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1.12 Terrible malentendido.

A pesar de tener zapatos y pantalón de vestir, los miembros del club de futbol jugamos un poco durante receso, cosa de unos quince minutos para después hacer alguna otra cosa.

Yo era portero, Razor me lanzó un tiro que logré parar de forma magistral, él negó con la cabeza, enchinándome los ojos.

-¿Es todo lo que me puedes ofrecer? -Reté, el sonrió con la misma intención.

Bennett estaba en mi equipo, por lo que vaya que todos se cagaron en su madre cuando él, que tenía el balón en sus manos y la portería enemiga libre de toda seguridad, voló el balón al techo de una forma que angúlarmente era imposible...de no ser por él.

El pobre se tumbó en el suelo, golpeándolo a la vez que farfullaba, reclamando por su mala suerte que era indigna de su buena persona.

El juego acabó ahí, fui a sentarme, bebiendo un poco de agua y limpiándome con el propio chaleco del uniforme, el calor de ese día era una cosa horrible.

Razor me agarró del cuello, apretando un poco.

-¿Con que te sientes mucho, eh? -Rió de forma divertida.

-¿Qué demonios te pasa? ¡Suéltame, carajo! -Farfullé de forma extrañada, él me soltó, con esa risa sin parar, yo lo comencé a ahorcar y él hizo lo mismo conmigo.

Sin embargo, un "ejem" nos detuvo a ambos. Mona estaba frente a nosotros, sonriendo de forma incomoda. Los dos nos sonrojamos para luego arreglarnos nuestros uniformes, queriendo quedar lo más formales ante la chica más guapa de nuestro salón.

-No me gusta interrumpir sus asuntos de varones pero Aether y yo tenemos asuntos de qué hablar.

-Ah, casi lo olvidaba.

-¿Podemos ir a un lugar más privado? -Mona me hizo un gesto que me decía "vamos a ir a un lugar más privado". Razor me miró con un gesto de digna sorpresa.

-Hijo de...

Fui con Mona a unas bancas que quedaban debajo de un árbol, ahí por lo regular van las parejas, así que no es raro que mis amigos se me quedaran viendo con picardía, por lo que fuimos a un lugar más privado todavía.

Me quería morir un poco por dentro, la situación podía malpensarse, y de llegar ésta a oídos de Sacarosa...seguramente ella me va a regañar.

-¿Qué deseabas hablar conmigo, Mona? -Pregunté, no podía mirarla a los ojos por los nervios.

-Sobre la ayuda que te pedí en el ensayo...quizá tenga que pedírtela de nuevo. -Ella se sonrojó, sacando un par de papeles del bolsillo de su falda, era su ensayo. -Hice todo lo que me pediste y siento que me quedó igual, ¿puedes leerlo?

-Con gusto. -Sonreí, ella se veía apenada, y tiene sentido, ella es una alumna destacada, ¿y tiene problemas con un ensayo? Seguramente eso le ha de doler en el alma.

Si bien había algunas mejoras, me senté a su lado, estando casi hombro con hombro, trataba de contener mi nerviosismo y no arruinarlo, pero me fui centrando en el ensayo y así me relajé.

Al acabar de decirle que la idea central seguía siendo confusa y las fuentes seguían estando mal citadas, además de que las había puesto dónde no era, ella tenía los ojos dándole vueltas, con un semblante más confundido todavía.

-¡Ash, no entendí nada de lo que me dijiste! Intenté de todo el fin de semana, leí tu carta casi a diario y hay cosas que no entendía.

-¿Te las explico?

-Si no es mucha molestia, claro. -Se volvió a apenar. -Solo dame un segundo, todo esto me da un montón de ansiedad.

Mona, casi como si no fuera nada del otro mundo, se fijó a ambos lados, como si revisara que nadie nos viera, por lo que sacó de sus bolsillos una cajetilla de cigarros, yo abrí los ojos de la sorpresa, mirando su rostro y mirando el cigarro, subiendo y bajando mi cabeza, como si estuviera diciendo "no".

Ella lo prendió como si nada, adjudicándole un "golpe" que me pareció algo hasta inhumano, en cosa de una sola fumada, ella consumió algo así como 1/8 del cigarro, lo que era mucho.

Me vio como si nada, guardando su cajetilla, pero luego me miró con duda, seguramente se preguntará por mi gesto.

-Ah, que desconsiderada soy. -Volvió a sacar la cajetilla. -¿Quieres uno?

-No fumo...gracias. -La seguí mirando con sorpresa. -Y tú tampoco deberías.

-Ay, por favor. No soy la única que lo hace.

-Estamos en la escuela.

-¿Y? El profesor Diluc nunca pasa por aquí, el profe Kaeya ya me ha visto alguna vez, pero solo me lo quita para acabárselo él.

-A veces me da la sensación de que el profesor Kaeya no debería ser encargado de disciplina, ¿y qué hay del olor?

-Uso perfume. (Dato innecesario: una vez antes de entrar a clase en prepa fumé un cigarro que olía bastante fuerte, me tocaba con la maestra más exigente y un amigo me dijo "wey, no hueles, apestas a cigarro" y de hecho creo que dejé oliendo el salón a cigarro por unos minutos, pero cuando la maestra llegó, ya se me había quitado el olor de la ropa. Debo admitir que me sudó ese día, y no lo volví a hacer nunca jsjsjs).

La miré con un poco de cuestionamiento, ella volvió a darle una bocanada que me sorprendió, ¿cómo es que tiene esa habilidad?

-A ver dame una fumada... -Caí en la tentación y en la curiosidad de probar por primera vez en mi vida un cigarro.

-Ja, al final todos siempre caen. -Ella sonrió de manera maliciosa, fumando un poco antes de darme el cigarro.

Quería probar, la verdad es que no tengo ni la menor idea de como se fuma, por lo que muy descuidadamente le di una bocanada profunda, así que comencé a toser como desgraciado, tratando de no tirar el cigarro.

Mona se comenzó a reír, dándome algunas palmadas en la espalda a la vez que tomaba el cigarro en sus manos y se le llevaba a los labios, parecía un vaquero de las películas western.

-Cosita, creo que no estás hecho para fum... -Ella, al no haberse dado cuenta que el cigarro estaba ya por acabarse, se quemó el labio, dando un pequeño grito y llevándose una mano a la boca. -¡Ay, maldita sea! (Los que no fumen lo verán como algo imposible de que pasa...Yo puedo decir que sí es posible 😶)

-Ja, el karma. -Dije, tosiendo y con los ojos llorosos.

Dejamos el tema del tabaco por la paz, pues había sido una mala idea, ahora olíamos un poco a cigarro, no quería que Sacarosa me riñera si es que llegaba oliendo a cigarro al club.

A Mona le había quedado un poco rojo el labio por la quemadura del cigarro, había sido justamente en el centro de su labio superior, ella se puso perfume para disimular el olor.

-¿Y qué hay de mí? -Alcé una ceja.

-¿Tienes perfume o desodorante?

-No...y en el club son casi puras mujeres y Xiangqiu no usa desodorante en aerosol.

-Rayos...¿te molesta la idea de oler a mujer con tal de que no huelas a cigarro?

-Tch...prefiero eso a que me pongan un reporte.

-Quédate quieto.

Mona me olió de los hombros y del pecho, acercándose bastante a mí. Yo escuché cómo si algo se moviera en las cercanías, me traté de fijar pero no era nada. Mientras no sea un profesor, todo está perfectamente.

-No te huele el suéter. -Ahora mona tomó mis manos para oler las mangas de mi camisa blanca, ella asentó con la cabeza. -Son los puños de tu camisa.

-Entonces tomaré prestado tu perfume. -Sonreí de forma un poco patética.

Mientras me ponía el perfume en las zonas donde más olía a cigarro, me di cuenta que Mona se relamía el labio, seguía roja y un poco inflamada esa zona de su boca, me dio un poco de pena por ella, quizá hasta mañana se le relaje ese dolor.

Con todo resuelto, y con los diez minutos que quedaban de receso, le expliqué a Mona las dudas que tenía sobre cómo hacer el maldito ensayo, que a algunas cosas le entendió y otras...era mejor mostrarle un ejemplo ya que las palabras no se me daban.

Nos regresamos a las zonas concurridas de la escuela, algunas chicas cuchicheaban sabrá Dios que cosas al vernos pasar, yo ignoré esos comentarios ya que ni siquiera podía escucharlos bien...espero que no sean de que me vean junto a Mona.

-Bien...gracias por tu ayuda y perdón por los problemas que te di.... -Ella jugó con uno de sus mechones de cabello, apenada, yo la verdad he de admitir que se veía muy linda así, por lo que le sonreí mostrándole los dientes y cerrando mis ojos.

-Al final fue hasta divertido, así que no te preocupes. Será un placer ayudarte. -Ella se sorprendió, pero regresó mi gesto con comprensión.

-Trato hecho.

Ambos tomamos caminos separados, yo fui corriendo al club de poesía, ella a su club de astronomía, me sentí alegre de tener esa experiencia tan linda.

Fui el primero en llegar, esperaba ver a Sacarosa para decirle que sí quería tener una cita con ella, aunque de tan solo escuchar la risa de Hu Tao, supe que eso debería esperar un poco todavía, quizá a la salida.

Justamente como lo pensé, ella entraba con toda su alegría desbordándose, Sacarosa iba detrás de ella.

-Hum...huele a perfume de mujer, y es un buen olor. -Ella me miró, meneando su cabeza a la derecha. -¿Eh?

-Ho-hola... -Saludé con una gota de sudor en mi frente, Sacarosa entró olfateando, sorprendiéndose por el buen olor.

-¿Aether? ¿Por qué huele así? -Preguntó ella.

-¿Eres tú o alguien más estuvo antes aquí? -Continuó Hu Tao.

-E-es porque mi madre usó el suavizante de telas en Lumine en mi ropa. -No podía decir que estuve con Mona cuando Sacarosa me lo tiene prohibido...y quizá lo pueda mal pensar, por eso prefiero mentir. Al final, son mentiras blancas...espero.

-Ay sí, a otro perro con ese hueso. -Se burló Hu Tao, acercándose a mí para olerme más detalladamente. -Éste no es olor de suavizante, gasp, seguramente estuviste con alguna chica. -Hizo un gesto de sorpresa.

-¡O-oye, no tomes conclusiones precipitadas!

-¿Es tu novia? ¿Te besaste ella? Seguramente tuviste mucho contacto con esa chica para que se te haya pegado el olor de su perfume.

-N-no sé de que me hablas.

-Sí, escuché que dos pichoncitos se fueron a la zona más solitaria de la academia y que los vieron abrazados... -Ella levantó dos veces las cejas, encerrándome más en ese laberinto.

Demonios, ¿De verdad nos habrán visto? Seguramente esa parte ha de ser inventada, o de lo contrario hubieran visto a Mona fumar....a no ser que nos hayan visto después de que ella se quemó.

-Yo no puedo ser, estaba con Bennett.

-A-Aether...yo estaba con Bennett y Razor. -La mirada de Sacarosa ensombreció. -¿Po-por qué mientes? ¿Tienes algo que ocultar? ¿Es verdad que tienes...no-novia?

-Habla, güerito. -Hu Tao me enchinó los ojos.

-Sigh...está bien. Fumé un cigarro, me ganó la curiosidad y, para disimular el olor, usé perfume de mujer. S-si quieren pueden olerme el aliento para que sepan que no les miento, aunque sé que eso es desagradable.

-¡Aether! -Exclamaron ambas al unísono.

-Ohh, saliste rebelde. Fumando dentro de la escuela, que malote. -Rió Hu Tao.

-¡Aether, eso que hiciste estuvo muy mal! ¡Deberías avergonzarte! -Sacarosa me miró con bastante enojo, jalándome una oreja hacia abajo.

-¡Duele, duele, duele!

-¡Prométeme que no volverás a fumar ni dentro ni fuera de la escuela!

-¡Lo prometo, Sacarosa, pero deja de jalarme la oreja, duele mucho¡Además fue una idea muy estúpida, no lo haré de nuevo! -Finalmente Sacarosa soltó mi oreja, resoplando del enojo.

Como lo esperaba, Sacarosa me riñó por bastantes minutos, ella se enojaba cuándo no le prestaba atención, ya que la verdad no lo hacía, pues ni de chiste pruebo otro cigarro en mi vida, ella lo interpretó en que lo que me decía lo echaba en saco roto.

Parece ser que hice enojar a Dios por alguna razón...la suerte no ha estado de mi lado.

No es necesario mencionar que Sacarosa se sintió muy emocionada cuando le dije que aceptaba tener una cita con ella, pude ver de inmediato que sus ojos se iluminaron y su sonrisa se ensanchó bastante.

Ese día se despidió de mí dándome un abrazo que me sorprendió, lo respondí con aprecio.

Le dije a Lumine que diera aviso a Amber de que saldría con una amiga el fin de semana para "ir a comprarle un regalo a su madre". Ella me miró con suspicacia.

-No importa que seas mi hermano...rompe el corazón de Amber y yo te romperé las piernas. -Sentí su amenaza hasta mi alma, lo que me causó un escalofrío.

-Lumine, yo amo a Amber con locura. Nada me puede hacer renunciar a ella, y jamás le rompería el corazón.

-Ok...el viernes salimos temprano en la tarde, por lo que irás y le llevarás unas flores rojas, los claveles rojos son sus favoritos, así como los chocolates con sabor a café y usa perfume de cítricos, que es el mismo que usa el profesor Zhongli y que a ella le gusta.

-¿El profesor Zhongñi le gusta a Amber?

-No. -Rió ella. -Le gusta su perfume. Así que espero hagas bien con esa información, ¿de acuerdo?

-De acuerdo. -Ambos nos sonreímos con complicidad. Al final de todo, Lumine es más Celestina que la propia Celestina. Los chocolates, rosas y el perfume son algo así como la poción que le da a Melibea para que se enamore de Calixto.

Al día siguiente sentía un aura especialmente negativa rodeándome, lo que me parecía bastante sorprendente. Me daba la impresión de que, a dónde quiera que mirara y hubiera hombres, éstos me daban una mirada asesina, algo que me parecía raro.

Yo bostezaba, un grupo de chicas me rodeó, yo puse mis zapatos dentro de su cajón y loas volteé a ver.

-¿Buenos días? -Pregunté, ellas me miraban con picardía y cierto entusiasmo.

-¿Cómo lo hiciste?

-¿Qué? ¿Hacer qué?

-Vamos, no te hagas el inocente, dinos.

-A ella no le interesaban los hombres hasta que llegaste tú.

-¿Hablan de Mona?

-Ohhh, sí sabes. Vamos, eres el chico más afortunado de la escuela, ¿cómo la enamoraste?

-¿Será porque la hace reír?

-No, seguramente es por los poemas que le escribe.

-¿De qué demonios me hablan?

-No te hagas el inocente. Ayer vimos que la abrazabas.

-Y llegó al club de astronomía con el labio enrojecido.

-¿A ella le gustan los besos rudos? Se nota que la mordiste fuerte.

Ahí recordé un poco mejor lo que había pasando e iba hilando todo lo ocurrido hasta ese entonces.

Ayer Hu Tao mencionó que vieron a una pareja en la zona solitaria de la escuela, estas chicas dicen que nos vieron abrazándonos, que ella tenía el labio enrojecido, y que la hago reír y, para rematar, escribo poemas de amor en la Gaceta. Ok...debo admitir que todo eso es verdad ¡pero no es lo que ellas piensan!

-Chicas, hay un malentendido, Mo-mona y yo no somos novios.

-Vamos, no seas indiscreto, no le diremos a nadie si ese es el problema.

-Todos los chicos están celosos de ti, Aether. Les cayó como balde de agua fría cuando supieron que Mona tenía novio.

-Si quieren mantenerlo en secreto, es normal, que molesto tener a todos los chicos molestándolos.

-¡No somos novios, demonios!

-No seas reservado, por favor.

Bennett llegó, tomándome de la corbata para jalarme como si fuera un perro, yo casi me tropezaba varias veces, a él lo notaba bastante enojado. Fue que llegamos a los baños de hombres cuando él me aventó contra la pared.

-¡Pero serás cabrón!

-¡De qué carajo me hablas, Ben!

-¿Por qué no me dijiste que Mona era la chica que te gustaba? ¡No pensé que fueras a tener suerte! Amigo, eres muy afortunado, tienes como novia a la chica más hermosa de la escuela, ¡hay que celebrarlo a lo grande!

-Empecemos diciendo que no soy novio de Mona, ¡¿por qué demonios lo piensan?!

-Vamos, no tienes que mentirle a tu mejor amigo, los vieron abrazados ayer en "lo obscurito" y las chicas de su club dicen que tenía el labio inflamado. Ohh, amigo, no sabía que te gustaba ser rudo, ¿ella también lo es?

-¿Cuántas personas lo saben?

-Todo el salón.

-¡Puta madre, march! ¡Sacarosa no debe escucharlo, ella y yo tendremos una cita el sábado, si llega a pensar que soy novio de Mona le romperé el corazón y pensará que quería tener una aventura con ella! -Le di una bofetada a Bennett.

-¡¿Y eso por qué?!

-¡Por pegarme tu mala suerte!

Salí corriendo del baño para ir al salón, a la entrada, a dónde fuera para buscar a Sacarosa. Vi a Mona rodeada del mismo grupo de chicas que me interrogaron, ella se notaba igual de confundida y sorprendida que yo, una de esas chicas me tomó del brazo, impidiéndome ir.

-Ahora sí, es hora de que los novios digan la verdad.

-Chicas, Aether y yo no somos novios.

-¡Sí, les puedo mostrar mis mensajes y no encontrarán nada entre Mona y yo, lo que pasó ayer fue un malentendido! -Expliqué de forma muy atropellada, intentando ir a resolver este asunto de una vez.

-¿Pero entonces por qué estaban abrazados? -Mona le secreteó a una de las chicas, ella se sonrojó, haciendo un pequeño puchero. -Oh...no deberían fumar en la escuela.

-Justamente tengo ganas de fumar por lo estresada que estoy. -Ella sonreía de manera enojada, teniendo un tic en el ojo.

Ahora sí fui corriendo al salón en compañía de Bennett a la vez que Mona seguía explicando lo ocurrido de verdad a las chicas que le preguntaban, no hubo un solo pasillo donde alguien no me viera con ojos de querer matarme.

Menos mal nunca me gustó tanto Mona...de lo contrario este sería el mayor de los bochornos.

Entrando al salón, lo que vi me partió el corazón en mil pedazos, estoy seguro que mi rostro jamás había estado tan serio en mi vida...

Sacarosa tenía hundido el rostro en su banca a la vez que lloraba desconsoladamente, se escuchaba claramente. Cada uno de esos llantos me martillaba los oídos de forma más dolorosa. Albedo le acariciaba la cabeza y Hu Tao la tomaba de la mano, Sacarosa se la apretaba muy fuerte.

Sus lentes quedaban a un lado de sus brazos, en cuanto Albedo me vio, caminó pesadamente frente a mí, yo por reflejo me hice unos pasos para atrás y Bennett, pensando que a lo mejor me soltaría un golpe, se puso entre los dos para que no nos peleáramos.

Sin embargo...Albedo negó con la cabeza, cerrando la puerta con bastante fuerza, y aún así se escuchaban los llantos de Sacarosa.

-Amigo...no sabes lo bien que me vendría un cigarro ahora mismo. -Me recargué en la pared, mirando al techo para irme resbalando sobre la misma, hasta sentarme en el suelo. Bennett me tomó del hombro.

-Cuando le aclares la verdad, todo quedará como si nada. Ya sabes, aventura, es una aventura.

-Agradezco que quieras animarme pero...¿Qué será cuando no haya malentendido, Bennett?

Él no dijo nada, se llevó una mano detrás de la cabeza, poniendo un gesto de incomodidad, de ahí, no hubo más palabras, ya no tenía humor de nada. Mona llegó apresurándose, pero Bennett la detuvo de entrar al salón.

Ella no sabía a qué nos referíamos cuando dijimos "no es buen momento para entrar". Sin embargo, con tan solo escuchar cómo lloraba Sacarosa, entendió bien.

Ambos le aclararíamos la verdad, ella estima a Sacarosa a pesar de que no le suele hablar mucho, y cuando le dije que ella está enamorada de mí, se sintió responsable de los llantos de mi buena amiga. 

Tuvieron que pasar algunos minutos hasta que cesaran los llantos de Sacarosa, yo entré junto con Mona, Hu Tao nos miró con suspicacia, alzando una ceja. Bennet fue y se sentó al lado de Albedo, secreteándole algo que no escuché por evidentes razones.

Sacarosa miraba en frente, yo no le veía la cara, quería decirle algo, pero no podía, algo me lo impedía a pesar de que no quería, quería darle un beso en la cabeza y decirle que todo estaba bien, aunque las cosas no estaban bien.

Ya sé que es lo que pasará con Sacarosa cuando le diga la verdad de que estoy enamorado de otra chica, éste dolor que ella siente es ahora cosa de nada, le durará no más que hasta receso. Sin embargo, cuando le diga la verdad, ese dolor prevalecerá días, semanas, meses, quizá hasta años aunque, conforme más me hago una idea del tiempo que tomará el superarme, me siento más miserable.

Quien llegó fue la profesora Ninguang, campante y de buen humor con un libro pegado a sus senos, al pararse frente a nosotros tras darnos el buenos días, parecía que iba a iniciar una explicación, pero puso una cara de asombro cuando vio a Sacarosa.

-Señorita, ¿está bien?

-Me duele mucho la cabeza, eso es todo. -Justamente después de que ella llora le duele la cabeza...

-Te acompañaré a enfermería, parece que estás bastante grave, Sacarosa. -La mencionada se levantó y fue del brazo junto con la profesora Ninguang, pude ver el perfil de su rostro...tenía el rostro todavía enrojecido, los pómulos hinchados y un abatimiento que me dolía mucho el tan solo verla.

Me llevé las manos a la cabeza, no creí que esto fuera a pasar así, tan horrible. Necesito decirle la verdad a la brevedad o, de lo contrario, no podré dormir bien esta noche.

Justamente me llegó un avión de papel, yo volteé a ver quién me lo mandaba...era Hu Tao, la veía un poco enojada.

Las palabras eran claras:

Miserable mentiroso, ¿por qué no le dijiste la verdad ayer? ¿Por qué aceptaste tener una cita con ella si es que ya tenías novia? Perro taibolero, ojalá te mueras por lastimar el corazón de Sacarosa >:v

No es necesario decir que me llevé las manos al rostro, respondiendo que todo era cosa de un malentendido y que yo jamás intentaría tener una aventura romántica con ella, pero ella simplemente me señaló y me apuntó con su dedo de forma acusadora.

Algo me dice que no saldré tan bien librado de esta...

La profesora Ninguang llegaba con algo de prisa, parecía ser que Sacarosa se quedaría un poco más en enfermería por su dolor de cabeza que, según contó ella, parecía ser una fuerte migraña.

Quizá como ya era un poco de costumbre entre los dos, pues ella siempre me ha entregado cartas, yo haría lo mismo ahora, así que mientras escribía los apuntes de clase, también escribía una carta para Sacarosa dónde explicaba todo el asunto y lo que en verdad había sucedido así como también que no pensaba tener una aventura con ella y que de verdad quería tener una cita con ella a modo de compensación por el mal rato que la había hecho pasar.

Al acabar la clase, me levanté inmediatamente a la enfermería, explicaría lo ocurrido después, vi que ahora las miradas asesinas no eran tan solo de los hombres...sino también de las mujeres.

Llegué a la enfermería para toparme con que Sacarosa estaba acostada en una de las camillas, escuchaba que lloraba y veía que su cuerpo se agitaba. Me dieron ganas de llorar de verla así, tan deprimida, tan sola.

-Sa-Sacarosa...soy yo, Aether. -Ella no respondió, simplemente se hizo bolita en la cama. -Lo que te dijeron no es verdad. T-te escribí una carta, por favor léela, quizá no quieres saber nada de mí pero...es necesario que la leas. Lo que sí quiero decirte es que yo no soy novio de Mona, hubo un malentendido y cuando quise evitar que lo escucharas ya era tarde. Por favor, lee la carta, jamás quise lastimarte, Sacarosa, créeme, es todo lo que te pido. 

Deje la carta junto a sus lentes y me retiré lentamente, recargándome en la puerta de la enfermería, agarrándome fuerte el pecho y mirando al techo. No soy lo que Sacarosa cree, yo no soy malo...pero tampoco soy bueno. 

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