24
...
Había pasado casi una luna, tan rápido como un abrir y cerrar de ojos. El Clan del Río se desarrollaba bien, aún así, Rainstar seguía tenso y nadie entendía la razón. Foxtail había ido a la Piedra Lunar cuando fue la media luna, y fue aceptado por el Clan Estelar como aprendiz de curandero de su clan, cosa que no le agradaba mucho.
...
El sol empezó a ascender en el cielo, iluminando las guaridas de los gatos. Brownpaw se levantó, primero estirando sus patas delanteras con un bostezo. Fue al claro, contemplando sus alrededores.
Rainstar se encontraba en la maternidad, jugando con todos sus hijos y hablando con su pareja. En aquella luna, había dado a luz a dos pequeños cachorros; una distintiva gatita color arena con rayas negras, y un precioso gatito blanco con rayas negras que forman patrones similares a los de la concha de un caracol.
Brownpaw entró en la guarida del curandero, saludando a Foxtail al rozar su cola en su costado.
-Buenas, Foxpaw -la aprendiza le saludó.
-Hola. ¿Necesitas algo? -el tono del anaranjado fue serio y seco.
-Venía a ayudar a recolectar hierbas. Ya hay otras patrullas, así que podría ayudar.
-Necesitamos algunas telarañas -Flowerfur se asomó de su guarida. Él estaba ordenando las estanterías de hierbas.
-Hecho está -Brownpaw salió de la guarida, dirigiéndose a un tronco de un árbol-. Esto servirá -la aprendiza usó sus garras para desprender la telaraña, luego la tomó con su boca.
Brownpaw se pasó todo el día rellenando la despensa de hierbas curativas. El sol empezó a ocultarse; esa era la señal de que la asamblea estaba por comenzar.
-Que todos los aprendices y guerreros formen una fila detrás mía para ir a la asamblea -el líder vociferó.
Todos los gatos se reunieron alrededor de él. Cuando dio la orden, todos empezaron a andar. Dejaron atrás el campamento y se internaron alrededor de los ríos del territorio, bordeados por algunos arbustos y árboles. El camino se hizo sencillo y tranquilo, todo iba bien. Hasta parecía que Rainstar estaba de muy buen humor. El pasadero ya estaba delante de sus hocicos, esperando a ser cruzado para llegar a la asamblea.
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Brownpaw. Hoy probablemente tendría que decidir unirse al Clan de la Libertad y dejar a su clan atrás. Parte de ella quería quedarse en su clan, con sus amigos, con sus nuevas costumbres, con su vida de aprendiza, y sobre todo, con Gingerpaw. Estar a su lado la tranquilizaba mucho, y era su mejor amigo, al que confiaba con todo su corazón. Pero tenía que tomar esa decisión, abandonar su clan temporalmente, puede que incluso hasta por toda la eternidad, si es que fallaba en su misión. Volvería a estar con su madre, y con sus viejos amigos de la granja. Respiró profundamente, y con la cabeza alta, decidida, continuó su camino.
Todos los gatos se encontraban presentes en el claro. Cuando el Clan del Río se ubicó en el claro, los líderes fueron a hablar, pero sus palabras fueron cortadas por el sonido de pasos. De entre los arbustos salieron una gata marrón-anaranjada y un gato negro con el pecho, la barriga, y la parte inferior de su cabeza blancos. Ubicados en medio de los clanes, la marrón tomó sitio en el centro de la roca. Los líderes se miraron con confusión, incluso Spacestar apretó sus dientes con fuerza, lista para lanzarse al pescuezo de la gata.
-No hay necesidad de ser agresivos -la gata marrón se dirigió a Spacestar con calma, aún así mostró autoridad.
Flamestar era la única que la miraba con confianza, sus ojos verdes claros poseyendo mucho brillo.
-¡Sunstream! -Brownpaw gritó, mirando a su madre.
-Es la hora de luchar por el bosque -Sunstream maulló bien alto para hacerse escuchada.
-Lo suponía... ¡Vais a robar nuestro territorio! -Spacestar gruñó, su pelaje gris erizándose y las pupilas de sus verdes ojos como rendijas.
-No, no, no -respondió con brío-. Te confundes. El Clan de la Libertad salvará al bosque.
-¡¿Para quién trabajas?! -Spacestar gruñó, desenvainando sus garras para abalanzarse contra Sunstream, clavándolas con profundidad. Aún así, Sunstream se mantuvo con tranquilidad, pero sus ojos mostraban dolor.
-¡No! -Brownpaw gritó, saltando a la roca y lanzándose contra la líder grisácea.
-¿Qué haces? -la líder del Clan de la Sombra fue atrapada contra el suelo-. ¡Es la asesina de un grupo asesino!
-No es así. Es mi madre -su verdosa mirada fría fue clavada en los ojos verdes claros de la líder grisácea.
-No es mi problema que tu familia esté tan separada.
-Calla -su voz sonó seria y cortante. Seguido de esto, levantó su pata, desenvainó sus garras, y las clavó en su costado, rajando superficialmente su piel.
Brownpaw dejó el cuerpo de la líder tirado en el suelo, dejando de atacar. Esta respiraba de forma agitada, para luego levantarse cojeando. La líder miró a Brownpaw con furia, jadeando. La aprendiza paró de caminar y giró su cabeza, chocando con su enfadada mirada. Al final terminó ignorándola, ayudando a su madre a levantarse.
-¡Esto no se quedará así! -Spacestar la miró con furia.
-Que bien, el Clan Estar ha vuelto a mandar nubes -Rainstar dijo de forma irónica, mirando el nublado cielo.
-Uy, que yo recuerde, la ultima vez fue tu culpa -Spacestar dijo desde abajo de la roca, soltando un gruñido. Seguido de esto, saltó en la roca y se sentó en ella.
-Creo que Icespirit debería hablar primero. ¿Qué te trae por aquí? ¿Y vuestra líder? -Rainstar le preguntó.
-En estos días, nuestra líder ha sufrido de una lesión grave, y no creemos que pueda volver a sus labores de líder. Así que, si eso se hace oficial, yo seré el líder del Clan del Trueno -el tono del blanquecino con grisáceo estaba lleno de orgullo-. Y bien, Rainstar, ¿tú qué te cuentas? Veo que faltan aprendices y guerreros en tu clan -sus ojos se posaron en los verdes de Rainstar, sonando convencido de lo que estaba diciendo.
-El Clan del Río ha prosperado bastante bien. Tenemos un nuevo aprendiz de curandero, Foxtail. Aún así, tuve que exiliar a ese gato asesino llamado Cheetahclaw, y a su cómplice Treepaw -el líder grisáceo con manchas explicó.
-¿Exiliar a tu hijo? Cada vez pienso que estás más loco -Spacestar se burló. Rainstar simplemente le ignoró.
-¿Qué se supone que tienen cocido esos dos?
-Algo llamado Clan del Odio.
-Oh, que bien. Déjame intentar adivinar... -sus ojos eran tan cortantes como el hielo-. ¿Qué pasa si creo que ese gato de ahí, -señalando con su cola blanca con la punta grisácea a Foxtail- está aliado con esos dos cabezas de chorlito?
-¿Foxtail? Claro que no -Rainstar le defendió.
La lucha entre Foxtail, en aquellos momentos Foxpaw, y Cheetahclaw, cuando Moonstar estaba a punto de ser asesinada, fluyó en la mente de la joven aprendiza. ¿Realmente él estaba en el Clan del Odio? Todas las disculpas de Foxtail, cuando Cheetahclaw dijo que era el momento de ambos, todo le hacía pensar que era verdad. Y aunque, en el fondo de su mente pensara que esto podría ser cierto, ella nunca quiso admitirlo. Pero, ¿qué sabría el líder temporáneo del Clan del Trueno?
-Pobre Rainstar, no se entera ni de lo que pasa en su clan. Ay, probrecito -Icespirit maulló en un tono muy ridículo y fingido-. Hasta yo, que solo lo he visto en las asambleas, yo sé que él es un traidor en tu clan. La forma en la que actúa, tan "triste" -fingió poner tristeza en su voz-. Se nota de sobra. ¿Qué piensas hacer, Rainstar? -el líder temporáneo desafío, desenvainando sus garras y poniendo su pata cerca del cuello de Rainstar para amenazarle.
-Si no hay pruebas, no haré nada -Rainstar mostró autoridad y seriedad, no perdiendo el temperamento por aquel gato-. Foxtail es un gran aprendiz de curandero, y ha sido un gran luchador. ¡Ha salvado varias vidas en batalla! ¿Qué más le vas a pedir?
-Creo que no lo comprendes. Todo eso son tapaderas, simplemente. Hazme caso, o... -sus ojos se volvieron aún más fríos. Poseía una sonrisa muy terrorífica.
-No le haré caso a otro líder si el Clan Estelar no lo desea -resaltó con firmeza.
-El Clan Estelar está de mi lado -Icespirit soltó una carcajada-. Quiero que me obedezcas -su tono se volvió demasiado cortante y desafiante-. ¡Exilia a Foxtail!
-¡No lo haré!
-¡Bien! -soltó una larga carcajada, y cuando Rainstar se quedó plantado, mirando a Foxtail, el lugarteniente aprovechó para atacar.
Rainstar giró su cabeza, muy atónito para reaccionar. Las garras de Icespirit fueron clavadas en el pelaje del grisáceo, haciendo que su pelaje fuera manchado con abundante sangre. Icespirit retrocedió, y se quedó plantado, mirando al resto del claro.
-¡No te metas con mi líder!
Foxtail se abalanzó contra él, mordiendo el pescuezo de su enemigo. Sus afilados dientes tocaron la sangre de la víctima. Seguido de esto, lo empujó contra uno de los robles.
-Puedes meterte conmigo todo lo que quieras, pero no con mi líder -el anaranjado gruñó, sus ojos verdes claros llameando de furia-. Si quieres que me vaya, simplemente me exiliaré a mí mismo.
Foxtail se alejó del claro, la sangre cayendo de su mandíbula, dejando un rastro. Subió por el territorio del Clan del Viento, yendo a la explanada. Se internó en unos arbustos, y desapareció.
-¡Mira lo que has hecho! -Rainstar bufó con más rabia que nunca-. Tú eres el traidor, deberías estar exiliado.
-Ellos se unirán al Clan de la Libertad. Tú vienes, ¿verdad? -su madre se acercó a ella.
-Sí... Sí lo haré -Brownpaw maulló mientras una lágrima recorría su mejilla-. Pero, tengo que encontrar a Foxpaw.
-Lo buscaremos -su madre le dijo de forma afectiva, quitando la lágrima de su hija con su pata-. ¿Qué pasa?
-Nada... -la aprendiza tartamudeó.
Brownpaw salió corriendo hacia su territorio, cruzando el pasadero. El viento alborotó su pelaje marrón, y sus patas se mancharon con barro de alrededor del río.
-¿Por qué corres? ¡¿Por qué huyes?! -Brownpaw gritó, dejando las lágrimas fluir por su cara.
La aprendiza tropezó con una roca y cayó al suelo. Tirada en el suelo, con sus patas delanteras estiradas, sus ojos verdes llenos de lágrimas, su pelaje pareciendo mal cuidado por el barro. Todo se veía borroso... Volvió a recordar cómo llegó al clan, su visión nublándose... Así, ya se encontraba otra vez en el lugar de las estrellas.
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