
Enigma N°20
El lamento de una sirena, mar rojo.
¿Lo escuchas? Esta murmurando lamentos, ¿Lo ves? Se desgarra con dolor, no quiere pero se está separando muy lentamente, intenta alargar el momento, robarse unos segundos para volverte a ver, piensa que quizás le des otra oportunidad.
Que iluso es, no entiende que ya no hay vuelta atrás.
—Tranquilo, pasará en unos segundos—le murmuro al oído mientras lloro con él.
El tiempo se acaba, la última fibra se suelta y por fin acaba su sufrimiento.
Listo, es otro, otro de los pedazos que se han separado de mí, otra de las partes que se han roto tantas veces, sufren, lloran pero cada una siempre acaba igual, rota.
Quebrada en fragmentos tan diminutos que no llegaríamos a juntarlos todos.
Me rompo, cada vez más y por desgracia sé que continuará esta tortura mucho más. ¿No lo ves?
Vas a dejarme sin nada, vas a destrozarme tanto que no podré volver a levantarme, no otra vez. No podré volver a fingir que no pasa nada, no podre más, no lo soportaré.
Otra vez empieza, las partes se separan, comienza con una grieta que hace su camino descoordinado. Puedo sentirlo, ocurre otra vez y no puedo hacer más que consolarme, contarme las mismas mentiras para que la niebla vuelva a cubrir la verdad.
¿Por qué lo haces? Me haces daño y no te importa, dices amarme pero tu amor solo me hiere. No lo hagas por favor, ya no puedo más, no lo soporto.
Estoy rota, no solo por fuera, mis heridas van más allá de las grietas de mi cuerpo, estoy rota por dentro, por donde el ojo humano no alcanza a mirar, el lugar al que los poetas aclaman y los libros alegran.
Se rompen mis ojos cada vez que derraman lágrimas, cuando los entristeces con tus miradas de odio, cuando el hielo de tu alma llega a la mía.
Tranquilo, no es todo, rompes mis silencios con tus gritos, me insultas y denigras solo por diversión, rompes la paz en medio de mi tormenta.
Rompes mi cordura, la quiebras con cada mentira, con las palabras que salen de tu boca. Y el nudo, el nudo en mi garganta que solo crece, quiere ahogarme por reprimir mis lamentos.
¿Sigues sin verlo? Me hieres, me lastimas. Debes parar, debes hacerlo porque no puedo más, no puedo más con esto.
No quiero tomar una decisión equivocada, no quiero defraudar a mi conciencia pero tampoco quiero que me destruyas más.
Solo quiero callar las voces de mi cabeza, lloran, gritan, sueltan plegarias suplicándote que pares, solo quiero que ellas guarden silencio.
No encuentro la manera de apaciguar su tristeza, ya nada funcionas. Ya no me queda nada, mis partes son destruidas, solo necesito acelerar el proceso.
Terminar con todo, callar el llanto, limpiar las lágrimas y volver a sonreír. Es el plan perfecto, tú te desharás de mí y yo de ti.
Los ojos se cierran, el cuerpo se relaja. El pulso no tiembla al guiar el camino de la hoja, el filo corta, profundo, con decisión y sin pausa, una y otra vez, como creando una pintura, deslizando de un lado a otro con estelas de rojo. La vista se nubla, los labios sonríen y por fin las voces callan.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro