Intento
Un rápido soplido de alivio se le escapó a Salvia.
La promesa en las palabras de la araña sonaban tentadoras pero ¿Realmente podía confiar en ella?. Volteando la vista a atrás solo podía ver la traición de la polilla justo a su espalda.
Esa malagradecida era la razón de sus problemas actuales, y no había forma que dejara que lo mismo le pasara dos veces.
—¿Cuál es tu plan?— Preguntó Salvia.
Si, en realidad aunque desconfiara esa era su única opción realista de salir de aquí.
—Oh no te preocupes por los detalles, con mi cerebro y tu fuerza bruta seguro será fácil salir de aquí.— Dijo la araña con orgullo.
—Osea que no tienes un plan— Dijo la polilla una vez más metiéndose entre la conversación.
La araña entonces dejó salir de su boca un ruido de sorpresa, de inmediato su expresión de orgullo cambió a una mirada evasiva y una sonrisa tambaleante.
—Eh no es decir, creo, no sé, se me ocurre que quizá. Oye escucha no es que no tenga un plan es solo que ya sabes, no he comido así que los detalles son una cosa que aveces se me escapa y bueno tú sabes un gran cerebro necesita de muchas proteínas para poder funcionar adecuadamente y además....—La Araña empezó a hablar y hablar un sin fin de excusas casi como si la vida se le fuera en ello, a Salvia ya le sonaba mal que fuera muy vaga con los detalles pero tras un extenso monólogo se dio cuenta de que la araña no tenía ni idea de cómo escapar.
Recargando su espalda al final de la celda Salvia dijo.
—Olvídalo ya araña, yo tengo mi propio plan de fuga, sin duda me las arreglaré yo sola— Declaró Salvia dejando descansar su cabeza sobre sus garras y cerró sus ojos.
Pero disimuladamente habiendo ligeramente sus ojos las reacciones de sus oyentes, la polilla se quedó en silencio con actitud reservada como siempre mientras por el otro lado la araña tuvo una reacción espontánea, no alcanzó a verla del todo pero si tuviera que adivinar diría que se molestó.
—Bueno y ¿Quieres compartirnos tu plan?— Preguntó la Araña.
—Por supuesto que no— Declaró Salvia —¿Por qué debería de contarte algo así?.
Sharik miró a Salvia con los ojos entrecerrados, claramente dudando de sus capacidades estratégicas, al ver su cara notaba cierto brillo engreído en sus ojos. Como si se tratara de un genio que estuviera a punto de revelarle la verdad a Salvia.
—Déjame adivinar— La araña colocó la punta de sus dedos sobre su cabeza.
—Lo tengo, probablemente pensaste en desarmar a un guardia para quitarle su arma y con eso liberarte de la celda— Salvia soltó un sonido de sorpresa al escuchar la predicción acertada que dio la araña. Al escuchar eso se sobresaltó abriendo los ojos como platos y colocando las manos en el suelo tras un sobresalto.
La araña en respuesta soltó una risilla orgullosa.
Salvia se dijo así misma "Cálmate, fue solo suerte", o quizá habría sido más que suerte, pensándolo un segundo Salvia se dio cuenta de que no tuvo que haberse sobresaltado tanto, después de todo quizá y solo quizá su plan maestro haya sido tan bien planificado que sería el plan más lógico a seguir.
Pero contrario a sus expectativas la araña dijo—Y luego...mhhh Tratarás de subir a la superficie usando ese elevador ¿cierto?. Sí probablemente eso estás pensando pero siento decirte que no hay forma de que tu plan resulte.
Tras decir eso la Mantis volvió a notar ese brillo intelectual y mirada egocéntrica en la araña.
En cambio la Mantis se sintió ofendida de que despreciaran su plan bien pensado en cuestión de segundos, se movió rápidamente para aproximarse a la araña con la garra levantada lista para amenazar a Sharik. Pero justo antes de eso Sharik extendió su mano colocando su dedo índice frente al rostro de Salvia.
—Un momento mi estimada, escucha, repasare tu plan y te diré por que es una pésima idea, primero que nada, si, quitarle un arma a un guardia puede que dé resultados pero eso solo resultará si no hay otro guardia cerca suyo, por lo regular siempre los guardias van en pares. Créeme, conozco de hormigueros, ¿alguna vez les conté la vez en que me quedé atrapada entre las paredes de seda de un hormiguero de hormigas verdes? Debieron haberlo visto, fue tan irrisorio, porque las hormigas pensaron que yo era parte del muro y empezaron a tejer los muros alrededor de mis pies, ¡Estuve semana y media atascada en los muros con medio cuerpo a la intemperie! Que por cierto yo pensaba que las arañas eran las únicas productoras de seda pero vaya sorpresa, las larvas de hormiga también lo hacen. O espera ¿De que estaba hablando yo? A si, entonces pase semana y media atorada entre los muros del hormiguero, sobreviví gracias a que me empecé a alimentar de los muros del hormiguero que estaban también formados por hojas de árbol, siempre me pregunté de qué árbol sería esas hojas, sabían muy bien, quizá debí de haber preguntado, hablando de eso ¿Que hojas les gustan? Yo pensaba que las de acacia eran mis favoritas pero conocen las de cedro esas están bastante cerca, eso si, que no se les ocurra jamás masticar un cactus, se ven bien y verdes pero no están nada buenos. Y fue así como al fin me descubrieron, cuando vieron que algo se estaba comiendo la pared.
La araña continuó con su incesante verborrea que parecía no tener fin. Incluso la polilla que al principio parecía la más atenta a partir de la mitad del relato comenzó a darse de golpes con las verjas de su celda. Salvia por su parte iba a explotar, en cualquier momento lo haría, y ese momento no se hizo esperar.
—¡YA CÁLLATE DEMONIOS CÁLLATE!!— Gritó Salvia acercándose bruscamente a la araña tratando de alcanzarla a través de los barrotes. Sin embargo Sharik se apartó bastante rápido de ella.
—Hmm! Que poca cortesía de tu parte interrumpir mi lección.— Respondió Sharik muy ofendida —En fin, como decía, logras derribar a uno, y luego ¿que? Usarás su arma para liberarte, tendrías que tener suerte para no sólo romper estos barrotes rápidamente y no causar un escándalo en el proceso, también para noquear rápidamente al otro guardia, las hormigas son bichos bastante prácticos, pueden comunicarse bastante rápido gracias a la mente colmena que les otorga la Reina Ya'Lahramti.
Al oír ese nombre los músculos de Salvia se pusieron tensos, sus mandíbulas castañeaban de la rabia y a pesar de esa reacción de furia, sus antenas y postura delataban el terror que dentro de ella la atormentaba.
—T-Tú conoces a la Reina hormiga?.— Preguntó Salvia con un tono apagado y pavoroso.
—Eh no mucho la verdad...no soy de estos lares, pero cerca de aquí ese nombre es bastante popular— Respondió Sharik sin demasiada importancia.
Salvia lo había notado antes, Sharik parecía metida en su propio mundo, no reaccionaba a las cosas como una persona normal haría, esto molestaba mucho a Salvia, en su primer día sintió el miedo y la impotencia de estar atrapada, pero esta loca no se inmutaba y hablaba tan tranquila de cosas que a Salvia la intimidaban que se estaba sintiendo profundamente herida en su orgullo.
—Algunos incluso le llaman diosa, ¡tonterías!, solo existe un Dios y el nombre de ese dios es H'a wuha— Exclamó la araña con mucha pasión.
Eso a Salvia le importaba más bien nada, así que pensó en una forma de esquivar el tema antes de que la araña iniciara su parloteo. Por suerte alguien salió para interrumpir a Sharik, lo malo es que se trataba de la molesta polilla.
De pronto la polilla se puso de pie con los brazos hacia arriba y con una pasión digna de los mejores apóstoles —"Las puertas abriréis, os inclinareis y festejareis en mi nombre. Codo a codo con vuestros hermanos y hermanas, seréis testigos de su muerte individual para renacer en mis brazos junto al resto de los nuestros. Juntos formaremos un imperio, juntos derrotaremos al mundo y a todos sus desafíos."— Después de montarse aquel discurso la polilla miró a sus espectadoras en una expresión confusa, se había vuelto a emocionar, rápidamente volvió a su estado de pelota, ahora lleno de vergüenza.
—¿Qué fue eso?.— Preguntó Sharik.
—O-oh no es nada; es solo un fragmento de un diario roto que encontré en un campamento abandonado, no sé cuál era el contexto, el diario estaba roto y lo único que se salvó fue ese fragmento apuntando que la cita le pertenecía a la mencionada Diosa Reina hormiga Ya'Lahramti.....
Con eso el repentino discurso de la polilla pareció explicarse, pero aún así Salvia y Sharik seguían bastante desconcertadas.
—Okey, solo avisa cuando lo hagas, ¿está bien?.— Sugiere Sharik, la polilla asiente ligeramente con la cabeza, luego niega, vuelve a asentir, repite el proceso varias veces. —Tomaré eso como un si— La polilla niega.
—En fin, ya para terminar con esto, hay un guardia siempre vigilando el ascensor, lo necesitan para subir el mecanismo o bajarlo, y una vez si eres capaz de pasar de eso las hormigas verdes que sirven de vigilancia no te dejarán pasar tan fácilmente.—
Salvia suspiró pesadamente, la impotencia la estaba a punto de devorar por dentro, veía sus planes frustrados una y otra vez, "quizá lo mejor sería rendirse", pensó.
—Pero no te preocupes, puede que tu plan sea un fracaso, pero yo estoy aquí, mañana analizaré el terreno y planearemos la huida del siglo— Dijo la araña alegremente.
Salvia la miro de reojo con sospecha, no tenia sentido, por que esa araña estaba actuando tan amable con ella, no eran más que completos extraños y ahora la araña la ayudaba como si fueran amigas de toda la vida. Algo debía estar mal.
—¿Cual es el truco?— Debía haber una razón, algo necesitaba la araña, de otra manera nunca nadie haría algo tan altruistamente, al menos no una Mantis.
—No hay truco, simplemente me gustaría ayudarte a ti Mantis...no te vez muy favorecida que digamos...—
Aquel comentario la dejó perdida, todas aquellas buenas palabras sonaban tan desconocidas y sin sentido para Salvia, buscó rápidamente una palabra con la que pudiera describir este comportamiento, dio con varios, los que más sonaban eran "insolente" y "mentirosa", esas serían palabras con las que su tribu describiría a esta araña. Si era una mentirosa, entonces no entendía por qué sonaban tan sinceras, sin rastros de dobles intenciones.
Quizá era porque ella a veces podía llegar a sentirse así, en aquellos tiempos, antes de ser esclava.
Con ese pensamiento lentamente notó su cuerpo inclinándose hacia un lado de la celda, se estaba quedando dormida, las presentes a su lado no parecían prestarle atención, parecían ocupadas hablando sobre cosas aburridas, así que Salvia se tomó la molestia de quedarse dormida hasta el día siguiente.
A veces un sueño podía ser algo disfrutable, un momento de paz para relajar el cuerpo y la mente, pero sin embargo Salvia no podía darse ese lujo, su cuerpo al día siguiente siempre amanecía adolorido y entumecido por los golpes y tareas de siempre, y en cuanto a su mente, tampoco recibía el descanso apropiado, para empezar desde hace días que sentía que no soñaba, desde que llegó al hormiguero veía todo oscuro, pero no el tipo de oscuridad que puede ser relajante, sino el tipo de oscuridad inquietante, acompañada de los terribles azotes del látigo, uno tras otro y sin parar.
Uno podría llamarlo pesadilla, pero Salvia no lo sentía tal cual, al fin y al cabo no podía hacer nada, eran ruidos grabados sobre su mente que no paraban de resonar.
Hasta que de la nada pudo ver algo acercarse desde la penumbra de su mente, la inconfundible figura de un látigo acercándose desde la oscuridad.
La Mantis de inmediato trató de decir "Tranquila es solo un sueño" para tranquilizarse, lo que no se esperaba fue aquel horrible golpe que cayó sobre su pierna.
La sensación fue tan real que de inmediato se levantó, agitada y respirando con dificultad. El trauma de haber sido lastimada en en sueño fue solo sobrepasado por el legítimo hecho de que su pierna en verdad le dolía.
Su angustia se disparó con rapidez, no solo eso, su pierna tenía las marcas de un látigo, la respuesta estaba clara, solo tuvo que mirar al frente para ver a una hormiga roja de gigantescas mandíbulas mirándola intensamente al borde de una risa malvada, y por supuesto, con un látigo en la mano.
Salvia se inclinó con furia y trató de extender sus manos hacia la hormiga, la hormiga se quedó parada en su lugar cruzada de brazos y con mirada egocéntrica, una que gritaba a todas luces "Yo tengo el poder". Se quedó mirando a la mantis hasta que otra hormiga roja lo vio tratando de darle otro latigazo a Salvia.
—¿Oye que crees que estás haciendo?— Llegó la hormiga roja deteniendo el brazo de la otra hormiga
—Huh?— Preguntó la otra hormiga —Dando una lección a esta tonta mantis, ¿Que no es obvio?—
La otra hormiga refunfuño —Si idiota pero maldita sea no le des en la pierna ¿Es que eres tonto?— Tanto Salvia como la otra hormiga miraron confusas a la que dijo eso.
Salvia estaba sorprendida, parecía que la estaban defendiendo, eso pensó hasta que la hormiga agarró el látigo de las manos de la otra y le propició un golpe sobre el hombro.
—Si le das en la pierna luego no podrá seguir caminando y haciendo trabajos, no queremos que deje de trabajar tan pronto ¿o si?, merece sufrir más— La hormiga volteo a ver a salvia con la misma mirada desagradable, riéndose a la par que la otra mientras dejaba la habitación.
—Cielos chica, esas hormigas si que te odian ¿A cuantas larvas golpeaste para que te traten así?.— Habló Sharik desde su celda.
—No he hecho nada...—Respondió salvia por lo bajo, con rabia y aguantando las ganas de dejar caer sus lágrimas de frustración.
Apretó las mandíbulas con fuerza y salió para continuar su tortuosa vida de esclava.
Aquel día en particular era uno en el que el sol abrasador soltaba toda su furia sobre los pobres bichos, que sin poder hacer nada perecían ante los caprichos del tirano luminoso. Los pequeños insectos a sus pies languidecían por el calor, ni siquiera sus esclavistas estaban a salvo de verse afectados por el abrumante calor, muchos bichos empezaron a caer exhaustos incluso algunos caían muertos tras ser cocinados vivos.
Salvia por lo que más quería suplicaba no ser freída a la par que usaba la roca en su espalda para tapar el Sol.
—Hey Salvia, ¿tienes un momento?— Apareció Sharik por su derecha.
Salvia la volteó a ver con cautela —No deberías acercarte, los guardias me darán una paliza si nos ven hablando.
—Nah, los guardias están tan abrumados por el calor que hacen casi caso omiso a todo, incluso a los que se están cayendo.
Salvia miró a su alrededor y en efecto los guardias estaban difícilmente mirando la fila, más abrumados por el calor que por otra cosa.
—No te parece que es el momento idóneo para salir de aquí....— Sugirió la araña, Salvia la volteó a ver con curiosidad.
—¿Qué tienes en mente?
—En realidad nada, pero se me ocurre que no hará falta, solo mira como la polilla ya consiguió colarse hasta los guardias.
Salvia volteó la cabeza bruscamente, le costó un poco encontrarla hasta que finalmente vio como la polilla se encontraba sentada a los pies de una hormiga guardia, la hormiga en cuestión estaba de espaldas a la polilla mientras difícilmente trataba de mirar algo entre tanto calor. La polilla parecía estar aprovechando que el guardia no se daba cuenta de su presencia para refugiarse en su sombra.
¿En qué momento? Se preguntó Salvia, por alguna razón verla ahí cerca de un guardia le hacía tenerle mucha desconfianza. Podría ser una soplona, trabajar para las hormigas en secreto o algo, explicaría eso muchas cosas en realidad.
—Oye tu...¿Quien eres? Es igual, trae algo de madera así podremos librarnos de este horror— Gritó un guardia a otro que de inmediato y para evitarse las molestias de caminar llamó a Salvia y a Sharik ante el. —Muy bien ustedes dos, quiero que lleguen a la entrada del hormiguero y se traigan los tablones que hay en la entrada, los estaré observando ¡así que ni se les ocurra tardar o iré a por ustedes!...ufff qué calor...y...y...y— La hormiga se tardó un rato en recordar que iba a decir. —¡A si!, muévanse ya!— amenazó la hormiga a lo que Salvia y Sharik hicieron caso.
O eso es lo que la hormiga pensó, en realidad Salvia fue dirigida hacia el lado opuesto, avanzando en cuclillas poco a poco iban alejándose del hormiguero. Salvia se sorprendió de que estuviera funcionando, de pronto estaba dando pasos fuera del alcance de las hormigas, no podía evitar tener una sensación de euforia. Todo estaba saliendo tan bien.
Pero de pronto ambas tuvieron que detenerse, con miedo y de manera abrupta tras alguna elevación arenosa.
Bendecida por los rayos del tirano en las alturas, dándole un porte elegante y majestuoso, miraba con un rostro de deleite a un grupo de esclavos a sus pies. Sus ojos saboreaban el dolor de sus esclavos y sus oídos se estremecía con el azote de los látigos, se trataba de la diosa Ya'Lahramti. A sus pies, un gran grupo de esclavos dividido en tres partes jalaba con toda su fuerza de cuerdas atadas alrededor del cuello y patas de dos hormigas bestiales.
Aquellas hormigas eran simplemente enormes, incluso Ya'Lahramti parecía pequeña, y movían la cabeza de lado a lado tratando de liberarse, cada jaloneo era sufienciente para hacer que los esclavos se movieran de un lado a otro, que de no ser por estar muchos tirando del animal probablemente saldrían volando. A su vez detrás de los esclavos estaban por supuestos los guardias repartiendo azotes por igual a los esclavos sin parar.
Salvia titubeó, tenía en frente a la su mayor enemiga delante, sin protección, totalmente distraída e indefensa ante un ataque, sería tan fácil, los instintos de cazador surgían en Salvia como un soplido de aire fresco que llenaba su cuerpo con adrenalina, pocas veces se sintió así, solo recordaba tal sensación de aquellas presas desafiantes o que en su momento se veían difíciles, esta no era la excepción. Su cuerpo se movió por sí mismo hacia adelante, caminando agazapada sin más herramientas que sus garras, estaba bien, eso era suficiente para atravesar su garganta, sus ojos y arrancar sus antenas. Solo debía acercarse a ella.
Levantó sus manos sobre su cabeza y se puso en una postura que indicaba sus intenciones de saltar sobre su presa.
Pero algo no iba bien, y solo Sharik fue capaz de verlo, a más se acercaba Salvia, discretamente la mano de la Reina se movía hacia su espada curva.
Sharik no se quedó quieta, antes de que Salvi pudiera saltar a la yugular de la Reina la araña saltó sobre ella inmovilizándola, casi de milagro ambas se salvaron de ser partidas a la mitad por el arma de la Reina.
La Reina volteó a ver a sus atacantes, sin atisbos de sorpresa en su rostro —Mira quién está aquí, la ladrona y una esclava cualquiera, ¿Vinieron a observar las maravillas de mi armada?—Dijo alzando sus brazos hacia las hormigas gigantes.
—¡Déjate de tonterías y enfréntame!— Grito Salvia por reflejo. Pero la hormiga en respuesta le dio la espalda.
—Chica no creo que sea buena idea esto, mejor huyamos de aquí...—Dijo Sharik tratando de tirar del hombro de Salvia.
—¿huir? Nah— Negó la Reina con la cabeza —Tan pronto como den un paso atrás mis guardias llegarán corriendo hacia aquí, no tendrán tiempo de salir de este sitio.— Explicó la Reina con mucha serenidad —Sin embargo las felicito por llegar aquí, nadie antes había podido alejarse quince metros de mi hormiguero sin ser ejecutado.
La araña y la Mantis se quedaron en silencio.
—Sin palabras eh......— La voz de la Reina de pronto suena decepcionada —Bueno que sepas Mantis que en tres días— Señaló con sus dedos —Comenzaremos a marchar hacia tu tribu.
Salvia de inmediato se levantó para confrontar a la Reina.
—¡No sí puedo evitarlo!—
La Diosa Reina se echó a reír —Oh, esa sí que es buena, ¿Detenerme? Las Mantis no comprenden lo que son los límites ¿o si? No podrías ni rozarme antes de que yo te rebane. Pero está bien, supongo que está implícito en vuestra naturaleza el lanzarse a ataques suicidas solo por una dañada sensación de "valentía y honor"— Se volvió a reír— Una cosa es ser valiente, otra es pensar en que puedes detener un tornado solo con tus manos.
Salvia apretó los puños con fuerza, en sí podía ver las absurdeces en sus palabras, estaba débil, hambrienta y su cabeza no estaba en las óptimas condiciones para trazar estrategias de combate.
¿Pero qué más podía hacer? A su tribu se le había declarado la guerra y ellos no tenían ni idea, estaban en desventaja desde el inicio. Si tan solo pudiera plantar cara a la Reina, podría detener una inminente guerra hacia su hogar, pero nada de eso iba a pasar por qué el ser frente a ella era demasiado poderoso. Podría de todas formas luchar y morir para así redimirse plantando cara al enemigo, pero sabiendo que incluso así su tribu estaría condenada no podía hacer más. Las mantis de su tribu veían el sacrificio como algo honorable ¿Pero cual es el sentido de eso? una derrota es una derrota y aunque pudiera sacrificarse mil veces nunca lograría nada.
—¿Cual es tu propósito? ¿Por qué mi tribu?— En su desesperación Salvia acudió a buscar razones.
—Tu tribu está levantada sobre traiciones y mentiras, una falsa historia de gloria fluye por las venas de todas las Mantis del oasis, los tuyos deben desaparecer para expiar sus pecados, y yo soy el adalid que traerá el fin de vuestra estirpe.
Ya'Lahramti miraba como finalmente las fuerzas de sus esclavos diezmaban y todos a la vez soltaban las cuerdas de las grandes hormigas, una vez libradas las hormigas arremetieron contra los esclavos, aplastando con sus mandíbulas a los pobres esclavos que los habían atrapado.
De pronto la Reina hormiga levantó sus manos hacia el cielo, un destello blanco se generó en sus palmas, aquel destello superó con mucha facilidad el brillo del sol, las hormigas gigantes voltearon a ver aquel destello y en ese momento la diosa colocó sus manos en posición de rezo, generando un destello todavía más grande que dejó a los presentes momentáneamente ciegos.
Cuando aquel brillo se fue, las hormigas gigantes avanzaron hacia la colina deteniéndose frente a la Diosa Reina hormiga.
—Reverencia— Dijo la Reina apuntando con su dedo hacia abajo, las hormigas gigantes doblaron dos de sus pies para agachar la cabeza ante la reina.
—Pudiste haber hecho eso desde el principio...y en lugar de eso dejaste que esos esclavos fueran comidos..— Comentó Sharik impactada.
La Reina no dijo nada, solo volvió a dirigirse a Salvia —Una vez el gran oasis sea mío, podré volver a reformar mi imperio, tomaré el desierto de Jade en mis manos y después de eso mi reinado se extenderá por todas partes.
—¿Cual es tu objetivo?— Cuestionó Sharik curiosa.
—Paz y Guerra— Dijo la reina dejando a la Mantis y a la araña confundidas. —En fin, ya me divertí lo suficiente con ustedes, ahora ustedes tres volverán a sus celdas.
Salvia y Sharik se miraron un poco más confusas, ¿"tres"?.
De pronto olleros un chillido conocido, al darse la vuelta vieron ante ellas un guardia apresando a la polilla con una sola de sus manos. A su vez otras hormigas guardias llegaban para arrestar a las dos, cuando se dieron cuenta de ello ya era demasiado tarde, las hormigas las habían tomado de las muñecas y ahora no tenían cómo liberarse.
Por otro lado, el guardia con la polilla se acercó a hablar con su Reina.
—Su magnificencia— Saludó con respeto —Hemos estado observando a la polilla como ordenó, parece que no pertenece al culto de la Luz como pensábamos.
La Reina vio a la polilla decepcionada —Bueno es una pena, seguiremos buscando, de momento manténganla como esclava.
—Como desee— Se despidió haciendo una reverencia.
Las hormigas llevaron a Salvia, Sharik y a la polilla de nuevo a sus celdas, las dos últimas tenían una mirada seria provocada por el Aura pesimista de la Mantis, podían llegar a sentir parte de su frustración y dolor con solo mirarla.
Salvia estuvo muchas veces al borde del colapso, sin embargo un fuego interno siempre le echaba ánimos para continuar, esta vez no tenía esa llama, así que cuando llegó a su celda se desplomó en el suelo para permitirse soltar un par de lágrimas de dolor.
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Solo para que quede claro, las hormigas en la vida real se comunican mediante feromonas que captan por medio de sus antenas.
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