¡No te quedes ahí como una paloma muerta! ¡Ve por sus patas traseras! Siseó Garra de Tigre. Zarpa
de Roble estaba tumbado sobre su espalda, derribado por un golpe de un aprendiz llamado Zarpa Serbal. El ágil
gato vitoreaba fuera del camino, ronroneando.
⎯ ¡Demasiado lento, Zarpa de Roble!- Se burló.
Garra de Tigre azotó su cola. -¿Vas a dejar que tu enemigo te hable así?-, Desafió a Zarpa de Roble.
El gato marrón pálido se puso de pie. -¡De ninguna manera!- Se lanzó a Zarpa de Serbal, agitando las patas.
Zarpa Serbal retrocedió con un gruñido, y Garra de Tigre notó con satisfacción que Zarpa de Roble había
desenvainado sus garras y había sacado sangre. Poco a poco, estos gatos del Clan de la Sombra estaban
aprendiendo.
⎯ ¿Zarpa Serbal está herido?-, Maulló una voz preocupada detrás de él. Garra de Tigre se giró para
ver a Nariz Inquieta emergiendo de un grupo de helechos, con la nariz húmeda como de costumbre y los ojos
nublados por la preocupación.
⎯ Está bien-, maulló Garra de Tigre. -Se moverá más rápido la próxima vez, eso es todo.
Nariz Inquieta asintió con la cabeza. -Confío en ti para entrenar a estos aprendices para pelear en cualquier
batalla, Garra de Tigre- murmuró. -Ningún gato podría dudar de tu lealtad a nuestro Clan-.
No por el momento, pensó Garra de Tigre. Cuando regresó de ver arder al Clan del Trueno, había dejado que
los gatos del Clan de la Sombra creyeran que su mirada sorprendida se debía al temor de que las llamas cruzaran el
Sendero Atronador. Garra de Tigre había insistido en patrullar esa frontera solo todo el día, observando largas
serpientes huecas que chorreaban agua sobre los árboles en llamas mientras los Dos Patas corrían, gritando. Incluso
después de tres amaneceres, el bosque todavía olía a humo y se podían ver troncos ennegrecidos y carbonizados en
las profundidades del territorio del Clan del Trueno. Garra de tigre se preguntó si Estrella Azul ya había traído a sus
gatos al barranco. Todas las guaridas necesitarían ser reconstruidas, y las presas serían escasas, expulsadas o
asesinadas por las llamas.
⎯ Me preguntaba si podría tener la palabra- Nariz Inquieta maulló a su lado, sacándolo de sus
pensamientos.
⎯ Por supuesto-. Garra de Tigre comprobó que Zarpa de Roble y Zarpa Serbal en realidad no se
estaban matando entre sí, luego llevó al curandero del área de entrenamiento a un círculo de espinos. -¿Pasa algo
malo?
Nariz Inquieta parpadeó. -Se acerca la luna llena. ¿Cómo puede ir el Clan de las Sombras a la Reunión
cuando no tenemos líder ni diputado? -. Arañó el suelo. -Pero si no vamos, cualquier otro Clan sabrá que algo está
mal. ¡Tal vez debería pedirle al Clan Estelar que envíe nubes para cubrir la luna!-. Se esforzó por sonar alegre, pero
Garra de Tigre podía oler el miedo proveniente de la piel despeinada del viejo gato.
⎯ ¿Les ha enviado el Clan Estelar algún presagio sobre quién debería dirigir el Clan de la Sombra-,
Preguntó, tratando de mantener su voz suave. Dentro, algo se agitó, una sensación de hambre, la certeza de que
todo lo que quería se estaba acercando.
Nariz Inquieta sacudió la cabeza. –Nada-, maulló. -Pero tal vez he estado demasiado ocupado o demasiado
cansado para ver las señales. ¡Mi Clan está al borde de la destrucción, y podría ser mi culpa!
Garra de Tigre apoyó su cola en el hombro del viejo gato. -Mira a tu alrededor-, instó. -¡El Clan de la
Sombra no está al borde de la destrucción! Tu Clan está lleno de guerreros fuertes y capaces. Sabes en tu corazón
cuál será el mejor líder. Se apartó de Nariz Inquieta y lo estudió cuidadosamente. -Solo tú conoces las señales que
el Clan Estelar podría enviar. Tus antepasados confían en ti lo suficiente como para ser su voz en el Clan de la
Sombra. Puedes ayudarlos a elegir el próximo líder.
Nariz Inquieta alzó la cabeza. -¿Estás diciendo que debería fingir ¡No podría hacer eso!

⎯ Por supuesto que no-, lo tranquilizó Garra de Tigre. -Pero seguramente cualquier elección que haga
el curandero es guiada por el Clan Estelar, ¿O no?
Nariz Inquieta parecía preocupado. -¿Quieres decir que el Clan Estelar se aseguraría de que tomara la misma
decisión que tomarían ellos?
Garra de Tigre asintió. -Piénsalo, Nariz Inquieta. Todavía quedan varios días antes de la Reunión. Quédate
atento a las señales de nuestros antepasados, pero también escucha la voz dentro de tu propia mente.
¡Ja! ronroneó Sombra de Arce.
Nariz Inquieta se abrió paso entre los espinos, con los ojos todavía preocupados. Casi de inmediato, las
ramas al otro lado del pequeño claro crujieron y Colmillo Roto emergió.
⎯ Debería elegirte, si tiene algún sentido-, maulló el macho pelirrojo. -¿Por qué no le dijiste eso y lo
ayudaste a tomar la decisión?
Garra de Tigre parpadeó. -No puedo determinar la voluntad del Clan Estelar.
Los ojos de Colmillo Roto brillaron. -No comparto tu fe en los gatos muertos-, maulló. -¿Quizás eso facilita
las cosas?
Garra de Tigre sostuvo su mirada y le dio un pequeño asentimiento. -Has sido un buen amigo para mí,
Colmillo Roto. Nunca lo olvidaré.
Colmillo Roto asintió con la cabeza. -Lo sé-, maulló.
El cielo sobre los pinos estaba tan oscuro como el agua en las marismas, pero los árboles brillaban plateados
a la luz de una luna alta.
⎯ Mañana es la noche de la reunión-, Garra de Tigre escuchó a Helecho de Sombras susurrarle a
Bayas de Serbal. -¿Nariz Inquieta te ha dicho lo que le va a decir a los otros clanes?"
⎯ No creo que tenga que decirles nada-, mencionó Bermeja. -Va a ser bastante obvio que Estrella
Nocturna ha muerto y no tenemos un líder.
-O un lugarteniente-, agregó Manzanilla. -Los otros clanes se nos reirán en los Cuatro Árboles.
⎯ Sean pacientes-, instó una voz tranquila. Enredo se había unido a ellos. -Todavía hay tiempo para
que el Clan Estelar responda nuestras oraciones.
Hubo una agitación fuera de la guarida del curandero, y apareció Nariz Inquieta con su pelaje gris y blanco
iluminado por la luz de la luna. Cruzó la roca y se subió a ella. -¡Que todos los gatos lo suficientemente mayores
como para atrapar a sus propias presas se acerquen para una reunión!-, Gritó, su voz débil resonaba a través de los
árboles.
Garra de Tigre se aproximó de las sombras y se unió a los demás mientras se sentaban al pie de la roca. Nariz
Inquieta no parecía más grande ni más fuerte que un cachorro, y Garra de Tigre se maravilló de la forma en que sus
compañeros de Clan lo miraban con tanto respeto, tanta confianza en que restauraría su Clan como debería ser.
⎯ Mis amigos, sé que están preocupados por la reunión-, comenzó Nariz Inquieta. -Comparto sus
miedos, ¡pero sean fuertes! ¡Tengan fe en nuestros antepasados guerreros para enviarnos un nuevo líder pronto!
Hubo un murmullo de los gatos expectantes, y Patas de Venado se puso de pie. -¡Pronto no es ahora!-, Siseó.
-¡La reunión es mañana! ¿El Clan Estelar quiere que nos veamos débiles y sin líder frente a los otros clanes?
⎯ ¿El Clan Estelar se ha rendido con nosotros? Se lamentó Zarpa Serbal. Rabón lo hizo callar, quien
lo golpeó suavemente con una pata.
⎯ Por supuesto que no se han rendido con nosotros-, mauló Nariz Inquieta, pero sus palabras fueron
ahogadas por las protestas cada vez más ruidosas de sus compañeros.
⎯ ¡Seremos atacados como ratas tan pronto como los clanes escuchen la muerte de Estrella
Nocturna!-, Gritó Cicatriz de Rata.
⎯ ¿Cómo podemos sobrevivir sin un líder?-, Gruñó Amapola. -¡Ningún otro Clan ha aparecido en una
Reunión sin uno!

Nariz Inquieta bajó la cabeza y no dijo nada. Garra de Tigre podía oler la miseria que venía de él. No te
rindas ahora, instó. Todavía hay algo que puedes hacer.
De repente, el curandero se tensó. Sus orejas se erizaron y su mirada se fijó en algo al pie de la roca. Había
un pequeño brillo pálido entre la hierba, moteado a la luz de la luna. Nariz Inquieta saltó y acercó su hocico.
Entonces su cabeza se levantó de asombro.
⎯ ¡Es una garra!- Jadeó. -Aquí, en el fondo de la roca. ¿Algún gato ha perdido una garra hoy?
Guerreros y aprendices negaron con la cabeza y murmullos desconcertados se extendieron por el Clan.
Nariz Inquieta estaba estudiando la garra de nuevo. Estudió la garra con cuidado y la tocó con su pata,
moviéndola para que los otros gatos pudieran verla. –Miren-, susurró. -La luna ha proyectado sombras sobre ella.
No sombras, rayas.- Levantó la vista y miró a Garra de Tigre. -Rayas como la piel de un tigre.
⎯ ¡Es una señal!-, Exclamó Nube del Alba. -¡Debe serlo!
⎯ ¡El Clan Estelar ha elegido a nuestro nuevo líder!-, Dijo Patas Negras.
⎯ ¡Garra de Tigre!- Afirmó Nariz Inquieta, y de a uno de los gatos del Clan de la Sombra se
volvieron para mirar al guerrero. –El Clan Estelar ha hablado-, maulló el curandero. -Y debemos escuchar.
Garra de Tigre sintió que se le cortaba el aliento en el pecho. ¡Después de todo este tiempo, los antepasados
lo habían elegido! Los había servido durante tanto tiempo, trató de desafiar al débil liderazgo en el Clan del
Trueno, fue expulsado y obligado a demostrar su lealtad a un nuevo Clan. Y ahora, por fin, el Clan Estelar lo estaba
recompensando con un liderazgo propio. –Gracias-, susurró.
Garra de Tigre cerró los ojos y sintió que las filas de gatos sombreados se amontonaban a su alrededor.
Como una ola oscura, surgieron a través del bosque, llevándolo a lo largo de patas que parecían livianas. Sintió un
grito de alegría crecer dentro de él mientras corría a la batalla con sus compañeros de Clan. -¡Sigue mi ejemplo!-,
Gritó, e innumerables guerreros cayeron detrás de él, haciendo coincidir sus paso con el suyo. Adelante, su
enemigo tembló de miedo...
⎯ ¿Garra de Tigre?- Patas Negras maulló en voz baja. -Nariz Inquieta quiere hablar contigo.
Garra de Tigre parpadeó y abrió los ojos. El curandero estaba parado frente a él, lo suficientemente cerca
como para que Garra de Tigre oliera su aliento rancio.
Nariz Inquieta hizo una reverencia baja. -¿Nos harás el honor de guiarnos, Garra de Tigre? El Clan Estelar ha
hablado y te ha elegido a ti.
¡Lo logramos! chilló Sombra de Arce dentro de su cabeza. ¿No te prometí que esto pasaría?
⎯ ¡Y nosotros también te elegimos a ti!- Gritó Guijarro sobre las cabezas de sus compañeros de clan.
-¡Nos has sacado de la oscuridad después de la muerte de Estrella Nocturna, y nos has mostrado cómo volver a ser
fuertes!
Garra de Tigre bajó la cabeza. -Estoy sorprendido por la decisión de nuestros antepasados-, maulló. -Yo vine
tarde al Clan de la Sombra, aunque espero que ningún gato cuestione mi lealtad a cada uno de ustedes. Nunca
busqué esto. Si estás seguro y si el Clan Estelar ha hablado, solo puedo decir que sí.
⎯ ¡Salve al nuevo líder del Clan de la Sombra!- Llamó Nariz Inquieta, y el aire nocturno se dividió
con chillidos de alegría y alivio.
Hubo un leve susurro en las zarzas detrás de Garra de Tigre. Se giró y vio un par de ojos ámbar brillando.
Colmillo Roto cojeó hacia adelante, sangrando de un dedo del pie donde la garra había sido arrancada. Garra de
Tigre miró la herida. -Corriste un gran riesgo de que funcionara-, murmuró.
Colmillo Roto le azotó la cola. -Valió la pena-, gruñó. -Me lo puedes agradecer después.
Garra de Tigre se giró y se dirigió al centro del claro. Los otros gatos se callaron cuando saltó sobre la roca.
Garra de Tigre colocó sus patas sobre la fría y lisa piedra y miró a sus compañeros de Clan: Susurro Nocturno y
Colmillo Roto, antiguos proscritos que serían leales hasta su último aliento; Nariz Inquieta y Cirro, sus curanderos,
buscando señales que el Clan Estelar envió a su líder; guerreros fuertes, reinas sanas y aprendices desesperados por
aprender a luchar tan valientemente como él. Captó la mirada de Patas Negras; lo haría lugarteniente antes de que saliera la luna sobre las copas de los árboles. No Colmillo Roto, que necesitaba entender que Garra de Tigre no le
debía nada.
Garra de Tigre tensó los hombros. Debería prepararse para la Reunión, cuando Estrella Azul se vería
obligada a enfrentarlo como su igual, a la cabeza de un Clan que podría igualar al de ella en cualquier momento.
Pero eso sería mañana. Por ahora, Garra de Tigre se contentó con escuchar a sus compañeros llamando su
nuevo nombre.
¡Estrella de Tigre! ¡Estrella de Tigre!