21
Cheetahclaw rasgó el costado de Foxpaw, su mirada llena de determinación y furia. Soltó un suspiro de alivio cuando sus garras fueron clavadas en el pelaje de su enemigo, haciendo que sangrara bastante por ese corte, aunque no fuera tan profundo.
Foxpaw chilló de dolor, luego esquivó otro ataque y rasgó la oreja de Cheetahclaw con sus garras. La sangre de la oreja de su enemigo salpicó su anaranjado pelaje, volviéndolo de un tono más reluciente y rojizo.
-Déjame matarlos -Cheetahclaw gruñó, mirando con frialdad a Gingerpaw y Brownpaw.
Sin respuesta alguna, Foxpaw se lanzó al pescuezo de su mentor amarillento, haciendo fuerza para clavar con profundidad sus dientes. No le resultó un gran problema, ya que Cheetahclaw no tenía un collar de pelo largo como otros gatos, así que directamente los clavó en su piel. La sangre manchó su pelaje amarillento, haciendo que el guerrero tambaleara y luego se desplomara en el suelo.
-Espero que sea la última -dijo en alto mientras pedía ayuda al Clan Estelar.
Foxpaw fue hacia el cuerpo de Rainstar, arrastrándolo con mucha delicadeza del pelaje de su pescuezo. Rainstar consiguió levantarse, pero andaba cojeando, su pata delantera derecha dolorida. El líder se apoyó en el omóplato del anaranjado, aún así su mirada era decidida y llena de furia.
-Fuera de mi clan -Rainstar dijo con furia en su voz, sus ojos verdes oscuros llameaban con furia-. ¡Estás exiliado! -bufó con fuerza, aunque se encontrara débil-. ¡Y en cuanto a ti...! -le echó una mirada amenazadora su hijo-. ¡Estás muerto!
Rainstar reunió fuerzas para echarse a correr, para así abalanzarse contra su hijo marrón. Este se encontraba agachado cerca de la maternidad, se notaba por sus heridas abiertas que Snowfur le había proporcionado un buen combate. Su padre lo atrapó entre sus fauces por su pequeño cuello, clavando sus dientes mientras su enemigo se sacudía para intentar escapar, siendo prácticamente imposible para él. Luego lo lanzó contra la Peña Mojada con fuerza, para después abalanzarse con sus garras extendidas, rajando su costado. El pequeño aprendiz marrón se retiró, trastabillando.
Tanto la roca como el agua a su alrededor fueron manchadas con abundante sangre. La respiración de Rainstar se tornó un poco agitada, así que respiró profundamente, para luego limpiarse la sangre de alrededor de su boca con su pata. Con un salto inseguro subió a la Peña Mojada, llamando una reunión como de costumbre. Aunque los gatos estuvieran cansados, no tenían muchas heridas, y las que tenían solían ser superficiales. Featherpelt y Waterfur soltaron con un gruñido de victoria al gato negro con rayas anaranjadas, que se retiró junto a Treepaw. Intentó que Cheetahclaw también fuera con ellos, pero el de pelaje similar al de un guepardo se quedó quieto, con ojos tan fríos como el tacto de la Piedra Lunar. Las dos hijas de Rainstar finalmente se unieron a la reunión, así que esta comenzó.
-Todos sabemos que ellos son asesinos -su mirada fue posada en la verdosa de Cheetahclaw, luego miró los arbustos por donde los otros dos enemigos se habían escabullido-. Ha intentado asesinarme... Han intentando acabar con este clan... ¡Mi decisión está más que clara! -gruñó.
-¡Castígalo!
-¡Haz de él un exiliado!
-¡Mejor que sea exiliado en todo el bosque!
-¡Atácalo y déjalo morir en el bosque, completamente solo!
-Espera, espera... -todos los gatos miraron a Cheetahclaw, sus músculos listos para atacar, sus garras desenvainadas, todos bufando-. Mi trabajo aquí no ha terminado -dijo en un tono frío, volviendo a sacar sus garras.
Cheetahclaw se abalanzó con gran rapidez contra Foxpaw, lanzándolo contra el suelo con mucha fuerza. El anaranjado aprendiz giró su cabeza hacia su atacante, estaba demasiado atónito, sus verdes ojos llenos de asombro. Aún así, no tenía forma de esquivar ese potente movimiento.
Justo cuando Foxpaw empezó a caer al suelo, Cheetahclaw se movió con rapidez hacia la pata trasera izquierda del aprendiz, arañando su pata con precisión. El dolor inundó al gran aprendiz, haciendo que terminara de caer con su pata levantada y flexionada. Al chocar contra el suelo, soltó un grito de agonía: su pata crujió con mucha fuerza de una manera demasiado dolorosa.
Shadownight se quedó atónita, tristeza y furia surgiendo en ella al ver cómo su hijo adoptivo era herido. Se desplazó con rapidez hacia Cheetahclaw, que miraba con furia y satisfacción a Foxpaw, tendido en el suelo de dolor. Cuando estuvo a un ratón de distancia de él, alzó su pata, garras desenvainadas, cortando parte del labio del manchado. Tras eso se puso en frente de Foxpaw, lista para protegerlo, sus oscuros ojos azules llenos de frialdad y furia, y en el fondo, tristeza por su hijo.
-¡Mátenle lentamente, desgarrando su piel con profundidad, dejándole sangrar mientras grita de dolor, déjenlo morir! -Shadownight maulló con rabia, imaginando la escena con tal precisión.
Rainstar se puso en frente de Shadownight, listo para pelear.
-¡No vuelvas a pisar nuestro territorio, quedas exiliado! ¡Si te encontramos en territorio del Clan del Río, no quedará nada de ti! -Rainstar gruñó, tocando con sus garras la pata de Cheetahclaw, haciéndole un pequeño arañazo.
-Este no es mi fin. Les perseguiré hasta que llegue el fin de mi alma, no solo bastará con que me maten. El odio inundará este bosque, y el Clan del Río pagará por su decisión -apretó con fuerza su pata-. Todos sois y siempre seréis estúpidos caras de pescado, sobre todo tú, Foxpaw. Cuando menos se lo esperen, iré a por vosotros, les mataré a uno por uno con satisfacción. A menos que me lo impidan...
Cheetahclaw se fue del clan, su cabeza bien alta, como si estuviera orgulloso de todo el desastre que había armado. Foxpaw se levantó, trastabillando, bufando con mucha rabia y posando sus llameantes verdes ojos en su enemigo mientras se iba.
-Tenemos que arreglar todo esto. ¿Alguien con heridas significativas, aparte de él? -Rainstar preguntó con preocupación.
A Brownpaw le escocía una herida que tenía en el lado derecho de su costado, era bastante grande, pero no le parecía tan dolorosa, así que decidió no decir nada para que atendieran con rapidez a Foxpaw.
-Shadownight, ¿estás bien? -Sunfeather se acercó a ella con preocupación, frotándose contra el pelaje de la musculosa guerrera de forma amistosa.
-Yo si lo estoy. En cuanto a él... -sus ojos se empañaron con pequeñas lágrimas, teniendo incertidumbre sobre qué sería de su hijo.
-Lo trataré ahora mismo -Flowerfur apareció en frente de Foxpaw, que se había vuelto a desplomar en el suelo. Con la ayuda de Shadownight, lograron cargarlo hasta la curandería.
-¿Qué será de mí? -el aprendiz anaranjado preguntó con poca fuerza.
-Aún no lo sé -Flowerfur admitió, intentando ocultar sus patas temblorosas.
Shadownight llevó a Flowerfur a unos arbustos, su mirada llena de preocupación.
-¿Sobrevivirá?
-Es un gato fuerte. Aún así, ahora mismo está en patas del Clan Estelar.
Shadownight suspiró, para luego entrechocar narices y lamer la cabeza de su hijo adoptivo por unos momentos. Tras terminar, se dirigió a la guarida de los guerreros, sentándose en una esquina para luego desplomarse de la tristeza, dando gritos de demasiada agonía. Las lágrimas empaparon su cara.
...
Dos amaneceres habían pasado, el campamento aún estaba siendo reconstruido, pero todo continuó con normalidad. Brownpaw había ido junto a Rainstar a una evaluación de caza, siendo observada en todo momento.
-Buen trabajo -su líder y también su mentor le felicitó-. ¿Qué tal si pruebas a pescar algo? -el grisáceo sugirió.
-Lo intentaré -Brownpaw afirmó, yendo a la orilla del río.
La pequeña aprendiza marrón le tenía miedo al río, ya que tenía fuertes corrientes y una vez casi se ahoga. En vez de pescar en el río, buscó un pequeño charco que se había formado en la orilla, pero no estaba unido al resto del agua. Inspeccionó el charco cuidadosamente, y luego empujó una pequeña piedrita al agua. La onda se expandió por el charco, y se notó un movimiento.
-Ahí está -Brownpaw pensó en tener un sabroso pez entre sus fauces.
Metió sus zarpas en el agua y las sacó con rapidez, tres pequeños peces se encontraban entre estas. Cuando intentaron regresar al agua saltando, Brownpaw clavó sus garras una única vez y los mató.
-Pequeños, pero fáciles de atrapar y abundantes -la aprendiza añadió.
-¿Crías de salmón?
-Exacto. Cuando he pasado por aquí he visto que a veces se quedan atrapadas en estos charcos, y es algo difícil de no aprovechar.
-¿Hay más?
-Eso creo -con su pata tocó el agua, y algo se movió-. Puedes probarlo.
Rainstar atrapó varias crías de pez, y luego las cargó con sus fauces.
-¿Puedo ir a cazar por mi cuenta?
-Supongo, ¿pasa algo? -dijo con incertidumbre.
-No, solo quería descansar por mi cuenta un rato.
-Entonces, vale. Vuelve antes de que el sol se ponga -el grisáceo con manchas negras empezó a dirigirse al campamento.
-Tendré que cazar algo para compensar -ella pensó-. ¡¿Quién está ahí?! -bufó al escuchar sonidos de crujidos de ramas entre los arbustos.
Un pequeño gato negro con manchas blancas pequeñas apareció en frente suya, tenía una expresión indescifrable. Brownpaw desenvainó sus garras y su pelo se erizó hasta la punta de su cola. Olía el característico olor de otro clan...
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