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Capítulo 6

—Bien, necesito que me entreguéis el trabajo —dijo el profesor Ramos acercándose mesa por mesa para recoger el trabajo que había mandado hacer sobre los agujeros negros.

Edén se había pasado la noche haciéndolo, y había recabado muchísima información, así que realmente esperaba sacar muy buena nota.

Una vez concluyó la recogida, se aclaró la garganta para proseguir con la clase que había dejado a medias.

—¿Recordáis por qué hacéis estas técnicas de relajación? —preguntó el profesor en voz alta esperando que algún alumno le contestase.

—Sí, pueden servir para muchas cosas como por ejemplo... —comenzó a decir una alumna.

—Gracias Ana, pero quiero que me conteste una persona que no haya hablado. Frida, ¿podrías enumerarme una razón? —preguntó el profesor esperando que la chica rubia que se sentaba al fondo contestase su pregunta.

—El poder que absorbes del espacio-tiempo, si no sabes controlarlo podría acabar contigo. —dijo la chica escuetamente.

—¿Podrías extenderlo más?

Ella asintió y comenzó a hablar de nuevo.

— Los viajes en el tiempo requieren mucho poder mental, ya que estás controlando algo que no debería ser controlado, al viajar en el tiempo se absorbe parte de tu energía, si coges demasiada podrías colapsar porque tu cerebro no está preparado para tanta información, y si, por el contrario, absorbes poca, no sucederá nada. En el término medio está la virtud. —finalizó Frida.

—Sí, pero el término medio es muy difícil de conseguir, por eso estamos aprendiendo estas técnicas de relajación. ¿Alguno sabe por qué más? ¿Laura?

—Técnicas de relajación para nuestra vida cotidiana, para estar más preparados ante momentos que salen completamente de nuestra zona de confort.

El profesor asintió en su dirección, después miro a Edén esperando que contestase algo.

—¿Y tú Edén? ¿Para qué crees que pueden servir estas técnicas de relajación? —Le preguntó esperando que no le estuviese resultando demasiado confuso.

Edén sabía lo que quería decir, pero no sabía cómo hacerlo, ya que no dominaba muchos términos, así que lo intentó expresar con sus propias palabras.

— Si te quedas atrapado fuera del presente más de seis horas sin poder volver, estas técnicas pueden ayudarte a aguantar más tiempo, ya que si te pones nervioso y te agobias tu cerebro podría colapsar.

El profesor asintió orgulloso alegrándose de que se estuviese enterando de todo, o al menos, que lo pareciese.

—Estas técnicas pueden servir para muchas más cosas que las que acabamos de nombrar, pero esas, son las principales. Además de que para viajar en el tiempo se debe tener la mente relajada.

—¿Sólo hay una manera para lograrlo? —preguntó Irene, la chica que se sentaba detrás de Edén.

—¿A qué te refieres?

—El otro día nos enseñaste que debíamos de pensar en algo que nos hiciese feliz ¿es la única manera de lograr que tu mente se despeje?

El profesor negó con la cabeza en repetidas ocasiones.

—No, hay muchas maneras de hacerlo y por eso os lo iré explicando en el transcurso del curso, hay unas mejores que otras, pero cada uno tiene que escoger la que más se adecue a sí mismo.

Irene asintió pareciendo comprenderlo.

—Bien, entonces continuemos por donde nos quedamos ayer, quiero que respiréis profundo y cerréis los ojos. Ahora, pensad en algo que os transmita paz, algo que os guste. —dijo el profesor con voz suave.

Edén cerró los ojos y pensó en lo mismo que había pensado en la anterior clase. En su madre. La vio ondeando su cabello rubio mientras se reía e intentaba que Edén no la tocase, la vio cantándole una canción en esas frías noches en las que ella no lograba conciliar el sueño, la vio en muchos momentos diferentes, se concentró tanto en ella que incluso llegó un momento en el que dejó de oír al profesor.

Siguió viéndola mientras la llevaba al instituto o mientras le contaba lo que había ocurrido con sus amigos, como recordaba cuando papá le había regalado un coche por su aniversario, ese coche que ella tanto deseaba porque estaba cansada de ir en transporte público, ese coche que... De pronto entre tantos pensamientos se le vino a la cabeza la imagen del accidente, o por lo menos como lo imaginaba ella, ya que no lo había visto, solo sabía lo que le habían contado, que un conductor ebrio había chocado con ella y...

De pronto un grito se escuchó en el silencio de la clase.

Todos se quedaron mirando el lugar de donde había provenido.

Edén jadeaba mientras se tapaba la boca con las manos sin observar a nadie, aunque todo el mundo la estuviese mirando.

El profesor, perplejo, actuó lo más rápido posible llevándola fuera para que tomase un poco de aire.

Edén no podía dejar de pensar en el accidente y las lágrimas no dejaban de brotar por su cara.

—¿Te encuentras bien? —preguntó el profesor mientras la acariciaba la espalda.

Ella negó constantemente con la cabeza.

En tantos años de docencia nunca le había ocurrido esto en una clase de relajación, así que no sabía muy bien el por qué esa muchacha estaba tan alterada.

—¿Ha ocurrido algo? —Le preguntó una voz a Alejandro, Edén no vio la persona que había hablado primero ya que estaba demasiado ocupada intentando sacarse el momento del accidente de su cabeza.

Alejandro le explicó un poco por encima lo que había ocurrido, hablaba con calma, aunque se le notaba algo nervioso porque no paraba de frotarse las manos.

—Ya me encargo yo, no te preocupes, puedes volver a tu clase. —continuó hablando, pero esta vez sí se fijó en quién era el que le estaba dando instrucciones a su profesor de magia nocturna. Era su profesor de historia, Donovan Hook, ella suspiró aliviada porque no quería estar con un completo desconocido, aunque básicamente cambiaría un profesor por otro.

—Tranquila —decía el profesor Hook mientras acariciaba la espalda de Edén y la encaminaba por los pasillos de la escuela hacia algún lugar.

Mientras ambos caminaban, él la seguía sujetando. Edén estaba como si hubiese sufrido un ataque de pánico y estuviese en estado de shock, había dejado de llorar y se mantenía calmada con una expresión bastante neutral en su cara.

Cuando llegaron al despacho del profesor, la hizo sentarse en una silla mientras él se colocaba en frente observando cada movimiento que la muchacha hacía.

Ninguno dijo nada durante unos diez minutos, hasta que él rompió ese silencio.

—¿Quieres hablar de ello? —preguntó calmadamente mientras le acariciaba la mano derecha.

Edén negó con la cabeza intentando asimilar lo que había ocurrido, no quería pensar en el accidente de su madre, ya que cada vez que le pasaba sentía una gran punzada en el corazón, el cuál sentía vacío sin su presencia. El pensar que su madre ya no estaba, hacía que Edén entrase en un estado de ansiedad constante. No era capaz de soportarlo y llegaba un punto en el que su mente hacia clic y dejaba de sentir por completo.

Ahora mismo se encontraba después de ese clic intentando no recordar nada más acerca de su madre, cosa que le resultaba bastante difícil ya que era como la frase "No pienses en un oso blanco". Sí, podías evitar pensar en él durante algunos segundos, pero siempre volvía a tí la imagen de ese estúpido oso blanco.

—Señor Hook, ¿podría usted distraerme? —dijo casi sin darse cuenta de la situación.

Donovan se quedó petrificado ante su requerimiento, ya que no sabía de qué forma distraer a la chica, así que comenzó hablando de algo que dominaba bastante bien, la historia.

—¿Sabes que muchos humanos creen en el presentismo?

Edén le miró fijamente sin hacer ningún gesto.

Él, al ver la cara de la chica continuó hablando del tema que había sacado.

—Este sostiene que ni el futuro ni el pasado existen, que la materia del universo sólo existe en el presente, y que el tiempo es simplemente un concepto del ser humano utilizado para describir lo que sucede a su alrededor.

Edén realmente no comprendía muy bien de lo que estaba hablando, si estas eran sus técnicas de distracción no estaban funcionando... ¿O quizá sí?

—De esta manera no habría un lugar adonde el viajero del tiempo pudiera ir, lo que, según esta teoría, anula el tema del viaje a través del tiempo. —continuó hablando el profesor como si lo que estuviese diciendo fuese lo más interesante del mundo.

Edén más o menos pillaba el hilo de la historia que le estaba contando, pero cuando continuó hablando se perdió por completo.

—Sin embargo, la teoría de la relatividad en la simultaneidad, dentro del marco de la física moderna, pone en tela de juicio el presentismo y favorece la visión conocida como tetradimensionalismo o cuadridimensionalismo, relacionado con el eternalismo y con la idea del bloque de tiempo, en el cual los eventos pasados, presentes y futuros coexisten todos en un mismo espacio-tiempo.

Donovan, al darse cuenta de la expresión dudosa de la chica, se percató de que quizá no era el tema más interesante que podía darle a una adolescente, así que intentó buscar algo más cautivador que el que estuviera rondando por los pensamientos de la chica. ¿Pero que le podría interesar a una chica humana que acababa de entrar en la escuela?

¡Claro! ¡Algún hecho interesante sobre este mundo!

—¿Sabías que el verdadero nombre del señor del tiempo es Gustav? —comenzó diciendo tranquilamente.

Al no ver ningún gesto por parte de ella, continuó hablando.

—¿Sabes? El señor del tiempo no siempre lo ha sido, antes era un humano, como tú —continuó diciendo cuando comenzó a ver qué la chica le estaba prestando atención—. El mundo se creó, y con ello los distintos universos y mundos, ¿sabes que no sólo existe la tierra? Quiero decir... Hay más mundos habitados, no solo está esta escuela, también hay más por allí fuera ¿sabes cómo se llama la de Marte? —preguntó más animado.

Edén negó con la cabeza repetidamente mientras sostenía una leve sonrisa.

—Tempus. Sí, la verdad, considero que fueron poco originales en la elección de su nombre, pero es fascinante la cantidad de cosas erróneas que creen los humanos acerca del universo.

El profesor continuó hablando durante treinta minutos seguidos sin darse cuenta de que pasaba de un tema a otro sin finalizar el anterior, estaba tan entusiasmado de ver a la chica sonreír que no quería que la conversación decayese.

La verdad, Edén al principio tenía varias reticencias en irse con él, pero que la hubiese encontrado había sido sin duda lo mejor que le podría haber pasado en ese día.

Nota de autora

Espero que os haya gustado, y como siempre aquí os dejo una preguntita...

¿Que os parece el profesor Hook?

Un beso a todos y muchas gracias por leer la historia ♥

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