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Capitulo 07

Habían pasado dos semanas de los hecho transcurridos y bueno la situación estaba rara, ya no tensa porque ese ambiente había bajado extrañamente de un momento al otro pero igual así ahora yo me encontraba en la biblioteca como siempre leyendo hasta que sentí que la puerta se abrió y sonreí al ver a Ben.

—¿Qué lees?  -me preguntó sonriendo-

—Los hornos de Hitler  -le respondí cerrando el libro-

—Suena interesante, luego me los prestas  -sonrió leve-

—¿Qué estás tramando?  -le pregunté riendo.

—Te acuerdas que una vez fuimos al sótano de castigo y habían muchas cajas  -asentí-

—Bueno en esas cajas estaba estaba un kit para hacer pulseritas hilo  -lo interrumpí-

—Te lo llevaste y hiciste pulseras  -el asintió-

—Pero estás 2 pulseras son muy especiales, encontré los dijes del Yin y el Yang  -sonrió sacando de una cajita las pulseras- Una es para ti y la otra es para mi  -me dijo sonriendo- Eres más que una amiga, eres una hermana para mi y no solo por llevar el mismo apellido, si no que nuestra conexión va más allá   -me miró dulcemente- Eres mi complemento y no de forma romántica ya lo sabes  -dijo sonriendo- Y si sigo voy a terminar llorando 

Solté una risa en su comentario y el me colocó el lado blanco y el se quedo con el negro, sonreí al ver la pulsera adornando mi muñera y aún estando en la silla de ruedas lo abracé fuertemente. Tenía razón éramos más que amigos, éramos hermanos y no hay conexión más fuerte que la de nosotros.

—Te quiero mucho Ben  -dije sollozando y abrazándolo fuerte.

—Yo también te quiero linda   -me dio un beso en la frente- Mi bella hermanita, siempre estaré para ti nunca estarás sola, te protegeré de cualquiera que te haga daño y daría mi vida por ti, lo sabes..

—Lo sé, Ben y aunque soy un desastre andante, también te protegería y daría mi vida por ti porque si te pasa algo me muero, nunca me dejes sola  -ambos nos abrazamos y al final nos separamos sonriendo.

—Vamos hacer galletas?  -me preguntó con un tono de diversión.

—Vamos  -dije y el empujo la silla de ruedas para ir directo a la cocina 

Narrador...

Mientras Ben empujaba la silla de silla de ruedas a la cocina, se generó un ambiente demasiado cómodo entre broma y broma, Ben era una persona muy tímida con los demás o a veces serio pero con Klaus y ___ era otra persona era divertido, alegre y sobre todo muy cariñoso con ella con Klaus pues era un poco cariñoso pero no mucho

Al llegar a la cocina, se encontraron con Klaus, quien estaba de pie frente a la isla, decorando lo que parecían ser galletas de colores brillantes. Con su típico aire despreocupado, se giró al escuchar el ruido.

—¡Mira quiénes llegaron! —exclamó, levantando una galleta como si fuera un trofeo—. He estado haciendo un trabajo de campo.

— ¿Trabajo de campo? —preguntó Ben, arqueando una ceja—. Eso suena a que has estado comiendo más de lo que has cocinado.

Klaus se rió y le lanzó una galleta a Ben, quien la atrapó al vuelo, sonriendo.

—Oye, estoy perfeccionando el arte de la repostería. No se puede criticar mi genialidad culinaria —respondió Klaus, haciéndose el ofendido.

___ no pudo evitar reírse ante el espectáculo. El ambiente era ligero y divertido, y por un momento se olvidó de las tensiones que aún podían estar acechando en los rincones de la mansión.

—Yo creo que el único trabajo que haces es convertir la cocina en un caos —bromeó ___, mientras Ben comenzaba a sacar los ingredientes necesarios.

Klaus se llevó una mano al pecho, finciendo dolor.

—¡Eso es cruel! ¡Voy a tener que defender mi honor como chef!

—Tú y tu honor —dijo Ben, riendo mientras buscaba la harina—. Vamos a hacer galletas de verdad. Asegúrate de no comer más de las que horneamos esta vez.

Klaus sonriendo, acercándose a la mesa con un puñado de chispas de chocolate.

—Lo prometo. Solo me comeré las que sean extra. Es un sacrificio que estoy dispuesto a hacer por el arte de la repostería.

Mientras los tres comenzaban a trabajar en la cocina, la puerta se abrió de nuevo, y los gemelos, Five y Cinco, entraron en la habitación. Su presencia trajo un cambio instantáneo en la atmósfera, ambos se quedaron quietos al ver la escena: Klaus decorando galletas, Ben midiendo los ingredientes, y ___ sonriendo, disfrutando del momento.

Cinco frunció el ceño, su expresión era una mezcla de confusión y frustración, mientras que Cinco cruzaba los brazos, observando la interacción entre los amigos.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Cinco, su tono era más agudo de lo que pretendía.

Klaus, sin inmutarse, respondió con una sonrisa:

—Estamos haciendo galletas. ¿Quieres unirte o solo estás aquí para interrumpir?

Ben miró a los gemelos, intentando evaluar la situación. La tensión entre ellos seguía presente, pero él no quería que afectara el buen ambiente que habían creado.

—¿Por qué no se quedan? Hay suficiente para todos —sugirió Ben, tratando de suavizar el ambiente.

Five se quedó en silencio, intercambiando miradas con Cinco. La tensión era palpable, pero a medida que observaban a ___ riendo ya Klaus actuando como un payaso, algo se fue rompiendo en el aire.

—De acuerdo —dijo Cinco al fin, soltando un suspiro—. Solo porque me gusta la comida.

Cinco ascendiendo, aunque su expresión seguía siendo seria.

Mientras se unían a la actividad, ___ notó cómo, aunque todavía había un ambiente de competencia entre los gemelos, también había un atisbo de camaradería que comenzaba a emerger. Las sonrisas tímidas de Five, el intento de ayudar de Cinco, las peleas indirectas de los gemelos, las bromas de Klaus, y la energía de Ben creaban un ambiente donde la tensión anterior comenzaba a desvanecerse, aunque no del todo.

___ se sintió agradecida de que, a pesar de las diferencias, todos pudieron encontrar un momento de paz y risas, al menos en la cocina, en ese instante.

___ Hargreeves...

Pero todo tiene su fin o eso dicen, la noche había caído y con eso todos se marcharon a sus respectivas habitaciones menos Ben y yo, ya que el me ayudaba a llegar a mi habitación primero.

—Porqué no intentas caminar, yo creo que si puedes caminar  -soltó ese comentario con seguridad pero su mirada demostraba la contrario.

—Creo que talvez si pero necesito tu ayuda para pararme.

El asintió rápido y empezó ayudarme pero en eso que yo me apoyaba en sus hombros y el me sostenía de la cintura, salió Cinco de su habitación.

Su expresión cambió radicalmente era como si estuviera ¿celoso?, nunca se había comportado así.

—¿Qué hacen ustedes? -nos miró seriamente.

—Nada malo - me adelante y respondí antes que Ben- Estoy intentando caminar otra vez por mi cuenta - me apoye en le cuello de Ben- Es hora sanar otra vez, no toda la vida estaré en la silla de ruedas, ¿no crees?  -lo miré seriamente y su semblante cambio-

—Tienes razón   -no miró a ambos- Los ayudo -se acerco a mi-

El miró a Ben escaneando su comportamiento o la postura que llevaba, la ventaja de Cinco es que extrañamente el sabía del lenguaje corporal y se daba cuanta de muchas cosas. Reflexiono unos segundo y negó con una sonrisa sarcástica, ayudo a Ben con la silla y luego entre los dos me dieron estabilidad.

—Me siento como una bebé recién empezando a caminar  -solté una pequeña risa, mis piernas temblaban ya que el tiempo que pase en reposo, trajeron estas consecuencias.

—Es normal, estuviste mucho tiempo en reposo y eso causa que tus piernas tiemblen   -dijo Cinco el cual aumento la presión de se agarre en mi cintura porque casi me caigo.

Ben no decía nada simplemente nos miraba y de vez en cuando se hacía el tonto ante la conversación.

—Llegamos a tu habitación, señorita    -dijo Ben y abrió la puerta con una sonrisa tranquila-

Ambos me guiaron hacía adentro, Ben llevó la silla de ruedas a su esquina y Cinco me ayudo a sentarme en la cama. El ambiente estaba muy ligero a comparación con lo de antes por parte de Cinco pero ya se le quito.

—Es mejor que descanses  -me dijo con una leve sonrisa- Buenas noches, Ocho  -se despidió de mi y se retiro.

Ben se quedo un rato parado y en silencio para luego ir a verificar si Cinco se había ido a su habitación o seguía en el pasillo pero cuando estaba más seguro entró de nuevo a mi habitación y cerró la puerta.

—Las cosas están muy raras ¿no crees?  -me miró medio nervioso y tenso- Los gemelos se la han agarrado conmigo

—Ideas tuyas  -le dije sonriendo.

—¿Nunca te has puesto a pensar en que tal vez están enamorados de ti? —repitió Ben, su mirada seria y expectante.

Mi rostro se desencajó al instante, como si las piezas de un rompecabezas que no quería ver comenzaran a encajar.

—Ben, no digas eso —le respondí, tratando de sonar firme, aunque en el fondo algo empezaba a hacer eco en mi mente. ¿Y si tenía razón? ¿Y si todo lo que había sucedido entre ellos... era por mí?

Me senté en la cama, perdida en mis pensamientos. Ben me había ayudado a llegar hasta allí, y Cinco, a pesar de su comportamiento extraño, también me había ayudado. Pero ahora, con esa nueva perspectiva, todo empezaba a cobrar un sentido diferente. En lo más profundo de mí, no quería aceptar que la tensión y la pelea entre los gemelos pudiera haber sido causada por mí. Pero ahora, después de pensarlo más detenidamente...

—¿Acaso... la pelea de ellos fue por mi culpa? —murmuré, más para mí misma que para Ben. 

La amistad de Ben y de mi fue basado en hechos reales, el 2024 fue un año horrible y a la vez bonito 💓🥺 y lo de la pulsera es real yo tengo una igual con mi mejor amiga.

Gracias.

💋La escritora

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