Lía

Camino por todas partes y salgo al jardín. No puedo sacar de mi mente lo que hizo Dan y todavía no encuentro a Tyrone ¿Así cómo distraeré a mi cerebro? ¿Cómo me vengaré del enemigo? ¡¿Cómo defenderé a Noah?!

Me refriego los ojos y camino cabizbaja. Me choco con un torso al no estar mirando hacia al frente y... Mala señal.

¡No me puedo ver débil delante de Tyrone, arruino la nueva imagen de Noah!

¡¿Justo tenía que aparecer ahora?!

Él entrecierra los ojos.

—Nenaza... ¿Estabas llorando?

Me pongo en posición de pelea y levanto los puños.

—No seas idiota, vine aquí a destruirte...

Se queda quieto observando mi actitud desafiante, sus ojos están rojos, es obvio que bebió mucho. No sé si me tomará en serio, en ese estado qué se nota con tanto aturdimiento.

—Tú... —hace una pausa y se gira en silencio. Habla bajito, perdido en sus pensamientos —tú no eres mi Noah... —veo como camina en dirección contraria a la mía.

¡¿"Mí"?!  ¡¿Acaba de decir "mi Noah"?! Eso sonó posesivo y turbio ¡Mi hermano no es de su propiedad! ¡¿Qué le pasa?!

¡Lo golpearé!

Lo sigo adentro de la casa...

—¡Tyrone!

—¡No molestes, nenaza! —entra a un cuarto gritando.

Me ha llamado nenaza de nuevo, parece que otra vez piensa que soy Noah.

Lo que hace el alcohol, es impresionante...

Tardo en abrir la puerta y al fin entro a la habitación. Que cama enorme, muebles de lujo y no hay nadie... ¿Dónde está?

Veo una venda manchada con sangre en el suelo y recuerdo su mano. Parece que la herida aún no se cerró ¿Dónde está?

Sigo buscándolo...

Una puerta que no vi, se abre y me sobresalto. Me giro, me encuentro con un Tyrone empapado, con una toalla sobre su hombro y...

Mi rostro se vuelve completamente rojo, me tapo la cara avergonzada y grito.

—¡Estás desnudó!