1.13 Resanando las grietas.
Durante el resto del día no tuve mayor contacto con Sacarosa, Mona fue más valiente que yo y vi que platicaban en receso, el rostro de Sacarosa ya no se notaba tan mal como cuando la vi al irse a la enfermería, pero parecía no querer hablarme, y al final yo lo entendía.
Malamente para mí, cuando regresé del receso, vi que mi banca quedó toda rayada con plumón permanente: tanto la paleta, el asiento, el respaldo, y no eran palabras precisamente bonitas.
"Ojalá te mueras" "Das asco" "Maldito infiel" "enemigo de las mujeres" "Mereces que te lo corten" "Sacarosa no debió fijarse en un escupitajo como tú"
A lo único que daba razón era lo último, pues era la verdad: ella no se merece a alguien como yo. Supongo que esta semana no publicaré nada en la Gaceta...ya que nadie va a querer leerlo.
Durante el entrenamiento, corría junto con Razor, calentando un poco.
-Oye, dicen que eres novio de Mona y que aun así intentaste serle infiel con Sacarosa, ¿eso es verdad? No lo digo para juzgarte, yo te conozco lo suficiente para saber que jamás harías algo así, por lo que se me hizo raro que dijeran que eras tú.
-Nada de lo que escuchaste es verdad. Ni soy novio de Mona y jamás quise tener una aventura con Sacarosa. Carajo, no sé como es que esto terminó así.
-Despreocúpate, trataré de ayudarte. Si escucho que alguien lo dice, lo corregiré de inmediato, y si me preguntan, diré la verdad del asunto.
-Gracias, Razor. Al final me parece bueno contar con los amigos que tengo.
-Para eso estamos, amigo.
No es de extrañarse que, si era portero, me lanzaran los balones con intención de golpearme más que de anotarme gol, y si era defensa o medio, tampoco me era raro que me llegaran con bastante rudeza o con clara intensión de lastimarme.
Supongo que las personas han de pensar que le rompí el corazón a Sacarosa y a Mona por lo que hice, y como todos los simps de Mona han de estar bien ardidos por eso, no es raro que me quieran muerto.
Al menos en la noche me iría un poco mejor, así que llegué a casa con un enorme cansancio, iría mañana temprano para despintar mi vandalizada banca para que esas amenazas de muerte no me estuvieran fastidiando la vida.
Sin embargo, cuando abrí la mochila para hacer la tarea, me encontré con la buena nueva de que había un sobre en mi carta; reconocí la letra de forma inmediata al ser linda, cursiva y bien estilizada.
Aether:
Leí tu carta y Mona me dijo la verdad. ¿Cómo decirte lo que quiero decirte? Me alegra saber que no eres la mala persona que creí que eras, de verdad me rompiste el corazón, ¿por qué? A las mujeres nos desagrada que jueguen con nosotras o nos piensen como pasatiempos, por lo que siendo tú de mis mejores amigos, me sentí verdaderamente dolida, de ahí mi tristeza y el llanto. Sé que ahora media escuela te quiere funar al pensar que eres un desgraciado. Te ayudaré a resanar el problema, pues vaya que te metieron en una grande. Y respecto a la cita que me propusiste...prefiero dejarla para después, me siento muy confundida por ahora, pero solo te aviso que ir a comer un helado no me parece mala idea y la verdad lo disfrutaría mucho. Te saluda:
-Sacarosa.
Y yo dije ¡qué bien! Una cosa menos de qué preocuparme. Hablando en serio, me alegra muchísimo que finalmente las cosas se hayan resuelto de manera más o menos satisfactoria. Pero todavía quedaba lo peor: si la situación había llegado a oídos de Amber...la pasaría mal.
Si la situación llegaba a oídos de Lumine...seguramente mañana no despertaría sin tener algo atado a mi cuello y llevando horas de muerto. Hice caso a lo que ella me aconsejó: llevé chocolates sabor café, un perfumé cítrico y
Lumine sale a las ocho, no había necesidad pero pasaría por ella, además de ver a Amber, como no era raro. Hice todo lo que tenía pendiente y, naturalmente, siendo las siete con treinta, me apuré a la escuela.
Estaba muy ansioso, ¿qué decirle a Amber? ¿Cómo la saludaría? No llevaba el uniforme ni iba tan bien vestido como en la cita que tuvimos, pero la ropa era casual, nada del otro mundo, pero me aseguré de estar presentable.
¿Lumine le habrá dicho algo ya? Espero que no, quisiera ver la reacción natural de Amber cuando me vea frente suyo con chocolates a modo de regalo.
La caja tenía, eso sí, un listón rojo y un corazón dibujado con pintura de aceite, era una cajita metálica, tenía su nombre pintado en letras rojas y adornado con algunos pequeños corazones que pinté especialmente para ella.
Tenía dentro de la caja una foto de ella dónde había un monito de palitos de color café dándole un beso en la mejilla, se supone que ese era yo...ya que mi color favorito es el café. (A Aether le queda mejor el color café o amarillo? Hum, esas preguntas no me dejan dormir por la noche)
Faltaban cinco minutos, yo estaba impaciente y quería verla ya, ver su hermosa sonrisa cuando me descubriera del otro lado de la calle, tenía tanto que contarle. Lo que no tomé en cuenta, pero que no creo que suceda, será algún familiar suyo pasará por ella. Ojalá que no.
Los primeros alumnos empezaban a salir, caras desconocidas, muchas las miraba por primera vez, otras no. Un chico de aspecto un poco lújubre, de grandes ojeras, cabello negro con algunos mechones de color verde obscuro y la que se notaba era una cara de pocos amigos salía con Lumine, los dos charlaban de sabrá Dios qué asunto, pero eso no era lo que me preocupaba, ya que yo quería ver a Amber.
Eso sí, platicaban bastante bien, él tenía unas hojas a la vez que le señalaba éstas, ella aceptaba con la cabeza, sonriendo para luego darle un beso en la mejilla a ese chico y luego buscarme con la mirada.
¿Me dieron celos? Era mi hermana besando a un chico, ¿Será su novio? No lo sé, pero me preocupó esa cara de baboso que ponía cuando Lumine le dio la espalda para buscarme. Otra chica, que más o menos sé quien es, pues nada más la conozco por ser miembro del Consejo era Ganyu, quien tomó del hombro a ese chico misterioso y se fueron platicando muy animadamente.
En un momento Ganyu se llevó las manos a la boca y el chico misterioso se cubrió los ojos, ella le comenzó a hablar con la que parecía ser más emoción.
Sin embargo, en cuanto vi asomarse por la lejanía un listón de color rojo y un rostro que hasta fastidiado y enojado se veía lindo, dejé de centrarme en Ganyu y en el chico misterioso para verla a ella y solo a ella.
Parecía que buscaba a alguien más, pero yo quería seguir el juego que solemos tener siempre que nos vemos. Me puse los chocolates en la espalda.
-¡Hey! -Grité, sonriendo, ella se sorprendió, buscándome con la mirada, y fue finalmente cuando me vio que noté que se tranquilizó, regresando mi gesto de una forma muy linda, lo que me complacía el corazón.
-¡Hey! ¿Qué haces aquí? -Me gritó, estábamos en la lejanía.
-Quería verte, eso es todo. -Fui caminando apresuradamente, cruzando la calle sin fijarme.
-¡Cuidado! -Un auto sonó el claxón, yo me asusté bastante, haciéndome unos pasos para atrás, el conductor me gritó y yo pedí disculpas, literalmente estuve a un paso de que me arrollaran, Amber fue quien cruzó la calle con precaución, a diferencia mía. -¡Aether, que susto me diste!¡Debes estar más atento!
-Ay, que pena. No sé que rayos me sucede siempre que te veo, pero cuando lo hago, todo deja de tener importancia para mí como no seas tú. -La tomé de una mano, dándole un beso al dorso de la misma.
-Que lindo de tu parte, ¡Pero de verdad ten más cuidado! Un día de estos no la librarás, y no me hará nada de gracia ver que algo malo te suceda frente a mis ojos.
-Ok, trataré de ser más cuidadoso. -Le mostré la caja de chocolates, ella se sorprendió mucho. -Sorpresa. -Sonreí graciosamente.
-¡Aether! -Me dio un beso en la mejilla a la vez que me abrazaba, yo hice lo propio. -Ay, qué tierno eres, muchas gracias por los chocolates.
-Bueno, quería darte el regalo que no te di en nuestra cita. Respecto a la carta...creo que sí, hay que tener un poco más de calma, ir tranquilos, ¿cuál es la prisa por ser novios?
-Ninguna. Mientras más tiempo pase, mejor será cuando formemos pareja. -Me guiñó el ojo. -¿Qué tal tu día?
-Creo que no pudo ser peor.
Le conté a Amber toooodo lo que me había pasado ese miserable día, y que por suerte ya todo había quedado claro, o más o menos. Suerte mía que el rumor no llegó a sus oídos y que yo le pude contar todo de primera mano. Ella se sentía molesta con Lumine puesto que tenía "celos de amiga".
No pensé que mi hermanita tuviera pretendientes, de hecho jamás me había detenido a reparar sobre su vida amorosa, pero luego le preguntaré.
-¡Se la pasa con sus compañeros del club de teatro y parece que yo no existo para ella! -Amber pisó el suelo con enojo, llorando, yo reí un poco y le acaricié la cabeza.
-La regañaré por ti. Si los dos fuéramos en el mismo turno, ¿sería lo mismo entre nosotros dos?
-Sigh, tal vez, ¡Pero no es el caso y no me gusta sentirme como plato de segunda mesa! -Amber miró su reloj. -Bueno, ya casi son las ocho y media, preocuparé a mis padres si sigo tardando más.
Amber me tomó de la mano, empujándome suavemente contra un árbol, era una zona dónde no llegaba luz, ella pasó sus manos por detrás de mi cabeza, tocando mi espalda, robándome un beso con muchísimo amor en él.
Yo me sorprendí, pero cerré los ojos, disfrutando del momento, tomando su cadera, ella se pegaba a mi cuerpo, y yo celebraba ese hecho.
(De aquí ya no me gustó Cómo iba quedando la historia, espero que les haya gustado aunque fuera un revolvedero, ojalá les guste mucho más la próxima versión, una disculpa por todo.
Siempre tuyo:
-Arturo)
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