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17

   Los gatos cargaron con el cuerpo grisáceo por un buen rato, yendo al campamento del Clan del Río con tristeza. Al hacer ruido en la entrada, los demás miembros del clan posaron sus miradas en la patrulla, no habían podido quedarse dormidos con su líder en peligro. Sus ojos se abrieron como platos, llenos de asombro por la inesperada muerte.

-¿Qué ha pasado? -Shadownight salió de la guarida del curandero, y Sunfeather se le acercó. Ella solo dejó que se apoyara en su omóplato, y ambas se quedaron juntas en un extremo, con tristeza.

-Cuando amanezca se llevará a cabo el entierro -el hijo de la fallecida gata dijo-. Ahora compartiremos lenguas con ella por una última vez.

   Todos los gatos se fueron acercando a la fallecida líder, compartiendo lenguas y deseándole lo mejor en el Clan Estelar, algunos llorando. Llegó el turno de que los más cercanos a la líder se quedaran con ella por el resto de la noche. Flowerfur y Rainpelt se quedaron descansando, sin dormir, cerca del cuerpo de la líder. Brownpaw se quedó mirando a dos colas de distancia, con Gingerpaw intentando consolarla.

   La noche pasó con lentitud, y cuando al fin amaneció, el campamento empezó a recobrar la vida; todos los miembros se quedaron alrededor del cuerpo, esperando su entierro. Splittail salió de la guarida de los veteranos y le dio un cariñoso lametón a Flowerfur en la mejilla, luego ambos agarraron el cuerpo y se lo llevaron, con Rainpelt a la zaga con cabeza gacha.

   Los tres gatos regresaron con pena en su expresión facial. Rainpelt encaminó sus pasos a la guarida de la líder, para descansar solo, en paz. Luego recordó que debía ir a la Piedra Lunar para ser considerado líder oficialmente del Clan del Río y recibir sus nueve vidas.

-El Clan Estelar no va a desaparecer, no hay prisa alguna -el gris moteado con manchitas negras pensó en silencio-. Pero la asamblea ocurrirá en dos amaneceres, y el Clan del Río no debe mostrarse débil -Rainpelt retomó su camino y saltó a la Peña Mojada, dando la típica llamada al clan-. Iré a la Piedra Lunar, y Brownpaw vendrá conmigo. Snowfur, estás al cargo del campamento hasta que vuelva.

   El blanquecino asintió con un movimiento de su cabeza, colocándose en la entrada del campamento, avispado a cualquier ruido, olor o sonido. Brownpaw se despidió con un movimiento de la cola de Gingerpaw, y fue a unirse a Rainpelt.

-Que el Clan Estelar les acompañe -Snowfur maulló hacia los viajeros.

   Rainpelt le agradeció con una mirada, y luego ambos fueron hacia los Cuatro Árboles. El lugarteniente se sentía abrumado por todos los recuerdos que el lugar le traía de la noche anterior, incluso sus patas temblaban y el mismo pensaba que en cualquier momento se iba a caer. Brownpaw vio esto y quiso sacar a Rainpelt de sus pensamientos, y también tenía varias dudas que preguntarle a su lugarteniente.

-¿Por qué escogiste llevarme a mí? -Brownpaw preguntó, rompiendo el silencio que cernía al bosque en el momento.

-Confío en ti -Rainpelt sacudió su cabeza para quitarse sus pensamientos de encima, y simplemente respondió.

-Pero, ¿por qué podía atacar a Darksoul?

-Ni idea -ahora su tono era más agresivo, y reprimió un gruñido.

   Ambos continuaron hacia territorio del Clan del Viento, alertas a cualquier patrulla aproximándose para atacar sin poder explicarse. De repente, a un árbol de distancia, salió una gata anaranjada con sus garras desenvainadas, ya abalanzándose contra los dos viajeros. La gata frenó en seco al notar el olor del Clan del Río llenar su nariz.

-¿Qué hacéis por aquí? -la gata se calmó y seguido se sentó, enroscando su cola alrededor de sus patas y posando sus claros verdes ojos en los viajeros.

-Vamos a la Piedra Lunar, Flamepelt -Rainpelt dijo en un tono serio, aunque no había ni pizca de rabia en su tono.

-¿Pasa algo malo?  Sabes que nuestro clan está en deuda con el vuestro. Por cierto, ahora me podéis llamar Flamestar -la anaranjada maulló.

-Lo peor de lo peor, Flamestar -Rainpelt agachó su cabeza.

-Lo siento mucho -la gata se agachó en respeto-. Espero que el Clan Estelar la acompañe -la gata caminó con lentitud hacia la hierba alta donde se había escondido, y luego desapareció.

-Continuemos -Rainpelt movió su cola hacia Brownpaw para que le siguiera.

   Ya el sol estaba desapareciendo tras las montañas, y los gatos pararon a descansar en frente de la Boca Materna.

   La noche empezó a cernirse sobre ellos, y Rainpelt entró a la Boca Materna. Brownpaw siguió al lugarteniente por el laberinto de túneles, sus bigotes a veces rozando la pared y haciendo que estuviera intranquila. El suelo retumbó tras algo haber caído, y la marrón se chocó contra algo peludo. Rainpelt se había tropezado, pero no tardó mucho más en levantarse. Brownpaw notó que el espacio se hacía más amplio, y luego dedujo que se encontraban en la cueva con la Piedra Lunar.

   Tras esperar un buen rato, la luz de la luna se filtró por un agujero en la cueva, y la Piedra Lunar se iluminó de una potente luz azul clara casi cegadora, como si todo el Clan Estelar hubiera bajado a ver a los viajeros. Brownpaw se sentó en un extremo, mientras el grisáceo moteado se agachaba y pegaba su nariz en la fría piedra azulada.

...

   Rainpelt se encontraba en los Cuatro Árboles, lo único que el cielo estaba lleno de luminosidad estelar, aunque parecía de día. Varias filas de guerreros del Clan Estelar dieron un par de pasos hacia adelante, y luego todos se sentaron.

-Bienvenido, Rainpelt -un gato con pelaje blanco y ojos azules lo miraba con orgullo. Se trataba de Whitestar, el gato que una vez había hablado con Brownpaw-. Con esta vida te doy el saber de cuándo luchar y cuándo elegir la paz, para que así reine la justicia en el bosque.

   Whitestar entrechocó narices con Rainpelt, y el dolor de toda la energía le hizo temblar.

   Luego una gata marrón con tonos anaranjados sustituyó al blanquecino, se trataba de la madre de Sunstream.

-Con esta vida te doy empatía para comprender a todo tu clan -la fuerte energía sorprendió a Rainpelt, que volvió a temblar.

   Un pequeño gatito blanco con pequeñas rayas rojizas avanzó con cortos pasitos. Luego Rainpelt llegó a la conclusión de que se trataba de la cría fallecida de Spottedpelt. Un sentimiento de tristeza recorrió su cuerpo al recordar que el pequeño no había tenido la oportunidad de ni siquiera acurrucarse junto a su madre, ni jugar con sus hermanos. Aún así, Rainpelt pudo aguantar las ganas que tenía de llorar.

-¡Soy Redkit! -el pequeño gatito saludó en un tono agudo-. Con esta vida te doy felicidad -la energía fluyó por el cuerpo del grisáceo, se notaba muy cálida y suave.

   Rainpelt le miró con una sonrisa en la cara al pensar en lo gran hijo suyo que podría haber sido el pequeñajo.

   Luego de eso, una gata calico apareció en frente suya, se trataba de Spottedpelt, la madre de Redkit. Otra punzada de tristeza atacó a Rainpelt, solo pensando en que no pudo vivir más de dos lunas con sus pequeños le hacía sentir el dolor de una madre, y el quería estar ahí para cuando sus hijos nacieran y crecieran.

-Con esta vida te doy amor para cuidar a los que quieres -la calico entrechocó narices-. Cuidad bien de nuestros hijos -y luego se llevó a Redkit entre las filas.

   Rainpelt no sabía si podría soportar que le dieran alguna vida más, la de Spottedpelt casi hizo que perdiera el equilibrio y cayera torpemente. Tras volver a estar seguro de su estabilidad, asintió con su cabeza a la madre de ahora sus pequeños.

   Un gato blanco con un ojo azul y el otro naranja apareció en frente del lugarteniente, era Froststar. Luego se preguntó que por qué un gato al que le había arrebatado una vida iría a darle una vida a él, e incluso creyó que estaba allí para decirle algo negativo. Sin embargo, su mirada inspiraba agradecimiento.

-Con esta vida te doy compasión para que lo uses con todos los clanes que habitan en el bosque -la energía fluyó tras entrechocar narices con el grisáceo-. El Clan del Viento les agradece vuestra ayuda -se despidió y volvió a las filas.

   Rainpelt recordó la ayuda que le dieron al Clan del Viento, y luego arrepentimiento recorrió su cuerpo al pensar que si el no hubiera acabado con solo una vida del blanquecino, el estaría vivo y recuperándose del ataque de los dos patas.

   Un gato rojizo con manchas blanquecinas, que se encontraba cerca de Spottedpelt, se encaminó hacia el grisáceo moteado. Rainpelt supuso que se trataba del padre de sus pequeños adoptivos, así siendo la pareja de Spottedpelt.

-Con esta vida te doy valentía para la defensa de tu clan -el rojizo entrechocó narices con el lugarteniente, y luego se reunió con su pareja y su hijo.

    El grisáceo recordó como el rojizo moteado sacrificó su vida al defender la maternidad de un grupo de pícaros y exiliados. Fue muy valiente, y murió por sus futuros hijos.

   Una gata gris clara con barriga blanquecina apareció de entre otras dos gatas grisáceas. Se trataba de la madre de Moonstar, Silversky.

-Con esta vida te doy persistencia para conseguir que el clan prospere -sus ojos azules claros inspiraban confianza.

   Tras entrechocar narices Rainpelt recordó como Moonstar le contó su horrorosa y triste muerte.

   Luego vio a una pequeña grisácea clara caminar hacia él. No pudo soportar más y soltó una lágrima, apoyando todo su peso en sus patas delanteras. Su hija fallecida, Silverpaw, se acercó a hablar con él.

-Hola padre.

-¡Silverpaw! -su padre sollozó.

-Con esta vida te doy esperanza, úsala cuando pienses que todo está perdido. Nos volveremos a ver -la gatita le dirigió una mirada cariñosa, y luego se fue dando saltitos.

   Rainpelt entrechocó narices con ella, lamiendo su pelaje brillante.

   Detrás de ella, se encontraba su madre, Moonstar. Rainpelt lloró con aún más fuerza, dándole un lametón en el hombro a ella.

-Hola Rainpelt, con esta vida te doy la habilidad de perdonar -madre e hijo entrechocaron narices, y luego la antigua líder prosiguió con la ceremonia-. Yo, Moonstar, la anterior líder del Clan del Río, te saludo por tu nuevo nombre, Rainstar. Ya no posees tu antigua vida y has recibido las nueve de un líder de parte del Clan Estelar. Nuestro clan te otorga el liderazgo del Clan del Río. Defiéndelo bien, cuida a todos sus miembros, de los más jóvenes a los más mayores; honra a las tradiciones, a vuestros antepasados y al código guerrero. Vive tus nueve vidas con dignidad y orgullo, y recuerda Rainstar, siempre estaré aquí para ti -su madre le lamió la mejilla, y luego se unió a los demás gatos.

-¡Rainstar! ¡Rainstar! ¡Rainstar! ¡Rainstar! -todos los gatos reunidos corearon el nombre del nuevo líder del Clan del Río, así como se hacía en una ceremonia de aprendiz o guerrero.

   Los gatos volvieron al Manto Plateado, y Rainstar despertó en la cueva, apoyando su cabeza en la Piedra Lunar. Ahora tenía un clan del que preocuparse, debía liderar al Clan del Río.

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