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7

   La reunión había concluido cuando ocurrió el ataque. Los gatos restantes del claro empezaron a correr en círculos, con miedo evidente en sus brillantes ojos en la oscuridad de la noche. Varios gatos saltaron a la roca alta, listos para el combate. Entre ellos, se encontraban los viejos amigos de Brownpaw, su madre, Foxpaw, Rainpelt, y el lugarteniente del Clan de la Sombra, Nightfur, que no le dió tiempo de irse con el resto de su clan. Todos se pegaron, sacando las uñas, listos para combatir. 

-Vamos, ¡ataquen! -ordenaron los dos lugartenientes. 

   La gata del Clan del Trueno era la blanca y gris, se llamaba Lightpaw. El del Clan de la Sombra tenía un pelaje oscuro con extrañas marcas blancas, era Darkpaw. El grisáceo con rayas negras era del Clan del Viento, se llamaba Stripedpaw. Los tres se pegaron a Brownie y se lanzaron una corta mirada de determinación antes de lanzarse al ataque todos juntos. 

   Stripedpaw se lanzó al costado del lince y clavó sus uñas con profundidad en su piel. Intentando zafarse del pequeño gato dando sacudidas, el lince notó un dolor en la pata trasera. Los otros tres aprendices estaban mordiendo su pata, hasta que empezó a sangrar y soltaron a la bestia para intentar atacar su desprotegido vientre. Pero este se movió con rapidez y escapó de las múltiples zarpas y mandíbulas. 

   Foxpaw miraba al lince con gran enfado, sus ojos brillaban de rabia. Se lanzó con gran rapidez contra él y le hizo un corte profundo en la oreja con sus afiladas garras. La gigante bestia bufía con furia, girándose para ver a Foxpaw volviendo a tensar los músculos. Antes de que el aprendiz anaranjado pudiera lanzarse de nuevo contra él, Rainpelt lo rodeó con la cola, sin dejarle combatir. Nightfur intentó atacar, pero le resultó imposible. 

   El lince fue a por Rainpelt, abalanzándose sin piedad alguna. Nightfur respondió con rapidez, resbaló en la tierra del claro y se puso delante del lugarteniente grisáceo. Con sus patas traseras se impulsó y le propinó un fiero zarpazo que atravesó la mitad de su cara, incluyendo su ojo derecho. 

   Foxpaw escapó del refugio de Rainpelt. El grisáceo miró al aprendiz, como si entendiera algo que iba más profundo. La uñas de Foxpaw fueron desenvainadas y las hundió en el suelo.

-¡Es hora de que pagues! -bufó mientras miraba a los ojos de la bestia.

   El aprendiz se agachó cuando el lince saltó muy alto sobre él, y aprovechó para rajar su barriga, levantando su pata con rapidez. Dejó que el mismo lince acabara con su vida, no había vuelta atrás o forma de esquivar el terrible movimiento. El cuerpo del lince quedó inerte en el claro, y los demás miraban sorprendidos.

-Creo que es hora de que me marche -Nightfur se levantó pesadamente y fue hacia su territorio, primero lanzándole una mirada que Rainpelt no pudo comprender.

-Muchas gracias, pequeñajos. Pero deberíais volver ya con vuestro clan -indicó Rainpelt a los otros tres aprendices-. Sunstream, lucharemos a tu lado cuando sea necesario.

   Madre e hija compartieron lenguas por unos momentos, y luego, se fueron por sus caminos.

-¿Dónde está Gingerpaw? -dijo Brownpaw.

-Estará en el campamento.

   Foxpaw movió sus orejas hacia los arbustos cercanos al territorio del Clan del Río. Allí se hallaba Gingerpaw, que había venido corriendo para detener el peligro que acechaba a los gatos restantes, pero ya el combate había terminado.

-¿Estáis bien? -preguntó el anaranjado claro.

-Sí, gracias a todos, pero Foxpaw fue quien le venció -Brownpaw se movió para dejar que Gingerpaw viera el cadáver del lince.

   Gingerpaw miró atónito, aunque feliz de que el peligro se hubiera esfumado. Foxpaw levantó las orejas y miró a Brownpaw, sus ojos brillaban de determinación tras sus agradables palabras. Pensaba que tras haber derrotado a la bestia que todo el bosque temía sería alabado y más respetado, al menos en su propio clan.

   Los gatos avanzaron con poca energía al campamento. Allí, se encontraron el cuerpo inerte de Spottedpelt, la gata que había muerto. Flowerfur corría de un lado a otro, estresado por el suceso. Los tres pequeñajos de la fallecida gata se hallaban en la curandería. Splittail llevó al cuerpo por el pescuezo. Estaba cavando un hueco en la tierra para que descansara por fin en paz.

-No sé que voy a hacer con los pequeñajos -dijo Flowerfur preocupado.

-Son suficientemente grandes para comer comida triturada de forma habitual, ¿verdad? -dijo la líder.

-Sí.

-Pues no hay más opción, así será.

-Vale...

-Maldición -susurró Cheetahclaw, desenvainando las garras con furia.

-Me gustaría haberte visto luchando... -contestó Treepaw.

-Pues me temo que será la próxima vez. Cuando... -soltó un suspiro y empezó a marcharse a la guarida de los guerreros-. Cuando sea el momento de poner en práctica... -su cuerpo ya había desaparecido en la guarida.

-¿Hay heridas graves? -dijo el curandero, saliendo con varias hierbas colgando de su boca-. Sé del ataque del lince.

   Flowerfur dirigió su mirada a Foxpaw para que le siguiera a su guarida. El aprendiz anaranjado le siguió.

-Esta herida en tu pata trasera va a tener que reposar un poco. Solo no hagas mucho esfuerzo y podrás continuar perfectamente.

-Vale -asintió el aprendiz.

-Fuiste muy valiente al luchar contra aquél lince. Y también enfrentándote a tus malos recuerdos.

-Era lo que debía de hacerse. Vengarse por su muerte. Esa bestia tenía que pagarlo alguno de estas lunas. Él fue quién mató... ¿A Spottedpelt?

-Creo que las heridas eran tan graves que con cualquier pequeño golpe pasaría eso -el curandero respondió con los ojos entristecidos.

-También se debía vengar a... -Foxpaw hizo una pausa y rompió a llorar.

   Flowerfur posó su cola sobre su hombro, consolando al aprendiz.

-Ella estaría muy orgullosa de ti -su tono era muy sincero-. Siempre ha estado mirándote, desde el Clan Estelar. Dijo que te esperaría, pasara lo que pasase. Y lo sigue haciendo a día de hoy -miró al Manto Plateado, que iba desapareciendo poco a poco, ya que iba a amanecer-. Ella siempre te seguirá amando. Te aconsejará, te ayudará en todo lo que pueda. Aunque ya no esté entre nosotros... Silverpaw siempre te amará, Foxpaw.

-Gra... Gracias... Eres el mejor -se restregó contra el pelo de Flowerfur.

   La llamada de Moonstar resonó en todo el claro. Los gatos, aún cansados, salieron de sus guaridas y se colocaron debajo de la Peña Mojada.

-Hoy el lince ha sido derrotado, por lo que he oído. El bosque se ha librado de un gran peligro. Pero aún noto... Que algo malo se cierne sobre nuestro clan, el Clan del Río. Necesito viajar a la Piedra Lunar. Normalmente se suele llevar a algún aprendiz. Y esta vez me llevaré a Waterpaw, Brownpaw y Foxpaw. Partiremos al amanecer, así que descansad ahora, y luego pídanle a Flowerfur hierbas para viajar.

-Moonstar, ¿puedo hablar contigo? -el lugarteniente subió a la Peña Mojada.

-Claro que sí.

-Foxpaw ha luchado muy bien contra el lince. Él es quién acabó con él. ¿No crees que es hora de que tenga su ceremonia? Ya tiene 12 lunas, creo que es hora.

-Aún le queda el viaje a las Rocas Altas. Aparte, tenía que anunciar algo más que iba con ese tema.

-Tengo algo que anunciar. Sunfeather abandonará la guarida de los guerreros para quedarse en la maternidad. Eso significa que luego asignaré un nuevo mentor para Foxpaw.

   Rainpelt miraba con furia a Moonstar. ¿Cómo es que no le había contado eso?

-También, hoy mismo, tenemos otro acontecimiento. Featherpaw, da un paso adelante. Has trabajado duro para comprender el Código Guerrero. Honramos tu agilidad y ganas de aprender. Tu nombre será Featherpelt, y te acogemos como guerrera de pleno derecho del Clan del Río.

   El clan empezó a corear su nombre: "¡Featherpelt! ¡Featherpelt!"

   Foxpaw se puso en un extremo y se echó a llorar, dando gruñidos de rabia.

-¡Cacas de zorro, eres un débil! -gritó Treepaw.

   Cheetahclaw observaba al aprendiz marrón. Parecía que iba a estallar de risa en cualquier momento.

-¿Por qué me hacéis esto? Me he esforzado. ¡No es justo! Tengo más lunas que ella, y aparte no tiene sentido que sus hermanos no reciban su ceremonia a la vez. Son de la misma camada -gritó Foxpaw.

   La líder escuchó el sufrimiento de Foxpaw, así que se viró hacia él.

-Yo haré la elección. Aparte, te queda ir a las Rocas Altas. Vamos a ir en poco -dijo en tono calmado.

-¡Excusas!

-Ya cállate, eres un pesado y nadie te quiere, Fox. Ni siquiera te mereces un nombre de aprendiz -Treepaw rió entre grandes carcajadas.

   Foxpaw desenvainó sus uñas. Estaba intentando soportar las ganas de arañar a cualquiera, así que las clavó con fuerza en el suelo. Pero no podía soportarlo más. Siempre se habían burlado de él y merecía vengarse. Movió su pata hacia arriba y, con sus afiladas zarpas, atacó a Treepaw en la nariz. La sangre empezó a brotar de su frente y cayó en el suelo.

   Foxpaw, dando un bufido de amenaza, giró su cuerpo y se dirigió a la guarida del curandero, buscando la compasión de Flowerfur. Brownpaw y Gingerpaw le siguieron para intentar consolarlo, pero ya se había dormido al lado de Flowerfur.

   Mientras, en el claro, Rainpelt le dió una mirada de indignación a Moonstar.

-¡Madre! ¿En serio piensas dejarlo así? ¡Has estado rara durante un tiempo! -gritó el lugarteniente.

-Estoy a punto de perder mi novena vida, Rainpelt. Me estoy dando cuenta de que expulsar a Orangepaw no fue correcto. Y con él también a Sunstream.

-¡Eso no tiene nada que ver! -maulló con rabia.

-Siento como si no pudiera controlar mis acciones... Por eso necesito respuestas del Clan Estelar -dijo la líder con remordimiento.

-¿Y qué? -gritó aún con más fuerza Rainpelt-. Es tu deber hacer lo correcto y contribuir al Código Guerrero. ¿Está pasando algo más, verdad?

-El Clan de la Libertad luchará contra otro peligro... Y yo moriré... No me puedo fiar de Foxpaw en este momento. Creo que en mi sueño, el apareció... Pero muy distinto. Y alguien de aquí me traicionará, lo sé muy bien.

-Si crees que Foxpaw es un traicionero, y luego lo tratas de esas formas... Normal que se quiera vengar. Anda, estás actuando como una absoluta cerebro de ratón.

-Necesito tiempo... -dijo la líder en tono bajo.

-¡Lo que necesitaba que me dieras! ¡Justo cuando nacieron mis hijos y los de Sunfeather , me nombraste lugarteniente! Antes eras mejor, Moonstar... Pero... ¿En qué te piensas convertir, eh? Puedo entender que no confíes en Treepaw, ya que no tiene remedio. ¿Pero en Waterpaw? Ella no te ha hecho nada. Son hermanas de la misma camada, y merecen tener su nombre de guerreros en la misma noche. ¿Entendido? No soy tu lugarteniente ni tu hijo para que me trates como cacas de conejo -Rainpelt sacudió la cola con furia y bajó de la Peña Mojada.

   El lugarteniente se metió en la guarida de los guerreros y felicitó a su hija, que compartía las mismas ideas que él sobre el tema. Luego se dirigió a la maternidad, donde saludó a Sunfeather, y se tumbó junto a ella. Antes de quedarse dormidos, Rainpelt le dió un lametón en la oreja, y los dos cayeron en un sueño profundo. Aunque Rainpelt no llegaba a comprender nada...

-¿Qué me está pasando? -dijo con miedo-. ¿Hay alguien ahí?

   Estaba solo, en medio de la nada, con su voz resonando por el interminable lugar oscuro. De repente, logró distinguir un pelaje marrón oscuro. Caminó por la nada hacia él, y ahí se encontraba. Se trataba de Treepaw. También Cheetahclaw salió de la nada, y Foxpaw iba detrás de ellos.

-¡Padre, padre! ¿Estás orgulloso de mí? -preguntaba Treepaw saltando-. Hemos entrenado a Foxpaw. De una manera... Bueno, ya lo verás, jijiji.

   Foxpaw se había vuelto en un gato muy sangriento, detrás de él habían bastantes cadáveres de gatos. ¿Su hijo realmente habría entrenado a Foxpaw junto a Cheetahclaw de esa forma tan violenta? Dió unos pasos atrás, intentando esquivar la mirada asesina de Treepaw.

-Bienvenido al Clan del Odio, padre -dijo Treepaw mientras lo miraba fijamente.

   Cheetahclaw había alcanzado a Treepaw, y se había colocado en el centro. A su derecha se encontraba el hijo de Rainpelt, y a la izquierda,  Foxpaw. El aprendiz anaranjado sacó sus afiladas garras, y vió que sus patas estaban manchadas de sangre de otros gatos. Sus ojos relucían con fiereza, aunque en el fondo, le pasaba algo. Soltó una pequeña lágrima y abrió sus fauces.

   Rainpelt corrió a toda velocidad, aunque los tres gatos le alcanzaron antes. Cheetahclaw se lanzó contra él, y en ese momento...

   El lugarteniente despertó de su pesadilla, con respiración entrecortada. Sunfeather se había despertado.

-¿Pasa algo? -preguntó preocupada la reina.

-No... No es nada -titubeó Rainpelt.

   El gato grisáceo claro-blanco con rayas negras se levantó. Sus patas le pesaban, pero aún así se levantó. La líder estaba convocando otra reunión. ¿No deberían haber ido a las Rocas Altas ya?

   Al mirar a la Peña Mojada, se topó con la mirada verde de Cheetahclaw. Moonstar miró al guerrero con patrón de guepardo. Rainpelt se esperaba lo peor...







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