unirse.

—Tal vez podríamos tocar algo juntos —sugerí—. Como en los viejos tiempos.

—¿Los viejos tiempos? —rio suavemente—. Yo siempre era la que tocaba, tú solo mirabas.

—Cierto —admití con una pequeña sonrisa—. Pero ahora las cosas son diferentes.

Sin decir más, coloqué mis manos en las teclas, tocando las primeras notas de una melodía suave que recordaba. Al principio, las notas fueron vacilantes, pero poco a poco ganaron confianza Ocho me observaba en silencio, sorprendida de verme tocar con tanta concentración.

Después de unos momentos, sus manos también se posaron sobre las teclas, uniéndose a mi melodía. Al principio, dejó que yo liderara, pero pronto tomó el control, transformando las notas en algo más hermoso y fluido.

Nos sumergimos en la música, el sonido del piano llenando la habitación, y de alguna manera, todo lo demás desapareció. No había tensiones, ni peleas entre mi gemelo y yo, ni preocupaciones. Solo éramos nosotros dos y la música.

Cuando la última nota se desvaneció, me atreví a mirarla. Ocho me sonreía, esta vez con sinceridad, sin la carga de todo lo que había pasado.

—Eres mejor de lo que pensaba —dijo en broma, pero sus ojos decían algo más.

—No tanto como tú —respondí, devolviéndole la sonrisa.

Hubo un silencio cómodo entre nosotros, como si la música hubiera dicho todo lo que necesitábamos.

—Gracias, Ryan —dijo finalmente, rompiendo el silencio—. Esto es justo lo que necesitaba.

—Siempre estaré aquí cuando lo necesites —respondí, mirándola a los ojos, sintiendo que el vínculo entre nosotros se había fortalecido de una manera que nunca antes había imaginado.

Era más que música.

Gif del cadáver de la novia, mi peli fav 😻

Adiós 💓✨

💋La escritora

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro