Lía

Siento una respiración en mi rostro y abro los ojos rápidamente. Me encuentro con Tyrone durmiendo a mi costado, siento su mano en mi cintura, la cual... ¡Mierda! ¡¿Dónde está mi ropa?!

¡Que dolor de cabeza!

Me siento abruptamente y miro para todos lados. Está es la habitación de la finca ¿Cómo llegue aquí? Me agarro de la cabeza gritando.

—¡¿Qué hice?!

No me acuerdo...

Me observo, al menos mi ropa interior está. Levanto un poco la sabana para ver si Tyrone... ¡Mierda! Él sí no la tiene.

¡¿Qué significa esto?! ¡¿Qué significa?! No recuerdo... Sólo tengo visualizaciones de haber bebido mucha cerveza.

—¡Maldita jaqueca! —vuelvo a gritar.

—¡Cállate, chica bruta! —Tyrone me tira un zapato y me caigo de la cama —. Que ruidosa, no dejas dormir...

Me paro del suelo y le grito.

—¡Levántate imbécil, exijo respuestas!

Me mira con cara de asesino.

—Si no te callas, te violaré —amenaza.

Me sonrojo.

—Que mal genio tienes, no exageres, sólo necesito una respuesta... Nosotros...

No puedo ni decirlo...

Él sonríe.

—Nosotros ¿Qué?

—¡Ya sabés! —grito otra vez.

—No me acuerdo —se abraza a la almohada —ahora déjame dormí.

¡Eso no es una respuesta!

Maldita sea, no pude haber cometido el error de mi vida ¿O sí? Debe haber una equivocación, eso tiene que ser.