Capitulo 16 "Las Momias del Doctor Knoche"
La batalla en el mausoleo seguía en calor, una de las Momias salió desde el mausoleo corriendo y al llegar al primer escalón dió un salto largo cayendo encima de un duende tumbandolo y de forma despiadada lo comenzó rasguñar en la cara repetidas veces, provocando gritos de sufrimiento en el duende, los rasguños se profundizaron en la piel, los dedos y las largas uñas de la Momia se mancharon de sangre y ésta salpicaba por doquier, los gritos del duende cesaban poco a poco y su rostro se desfiguraba más y más con cada rasguño hasta llegar a los huesos, los ojos se desprendieron, el duende dejo de gritar y aún así la Momia no se detuvo en seguir rasguñando el cuerpo sin vida. Una de las Momias se le fue encima a Eduardo para rasguñarlo y éste con el cuchillo de la derecha lo clavó en la muñeca de la criatura y éste soltó un grito de dolor, luego el otro cuchillo hizo dos cortes rápido en forma de “X” en el torso y clavó el cuchillo en el cuello profundamente, la Momia soltó un grito ahogado, Eduardo giró el cuchillo con el filo hacia la izquierda y con fuerza corto el cuello extendiendo el brazo hacia la izquierda, el cuchillo de la muñeca la sacó y luego cortó el otro lado derecho del cuello decapitando a la criatura, de sus cuerpos no salía sangre eran tan secos que prácticamente ya eran polvo, en eso percibió que algo se acercaba detrás de él y éste se agachó dando una vuelta, esquivando el rasguño de otra de las Momias a la vez que con el cuchillo de la mano derecha le hizo un corte en la pierna derecha, la criatura se inclino hacia delante del dolor, Eduardo aprovecho y levantó la hoja del cuchillo y la clavó debajo del mentón de la Momia, del otro lado se acercaba otra Momia corriendo, Eduardo volteo el cuchillo de su mano izquierda con la hoja hacia abajo y la clavó en la entre pierna de la Momia, éste tambien se inclino hacia abajo soltando un grito de dolor, luego saco el cuchillo lo volteo una vez más con la hoja hacia arriba, sacó el otro cuchillo del mentón de la otra Momia y con el cuchillo de la mano izquierda cortó el cuello, se levantó y le propinó una patada a la criatura en el mentón haciendo volar su cabeza, luego se volteo quedando de frente con la otra Momia, rodeó su brazo izquierdo de la nuca de la criatura, colocando el filo de la hoja del cuchillo del lado derecho del cuello y el otro delante, luego sin pensar demasiado recogió el brazo izquierdo y el derecho lo empujó, decapitando a la criatura, sorpresivamente llegó otro por detrás llevaba puesto un vestido largo de mujer, blanco y estropeado, se guindo encima de Eduardo, éste se abalanzó hacia delante con fuerza levantando a la criatura y la volteo arremetiendola de espaldas contra el suelo, giro el cuchillo de la mano izquierda colocando la hoja hacia abajo, los dos cuchillos los clavó en los ojos hundidos de la Momia, las sacó y después cruzo los brazos posicionando los cuchillos a cada lado del cuello de la Momia y extendió los brazos arrastrando las hojas de los cuchillos pasando por el cuello decapitando a la criatura.
Fergus blandía su espada contra varias Momias, de pronto una de éstas le fue encima empujándolo con tal fuerza que lo tumbó del caballo, al caer al suelo la Momia está encima de él, se le fue acercar para morderlo, pero Fergus atravesó su espada y la criatura mordió la hoja, los dos entraron a una especie de forcejeo hasta que Fergus sacó una fuerza de la adrenalina empujando la hoja de su espada, cortando la parte superior de la cabeza de la Momia y ésta cayó, Fergus la apartó y se levantó, el Rey se acercó en su caballo mirándolo.
—¿Estás bien Fergus? —preguntó.
Éste lo miro y asintió. —Sí, majestad. —contestó.
El Rey asintió y en eso una Momia se le acercó de frente y éste blandio su espada decapitándolo al instante. Una de las Momias vestía camisa color arena y pantalones marrón algo estropeado, se acercó a otro de los duendes y éste fue hacia él blandiendo su espada hacia delante clavándola en el estómago de la criatura, luego la llevó hacia arriba cortando a la Momia en dos, desde su izquierda se acercó otro y éste blandio la espada de derecha a izquierda cortando a la Momia por la mitad, la mitad superior cayó y se comenzó a mover hacia él y blandiendo la espada hacia abajo decapitó a la criatura, luego venía otro de frente, el duende llevó la espada hacia atrás desde abajo y la levantó, pero de pronto algo tomo su antebrazo, el duende volteo y vió la mano de otra de esas cosas y sin darse cuenta la criatura le mordió el antebrazo tan fuerte que lo hizo gritar de dolor, de la mordía los dientes se incrustaron y comenzó salir sangre ésto lo hizo soltar la espada luego otra Momia lo tomó del otro brazo con fuerza, las dos Momias llevaron sus brazos hacia atrás y otras dos lo sujetaron del cuerpo, el que venía delante llegó colocándose enfrente, el duende lo miró con la respiración agitada, detallando que ésta Momia vestía un uniforme militar de la época colonial, de color azul algo estropeado y agujereado, la criatura con su mano izquierda tapó la boca del duende y clavó sus uñas de la mejilla derecha del duende, con la mano derecha lo tomó de la nuca y bruscamente giró su cabeza rompiendo su cuello y siguió girando y halando hacia arriba, la piel se despegaba cómo plástico y la carne del cuello del duende, se rompía saliendo sangre a chorro de ella, la vértebra se dividió y la cabeza del duende se separó por completo del cuerpo, luego las dos Momias que sostenían los brazos dieron un fuerte tirón de ellas hasta desprenderlas del cuerpo, la sangre salía como si no tuviera fin, los que sostenían el cuerpo lo levantaron y todos se fueron con las partes desmembradas a lo profundo del bosque.
Andrea le propinó a una de las Momias un golpe en el rostro con la derecha, seguido del izquierdo, llevo los codos hacia atrás con las manos abiertas y al extenderlas hacia delante expulsó dos grandes chorros de agua contra la criatura, el agua iba con tal fuerza lo desmembró, desde atrás se aproximaba otro corriendo, Andrea al darse cuenta dió un salto y volteandose extendiendo su pierna derecha propinándole una patada en la cabeza a la Momia que la desprendió, ésta salió volando y el cuerpo cayó, Andrea al caer al suelo extendió los brazos a los lados con las manos abiertas formando dos esferas de agua y al tensar los brazos los expulsó directo a dos Momias que se aproximaban en ambas direcciones golpeándolos en sus cabezas desprendiendolas de sus cuerpos y éstos cayeron, Andrea observó a uno de los duendes delante de ella a lo lejos, vió como éste le cortó el brazo a una de las Momias blandiendo su espada, seguido de su cabeza, cayendo el cuerpo decapitado, luego se volteo a la derecha blandiendo la espada de izquierda a derecha cortando a la mitad a otro y después cortando la cabeza en el suelo, el duende se irguió con la respiración agitada, se volteo y de pronto cruzó miradas con ella, él asintió y ella lo devolvió, de pronto una Momia apareció de pronto detrás de éste, lo tomó del hombro izquierdo y empujó su cabeza clavando un mordisco en el cuello del duende y éste soltó un fuerte grito de dolor.
—¡No! —exclamó Andrea aterrada.
Luego otro llegó y tomó al duende del cuerpo levantándolo, comenzó a correr hacia él, pero en eso dos Momias se atravesaron, ella enfadada sus ojos se pusieron blancos y se iluminaron, de sus mano emanaban rayos de electricidad, ferozmente extendió los brazos expulsando dos rayos de electricidad que chocaron con las Momias electrocutándolas y explotando segundos después, los ojos de Andrea volvieron a la normalidad viendo que el duende y las dos Momias se encontraban lejos de ella con el duende cargado llevándolo al bosque, desesperada e impotente fue a perseguirlos, pero cuatro Momias más se atravesaron en su paso y la detuvieron, entre ellas logro ver cómo los perdía de vista entrando a los profundo del bosque.
Manuel se encontraba rodeado por ocho de esas criaturas, él los observaba a cada uno, las Momias fueron hacia él y usando la velocidad todo su entorno se volvió lento, tan lento que parecía que todos estaban congelados, como si el tiempo se hubiera detenido, Manuel corrió hacia la izquierda llevando su codo derecho hacia atrás con la mano empuñada, le propinó un fuerte golpe en el rostro al primero de ellos, la cabeza de la Momia se movió hacia la derecha por el golpe, pero la reacción de la misma era lenta, fue hacia el segundo del lado izquierdo y le propinó un golpe en el abdomen atravesando el puño saliendo del otro lado del cuerpo de la criatura, sacó el antebrazo y luego le propinó otro golpe en el mento, levantando la cabeza de la criatura, luego se volteo yendo por el tercero del lado derecho del primero, lo tomó a un lado de la cabeza con su mano izquierda y de ella expulsó un fuerte ventarrón que desprendió la cabeza de la Momia haciéndola volar, la cabeza se alejó, pero en eso se detuvo regresando a su lenta velocidad, siguió con el cuarto del lado derecho, levantó su brazo derecho delante de él con la mano empuñada, la extendió de izquierda a derecha y le propinó un fuerte golpe en el rostro a la criatura, luego Manuel se giró hacia la izquierda dando una vuelta, con las manos abiertas formó dos esferas de aire y delante del quinto extendió los brazos y expulsó dos ventarrónes haciéndolo volar lejos, se volteo hacia la derecha y corrió hacia el sexto, rodeo su brazo derecho de su cuello con la mano abierta, recta y los dedos juntos, cerca de la Momia extendió el brazo rápidamente hacia el cuello de la criatura decapitándola, fue por el séptimo del lado izquierdo, tomó la cabeza de la Momia con las dos manos y halando con fuerza la arrancó y la tiró al suelo, luego se volteo y fue por el último corriendo hacia él, dió un salto haciendo un mortal hacia atrás y le propinó una patada en el mentón a la criatura, completo el giro y cayó de pie, el poder de la velocidad pasaba y al volver el tiempo a la normalidad, a la primera Momia la cabeza se desprendió de golpe y el cuerpo giró hasta que cayó, al segundo la cabeza salió volando hacia arriba y el cuerpo se desprendió del suelo y cayó boca arriba, el tercero la cabeza voló lejos introduciéndose en lo profundo del bosque y el cuerpo cayó, el cuarto la cabeza se desprendió hacia la izquierda, el quinto salió volando a la vez que se iba desmembrando en el aire, el sexto la cabeza y el cuerpo cayó por separado, el séptimo el cuerpo decapitado cayó y el último la cabeza salió volando hacia arriba dando giros en el aire, el cuerpo cayó y luego la cabeza también, luego dos Momias más venían de frente hacia Manuel, éste formó dos esferas de aire en sus manos y extendió los brazos hacia delante expulsando dos ventarrónes hacia ellos que los hizo volar en eso dos duendes blandieron sus espadas detrás de las Momias y las cortaron por la mitad, las criaturas cayeron y los duendes cortaron sus cabezas en el suelo, luego cruzaron miradas con Manuel éste les sonrió y asintió, los duendes también asintieron, de pronto Manuel vió como de sus abdomen salieron dos manos salpicando sangre y éstos soltaron un grito ahogado y de sus bocas vomitaron sangre, Manuel horrorizado de lo que vió se congeló, los duendes soltaron las espadas, las manos salieron por la espalda y los cuerpos cayeron sin vida y dos Momias de levantaron detrás de ellos soltando un rugido chillón, Manuel los vió y lleno de impotencia corrió con su velocidad hacia ellos, dió un salto y le propinó una pata en el rostro a uno despegando su cabeza del fuerte golpe, luego se volteo y al otro le propinó una ráfaga de golpes por todo el cuerpo hasta que el último golpe desprendió su cabeza y el cuerpo cayó y Manuel se detuvo respirando agitado por la boca, bajó la cabeza mirando los cuerpos boca abajo y los hoyos en las espaldas, apartó la mirada enojado e impotente.
Henry, Declan y José siguen en el puente de la autopista, Declan con sus manos en el rostro de Henry lo acarició de arriba hacia abajo, las heridas de Henry desaparecieron su rostro era limpio.
Declan apartó sus manos. —Listo. —dijo.
Henry se llevó las manos a su rostro, tocando por todas partes, no sentía heridas ni dolor, miró a Declan y sonrió. —¡Wao! —exclamo. —Gracias. —dijo.
—No hay de que. —contesta Declan.
José miró a Declan observando las pequeñas heridas de su rostro. —Y... ¿Tú no vas a curarte eso? —preguntó.
Declan cruzó miradas con él. —No puedo practicar la magia de sanación conmigo mismo, tiene que ser por mano de otro duende con tal magia. —dijo.
José desvío la mirada asintiendo y comprendiendo lo que Declan dijo. En eso Henry sintió un leve dolor de cabeza frunciendo un poco el seño, volteo la cabeza hacia la izquierda mirando las oscuras sombras de las montañas, percibiendo algo entre ellas.
—Está pasando algo. —dice.
José y Declan lo miraron.
—¿Qué? —preguntó José.
—Algo está pasando. —recalco Henry.
—Ya deben estar en el mausoleo, nos tardamos demasiado, tenemos que irnos. —dice Declan.
—¿Sabes dónde ir? —pregunta Henry.
—Sí, agarrense de mis hombros. —dice Declan.
Henry y José tomaron a Declan de cada hombro, éste junto las manos y segundos después desaparecieron del puente dejando chipas cayendo al suelo.
En el mausoleo la batalla seguía, aunque las Momias parecían no tener fin, todos luchaban, pero muchos caían rápida y brutalmente, el gran ejército del Rey se redujo quedando solo diez soldados junto el Rey, Fergus, Eduardo, Andrea y Manuel, se colocaron de espaldas entre ellos, veían a éstas criaturas tenerlos rodeados, sin escapatoria, se sintieron angustiados por éstas macabras criaturas. Las Momias se dispusieron a atacar, pero en eso una esfera de energía amarilla cayó en una multitud de estás Momias que estaban de espaldas al mausoleo, explotando al instante, varias se desintegraron y otras salieron volando desmembrandose en el aire, unas raices brotaron de la tierra y se enrollaron en las piernas hasta la cintura de otras varias Momias, halando y enterrando la mitad de sus cuerpos, en eso apareció Declan corriendo con espada en mano y pasando por las Momias enterradas, blandio su espada decapitando una por una, luego Henry llega volando con los brazos extendidos y las manos abiertas y de éstas expulsa dos llamaradas de fuego hacia las Momias calcinando varias de ellas, Declan llegó a dónde están los demás, José estaba en el aire con los brazos tensos y extendidos hacia abajo atrapando a todas las Momias restantes con raices que brotaban de la tierra, Henry se acercaba y expulsando llamaras de fuego de sus manos calcinando a todas las Momias; luego de que no quedó ninguna Momia, Henry y José descendieron y aterrizaron con los demás.
—Ya era hora. —dice Eduardo.
—Nos tomó algo de tiempo. —contesta Henry.
—Bienvenidos sean a la hacienda Buena Vista, a éste el mausoleo del Doctor Knoche. —dijo una fuerte voz dentro del mausoleo.
Todos se voltearon mirando la estructura y de la puerta salió mostrándose desde sus zapatos estilo botines negros, iluminado por la luz que reflejaba la luna, se mostró su pantalón negro, el palto, la camisa negra que lleva puesta debajo, su cuello desnudo y el medio rostro cubierto por su largo y liso cabello, mostrando uno de sus ojos rayados color verde, era Arioch quien se mostraba, caminó hasta el primer escalón levantando los brazos a los lados y mostrando una enorme sonrisa.
—Muy buen trabajo... mi fiel soldado. —dijo.
En eso Fergus camino delante de los demás dándoles la espalda.
—¿Fergus? —dijo el Rey.
Juntó las piernas enfundó su espada, se llevó la mano al pecho a la altura del corazón y se inclino hacia delante haciendo una reverencia.
—Se lo agradezco, mi Señor. —dijo.
Todos quedaron estupefactos y otros confundidos al oírlo.
—Le traje a Los Elegidos cómo usted lo pidió. —dijo Fergus.
—¡Eres un maldito traidor, Fergus! —exclamo Declan impotente, caminó hacia él apretando el mango de su espada, pero Eduardo atravesó su brazo izquierdo deteniendolo y éste lo miró confundido.
José soltó una pequeña risa cínica. —Lo que nos faltaba, un traidor. —dijo con un tono sarcástico. —Era obvio, cómo no lo vimos. —agregó con ironía.
—Y no solo eso, trajiste a los más involucrados, en especial a Eduardo. —dice Arioch. —Es perfecto. Todos están aqui. —agrego.
—Usted lo ha dicho mi Señor. —dice Fergus.
—¡Que estamos esperando! —exclama Declan reprochante.
—Espera. —dice Eduardo mirando a Declan, luego volteo viendo a Arioch. —¿Por qué te intereso tanto? —pregunta curioso.
—¿Acaso no me reconoces? —dijo Arioch cómo una pregunta capciosa. —Maestro... —agrego.
Eduardo lo miró frunciendo el entrecejo y los ojos entrecerrados, Arioch se llevó las manos al rostro levantando el cabello que le tapaba el lado derecho de su cara llevándolo hacia atrás, levantó la cabeza descubriéndose por la luz de la luna, un rostro joven, blanco, bien parecido, el ojo cubierto era del mismo color que el otro, labios delgados y miró a Eduardo con una sonrisa descarada, Eduardo al verlo quedo estupefacto, confundido, sorprendido porque el rostro que estaba viendo era conocido.
—¿Johnny? —pregunto.
Andrea miró a Eduardo frunciendo el entrecejo extrañada, recordando aquel nombre que le menciono Yanneth.
—He regresado. —dice Johnny.
—No... ¡Johnny está muerto! —exclama Eduardo incrédulo.
—Les voy a contar una interesante historia. —dice Johnny. —Lo resumiré para que sea rápido... —dijo. —Hubo una vez un jóven. Éste jóven estaba entrando a la escuela seminarista para iniciar su vocación, pero más que eso él deseaba luchar contra el mal, ése mal que corrompía a la humanidad así que el jóven se enteró sobre cierto cuerpo de defensa secreta de la Iglesia Católica llamado, La Legión. El jóven se alistó voluntariamente para entrar a la Legión, una vez dentro como aprendiz, le asignaron a un mentor para entrenarlo, el mentor le enseño defensa cuerpo a cuerpo y defensa espiritual contra el mal, pero también le lleno la cabeza de ideas, ideas sobre un mundo mejor, enamorando a éste jóven con tiernas palabras sobre paz y alentando a hacer la diferencia, el jóven tuvo una idea y la valentía de hacer algo por la causa para ir en contra de la injusticia y la opresión, formar una revolución, éste mentor le arruinó las esperanzas al jóven, pisoteando y matando toda posibilidad... —contaba Johnny mientras se alteraba.
—Porque tú idea era derrocar y acabar con la Legión... existían otros métodos... —dijo Eduardo.
—¡Tú muy bien sabes que la Legión está lleno de asesinos y genocidas! —exclamo Johnny iracundo, señalando a Eduardo. —¡Sabes perfectamente lo que han hecho! —exclamo. —Por eso es que te fuiste ¿No?... te diste cuenta de las atrocidades, las guerras en dónde murieron millones de inocentes, batallas sin sentido, duendes y brujos que no merecían ese trágico final, fuiste tú quien me dijo que deberíamos hacer el cambio desde adentro. —dijo.
—Entendiste mal Johnny, lo que yo buscaba era que todos viviéramos en paz en el mismo mundo, un mundo donde la humanidad no temiera de ellos. —dice Eduardo.
—Ellos merecen éste mundo más que la humanidad misma... por eso, es que me ví obligado a llevar a cabo un plan de contingencia, invoque a Arioch e hice un trato con él y el plan era fingir mi muerte y eso hice, le dije que hiciera algo que llamara la atención de la Legión. —dijo Johnny. —Y ¿Qué crees? —preguntó retóricamente. —Lo hizo, yo solo moví algunas piezas y nos dieron ese caso. —agrego. —¿Lo recuerdas? —preguntó.
Eduardo desvío la mirada pensativo y al caer en cuenta miró de nuevo a Johnny.
—Exacto... todo comenzó ese día, dos exorcistas y un aprendiz se les asignó un caso de posesión demoníaca y acudimos a ella, pero el caso era tan difícil y la posesión tan peligrosa que acudimos a una bruja de Luz, ella hizo un hechizo que afectó tanto al demonio que lo enfureció y la atacó dejándola grave, yo fui contra el demonio y pague las consecuencias, pero era parte del plan... yo realmente morí. Arioch debía cumplir su parte del trato así que dejé una nota donde especificaba mi última voluntad y era que me enterraran, el día que organizaban mi entierro mi urna estaba sola, pero había alguien custodiandola, así que en ese perfecto momento Arioch usó mi cuerpo como recipiente y volví a la vida y las heridas sanaron. —relató.
—No es verdad, yo abrí el ataúd Johnny estaba ahí, llevaba el crucifijo de plata en el cuello, el crucifijo que yo le regalé. —dice Eduardo.
—Después que desperté alguien debía ocupar mi lugar... y como ahora era el recipiente de un demonio, no podía usar nada bendito. —contestó Johnny. —Cambie de ropa con el custodio y a él lo metí en el ataúd, pero él solo fue el primero para cumplir mi parte del contrato, Arioch me pidió a cambio tres mil seiscientas cincuenta almas. —dijo.
Todos quedaron atónitos.
—¿Qué crees que he hecho en estos diez años? —dijo Johnny.
—Y llamas asesinos y genocidas a la Legión. —dice Eduardo. —Solo mírate. —agrego.
—Lo hice por una buena causa. —contesta Johnny. —Pero... porque no mejor terminamos con esto. —dijo.
—Tiene razón mi Señor, terminemos con esto. —dijo Fergus levantando su brazo derecho con la mano abierta y los dedos juntos. —Duendes... —dijo en voz alta. —¡Ataquen! —exclamó extendiendo el brazo hacia delante.
Los diez duendes que restaban del ejército fueron hacia Johnny, éste con una actitud tranquila dió tres pasos hacia atrás mientras los veía acercarse, llevo sus manos hacia atrás dentro del palto y de ésta saco dos cuchillos de doble filo, el mango de madera forrado con una tela de cuero negro, la que sostiene en la mano izquierda la giró colocando la hoja hacia abajo; vió como uno de los duendes dió un salto levantando su espada con las dos manos, para ir encima de él, Johnny lo esquivó girando hacia la derecha cayendo el duende al suelo, Johnny levantó el cuchillo de la mano izquierda y rápidamente la arremetio en el duende clavandola profundo en la nuca y la sacó, el duende cayó, matando al primero, otro se acercó corriendo blandiendo la espada de derecha a izquierda, Johnny la esquivo inclinándose hacia atrás, rápidamente colocó el cuchillo de la mano izquierda en el cuello del duende inmovilizándolo mientras que el otro cuchillo lo clavó en el cuerpo cuatro veces seguidas y terminó cortándole el cuello la sangre salpicó y corría del cuello al resto del cuerpo del duende cayendo sin vida, matando así al segundo, otro duende se acerca desde el aire, Johnny lanzo el cuchillo de la mano derecha hacia él clavándola en el abdomen y éste cayó al suelo, luego se acercó otro desde la izquierda, Johnny soltó el otro cuchillo en el aire atrapándola con la otra mano, el duende le fue a propinar un golpe con la mano izquierda empuñada, Johnny la esquiva moviéndose hacia la derecha tomando al duende por la cabeza con el brazo llevando el cuchillo al cuello haciendo un corte rápido y profundo haciendo que soltara un grito ahogado empujando su cabeza sin mirarlo y éste cayó, matando así al tercero, luego fue hacia el duende que le lanzó el cuchillo viendo que aún respiraba, pero con dificultad, giró el cuchillo con la hoja hacia abajo y la clavó en la frente del duende quedando con los ojos abiertos y la boca abierta, matando así al cuarto, sacó los dos cuchillos y siguió caminando como si nada, a dos pasos llegaron dos duendes uno desde la derecha y otro desde la izquierda atacando de ambos lados blandiendo sus espadas, Johnny levantó sus cuchillos y con éstas bloqueo los ataques haciendo chocar las cuatro hojas, el de la derecha lo empujó para alejarlo, mientras que el de la izquierda lo mantuvo y clavando el cuchillo de la mano derecha en un costado haciendo que soltara un quejido de dolor, Johnny soltó ese cuchillo dejandolo clavado, el duende dió dos pasos hacia atrás, luego fue hacia el duende de la derecha, lo tomó de la cabeza y clavando el otro cuchillo lo clavó a un lado de su cuello y también lo soltó dejándolo allí clavado, matando así al quinto, de frente llegó otro a propinarle una patada en el rostro, pero Johnny ágilmente detuvo la patada tomando la pierna con la mano izquierda, en cuestión de un segundo los ojos de Johnny se pusieron completamente negros, tomando la pierna con la otra mano y con las dos levantó al duende y lo abalanzó arremetiendolo con una descomunal fuerza contra el suelo haciendo que la cabeza del duende se rompiera por detrás, hundiendo y agrietando el porche del mausoleo, la sangre del duende corría entre las grietas, matando así al sexto, los ojos de Johnny volvieron a la normalidad y fue hacia el duende que tiene el cuchillo clavado en el costados, con dificultad para moverse levantó su espada débilmente para blandirla, pero Johnny tapó la boca del duende con su mano izquierda y la otra la colocó en la nuca y bruscamente giró su cabeza rompiendole el cuello y antes de que el cuerpo cayera sin vida Johnny sacó rápidamente el cuchillo del costado, matando así al séptimo, luego fue y sacó el otro cuchillo del cuello del otro duende muerto un charco de sangre se había formado a un lado que corría desde la herida bajando por el resto del cuello y saco el cuchillo, comenzó a baja las escaleras y los últimos tres duendes llegaron de frente, Johnny los miró inexpresivo, el del medio fue hacia él blandiendo su espada desde arriba, Johnny lo esquivo fácilmente moviéndose hacia la izquierda y rápidamente clavó el cuchillo de la mano derecha detrás del brazo haciendo que soltara la espada y le propinó una patada cayendo por las escaleras, el de la derecha fue hacía Johnny blandiendo su espada de izquierda a derecha, Johnny la esquivo dando un brinco y moviendo su cuerpo hacia atrás, luego la levantó desde atrás y la blandio hacia abajo, Johnny esquivo moviéndose hacia la derecha, levantó su brazo izquierdo y con la hoja del cuchillo apuntando hacia el duende, la clavó en el cuello y la otra en la espalda, sacó los cuchillos y el duende cayó, matando así al octavo, el de la izquierda le fue encima dando un salto con la hoja de la espada hacia atrás por el lado derecho sosteniendo el mango con las dos manos, Johnny también fue hacia él levantando su brazo derecho llevando el cuchillo hacia atrás rodeandose a sí mismo con el brazo, una vez cerca uno del otro Johnny blandio el cuchillo antes que el duende pudiera hacer algo cortando su cuello, cayendo éste sobre las escaleras, matando así al noveno, Johnny camino hacia el último al final de las escaleras el duende uso la fuerza que le quedaba para levantarse con el brazo derecho inmóvil y sangrando sin parar, Johnny guardo el cuchillo de la mano derecha detrás de él, dentro del palto, el duende le fue a propinar un golpe con la mano izquierda empuñada, Johnny levantó su brazo derecho bloqueando el golpe y clavó el otro cuchillo en ese brazo haciendo que soltara otro grito de dolor, quedando los dos inmóviles, Johnny tomó al duende de la larga barba amarilla y lo levantó, el duende se quejó de dolor y sin titubear blandio el cuchillo cuatro veces seguidas en el cuello, de izquierda a derecha y viceversa, salpicando sangre por todos lados haciendo cuatro profundos y perfectos cortes, decapitando al duende, el cuerpo cayó y la sangre se derramó cómo si no tuviera fin, Johnny quedó con la cabeza en la mano chorreando la espesa sangre y como si nada lanzó la cabeza como si fuera una bolsa de basura. Levantó la cabeza mirando a los demás y éstos tienen miradas de horror, atónitos por lo que presenciaron, Fergus de pronto cambió, ya no estaba aterrorizado sino iracundo, Johnny camino hacia ellos colocándose delante de Fergus.
—Eres un maldito... —dice Fergus con impotencia. —¡Maldito asesino! —exclamó tomando el mango de su espada con la mano derecha.
Justo en ese momento de su pecho salió la hoja de una espada, Fergus soltó un grito ahogado soltando el mango de su la espada, los muchachos, Eduardo y el Rey quedaron estupefactos al ver que las manos que sostienen el mango de la espada que atravesó a Fergus son las de Declan.
—¿Qué...? —dice el Rey confundido.
Fergus miró la hoja de esa espada manchada con su sangre, intentando respirar con desesperación, escupió un chorro de sangre al toser, corriendo de su mentón, destilando por su abundante barba, goteando de ésta y manchando su ropa, de pronto siente como un frío intenso abrazó su cuerpo de pies a cabeza, Declan halo la espada sacándola de Fergus, éste fue halado con ella quedando encorvado e inmóvil, de su labio inferior cayó una gota de sangre y Fergus cayó hacia delante sobre el suelo quedando boca abajo. Declan se enderezó y bruscamente batió la espada hacia abajo salpicando la sangre de ella y luego la guardo en la funda mirando a Johnny sonriendo con picardía y Johnny también.
—Una vez más... buen trabajo mi fiel soldado. —dijo Johnny.
Declan juntó las piernas y llevo su mano derecha al pecho a nivel del corazón. —Fue todo un placer, mi Señor. —dijo inclinándose hacia delante como reverencia.
Eduardo y los muchachos quedaron desconcertados sintiéndose traicionados.
—¡¿Declan qué significa esto?! —preguntó el Rey confundido y alterado. —¡Exijo una explicación! —exclamó.
Declan cerró los ojos sin decir una palabra, aspiro profundamente y soltó un largo suspiro, abrió los ojos y se volteo mirándolos a todos inexpresivo.
—Les explicaré... él no podía ser el traidor. —dice señalando el cadáver Fergus. —Su paradigma de caballero de honor, siempre fiel a la corona era imposible que eso pasara... en cambio, yo no pienso así. —dijo. —Verán... cuando Johnny fue a La Puerta de nuestro reino y el Rey, Fergus y yo nos encontramos con él y nos propuso unirnos, las cosas que nos dijo me hicieron darme cuenta de lo mal que está mi especie ocultándose en vez de tener su lugar en éste mundo como lo merecen. —recalcó. —Mi Rey estúpidamente rechazó la oferta, pero yo no estaba conforme, luego llegaron preguntando por él y nos llamó la atención, el Rey me ordenó buscar lo que en ese momento no sabíamos que era y a vigilarlos a ustedes, yo si encontré a Johnny mucho antes que ustedes, pero él quería que lo encontrara, le dije lo que pensaba de sus ideas, le ofrecí mi eterna fidelidad y él se convirtió en mi Señor. —agregó.
El Rey lo miró desconcertado. —No es posible. —dijo.
—Entonces se llevó a cabo el plan, primero fingir que nunca lo encontré así el Rey ordenaria otro método de búsqueda y así fue como... —dice volteando al mirar el cadáver de Fergus. —Ésto... —dijo señalando de manera despectiva, volviendo a ver a los demas. —Encontró a mi Señor y fingió servirle... segundo, infiltrarme en ustedes, ganar su confianza y estar al tanto de todos sus movimientos mientras informaba tanto a mi Rey cómo a mi Señor, tercero secuestrar a uno de ustedes... sí... yo te secuestré Manuel. —dice señalandolo. —Por mí, perdiste tus poderes y a la vez que los mantuve distraídos con los espíritus errantes y gracias a mí... es que estamos todos aquí. —dijo con regocijo. —Yo dejé pistas para que Fergus delatara la ubicación de mi Señor y fingir demencia, acepté luchar con ustedes contra La Novia para separar a los Elegidos y que mi Señor ganara ventaja con las Momias y que solo quedarán los que ahorita aquí estamos. —dijo Declan caminando hacia atrás colocándose al lado de Johnny.
—Declan... haz traicionado a tu especie. —dice el Rey.
—No he traicionado a nadie, estoy llevando a mi especie al lugar donde pertenece. —contesta Declan.
—¿Llevándolos a la muerte? —pregunta el Rey alzando la voz alterado.
—Solo los que se interpongan a la causa. —contesta Declan.
Eduardo miró a Johnny. —Y te quejas de que en la Legión hay asesinos y genocidas y tú eres peor que ellos. —dice Eduardo, reprochante.
Johnny lo miró e inclino la cabeza un poco hacia la derecha pensativo. —Puede ser... pero tú tampoco eres tan diferente Eduardo. —dijo. —¿Cómo te sentiste cuando tuviste la daga en tus manos? —preguntó.
Eduardo y Henry se estremecieron, Andrea, Manuel y José se extrañaron, Andrea frunció el entrecejo y miró a Eduardo.
—¿De qué daga habla Eduardo? —pregunta ella.
Eduardo se mantuvo en silencio y sin mirarla.
—¡Ah!... no les haz dicho. —dice Johnny con ironía. —Su amigo Henry, le robó a Aguirre la daga que lo hirió la noche que pelearon con él. —dijo. —Solo se lo dijo a Eduardo y se la entregó, pero... lo atacó con la misma daga. —agrego.
—¡¿Qué?! —exclamó Andrea a la vez que miró a Eduardo.
José cerró los ojos a la vez que suelta un suspiro. —Ésto es increíble... —dijo a la vez que se volteaba hacia un lado dando dos pasos.
—Ésto tiene que ser una mentira de él, no le crean. —dice Manuel.
—Es verdad. —dice Henry. —Yo me robé esa daga y no les dije nada. —agregó.
Manuel lo miró desconcertado sin decir nada, desvío la mirada hacia abajo pensativo.
—Pero... ¿Por qué lo atacáste Eduardo? —pregunta Andrea.
—Eso aún no lo entendemos... pero... —dice mirando a Johnny. —¿Tú cómo sabes eso? —pregunta curioso.
—Porque yo maldije la daga Eduardo. —dijo Johnny con regocijo. —La maldije para que poseyera a aquellos con un alma corrupta y establecí una conección con ella para que mostrará a todo aquél que la manipule... así que no creas que no tengo conciencia de que se la dejaron a Julián para que la analizara y se que la daga sigue con él. —dice.
—Johnny... —dice Eduardo.
—Tranquilo... —dice Johnny interrumpiendo. —No le voy hacer nada a tu mejor amigo. —dijo mostrando una sonrisa burlona.
En eso una esfera de energía verde iba directo hacia Johnny, sus ojos se pusieron negros en un segundo, tomando Arioch si lugar, levantó su brazo derecho rodeandose a sí mismo con el brazo y cuando la esfera estuvo lo suficiente cerca, Arioch le dió un manotazo apartando la esfera haciendo que fuera a otro lado y choco contra un árbol explotando al instante, su sonrisa desapareció, los demás sorprendidos voltearon hacia la izquierda viendo a José con su brazo derecho extendido hacia delante y la mano abierta apuntando a Arioch.
—José, espera... —dice Henry caminado hacia él.
—¡Cállate! —exclama José molesto, interrumpiendo abruptamente.
Luego se inclinó un poco y con un salto despegó el vuelo hacia Arioch llevando el codo derecho hacia atrás y la mano empuñada, una vez cerca le fue a propinar un golpe y Arioch la esquivo moviendo su cabeza a la derecha, José siguió propinándole otro golpe con la izquierda y Arioch la esquivó moviendo la cabeza hacia la izquierda, José volvió con un derechazo y Arioch se inclinó hacia atrás esquivando el golpe y empuñando su mano derecha le propinó un golpe a José en el estómago quedando éste privado, luego tomó a José a los lados de la cabeza y con fuerza halo, levantó la rodilla izquierda propinándole un golpe directo haciendo que José fuera hacia atrás y dando un salto dió un giro levantando la pierna izquierda propinándole una fuerte patada en el rostro a José haciéndolo volar hacia su derecha, José cayó y se arrastró hasta que se detuvo algo lejos.
—No, José... —dice Henry al comenzar a correr.
—¡Vamos! —exclama Eduardo a la vez que comienza a correr.
Andrea y Manuel fueron detrás de ellos, en ese momento Declan los vió, tomó el mango de su espada y la desenfundó, corriendo hacia ellos, llevo su espada hacia atrás rodeandose a sí mismo con el brazo, dió un salto y la blandio hacia la cara de Henry, éste al darse cuenta se detuvo y se inclino hacia atrás esquivando la hoja de la espada, Declan cayó arrastrando los zapatos para frenar, los otros tres se detuvieron de pronto.
—No atacarán a mi Señor. —dice Declan.
Los ojos negros volvieron a la normalidad mientras los miraba, volviendo a ser Johnny.
—Declan... —dice el Rey con un grito en el aire desde la izquierda, cayó blandiendo su espada hacia abajo contra Declan.
Éste la bloqueó colocando su espada de forma vertical haciendo chocar las hojas, luego el Rey la apartó y blandio de derecha a izquierda, Declan bloqueo el ataque y así el Rey lo hizo retroceder, el choque de las espadas se escuchaba como si formarán un ritmo, Henry los miró y luego volteo al frente viendo a Johnny y éste cruzó miradas con él.
—¡Aléjense! —gritó José.
Ellos voltearon y lo vieron de pie con la respiración agitada y una línea de sangre que bajaba de la comisura izquierda de su boca, José levantó su mano derecha y con el antebrazo se limpio la línea de sangre.
—Yo terminaré con él. —dijo.
—José deja de ser tan porfiado. —dice Andrea.
José dió un salto alzando el vuelo hacia Johnny y a mitad de camino algo llegó rápidamente y golpeó a José en el rostro que lo tumbó arrastrándose una vez más en el suelo, cuando se detuvo se levantó rápidamente, viendo al Silbon delante de él.
—Otra vez... —dijo José obstinado.
Todos se sorprendieron al ver al espectro y Johnny mostró una sonrisa levantando la comisura izquierda de los labios, de pronto sus ojos se pusieron negros regresando Arioch nuevamente y con rapidez levantó su mano derecha y con ella detuvo un fuerte golpe de Henry quien lo había atacado, la sonrisa desapareció y miró a Henry con sus tétricos ojos negros, Henry recogió su brazo izquierdo apartándolo de Arioch luego le propinó otro golpe con la derecha y Arioch levantó su mano izquierda y la bloqueó también, luego Henry siguió con otros dos golpes más, Arioch los bloqueó apartándolos, Henry fue con un golpe directo al rostro con la derecha y Arioch lo detuvo con la mano derecha tomándolo de la muñeca, Henry siguió otro con la izquierda y Arioch la detuvo con su mano izquierda tomándolo también de la muñeca, Arioch quedó con los antebrazos cruzados, halo las muñecas de Henry acercándolo a él y éste le propinó un fuerte cabezazo soltando sus muñecas, Henry se iba hacia atrás, Arioch extendió su brazo derecho hacia delante con la mano abierta formando una esfera de energía negra con rayos rojos que recorrían la esfera, Arioch tensó el brazo y expulsó la esfera chocando con Henry, explotando al instante haciéndolo volar lejos, en eso Andrea llegó sorpresivamente extendiendo su brazo derecho con la mano empuñada, Arioch rápidamente levantó su mano izquierda y detuvo el golpe tomando el puño, Andrea levantó su pierna izquierda para propinarle una patada, Arioch la bloqueó tomándola del tobillo, luego la sostuvo con la otra mano, se dió vuelta y la abalanzó arremetiendola contra el suelo con fuerza, luego la levantó, se dió vuelta y la abalanzó arremetiendola una vez más contra el suelo quedando boca arriba, Andrea abrió los ojos y estos los tenía blancos y brillantes, llena de rabia tenso su cuerpo y unos rayos eléctricos recorrieron su cuerpo hasta los pies y éstos afectaron las manos de Arioch sintiendo una incomoda y dolorosa presión, soltando abruptamente la pierna de Andrea soltando un quejido de dolor, Arioch cerro y abrió sus manos instintivamente, levantó la mirada viendo a Andrea y ésta estaba de pie con las manos abiertas, formó dos esferas de agua, levantó los codos y extendió los brazos hacia delante expulsando dos grandes chorros de agua, empujando a Arioch, siendo arremetido contra las escaleras del mausoleo, Arioch formó dos esferas de energía y con dificultad levantaba sus brazos, pero logro llevarlas hacia delante uniendo las dos esferas, formando una gran esfera de energía negra con rayos rojos recorriendo en ella, con esta esfera en medio el agua se desvíaba a los lados, Arioch expulsó la esfera y ésta fue directo hacia Andrea en contra de los chorros de agua, el momento en que la esfera llegó a ella tocando sus mano ésta explotó, haciendo volar a Andrea lejos hacia atrás cayendo algo lejos, Manuel usando su velocidad llegó dónde Arioch desde la izquierda, propinándole un golpe en el rostro y siguió de largo, al instante regreso y le propinó otro golpe en el rostro siguiendo de largo, luego regresa de frente y da un salto dando una vuelta levantando su brazo derecho hacia atrás con la mano empuñada para propinarle otro golpe, pero Arioch lo detuvo tomándolo del antebrazo con la mano derecha, luego lo sostuvo con la izquierda, lo abalanzó dando una vuelta y lo lanzó lejos introduciéndose en el oscuro bosque, en ese momento Eduardo se acercaba a él con los cuchillos en las manos, levantó el brazo derecho sosteniendo el cuchillo con la hoja hacia abajo y fue a clavarla en Arioch, pero éste se percató y levantó su brazo derecho bloqueando el ataque, volteo a mirar a Eduardo y los ojos volvieron a la normalidad, tomando Johnny el control de su cuerpo, Eduardo se alejó y con impulso volvió hacia él, levantando su brazo izquierdo, blandiendo el cuchillo de abajo hacia arriba, Johnny la esquivó inclinándose hacia atrás, luego Eduardo hizo el mismo movimiento con la derecha y Johnny la volvió a esquivar, en ese momento llevo su mano derecha hacia atrás por dentro del palto y sacó un cuchillo tomándolo con la hoja hacia abajo y blandio el cuchillo de frente con la hoja directo a la cara de Eduardo, pero éste la esquivó inclinándose hacia la izquierda y flexionando un poco las piernas, luego levantó su brazo izquierdo desde atrás abalanzándolo hacia abajo golpeando su antebrazo con el de Johnny empujándolo hacia abajo, luego levantó su mano derecha con cuchillo en mano blandiendola hacia arriba directo al mentón, pero Johnny se inclino hacia atrás esquivando el cuchillo, empuñó su mano izquierda y le fue a propinar un golpe a Eduardo en el rostro, Eduardo se percató y se agachó, recogió su brazo derecho llevando el codo hacia atrás y al extenderlo le propinó un golpe en el estómago a Johnny, soltando éste un quejido de dolor, Eduardo le fue a propinar otro golpe con la izquierda desde abajo, pero Johnny la bloqueó tomando el puño con la mano izquierda, levantó la derecha blandiendo el cuchillo y Eduardo rápidamente se inclino hacia atrás a la vez que levantó su mano derecha haciendo que las hojas de los dos cuchillos chocaran, Eduardo se alejo y posicionó su pie izquierdo atrás, colocándose en posición de combate con el brazo derecho extendido hacia abajo y la izquierda con el antebrazo hacia arriba frente a él, Johnny también llevó su pierna izquierda hacia atrás y optó por la misma posición de combate que Eduardo, en silencio se miraron y es que las palabras no hacían falta, uno sabía el pensamiento del otro, un momento íntimo entre aprendiz y maestro.
José veía al Silbon con una mirada asesina, levantó su brazo izquierdo extendiendolo hacia delante con la mano abierta apuntando al espectro, formó una esfera de energía verde y la expulsó hacia él, el espectro se movió rápidamente hacia la izquierda esquivando la esfera un poco más cerca de José, luego José volvió a apuntarle y expulsó otra esfera de energía, El Silbon se movió velozmente hacia la derecha esquivando una vez más y acercándose más, José volvió a apuntarle y a expulsar otra esfera de energía El Silbon lo esquivó una vez más moviéndose hacia la izquierda acercándose más a José.
—Te tengo. —dijo.
José tomó impulso y dió un salto hacia el espectro llevando el brazo derecho hacia atrás empuñando la mano al estar de frente con el espectro le fue a propinar un golpe, pero el espectro esquivó el puño y usando su velocidad tomó el antebrazo de José con la mano izquierda y con la derecha lo tomó del cuello, giró y arremetio a José contra el suelo apretando un poco para mantenerlo inmovilizado, José sintió la presión en el cuello, pero aún así lograba respirar un poco, El Silbon levanta su mano izquierda con sus largos dedos juntando estos y comienza vibrar, moviendo el antebrazo tan rápido que a perspectiva de los ojos se veía borroso y emitía un sonido como un zumbido, en eso el espectro extendió su brazo clavando su mano en el pecho de José y éste soltó un grito ahogado, pero del pecho no salía sangre y menos haberse formado una herida, pero José sentía dentro de su pecho una extraña, incómoda y dolorosa presión, intentaba gritar, pero le era difícil, su corazón se aceleró tanto que un miedo lo invadió por todo su cuerpo, su mente la vió nublada y el pánico aumentaba.
Johnny y Eduardo se seguían mirando en silencio.
—Una pregunta... —dice Eduardo.
Johnny levantó la cabeza en aprobación.
—¿Por qué Arioch? —preguntó.
—Aunque es difícil que él acepte hacer un trato con mortales, lo convencí para hacerlo... —contesta Johnny. —Y... ¿Por qué no? —dice retóricamente. —Al fin y al cabo es el demonio de la venganza... y eso es lo que estoy buscando. —dice.
Johnny dió un paso hacia delante y Eduardo uno hacia atrás, luego Johnny dió un pequeño brinco y blandio su cuchillo desde abajo hacia el rostro de Eduardo, éste levantó su mano derecha con el cuchillo hizo chocar las dos hojas nuevamente, Johnny blandio el cuchillo de regreso y Eduardo levantó su mano izquierda haciendo chocar las hojas de los cuchillos, luego Johnny levantó la mano blandiendo el cuchillo de abajo hacia arriba directo al mentón y Eduardo se inclinó hacia atrás esquivando el ataque, giró el cuchillo de la mano izquierda colocando la hoja hacia arriba, luego fue hacia Johnny levantando su mano derecha desde atrás abalanzándo el brazo blandiendo el cuchillo hacia abajo, Johnny dió un brinco hacia atrás esquivando el ataque, luego fue hacia Eduardo blandiendo su cuchillo desde abajo y Eduardo levantó su mano izquierda blandiendo también su cuchillo desde abajo, las hojas de éstas chocaron nueva mente, pero el golpe hizo que Johnny soltara el cuchillo, éste voló por los aires, Johnny lo siguió con la mirada viendo cómo daba unos cuantos giros se inclinó hacia atrás apoyándose con el pie izquierdo, levantó su mano izquierda extendiendo el brazo lo más alto posible y logro atajar el cuchillo, luego la blandio hacia abajo y Eduardo se inclinó hacia atrás apoyándose con el pie y esquivó el ataque, luego levantó su mano derecha blandiendo el cuchillo desde abajo, Johnny levantó el suyo bloqueando el ataque haciendo chocar las hojas, Eduardo extendió el brazo izquierdo hacia delante para clavar el cuchillo de frente, Johnny lo esquivo moviéndose hacia la derecha, blandio el cuchillo hacia abajo haciendole un ligero corte al torso de la mano de Eduardo, éste soltó un quejido de dolor a la vez que soltó el cuchillo, contrajo el brazo viendo su mano y el largo corte una larga línea roja que abarcaba todo el ancho del torso levantó la mirada viendo a Johnny y volvió a colocarse en posición de combate, Johnny lo miraba también, quieto en dónde estaba, Eduardo le fue encima blandiendo el cuchillo desde abajo nuevamente, Johnny lo esquivó inclinándose hacia atrás apoyándose de su pie, luego respondió de la misma manera y Eduardo también esquivó inclinándose hacia atrás, Eduardo empuñó su mano izquierda sintiendo el intenso ardor de la cortada, pero lo soportaba y le fue a propinar un golpe a Johnny, éste levantó su antebrazo derecho bloqueando el golpe, lo pasó por encima del antebrazo de Eduardo empujándolo hacia abajo y lo sostuvo con su costado, Eduardo con la mano derecha le respondió propinándole un golpe directo a la cara, Johnny respondió de la misma manera y Eduardo le propinó otro haciendo que Johnny aflojara el agarre, Eduardo saco su antebrazo y levantó su brazo derecho apretando fuerte el mango del cuchillo y lo blandio hacia abajo, Johnny rápidamente levantó su brazo derecho bloqueando el ataque chocando su antebrazo con el de Eduardo, levantó el otro brazo cruzado para empujar, las hojas de los dos cuchillos estaban juntas, Eduardo también coloco su antebrazo izquierdo detrás del otro empujándolo, forcejeaba entre los dos emitiendo gemidos de forcejeo.
—Johnny... no tienes porque terminar así... —dice Eduardo forzando la voz.
—¿Por qué no...? —dice Johnny de forma retórica, forzando también la voz. —Tú los abandonaste... abandonaste tu propósito... —agrego.
—¡No fue así! —exclamó Eduardo. —Lo intente... intenté muchas veces corregir las cosas... hacer valer los derechos de las criaturas, pero... por más que hacía... parecía que a la vez no hacia nada... —dijo. —Y cuando te perdí... fue lo que más me dolió en toda mi vida... te amaba como a un hijo, Johnny... —dice Eduardo.
—Bueno... ahora le toca al hijo seguir con lo que su padre inició... —contesta Johnny.
En eso Johnny le propinó una patada en la pierna derecha a Eduardo haciendo que este cayera hincado, los ojos de Johnny se pusieron negros manifestándose Arioch, llevo el codo izquierdo hacia atrás y al extender el brazo hacia delante con una especie de energía invisible empujó a Eduardo alejándolo de él; al enderezarse cerró los ojos he inclinó la cabeza tensando el cuello como haciendo un esfuerzo al moverlo, soltando un bufido abriendo los ojos y éstos regresaron a la normalidad.
—No... todavía no. —dice.
Manuel salió de entre los árboles mirando a Johnny de pie sólo, por instinto giró su cabeza hacia la derecha y miró a José en el suelo, al Silbon encima de él y la mano de éste dentro de su pecho.
—No, José... —dice Manuel alarmado.
Comenzó a correr usando su velocidad yendo hacia ellos y en cuestión de un segundo llegó y con su brazo derecho empujó con fuerza al Silbon haciendo que sacara la mano del pecho de José, haciéndolo volar lejos, Manuel se detuvo en el momento, El Silbon cayó al suelo de espaldas y rebotó, dió un giro en el aire y al caer colocó sus pies y su mano derecha en el suelo arrastrando éstas para frenar hasta que se detuvo, Manuel se volteo, se inclino dándole la mano a José, éste la tomó y lo ayudó a levantarse.
—José, ¿Estás bien? —preguntó.
—Sí, si... estoy bien. —responde él. —¿Qué fue eso? —pregunta.
—Esa es una técnica muy peligrosa que pudo matarte, mejor vete con los demás, yo me encargo de él. —dice Manuel.
—No, no voy a dejarte... —dice José.
—José vete... —dice Manuel al mirarlo e interrumpiendo abruptamente. —Tranquilo, yo voy a estar bien, anda con los demás ellos te necesitan más, allá. —agregó.
José lo miró sin decir otra palabra, asintió y se fué, Manuel volteo mirando al Silbon, éste cruza miradas con él, por unos segundos estuvieron así, hasta que al mismo tiempo se movieron velozmente corriendo uno hacia el otro, El Silbon le fue a propinar un golpe con la derecha a Manuel en el rostro, pero Manuel la esquivó moviéndose hacia la izquierda, éste le responde lanzando un golpe con la mano izquierda empuñada, el espectro se inclino hacia atrás esquivando el golpe, éste le fue a propinar otro con el torso de su mano derecha, Manuel echo su cuerpo hacia atrás para que no lo tocara, el espectro siguió lanzando otro golpe con su mano izquierda empuñada y Manuel se agachó esquivándolo, ahí lanzó una patada a los pies del espectro, pero éste al percatarse levantó su pie derecho y la patada pasó de largo, el espectro le fue a propinar otro golpe con la derecha, Manuel levantó su mano izquierda y bloqueo el golpe tomando el puño, Manuel se levanta con la mano derecha empuñada para propinarle un golpe, pero El Silbon lo esquiva inclinando la cabeza hacia la derecha.
El Rey Rory sosteniendo su espada con la mano derecha, la blandio hacia Declan, pero éste bloquea el ataque levantando su espada haciendo que las hojas choquen, luego el Rey volvió a blandir de izquierda a derecha y Declan volvió a levantar su espada bloqueando el ataque, el Rey levantó la espada y la blandio hacia abajo, Declan vuelve a bloquear el ataque y con su propia espada empujó la del Rey, luego éste tomó el mango con las dos manos y con ferocidad volvió a blandirla hacia abajo, Declan atravesó su espada haciendo que estas chocaran nuevamente terminando en un forcejeo.
—¿Cómo pudiste? —pregunta el Rey. —¿Cómo pudiste traicionar a tu especie? —recalcó forzando la voz.
—Ya le dije majestad... no estoy traicionando a mi especie... —contesta Declan forzando la voz. —La estoy ayudando a progresar... —agrego.
El Rey deja de forcejear y se aleja de Declan, mirándolo fijamente.
Andrea le fue a propinar una patada con su pierna derecha, Arioch levantó su antebrazo izquierdo bloqueando el ataque, de pronto por la izquierda apareció Henry con su mano izquierda empuñada y le propinó un golpe en el rostro a Arioch, Henry le fue a propinar otro golpe con la mano derecha, pero Arioch la bloqueó tomando el puño con su mano izquierda y sorpresivamente Andrea le propinó un golpe en la cara, Henry siguió propinándole otro golpe en el rostro, Andrea continuó con una patada en el costado y Henry le propinó un golpe en el mentón haciendo que diera dos pasos hacia atrás, Andrea le fue encima para propinarle otro golpe con la mano izquierda empuñada, Arioch al percatarse se movió hacia la derecha esquivando el golpe dió un paso hacia delante y con su mano izquierda empuñada le propinó un golpe a Andrea en el estómago, dejándola privada, Henry le fue encima a Arioch para propinarle un golpe, Arioch levanté su mano derecha bloqueando el golpe tomando el puño, lo movió girando la mano torciendo la muñeca, Henry soltó un quejido de dolor y Arioch le propinó tres golpes seguidos en la cara, haciendo que saliera un hilo de sangre de su nariz, Andrea le fue a propinar una patada, Arioch la bloqueó con el antebrazo, Andrea apartó la pierna y siguió para propinarle otro golpe con la mano izquierda y Arioch también lo bloqueo y tomando la oportunidad con la mano izquierda formó una esfera de energía negra con rayos rojos rodeandola y al extender el brazo expulsó la esfera, golpeando a Andrea empujándola hacia atrás, Arioch empuñó la mano y la esfera estalló, lanzando a Andrea más lejos y cayó al suelo boca abajo arrastrándose hasta que se detuvo, Henry le propinó un golpe a Arioch en el rostro con la izquierda, siguió con la derecha, pero Arioch detuvo el golpe tomando el puño, con ferocidad le propinó un golpe a Henry en la cara y siguió con una fuerte patada en el costado izquierdo haciéndolo volar lejos, Henry cayó al suelo dando tres vueltas hasta que se detuvo. De pronto gruesas raices debajo de Arioch, viendo como éstas se enrollaron por todo su cuerpo dejandolo inmóvil, levantó la mirada y volteo a su izquierda, a lo lejos vió a José con los brazos un poco levantados y tensos.
—De ésta no te escapas, desgraciado. —dice.
Luego extendió los brazos hacia delante con las manos abiertas, delante de éstas formó una gran esfera de energía verde y la expulsó hacia Arioch, al llegar a él explotó en el momento que lo tocó y un denso humo cubrió a Arioch, José miraba con la respiración agitada, relajando los músculos de los brazos, el humo se fue disipando y las ramas estaban rotas, quemadas y sin el cuerpo de Johnny en ella.
—Lindo truco. —dice Arioch parado detrás de José.
Éste se estremecio y Arioch levantando su antebrazo derecho formó una esfera de energía de su mano y al expulsarlo tocó la espalda de José, explotando al instante, José salió volando y cayó a principio de las escaleras del mausoleo, Arioch se le acercó volando y llevando la pierna derecha hacia atrás le propinó una fuerte patada a José alejándolo de él, Arioch camina hacia la izquierda, tranquilo y con pasos cortos mientras sus ojos volvían a la normalidad, regresando Johnny a la consciencia.
—No mentire, me ha gustado está pelea, pero... —dice interrumpiendose a sí mismo levantando los hombros he inclinando su cabeza a la derecha. —Tengo trabajo que hacer y no me puedo quedar, mis disculpas. —agrego.
En eso Eduardo lanzó el cuchillo que le quedaba directo a la cara de Johnny, pero éste fue tan ágil que atrapó el cuchillo en el aire tomándolo del mango con la hoja justo frente a él, luego llevó la mano hacia atrás y con fuerza lanzó el cuchillo de regreso, clavándose éste en la pierna izquierda de Eduardo haciéndolo emitir un que grito de dolor a la vez que cae incado con la otra pierna.
Manuel y El Silbon continúan en su batalla, moviéndose velozmente, solo la brisa que le seguía a su veloz movimiento hacia mover bruscamente la vegetación que rodeaba el lugar, hasta que en un momento los dos se detuvieron uno delante del otro, con miradas fijas y amenazantes entre ellos, Manuel siente un repentino cansancio, su respiración era agitada y los latidos de su corazón eran acelerados, más de lo que puede latir un corazón normal, sentía la garganta y la boca seca, no sentía la saliva que producía su paladar, su rostro y su cuello estaba bañados en sudor, pero eso no le impedía pensar en detener al Silbon, éste de pronto emitió su popular y espeluznante silbido mientras miraba a Manuel con regocijo, en eso Manuel comenzó a correr usando su velocidad hacia El Silbon y éste también fue hacia él y al encontrarse el espectro le propinó un en el rostro a Manuel, tumbandolo de espaldas, cayendo en seco en el suelo.
El Rey Rory y Declan estaban delante uno del otro mirándose.
—¿Y así es como ayudas a progresar? —pregunta el Rey. —Matando a los tuyos... no eres más que un hipócrita. —agrego.
—¿Hipócrita? —dice Declan alterado, haciendo eco. —Hipócrita es decirle a un pueblo que es mejor vivir escondidos cuando sabe... que se puede luchar. —dice reprochante.
—Pero no así... —contesta el Rey.
—¡¿Entonces cómo?! —exclama Declan interrumpiendo abruptamente. —La humanidad ha sido un cáncer para la tierra... destruyen la naturaleza en la que vivimos y fueron ellos los que comenzaron a matarnos... —replica. —Son ellos los que destruyen nuestro hogar, ¿O ya se le olvidó aquella vez que la montaña se incendio por varios días? —pregunta retóricamente. —Tal vez ésta no sea la mejor forma de que nuestras especie se manifieste... pero por ahora es la única que dará un resultado. —dijo.
El Rey lo miró en silencio, pensativo. —Hay otras formas, Declan... hay otras alternativas... —dice el Rey.
—No... —contestó Declan. —En estos momentos... no la hay. —dijo. —Y yo, voy a ser quien haga la diferencia en mi especie. —agregó.
—¡Declan...! —dice Johnny a gritos.
Declan miró a Johnny y éste cruzó miradas con él.
—Es hora. —dice Johnny.
Declan enfundó su espada y comenzó a caminar hacia él, el Rey lo miró en silencio hasta que pasó a un lado de él y dejó de seguirlo con la mirada, sin decir una palabra bajó su cabeza soltando un suspiro. Declan se detuvo del lado derecho de Johnny y de pronto El Silbon llegó al otro lado, los tres viendo a Eduardo todavía incado del dolor por la herida en la pierna y a los muchachos tendidos en el suelo, Henry adolorido levantó la cabeza viendo a los tres y poco a poco se levantó, José y Andrea tambien hasta estar de pie, en eso Manuel se acercó a ellos caminando y tambaleando, Johnny volteo y miró a Declan, éste cruzó miradas con él.
—Ya vámonos. —dice Johnny.
Declan se inclinó hacia delante haciendo una reverencia. —Como usted diga, mi Señor. —dijo, se volteo y comenzó a subir las escaleras del mausoleo.
Johnny volteo a mirar al Silbon. —Mátalos a todos. —dijo.
El Silbon lo miró y asintió, Johnny se dió vuelta y también comenzó a subir las escaleras del mausoleo mientras que el espectro miró a los muchachos mientras emitía su espeluznante y sombrío silbido, Eduardo sacó el cuchillo de su pierna y lo soltó, introdujo su mano derecha dentro de su palto y de ésta saco un pañuelo morado, rodeo su pierna con ella y la ató haciendo presión en la herida, tomó el cuchillo nuevamente, adolorido se levantó soltando algunos quejidos hasta erguirse, Henry con la respiración agitada miraba a Johnny irse, una sensación de angustia lo invadió y al dar el primer paso para perseguir a Johnny, El Silbon corrió usando su velocidad en una dirección de media luna comenzando desde Manuel golpeándolo en el rostro, siguió con Andrea, luego con Eduardo, Henry, José y por último el Rey Rory, los tumbó a todos y volvió a pararse delante de ellos, Henry volvió a levantarse apoyándose de las manos quedando sentado, vio hacia delante y notó que Declan y Johnny ya no estaban, se sentía algo exhausto con la respiración agitada, bajo la cabeza intentando calmarse respirando profundo, luego levantó la cabeza mirando al Silbon parado en el mismo sitio, Henry se impulsó hasta quedar de pie se tambaleó un poco, pero logró equilibrarse, luego empuñó las manos y tensó los antebrazos haciendo que estos se encendieran en llamas, en eso Henry ve que Eduardo, Andrea y Manuel tambien se pusieron de pie a duras penas, voltea a su izquierda y ve que José también está de pie, todos mirando al Silbon y éste a ellos. El Silbon emite su silbido espeluznante y en eso sus extremidades comenzaron a estirarse, sus dedos se alargaron y sus uñas crecieron con filo, su cuerpo también se estiró y se encorvó, sus piernas también se alargaron y ésto lo hizo más alto, soltando un feroz grito chillón, José extendió sus brazos hacia delante y los tensó haciendo que unas raices salieran del suelo debajo del Silbon, pero éste al percatarse comenzó a correr usando su velocidad evitando ser atrapado, llegando donde José propinándole un fuerte golpe en el rostro volándolo lejos, Henry le fue encima llevando su brazo derecho hacia atrás con la mano empuñada y encendido en llamas, El Silbon lo interrumpe tomándolo de la cabeza cubriendo la cara con su enorme mano y con ferocidad lo empujó hacia atrás arremetiendolo contra el suelo, Eduardo con cuchillo en mano también le fue encima al espectro, pero éste lanzó un manotazo contra él y lo tumbó lejos, el Rey fue también hacia el espectro con la espada levantada para blandirla, El Silbon bloqueo el ataque tomando al Rey de la muñeca y lo patio con fuerza en el mentón, Andrea formó dos esferas de agua en sus manos y al extender los brazos expulsó dos chorros de agua, El Silbon usó su velocidad para correr hacia Andrea esquivando los chorros de agua y al llegar le propinó un fuerte golpe en el estómago dejándola privada del dolor, Andrea cayó de rodillas abrazando su barriga con sus brazos, el espectro llevo el codo derecho hacia atrás empuñando su mano, justo en ese momento Manuel se llevó al espectro por delante cayendo a un lado dando dos vueltas en el suelo, El Silbon se levanta y comienza a correr, Manuel lo comienza a perseguir y los dos corren por todo el espacio repetidas veces por diez segundos, Manuel comenzó a sentirse más cansado, su corazón latía aceleradamente, su visión comenzó a nublarse y fue reduciendo la velocidad, corriendo cada vez más lento hasta caminar, dió tres pasos forzados y cayó arrodillado, jadeando y sudoroso con la garganta seca cayó boca abajo, pálido, podía escuchar sus propios latidos, El Silbon llegó parándose frente a él, Manuel con la visión completamente nublada notaba la presencia de algo, levanta la cabeza intentando ver, al igual que su mano derecha y la empuñó, El Silbon tomó a Manuel del antebrazo y lo alzó propinándole tres golpes seguidos en la cara, saliendo un hilo de sangre de la fosa izquierda de la nariz, el espectro lo soltó y éste cayó y comenzó a propinarle patadas en el costado, luego lo tomó de la cabeza y la arremetio con fuerza sobre el suelo cuatro veces, lo soltó y lo siguió pateando, Andrea vió el brutal evento y un sentimiento de ira la invadió y su corazón se aceleró, Henry y Eduardo la vieron y se alarmaron, apoyándose con las manos intentaron levantarse, de las manos de Andrea se formaron dos esferas de agua, extendió los brazos y expulsó dos especies de líneas gruesas de agua que se estiraron yendo dónde el Silbon rápidamente, aprovechando que éste estaba distraído lastimando a Manuel, las líneas de agua se enrollaron en El Silbon apretándolo fuertemente, el espectro intentaba moverse, pero eso solo causaba que Andrea apretara más, luego ella levantó los brazos y con ella al espectro amarrado, éste furioso soltaba rugidos chillones, Andrea llena de ese enojo sus ojos se pusieron blancos y brillantes, chispas de electricidad recorrieron su cuerpo, subieron por los brazos y de allí fueron a las manos, siguieron por las líneas de agua yendo al espectro con rapidez y al llegar a él los rayos eléctricos comenzaron a electrocutarlo, el espectro gritaba de dolor, Andrea tensó más los brazos expulsando más rayos eléctricos que lastimaba al espectro, intentaba levantar sus brazos para zafarse, Andrea aspiró profundo y soltando un feroz grito expulsó dos grandes rayos de electricidad que al golpear al Silbon causó una gran sobre carga, el espectro gritaba de dolor y solo en cuestión de cinco segundos provocó una gran explosión, la onda expansiva los hizo volar a todos y movió agresivamente los árboles alrededor, luego de que todos cayeron, Eduardo se levanta apoyándose con las manos y comienza a buscar al Silbon por todos lados, pero sorpresivamente él no logra sentir su presencia al igual que Andrea quien también se levanta hasta ponerse de pie, de ahí fue corriendo hacia Manuel quien estaba tendido en el suelo boca arriba, Andrea al llegar se lanzó cayendo de rodillas a un lado de él.
—¡Manuel! —exclama ella con preocupación.
Viéndolo pálido, sudado, herido y con la respiración agitada.
—¿Quién...? ¿Qué... qué...? —dice Manuel forzando la voz.
—Por favor cálmate... —dice Andrea y coloca su mano en la cara de Manuel.
Ella respiro profundo cerrando los ojos, de la mano salió agua que se extendió por el resto de la cara de Manuel, Andrea abrió los ojos mirando a Manuel, luego ella apartó la mano y el agua corrió por el resto de la cabeza hasta la nuca y cayó al suelo.
Andrea colocó su mano en la frente de Manuel. —Estas caliente... —dice.
—Yo... yo... no... —tartamudeo Manuel forzando la voz a la vez que jadeaba.
—No te esfuerces. —dijo Andrea.
Eduardo, Henry, José y el Rey llegaron a ellos.
—Andrea, ¿Qué pasa? —pregunta Eduardo.
Andrea se voltea mirándolo. —Tiene fiebre y se ve mal, otra vez. —dice.
Eduardo desvío la mirada en silencio, pensativo, luego soltó un profundo suspiro y miró a Andrea.
—Tenemos que llevarlo otra vez dónde Antonio y tiene que ser rápido. —dice.
Andrea asintió nerviosa. —Okey. —dijo.
Tomó a Manuel del brazo y lo halo para levantarlo.
—Te ayudo. —dice Henry yendo rápidamente al otro lado de Manuel tomándolo del otro brazo.
También lo ayudó a levantarse hasta ponerlo de pie, Andrea y Henry lo sostuvieron rodeando los brazos de él en la parte trasera de sus cuellos y lo sostenían de la cintura.
—Tendremos que ir volando. —dice Henry.
Eduardo asintió al mirarlo, luego volteo y miró al Rey, con la espada aún en su mano, la mirada desviada y pensativo, lograba notar desilución en su rostro mezclado con decepción y enojo.
—Majestad... —dice Eduardo.
El Rey se alarmó y miró a Eduardo.
—¿Qué va hacer? —preguntó.
El Rey bajo la cabeza y enfundó su espada, soltando un profundo suspiro y volvió a ver a Eduardo.
—Yo tengo que volver a mi reino... —dice el Rey. —Las cosas que sucedieron aquí hoy me dan mucho en que pensar... y tengo que informar a mi pueblo de las bajas que tuvimos. —dijo.
Eduardo lo miró en silencio. —Entiendo. —dice.
—Con su permiso. —dice el Rey inclinándose un poco haciendo una pequeña reverencia.
El Rey juntó las manos posicionandolas en forma del hechizo de teletransportacion y en ese momento el Rey desapareció dejando chispas mágicas cayendo.
Eduardo miró a los muchachos. —Vamonos. —dice.
Andrea y Henry alzaron el vuelo con Manuel encima de ellos, Eduardo y José cruzaron miradas, José la desvío poniendo los ojos en blanco y volteando hacia otro lado con fastidio, volvió a mirar a Eduardo e inclinó su cabeza hacia la derecha indicándole que se acercara, Eduardo se acercó y lo abrazo del cuello, José lo sostuvo de la cintura y alzaron el vuelo, yéndose los cuatro del lugar.
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