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16

Foxpaw iba a irse de los Cuatro Árboles, había logrado su objetivo, matar al guerrero que tanto lo odiaba, Cheetahclaw. Con largos pasos y mirada fija en frente suya, caminó hacia el pasadero con el Clan del Río, no se atrevía a girar su mirada hacia su enemigo derrotado. Brownpaw siguió al aprendiz similar a un zorro con su mirada verdosa, no era capaz de procesar lo recién sucedido.

Foxpaw giró su cabeza con rapidez y posó su mirada en el cuerpo de Cheetahclaw, que se hallaba tirado en el suelo. Brownpaw pensaba que él iría a rematar a Cheetahclaw, aunque no sirviera en absolutamente nada. Aún así, en su interior, pensaba que Foxpaw le podría traicionar e intentar asesinar en cualquier momento, aunque parte de ella consideraba que esa opinión suya era propia de una cerebro de ratón. Foxpaw abrió sus ojos verdes claros con asombro, acercándose más al cuerpo que yacía en medio del lugar de las asambleas. Brownpaw pudo dar su primer paso, y al ver lo que sucedía, pensaba que estaba teniendo una alucinación demasiado loca, como pensar que los erizos fueran capaces de volar.

-No... No puede estar ocurriendo... ¿Cuántas veces más le quedaban? ¡Mi esfuerzo a las cacas de zorro! -Foxpaw gritó con enfado al ver lo que sucedía con el cuerpo.

Cheetahclaw había retomado la respiración, y unos instantes después, sus claros verdes ojos se abrieron con enfado. Hizo un esfuerzo por levantarse, y ya listo para la pelea, desenvainó sus garras.

-Te advertí de que siempre vuelvo -Cheetahclaw desafío con su tono-. Y Brownpaw... -miró a la aprendiza, que se volvió a quedar paralizada-. Brownpaw, soy un verdadero líder. El líder del Clan del Odio, con mis nueve vidas dadas por nueve antepasados del Clan Estelar. Soy un verdadero líder, y regresaré a por ti.

   Foxpaw salió corriendo, y Cheetahclaw fue detrás de él. Brownpaw no pensaba que fuera un cobarde, si no que quería alejar a ese malévolo guerrero de su líder.

   La aprendiza dió un paso adelante hacia su mentora, sus patas temblaban mucho, pero debía ver si estaba bien. Tras inspeccionar a la gata grisácea, se encontró con una herida superficial, pero que seguía sangrando como antes.

-Creo que no está tan herida -Brownpaw pensó-. Pero en este estado, hay que tener cuidado. Creo que bastará -aprovechó un poco de musgo y fue al río con rapidez. Al regresar, limpió su herida y le puso la enorme telaraña que había encontrado.

   Brownpaw volvió a escuchar pasos que provenían de entre los arbustos, pero esta vez eran de varios felinos. Flowerfur, Gingerpaw, Rainpelt y Flowerfur se encaminaron a la aprendiza marrón. Parecía que no había sucedido mucha cosa.

-¡Fue Cheetahclaw! -Brownpaw le dijo a Rainpelt cuando el lugarteniente se quedó con asombro-. Foxpaw le salvó.

-Siempre he desconfiado de él. Luego le pondré a prueba y decidiré su destino en relación al Clan del Río. ¿Se recuperará? -su verde mirada pasó al curandero.

-Es una gata fuerte -Flowerfur resaltó-. Saldrá de esta, te lo aseguro... -el blanco gato con manchas marrones se quedó parado, como si estuviera escuchando algo en el fondo de su mente.

-Se acabó. Entraré al Clan Estelar si nadie me lo impide -la voz en la cabeza de Flowerfur maulló-. A menos que me detenga...

   Todo se había quedado oscuro, el Manto Plateado no estaba presente en el cielo, ahora tan oscuro como una nube de tormenta. Flowerfur, Gingerpaw y Rainpelt se encontraban alineados en el vacío. No comprendían por qué se encontraban en ese extraño lugar, y si se tratara de una visión o un sueño, ¿por qué era compartida entre tantos gatos, incluso algunos que no tenían una íntima relación con el Clan Estelar? En un extremo de la fila se encontraba Brownpaw, que logró dar un paso hacia adelante. Los demás gatos que estaban alineados solo podían moverse en donde estaban sentados, mirándose con preocupación y sus colas moviéndose rápido por el nerviosismo. En frente suya estaba el cuerpo de Moonstar, tirado en el suelo.

-Está herida tanto en la realidad como en este lugar. Es mi oportunidad para acabar con el Clan Estelar... -un felino negro hablaba con un tono tan cortante como el hielo, en un extremo del claro.

-No... ¡Tendrás que pasar por encima de mi cadáver! -Moonstar apoyó su peso en sus patas delanteras, mirando con fieros ojos entrecerrados a su enemigo-. ¡Defenderé al Clan Estelar de ti, Darksoul!

   Moonstar se abalanzó contra el oscuro felino, haciendo que sangrara por un corte en la pata trasera. Darksoul esquivó con una agilidad sobrenatural un ataque de la líder del Clan del Río, luego se desplazó hacia adelante y le propinó una mordida en la cola, haciendo que la grisácea líder de ojos verdes claros se desequilibrara y cayera. Sin embargo se levantó con bastante fuerza para todas las batallas recién libradas, y cuando el de pelaje oscuro fue a darle un mordisco letal a Moonstar en el cuello, esta lo esquivó y arañó el cuello de su contrincante. Un pequeño hilo de sangre empapó el pelaje del cuello de Darksoul.

  Brownpaw corrió hacia donde se encontraba su líder, desenvainando las garras y bufando. Darksoul se quedó parado, observando con sus violentos ojos rojos. Tras eso, se echó a correr a gran velocidad hacia una franja azulada con un extraño brillo blanquecino resplandeciente. Brownpaw le siguió con la máxima rapidez que podía, y luego frenó en seco al comprender lo que estaba sucediendo: Darksoul estaba intentando penetrar en el Clan Estelar.

   Brownpaw se acercó a gran velocidad hacia su enemigo, y Moonstar intentaba también atacarle. Pero la grisácea llegaría tarde, el destino del Clan Estelar se encontraba en patas de solo una aprendiza, Brownpaw.

-¡No lo lograrás! -Brownpaw logró aproximarse a Darksoul, dando un potente salto con sus patas traseras, empujando a su enemigo.

   El oscuro gato quería liberarse, pero Brownpaw se aferró con fuerza a su pelaje al usar sus garras, siendo manchadas por la sangre de su enemigo. Ambos iban a caer al suelo a la vez, pero no se habían dado cuenta de lo que estaba por venir.

   Un abismo se cernía justo delante de ellos, y no podían parar su trayectoria. Ambos gatos cayeron mientras estaban enzarzados en una batalla, y llegaron a tocar una oscura agua. Brownpaw volvió a sentir que se ahogaba, tal como había ocurrido en otro de sus sueños, pero esta vez todo era más real; la sangre que brotaba de su pequeño cuerpo, el olor de esta, el sentimiento de clavar y hacer que Darksoul sangrara, la caída, como el agua se llevaba su respiración...

-Tienes que escapar -ella dijo para sus adentros-. La cabeza me da vueltas... -abrió los ojos lentamente, y vio que su enemigo se encontraba más abajo que ella-. Tengo que encontrar oxígeno -Brownpaw soltó un pequeño suspiro, sus ojos se cerraron y volvió a empezar a caer a las infinitas profundidades del agua. 

   Algo tiró de su cuello, haciendo que subiera a la superficie de la oscura agua. Brownpaw fue colocada con suavidad en el oscuro suelo. Ya no había agua bajo sus patas, ahora sentía algo similar a arena. Su pelo estaba empapado, y parecía difícil que volviera a abrir sus ojos. La respiración volvió a su costado,  moviéndose con lentitud. Lo que estuviera cerca de ella estaba lamiendo su pelaje, haciendo que entrara en calor. No era capaz de saber si ese algo era algo bueno o malo. Brownpaw expulsó mucha agua al toser, y se intentó poner en pie con sus pequeñas patas delanteras, pero no podía ni caminar.  

-Quédate aquí -una gata salió del agua, su pelaje grisáceo mojado. Era Moonstar-. No se ha ido aún -sus orejas intentaban captar cualquier ruido. De repente, del agua salió Darksoul, clavando sus garras de las patas delanteras en el borde del río, saliendo de este con su pelaje negro como la noche empapado-. ¡Corre, y no mires atrás! -Moonstar maulló en un tono alto hacia Brownpaw, y la aprendiza marrón echó a correr a la dirección contraria, sus ojos sin poder abrirse-. Mejor métete con gatos de tu tamaño, Darksoul. ¡Ven a por mí!

   Darksoul suprimió una pequeña carcajada. Parecía que estaba sin energía, ya que su cabeza estaba gacha y sus rojos ojos miraban al oscuro suelo, como si estuviera perdido en la batalla. Pero de un momento a otro levantó su cabeza y posó su agresiva mirada rojiza en la líder del Clan del Río, soltando un bufido de guerra. Ambos felinos volvieron a enzarzarse en una sangrienta pelea.

   Darksoul atacaba sin cesar a Moonstar, sangre manchando su pelaje gris. Parte de su oreja fue partida por un poderoso zarpado de su enemigo, pero no le daba mucha importancia ahora. Su visión se empezó a nublar con toda su propia sangre que caía frente a sus ojos verdes claros, y su nariz solo podía olfatear el rojo líquido. Su única confianza yacía en sus orejas, en oír todo lo que pasara a sus alrededores. Así lo captó, captó las fuertes pisadas de Darksoul, yendo con rapidez a por alguien. ¡Brownpaw!

   Moonstar subió la cuesta que llevaba al mismo camino donde los demás gatos se habían quedado, sin poder ayudar a decidir el destino de la vida de la grisácea, de la aprendiza o del propio Clan Estelar. Todo el peso se encontraba sobre las patas y omóplatos de Moonstar y Brownpaw. Siguió todo el camino, y ahí lo encontró; Darksoul se había abalanzado contra Brownpaw, dejándola débil en el suelo, boca arriba. Miraba con el pensamiento de hacer sangrar a la aprendiza que tenía atrapada, levantando su pata y volviendo a desenvainar sus garras. Bajó su oscura pata con rapidez, sus garras a menos de un bigote de ratón de distancia de la desprotegida barriga blanca de Brownpaw. Moonstar ya se podía imaginar la sangre que brotaría, haciendo que parte del pelaje de Brownpaw se volviera de un color rojo tan puro, y las garras de Darksoul siendo manchadas por sus crímenes. Al ver esto, su movimiento cambió al omóplato izquierdo de la aprendiza, acertando el golpe, pero luego algo falló para él.

   Sin pensárselo más, la grisácea se había abalanzado sobre el gato del Bosque Oscuro, alejándolo de la aprendiza. Al ver esto, Darksoul tensó los músculos y apretó sus afilados dientes al intentar suprimir un gruñido.

-El Bosque Oscuro nos hace llorar, sangrar y matar... -un poco de sangre de la oreja partida de Moonstar cayó en la parte baja de su ojo, y luego recorrió el resto de su cara, como si realmente estuviera llorando sangre-. Rompemos el código guerrero que tanto aprecia el Clan Estelar por ellos. Y te puedo decir que hacer sangrar a un gato y disfrutarlo, como tú, es la cosa más repugnante que he visto. Pero si que disfrutaré cuando mis garras te hagan sangrar, porque lo haré para defender al Clan Estelar -su tono fue decisivo y determinado, y antes de que Darksoul llegara a la pared con el Clan Estelar, ella ya estaba mordiendo el pescuezo del oscuro gato, lanzándolo con fuerza cerca de la pared con el Bosque Oscuro-. ¡Te encerraré donde perteneces!

   Los ojos rojizos de Darksoul fueron teñidos con una expresión de sorpresa al ser empujado de vuelta al Bosque Oscuro. Pensando con brío, gruñó por lo bajo y rasgó con garras desenvainadas de arriba a abajo la parte inferior blanquecina del cuello de Moonstar. La líder soportó el dolor lo que pudo, aún así tensando los músculos de su cara y cuello, su ahora fría mirada clavada en el derrotado fundador del Bosque Oscuro. Se mantuvo quieta, hasta que sus patas parecían que no iban a soportar más. El llanto de Rainpelt hizo que regresara al bosque, y todos los demás también se encontraban allí.

-¡Despierta! -Flowerfur sollozaba.

   La herida que Darksoul le había hecho a Moonstar en ese extraño lugar en medio del Clan Estelar y el Bosque Oscuro se mantuvo en la realidad, sangrando cada vez más. Al levantar un poco su mirada, vio que Brownpaw tenía ese arañazo, poco profundo pero feo, en el omóplato izquierdo. Moonstar hizo un esfuerzo para abrir sus verdes ojos, y en la distancia, detrás del roble que le pertenecía al Clan del Río, se encontraba el espíritu de su madre, esperándole.

-Siento mucho mis decisiones -Moonstar suspiró en un tono débil-. Mi pequeño... Mis pequeños...

-¡No es tu culpa! ¡Lo siento, lo siento, lo siento! -Rainpelt repitió, cada vez con más fuerza y arrepentimiento.

-No te preocupes, siempre has hecho el bien por este clan, y sé que tomarás el liderazgo de la forma correcta, te lo aseguro.

-¡No me dejes, no!

-Siempre... -Flowerfur titubeó-. Siempre te seguiré amando, Moonstar, lo sabes muy bien. Haría todo lo que pudiera por ti -el curandero se alejó un poco de la gata, dando espacio otra vez a su hijo.

-¡Madre, no!

-Siento mucho todo, Rainpelt. Me siento muy orgullosa de ti -levantó su pata para secar las lágrimas de Rainpelt, y tras eso, dejó de respirar... Para siempre...

   Gingerpaw acurrucó a Brownpaw con su cola, dándole lametones afectuosos para consolarla. Todos los gatos tenían la cola tiesa, rozando el suelo. De entre los arbustos apareció Sunfeather, la pareja de Rainpelt, que al enterarse se colocó junto a él para consolarle.

...

-¿Te arrepientes de tus acciones? -una voz le dijo a Moonstar, mientras ella sentía que caía al vacío.

-De algunas.

-Si no hubieras dejado que Darksoul te poseyera, habrías actuado de una mejor forma.

-No tuve elección, tenía que dar mi vida por el Clan Estelar.

-¿El Clan Estelar es más importante que darle una buena vida a tus hijos?

-Claro que no -la grisácea comentó con un suave tono en su voz-. Hice lo posible para protegerlos, y que puedan tener un futuro en el Clan Estelar.

-Bien -la voz simplemente dijo.

   Su vida entera pasó por delante de sus ojos, recordando absolutamente todo.

...

-¡Madre! -Moonstar recordó como su madre había muerto, y todas las lágrimas que había soltado.

...

-Ahora es parte del código guerrero. ¡Está prohibido! -ahora vio a un gato sobre la piedra de las asambleas de los cuatro clanes, con un tono de autoridad. Moonstar se vio a ella misma con la cabeza gacha, mientras un gato negro la miraba con la misma expresión.

...

-Son preciosos -ella había maullado con dulzura al ver a sus dos hijos, un gato gris claro con barriga blanquecina y pequeñas manchas negras, y una gata negra como la noche y tan bella.

...

-Lo siento -ella había dicho mientras se encaminaba con su hija entre sus mandíbulas, agarrada con suavidad. Luego la colocó delante de un gato negro con olor a otro clan, que se la llevó, mientras ella lloraba y volvía al campamento.

...

-¡Mi hija ha desaparecido! -su alarma se propagó por todo el clan.

...

-Espero que el Clan Estelar apruebe mi decisión... Rainpelt será nuestro nuevo lugarteniente -notó que algo maligno brotaba en su interior, y luego miró la triste mirada de Rainpelt, que ahora quería preocuparse por sus hijos.

...

-¡Mi hija! ¡Silverpaw! -Rainpelt sollozó cuando Foxpaw había vuelto al campamento, cargando con el cuerpo de la pequeña aprendiza grisácea. Sunfeather apoyó su cabeza en el omóplato de su pareja. Luego Moonstar vio como Rainpelt quería acercarse a ella misma, pero solo vio como caminaba hacia su guarida.

...

   Luego recordó las peleas que tuvo con Rainpelt, y cuando casi mata a Waterpaw, cuando seguía siendo una aprendiza.

...

- Siento mucho todo, Rainpelt. Me siento muy orgullosa de ti -recordó su último respiro...

...

-He aceptado mi destino final. Ahora pasará lo que el Clan Estelar desee -sus ojos se cerraron, pero al notar una extraña sensación, los volvió a abrir, esta vez con sorpresa.

   Moonstar vio que tenía alas y que podía volar. Extrañada, aleteó hacia arriba, y luego examinó su pata, era semi-transparente. Aceptó su muerte, y por eso allí se encontraba, lista para guiarla. Su madre, una gata grisácea con barriga blanquecina, se encontraba ante ella. Era igual que Moonstar, lo único que la segunda poseía alguna raya negra. Su madre tenía un pelaje con luminosos brillos estelares. Esta le dijo a su hija que siguiera con su cola, y ambas empezaron a subir. Su herida en el cuello empezó a desvanecerse con el brillo estelar, y en nada se encontraban en un paisaje calmado, lleno de nubes blancas y un cielo azulado claro. Se encontraban en el Clan Estelar.

-Bienvenida -su madre dijo cuando al fin aterrizaron en una nube.

-¡Silversky! ¡Pero yo merezco estar en el Bosque Oscuro! -ella replicó con tristeza.

-Claro que no, pequeña. Sacrificaste tu vida por todos nosotros y por tu clan. Mereces estar aquí -Silversky lamió la mejilla de su hija.

-¿Crees que estarán bien? -Moonstar miró hacia abajo, donde podía ver su cuerpo inmóvil y todos los gatos congregados con tristeza.

-Lo estarán -su madre sonó sincera y calmada.

   Madre e hija compartieron lenguas, y miraron a todo el territorio del bosque donde los cuatro clanes habitaban, ahora sería una estrella más en el vasto Manto Plateado que observaría a su clan con orgullo.

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