Lía

Tiro de la tela hacia abajo ¿Por qué estos vestidos son tan corto? La vestuarista acerca una hebilla en forma de moño a mi cabello y le grito furiosa.

—¡¡No me toques!!

—Lo siento, pero debo hacerlo, es mi trabajo —no se acobarda incluso aunque levanto los puños para intimidarla.

Intento golpearla, pero las otras dos empleadas me atrapan por detrás, de igual forma no me dejo. La mujer chilla.

—¡Ay, me mordió!

—¡No lloriquees y sostenle la cabeza! —su superiora la reprende, mientras sigo forcejeando.

—Te mordere otra vez —le digo con malicia y una sonrisa en el rostro, a la chica que sostiene mi brazo izquierdo.

—¡No me amenaces a mis empleadas! —se queja la mujer que aún tiene la hebilla en la mano, para luego ordenar —¡Y quedate quieta! —aumenta la voz y ya me está irritando más de lo normal.

Presiono mis dientes y forcejeo hacia adelante ¡Voy morderla a ella, la destruire! Aprovecha para ponerme el gancho rápidamente y cuando voy a cumplir mi acción malvada con mis dientes, soy interrumpida.

Oigo una risa y me detengo, visualizando a Tyrone.

—Y luego le dices perro a Gregor ¿Quién te entiende? —se burla el morocho y yo frunzo el ceño.

—¿Quién te dijo eso?

Levanta una ceja.

—Tú siempre olvidas que somos amigos ¿no?

Ruedo los ojos.

—No me lo recuerdes... —vomitaré.

—Bueno, vamos —me agarra del brazo.

—¿A dónde? —me sonrojo.

—A comer ¿A dónde más?

—¿Comer? —quedo tildada un segundo hasta que crece una sonrisa en mi rostro —¡Comida, sí, yo quiero comida! —grito feliz.

Se ríe.

—Definitivamente tú eres el perro...