Me despedí de Sacarosa a la salida, ella iría directo a casa y yo fui a cambiarme el uniforme y los zapatos, Bennett me recibió en los vestidores con un corbatazo en el cuello, reprimí un instinto asesino que me pedía apretarle el cuello con mi corbata, simplemente, y mientras me cambiaba, le atranqué la puerta de su vestidor, fingiendo que me iba. Le abrí la misma a pocos segundos, riendo al verle la cara de asustado que tenía.

El día, por ser agosto, era bastante caluroso. Se trataba de la estación de verano, la época más caliente del año, por suerte ya no faltaba mucho para el otoño, pero sí un poco para más para el frío, de mis épocas favoritas del año.

Razor y Chongyun, el portero titular, estaban listos, practicaban tiros y no importó lo bien que se lanzó nuestro buen guardametas, Razor logró acertar un tiro bastante limpio.

Nos saludamos para ponernos a calentar en forma, esperando a la profesora Beidou. Según nos cuenta, ella fue delantera de su academia y llevó a su equipo a las finales regionales, pero una temprana lesión en la espalda le acabó la carrera.

El sol era de lo más horrible, el calentamiento duró unos quince minutos, luego me pusieron a entrenar a detener balones que llegaban a la portería, los muy desgraciados le tiraban a la esquina superior izquierda, que es donde peor se me da parar.

Me decían, medianamente en burla y medianamente en serio que era para que mejorara, incluso Chongyun me anotó un gol de una forma ejemplar, como portero, sabe qué zonas son las que peor se le dan a los porteros, además de cómo hay que tirar para engañar a uno. No es raro que sea seleccionado para los penales, cosa que a mí se me da bastante mal, al igual que a Bennett.

Hablando del diablo, él intentó patear el balón, pero lo hizo de una forma tal que hasta yo escuché cómo tronó su espalda, seguido de un buen grito, que era de esperarse. La profesora Beidou lo atendió entre risas, seguramente ese maldito lo agradeció, pues todos mueren por un masaje, por pequeño que sea, de la profesora Beidou.

Casi llegado el ocaso, me tiraba agua en el rostro, además de secarme con la propia playera, escuché que Chongyun y Razor me chiflaron, haciéndome reír.

-Qué buen pastel. –Exclamó el primero de ellos, yo reí más.

-No permitiré que me excites de nuevo, viejo sabroso. -Siguió el segundo, yo negué con la cabeza.

-No puedo evitarlo, aunque tampoco quiero que no sea así. –Los dos me acompañaron a reír, el que tiene un cuerpo más atlético es Razor, corre como desgraciado y es bastante fuerte y resistente para los entrenamientos.

Era lo último que haríamos, la profesora Beidou nos llamaba de una vez, y a nadie le gusta hacerla enojar. Respiré hondo, alcé los brazos y salté un par de veces, estaba listo para parar ese balón.

No obstante, algo me sacó de mi juicio.

-¡¡¡Oye!!! –Fue lo que escuché; era una voz familiar, una voz que deseaba escuchar de nuevo desde hace unas horas atrás.

Volteé a verla, ahí estaba ella, su cabelló y su listón se mecían suavemente con las corrientes de aire que descienden de las montañas, dándole un aire divino a lo que estaba frente a mis ojos.

Amber tenía una mano en su mentón, sonreía animadamente, Lumine estaba a su lado, me veía con una cara de cómplice, y no era para menos. Ese era su rol.

-¡Cuidado! –Gritó Amber, nerviosa, y lo siguiente que sentí fue que todo el aire se me escapaba, abrí los ojos con mala sorpresa, mi rostro enrojeció.

-¡Maldición, Aether! –Razor corrió a mi lado, cuando pasó el dolor inicial, le levanté el pulgar. –Al menos la paraste.

Volteé a ver de nuevo a esa ventana, Lumine carcajeaba como enloquecida, Amber me miraba como María Magdalena miraría a Cristo durante su Pasión, le hice un gesto de "ok", sonriendo como pude.

En los vestidores, tosía con dolor de estómago al tiempo en que me seguía doliendo un poco el golpe. El balonazo se marcó en mi playera, Razor se disculpó varias veces, sabiendo que se pasó de fuerza.

Lo único bueno que me sucedió al salir es que, muy a lo lejos, vi caminar a Amber. Hacía no más de un momento me sentía bastante humillado y desdichado, pero ahora la vida me regresó al alma de ver a ese ser casi idealizado que tenía a metros de mí.

Su falda arriba de la rodilla y puesta a la altura de su cintura me pareció muy hermosa, al igual que sus largas calcetas que le llegan a media rodilla, suspiré de amor, mirándola con mis ojos pelados y espero un gesto no muy estúpido en mi cara.

Ella me miró también, a la lejanía, sonriéndome, saludándome con una de sus manos cuya muñeca tenía una pulsera de color blanco y rojo, yo simplemente saludé tímidamente con mi mano derecha, meneándola un poco.

-¿Estás mejor del golpe que te diste? –Me gritó desde la lejanía.

-No puedo estar mejor. –Respondí, ella sonrió más grande.

-¿Por qué lo dices?

-No tengo idea. Son de esas cosas que sabes pero no sabes por qué. –Sonreí ante la ironía que acaba de decir; Amber soltó una pequeña risita.

-Al menos estás bien. Debo irme, Aether, me dio gusto saludarte. Ahora ya sé por qué me parecías tan familiar, no sabía que eras hermano de Lumine.

-¿Qué te ha dicho de mí? –Me acerqué unos pasos, seguíamos gritándonos a la lejanía.

-Lo suficiente para saber que me agradarás.

Eso fue muy bueno para mí, en cuanto mi querida hermana esté en casa, no es necesario mencionar que la interrogaré por lo menos durante una hora, así que puedo sentir la ansiedad de que ella ya esté en casa.

Antes de hacer una réplica, alguien abrió una ventana, los dos nos pusimos blancos, pues la cabeza del profesor Diluc salió a asomarse qué pasaba.

-¡¡¡Conche tu mare!!! (ok, no :v)

-¡Ustedes dos, dejen de gritonear como locos, estoy a media clase y no han dejado de interrumpirme!

-¡Perdón! –Dijimos al unísono. Solo escuchamos cómo el profe Diluc cerraba la ventana con bastante molestia.

Tras ese pequeño incidente, Amber se llevó un dedo a la boca en señal de que guardamos silencio, nos sonreímos y nos despedimos con nuestra mano, riendo a baja voz. Mi corazón estaba feliz y mi mente tranquila. Todo era cuestión de que Lumine llegará con las noticias que, quizá yo deseaba escuchar con gran inquietud.
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Hula
Me di cuenta que la historia avanzaba un poco lento en capítulos posteriores, pido disculpas si se les llegan a hacer un poco tediosos, ya después se irá arreglando ese tema, quizá sientan también que hay muchas cosas que se dejan sin responder, esas cuestiones naturalmente se aclararán en el arco de Albedo o Amber, respectivamente

Nos vemos el viernes, espero les haya gustado este capítulo, si bien corto, estuvo lindo uwu

Siempre tuyo:

-Arturo.