14. Traición
Un mes de febrero
«No es quien finaliza la relación merecedor de ser señalado, sino quien la ocasiona manchándola con sus mentiras y traiciones» Y no, no era una frase suya, le pertenecían a su amigo Gilberto, única persona que se da sus vueltas en la tienda de su padre para saludarlo y comprar cualquier encargo de su madre para su cocina.
La interpretación de frases no es lo suyo, sin embargo detrás de esas palabras se ocultaba un terrible secreto que solo Gilberto encontró decirlas de manera sutil.
¿Quién es para entrometerse en su vida personal? Un compañero preocupado de que le vean la cara siempre que se despide de esa persona que ni siquiera es capaz de mencionar. Decir su nombre le provocaba repulsión, su misma presencia le incomodaba siempre que Elijah la traía consigo de paseo, tenían la suerte de coincidir o quedar en pasar un sábado, juntos entre amigos.
—A veces olvido que eres lento en razonamiento —escatimó.
Recargó su hombro izquierdo en la vitrina, mirando pensativo los productos de higiene que mostraban al cliente, jugueteó con sus labios, apretándolos cómicamente, señalando un círculo metálico azul; un ungüento que ayudaba a facilitar la respiración si te lo untabas dentro de tus fosas nasales con su debida precaución.
—Me llevo esa cosa de ahí, parece interesante —señaló con el dedo índice el cristal, en el lugar donde estaba.
No dejó de observarle con recelo mientras sacaba el producto de la vitrina.
—Debes ser más claro, Beto —pidió, poniendo su pedido entre sus manos con suma rudeza—. No me gusta que me confundas.
Apartó la mano permitiéndole que se alejara sorprendido ante su reciente cambio de humor. Su intención no es molestarlo, simplemente desea mostrarle la realidad que hasta ahora Elijah continua siendo ajeno; dejándose envolver por palabras endulzadas y comportamiento amoroso pintado sobre traiciones.
—Si voy directo al tema importante, vas a molestarte mucho más —expuso, midiendo su tono de voz.
Ciertamente estaba en lo correcto: un tema delicado como ese, podría finalizar su amistad sin darle la oportunidad de reforzar sus palabras con pruebas.
— ¿Mucho más como no haber conseguido mi certificado? No lo creo. —señaló, aun molesto por no haber conseguido nada hasta ahora.
—Eso no se comparará con lo que te diré, tienes que creerme —rascó sus cejas oscuras con nerviosidad—. Siempre me has caído bien, se puede decir que somos amigos que nos llevamos súper. Por eso estoy aquí, comprando esta cosa —mostró el círculo metálico— como excusa para salir de casa y hablar contigo.
Nuevamente, trataba de esquivar el tema de su interés, haciendo que Elijah comience a perder la paciencia.
—Gilberto... —reprendió.
—Es sobre ella, tu... tu n-novia —atento a cada reacción suya, siguió hablándole de ella—. Está jugándote chueco.
Asintió procesando sus palabras, esta era la segunda vez que intervenían en su relación, primero su mejor amigo, ahora Gilberto, todos parecían enterarse de los acontecimientos malos en su relación mucho antes que Elijah, ¿Cómo es que era el último en enterarse?
—La he visto el miércoles caminar por el terrero al lado de un tipo. Elijah, ella lo besó, tengo pruebas de lo que te estoy diciendo —Y antes de que siquiera lo señalara como mentiroso, sacó del bolsillo de su short azul su celular, ofreciéndoselo—. No tiene contraseña, entra a la galería de la cámara y júzgalo tú.
Sin mostrar aún ninguna reacción, maniobró su pequeño celular Sony Ericsson tal cual se lo indicó, entrando a la galería, dando una ojeada a cada imagen en la que aparecía Lyzty. A decir verdad, parecía muy feliz con aquel hombre mucho mayor que Elijah no reconoció de quién se trataba; parecía ser del bajo mundo, su vestimenta no es ajeno a lo que ya ha visto por esos rumbos; donde el tema principal que se divulga por los alrededores es la delincuencia y drogas.
—Es una desgraciada —espetó—. Esta era la prueba que he esperado por mucho tiempo. —Más que desear hacérselo saber a Gilberto, era para sí mismo.
Nunca antes se ha sentido engañado y usado, se sintió aún peor al haber esperado tanto para dejarla, permitiéndole de esta forma seguir haciendo lo que quisiese con él sin decir palabra. ¿Así se sentía el engaño, una infidelidad? Porque dolía saber que la persona que una vez amaste no lo hizo de la misma manera contigo, sino que prefirió hacer uso de ese amor a su beneficio y dedicarse a exterminarlo de la más cruel forma.
—Te diría que lo siento, Elijah. Pero fue bueno que te enteraras y dejaras a esa niña. No conoce de amor, y si lo conoce se lo dio a ese hombre mucho más grande que nosotros, no te mereció nunca. —Le animó, palmeando su hombro.
— ¿Merecerme? Tampoco es que sea perfecto. —Abatido por tantas fotografías, puso el celular en la vitrina con brusquedad. Cubrió su rostro con sus anchas manos, gritó en ellas todo lo que pudo, sin preocupaste que lo observara Gilberto en silencio. Apartó sus manos, revelando sus ojos café oscuro llenos de tristeza, enrojecidos, al borde de las lágrimas—. Lyzty acaba de terminar todo esto. ¡Esto se acaba ahora!
Rodeó la vitrina con pasos torpes encaminándose a la salida de la tienda, restregándose sus ojos, ¡No derraSusana ni una sola lagrima por ella! no piensa darle el gusto de verle destrozado al terminar su relación.
— ¡Espera! ¿Piensas acaso ir a verla? ¿Qué hay de la tienda? Elijah, tu papá te dejó a cargo. —le recordó siguiéndolo de cerca.
Por supuesto que iría ahora, no había porque esperar más. Caminaría menos de quince minutos y pondría fin a todo. Lo encaró, al Gilberto querer detenerle por el brazo.
—Regresa, pide a mi hermano chiquito que se quede a cargo, no pienso tardar mucho. —ordenó con voz dura, no dejándole más remedio que obedecer.
—Bien.
[...]
Al no alertarle de su llegada como solía anticiparle, la encontró una cuadra antes de llegar a su casa, aquel lugar donde ella llamada "su lugar de encuentro especial", el sitio donde ahora mismo se despedía del mismo hombre de la fotografía con un cariñoso abrazo y un casto beso en los labios.
Las reacciones de violencia no son parte de su personalidad, así que se tomó su tiempo, manteniendo una distancia prudente sin alertarla de su presencia, esperando a que el desconocido se marchara. Al hacerlo, se acercó más sereno, repitiéndose que lo que hará a continuación le quitaría un gran problema a su vida.
Su novia se percató de su presencia cuando este ya estaba a pocos pasos, le extrañó que no le avisara de su visita, preocupándose de que quizá haya sido espectador de los cariños que se hacía con el hombre. Cuando quiso abrazarlo, la apartó tomándola de ambos brazos, alejándola como su fuese la peste misma.
— ¿Qué te pasa? —su tono de preocupación no fue creíble para Elijah. Sabía perfectamente que fue descubierta engañándole, al ver su reacción hacia el abrazo.
—Te he visto con él. —para sorpresa de sí mismo no expresó odio en cada palabra, como creyó lo haría al consumirle los celos y traición.
—G-Gordis —su rostro se descompuso—. Yo te quiero.
—Esto se acabó, Lyzty —finiquitó, ignorándola—. Aquí termina todo.
Se alejó del lugar, escuchando sus gritos:
— ¡Elijah! Hay una explicación, esto... esto pudo evitarse —detuvo su paso, sin girarse para mirarle y pedirle que continuara. Al comprender que no la miraría, habló—: Pudiste darme mi lugar, ¡me ignorabas todo el tiempo! ¡Siempre fuiste cerrado conmigo, tímido! ¡Debes saber muy bien que los novios no solo están de la mano y salen a comer! ¡Conmigo no funciona así! —gritó furiosa, reluciendo cómo funcionaba su relación frente a varios curiosos.
Fue eso, la causa por la cual su relación no funcionó. Lyzty buscaba mantener intimidad con él, negándose a cada una de ellas. Es un hombre con principios, criado con tradiciones; y consideradas anticuadas para el mundo de hoy. Pero ese era Elijah, un hombre que creía que debía casarse antes de llevar a la persona correcta a la cama.
—Te ofrecí otras cosas, tenías mi corazón y lo usaste. Me usaste a mí... —respiró hondo, conteniéndose a elevar la voz en público—. Sabías lo anticuado que soy y me dijiste que no te importaba.
—Te mentí, creí que te haría cambiar de opinión. Mira Elijah, buscaba experimentar, y no lo pude contigo. —No le entristecía su ruptura, admitía en todo su esplendor lo que buscaba de Elijah.
—No tienes ni idea cuanto me alegra que haya sido así. Gran error el mío al fijarme en una persona como tú, suerte con ese drogadicto. —Repuso el paso, sintiendo una gran liberación en su interior.
Atrás quedaba una prueba de la vida: siempre tropezarás con personas malas que intentarán descomponerte, tu deber es ser el vencedor y seguir adelante, abrirte a las opciones que lleguen a ti por raras que parezcan y experimentar. Conocer y aprender, son claves importantes en esta vida.
Esa tarde tuvo un aprendizaje y venció, se marchó con la mirada en alto, con una débil sonrisa a pesar de lo ocurrido. Tenía tanto que agradecer al estar libre de una jovencilla en la que dejó de confiar hace meses.
[...]
A media noche envió un mensaje en WhatsApp a su amigo:
J. Amigo
Carnal, estabas en lo cierto. Ya terminé con ella.
12:08 A.M.
♦♦
Ven que a veces las mujeres no son ningunas santas. >:(
Tuve una buena imaginación y coloque los datos en su sitio al parecer.
¿Opiniones del capítulo de hoy?
Otra duda más: ¿Los personajes son muy planos? Me refiero a simples, sencillos, sin chiste. No quiero hacer personajes sin personalidad, digo, quiero que cada uno tenga lo suyo y lo distinga del otro.
Gracias por leer.
Bendiciones.
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