12. ERES UNA LÍDER
- Las investigaciones se realizan cuando queremos ver si somos capaces de tener más poderes. Al intentar ver si podía volar, me tiraron de un muro muy alto. Y obviamente caí al suelo. Aunque ahora domino un poco mejor esa técnica. Entonces no teníamos todavía colchonetas, ni mucha gente para ayudar a que no nos hiciésemos daño.
- ¿Y mañana a dónde vamos? - pregunté
- ¿Cómo que ha dónde vamos? - preguntó Miranda.
Harry, Louis, y Newt le explicaron todo lo de quemos movernos para mayor seguridad. Harry me miró y me dijo:
- Mañana lo verás, Darcy- dijo mientras metía su cuchara en la boca llena de comida.
Yo estaba ya terminando de comer, cuando mi hermano apareció. Me abrazó por detrás
- ¿Qué tal estás? Bueno, estáis
Todos dijimos que bien, que la comida estaba buenísima y que ya habíamos conocido a más gente.
- Tus amigos son muy majos- dijo Louis a tu hermano refiriéndose a nosotros.
Mathew estaba también terminando. A Diego le faltaba un poco, y Miranda apenas había tocado el plato. Creo que no se sentí con hambre como para comer después del susto tan grande que habíamos vivido.
- Harry, ¿cuándo le quitaréis las vendas a Darcy? - preguntó Louis- Queremos empezar las investigaciones hoy.
- Más tarde. Pensamos en empezar por unas pruebas médicas a todos.
- Yo no quiero agujas desde ahora lo digo- Dijo Diego
- Tranquilo, será un pinchacito de nada- dijo Harry- Darcy, podemos empezar por ti ahora
Los dos nos levantamos y fuimos hacia una tienda de campaña marrón
- ¿No debería estar en ayunas para una analítica?
- Nop, no hace absolutamente nada de falta.
Entramos los dos. Había una camilla y muchos frascos pequeños. Pasé por delante de ellos. En uno ponía Rodrigo
- A tu hermano le hicimos las pruebas el otro día. Seguramente deis los mismos resultados. Sois hermanos. Louis y yo también damos los mismos. Siéntate
Me senté lista para el pinchazo de mi vida, cuando entró Newt.
- Dice tu hermano que te acompañe. Dice que a veces te mareas y eso
- Yo no me mareo, pero simplemente no e gustan las agujas
- Yo debería hacerme pruebas también, Harry. Ya han pasado dos meses de la anterior.
Se sentó en una silla.
- Primero tú, Dars.
Cerré el puño preparada.
- Tranquila- dijo Harry- no va a ser nada. Allá vamos
Asentí. Lo miré a los ojos, mientras él miraba a los míos. Noté de pronto un pinchazo. No dejamos de mantener el contacto visual. Supongo que eso me distraía del dolor. Aguantamos dos minutos así, entonces se separó dándome un algodón para el pequeño agujero
- Vamos contigo, Newt- dijo
Newt extendió el brazo. Aunque parecía que no le importaba hacerse pruebas médicas, la verdad es que yo lo notaba en cierto modo un poco nervioso. Tras sacarle la sangre suficiente le dejó marchar.
- Vete con él- dijo Harry- Ir con mi hermano. Podéis hacer preguntas. Él os contará el plan que tenemos tramado
- ¿Plan? - dije yo dándome la vuelta
- Venga, id, y llamad a Miranda ya los demás para las pruebas. Volved a las siete, que falta otra prueba médica.
Asentimos. Salí de la tienda seguida por Newt. Llegamos a los demás y les dimos el comunicado.
- ¿Plan de las Naciones Unidas? - dije yo mirando a Louis
- Venid, vamos a hablar unas cosas antes.
Fuimos lejos, a al menos medio kilómetro del campamento. Mientras íbamos andando dijo:
- Siempre dormís las chicas en una tienda más grande y los chicos en otra, pero hemos decidido que os instaléis en la nuestra. Con las chicas no tenéis todavía mucha amistad. Además, están un poco celosas
- ¿De qué? - pregunté
- De vosotras. Habéis llegado con más poderes que los que tienen ellas y os habéis ganado la confianza del jefe en menos de lo normal- dijo Newt
- Entiendo.
- Y el plan ... Pretendemos instalarnos en vuestro instituto durante una temporada, como alumnos normales. No dar el canto, no destacar. Asistir a clases normales. Como un alumno más. Y ensayar por las tardes. Eso sería una semana sí una semana no. Cuando no estemos allí vendremos al campamento. Solo seremos Harry, Newt, Miranda, Mathew, Diego, tú y yo.
- No se si me gusta la idea. Es ... No creo que cuele a la directora Ambicia. Siceramente no creo que funcione.
- Steve tiene todo controlado. Ha llamado al instituto y ha dicho que por temas de trabajo, nosotros pasaremos una semana en cada instituto: una semana en el Reach Prepparatory, o como se diga, y otra en el de otra ciudad. Ha dado comunicados bastante creíbles y ha colado hasta el fondo.
- Entonces adelante.
Nos dieron las siete allí. Decidimos volver corriendo. Al llegar Harry nos esperaba con un líquido raro y una báscula.
- Hola de nuevo. Pretendo ver cuánto ocupan vuestros poderes para que las investigaciones sean específicas. Tomaros todos este líquido azul y subiros uno a uno. Yo apuntaré lo que ponga y os podéis ir. Según vayáis, ir a la tienda donde dormimos a por los accesorios que necesitáis para estar aquí.
Hicimos los que nos pidió. Miré el líquido con indiferencia. Todo el mundo me miraba. Era la primera. No quería aparentar miedo. Cogí el vaso lleno y me lo bebí del tirón, de un sorbo. Dejé de golpe el vaso en la mesa que había enfrente mía de madera, y me subí a la báscula.
- Cierra los ojos, Darcy.
Al hacerlo, noté que se agachaba para ver el resultado del peso.
- Abrelos.
Al openlos ya no estaba en la tienda, sino que estaba de pie encima de una cama donde había un pequeño cartel: "cama de Harry. Darcy, estos son tus accesorios. Llévalos contigo, están bajo la cama". Era un cartón desgastado.
Bajé la mirada y me tumbé en el suelo. Metí el brazo bajo el cochón y saqué varios objetos: Una bengala marrón, un frasco raro, y un arco.
Exactamente no sabía bien lo que eran, ni para qué los utilizaríamos. Entonces me dí cuenta de que el cartón estaba escrito también por la otra cara: "Probarás más armas y objetos para desarrollar tus poderes. De momento guárdalos bien. Ya te explicaré para que sirven y ya los utilizarás"
Me puse de pie frente a un espejo. Miré cada uno de los objetos con delicadeza. Enganché la bengala en mi cinturón. Guardé en un bolsillo del cinturón también, el frasco, y me colgué el arco de la espalda.
Salí dirigiéndome hacia la tienda donde preparaban la comida. Al entrar vi a una chica y dos chicos. No los conocía, pero me sonaba de haberlos visto por el campamento.
- No puedes estar aquí, ¿sabes?- me dijo una de las chicas dándose la vuelta. Pensé en la excusa más tonta para pedir perdón y salir corriendo. Solo tenía curiosidad por conocer más rincones del campamento donde me parecía que pasaría mucho tiempo.
- Perdonad, pensé que mis amigos estarían aquí.
Me di la vuelta dispuesta a salir, cuando la otra chica me tocó el hombro
- No te vayas. Nunca has estado por aquí, puedo enseñártelo
Se la veía muy amable y sincera. Me gustaba su pelo rubio. la quedaba muy bien. Tenía algunas mechas negras por el casco. Su sonrisa era amplia y natural. Me animó a seguirla y me metió por las profundidades de la estancia.
- Aquí hacemos la comida, esta noche vamos a cenar sopa y ensalada. Hemos conseguido de zonas cercanas verduras frescas- según iba andando me iba enseñando las estanterías donde tenían todo guardado- Soy Chiara, por cierto. Ella es Bell, no se lo tengas en cuenta, suele ser así con todo el mundo. Te acostumbrarás.
- Soy Darcy. Esto es muy guay. Es muy interesante que tengáis una especie de mini civilización montada aquí. Dicen que los adolescentes no sabemos hacer nada, y esto es la prueba de que la sociedad está equivocada, ¿sabes? Espero poder ayudar en todo lo que pueda.
Se oyó la voz de Newt llamándome desde fuera. Chiara me mostró una puerta trasera por donde salir. Me fui de allí dejando a mi nueva compañera terminando con los demás la cena. Ese dñia cenaríamos antes, ya que, según ellos, mañana había mucho que hacer.
Llegué a donde estaba Newt.
- Una líder, está claro- me dijo
- ¿qué?- pregunté
- Eres una líder. La bengala- dijo señalando mi arma- Se las dan a los que tienen un poder de liderazgo nada. Y es que desde el principio se veía venir que tendrías un plan importante.
- ¿Por qué? No tengo nada especial
- Empezando por tus reflejos, tu manera rápida de pensar y responder ante peligro o estímulos, el como ayudas a la gente. La bengala sirve para ahuyentar, quemar, o hacer señas. Pero los que sois líderes vais más allá- me decía mientras andábamos. El sol se estaba poniendo y su luz daba directamente en los ojos de Newt, que entrecerraba sus párpados por el daño que le causaba- Siempre encontráis una nueva utilidad.
- Pero yo no me creo una líder- dije poniéndome enfrente suya. Ahora me daba el sol a mí también de forma intensa- No soy superior a nadie. No soy tampoco inferior. No quiero sentirme más
- No eres más. Cada uno tiene unas capacidades, y tú, amiga mía, eres una líder innata.
Llegamos a un árbol donde estaban los demás. Ellos también llevaban cosas: Diego llevaba una navaja, Mathew un mapa y unas flechas, Miranda llevaba una especie de reloj, Harry tenía un arnés y un arco, y Louis era el único que estaba libre de instrumentos.
Al terminar de acercarnos, me di cuenta de que ya tenían unos platos que ya habían empezado a comer.
- Tomad chicos, os he guardado unos- dijo Mathew. Me senté a su lado bajo la gran copa de aquel árbol, y apoyé mi cabeza en su hombro. Me dio un beso en la frente. Siempre he pensado que los besos en la frente es lo mejor que se puede regalar. Es la seña más dulce de amor verdadero en la amistad. Bebíamos la sopa directamente del plato, como siempre me habían regañado en mi casa. A los pocos minutos, Louis marchó para traer la ensalada que comeríamos todos. Trajo también unos tenedores muy pequeños hechos a manos para todos. Todo estaba realmente bueno, y sinceramente no echaba de menos mi casa. Era una de las primeas veces que pasaba todo el día fuera, y no extrañaba mi cama, la comida de mi madre, ni la música de mis vinilos. No podía extrañar nada, porque parte de mi vida seguía estando conmigo. Estaba mi hermano y Mathew. Y también Diego. Y había hecho unos buenos lazos con varias personas en el mismo día, un récord, ya que nunca solía socializar con nadie que no fuese Matt.
Serían las nueve y media de la noche, pero la temperatura seguía siendo alta. No hacía nada de frío, en camiseta se estaba bien. Las estrellas no tardaron en salir. Entre muchos chicos, morenos, rubios, altos y bajitos, entre ellos Harry, Louis, Newt, Steve y mi hermano Rodrigo, encendieron un fuego
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