Fragmento V
Fragmento V: Te adoro
Capítulo 3:
Habían tomado tres colectivos, un tren y caminado diez cuadras para llegar a aquélla casa.
Su madre les había obligado a vestirse elegantes, un pantalón algo gastado pero sin ninguna mancha de tempera (le había costado encontrar uno sin una) y una camisa que le había regalado la madre de Joshua cuando a este le comenzó a quedar chica.
Su padre también tuvo que sacar su mejor ropa del armario. Pantalones, camisa e incluso una corbata.
Su madre tocó el timbre y se giró para acomodar el cabello de él y recordarle que tenía que portarse bien y no tenía que tocar nada.
Ella también lucía hermosa con un vestido de verano lleno de flores y un saquito encima.
Ella siempre luce hermosa.
Aún no comprendía por qué habían hecho ese viaje tan largo y seguía sin comprenderlo cuando un señor abrió la puerta de la casa y los miró de hito en hito.
-Llegas tarde.
Fue todo lo que dijo frunciendo el ceño y mirando a su papá.
-Es complicado llegar a pie- le respondió su padre pasando una mano por la cintura de su mujer.
-Pasen, avisaré que ya están aquí.
Su padre le hizo una seña a su madre para que ingresé primero, está le brindo una pequeña sonrisa al hombre de la puerta antes de entrar de la mano de su hijo.
Dentro de la casa era tan imponente e intimidan te como lo era por fuera. Todo lujoso, limpio y brillante, perfectamente ordenado. Entraron en una sala con vistas a el jardín trasero, un sofá de cuero blanco se ubicaba en el centro de la estancia junto con dos sillones conjuntos y una mesa ratona de vidrio repleta de revistas y diarios.
Habían estanterías con adornos y lo que parecían subveniles de distintos lugares del mundo, contra las paredes se encontraban varios cuadros abstractos y un espejo un poco más allá.
Su padre y el hombre se habían quedado en la puerta hablando y para cuando esté se reunió con su familia parecía cansado y enojado.
-¿Qué te ha dicho? -le preguntó su madre.
-Nada de lo que debas preocuparte, amor -forzó una sonrisa para ella, aunque ella lo conocía muy bien como para saber que algo había pasado, decidió fingir que le creía y le devolvió la sonrisa.
Se escucharon voces y pasos en el pasillo y antes de lo pensado un hombre bastante mayor entró en la habitación.
Delgado y de pelo blanco, vestía un traje (sin una mancha de pintura, por lo que pudo observar él) y gafas con monturas doradas.
-Por fin nos honras con tú presencia, hijo -le hablo a su padre -. ¿A qué debo el gusto de tenerte aquí, luego de haber jurado no volver a verme nunca más?
Su madre se tensó mientras su padre hacia una mueca ante las palabras del señor. Él simplemente contemplaba todo con confusión y curiosidad; sin sospechar que todo estaba por cambiar... quizás para bien, quizás para mal.(...)
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Hola gente hermosa, lamento tardar... pero les aseguro que no voy a dejar de escribir, solo tengo problemas de internet y cosas así.
Gracias por leer.
Feliz Año nuevo!!!! Deseo que lo inicien con muchas sonrisas y felicidad.
Luces y aviones.
Dani
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