Evolución personal
"Lo esencial es invisible a los ojos" o eso leí en un buen libro. Significa que el valor de algo puede no ser evidente. Aquello que no parece ser muy valioso lo puede ser más de lo que tú en este momento consideras como tal.
Nunca me planteo a mí como foco central de lo que escribo. Me gusta crear, sí, pero lo sentía muy personal si hablaba de mí en específico, por eso hasta abandoné el proyecto de este blog en un principio. Las cosas son diferentes ahora.
He cambiado. Es algo que muchos dicen sin tomarle el peso. Yo puedo decir que no estoy dentro de ese grupo de gente que alardea haber cambiado para mejor cuando no es así. No quiero decir que todos mientan, las personas cambian, pero debes analizar bien lo que dices, porque, un "he cambiado" puede ser un "estoy cambiando". Dicho esto, quiero modificar mi frase inicial. Estoy cambiando.
No se trata de unirte a una ONG o ayudar a personas sin hogar todos los días sin fines de lucro. Todo parte en ti, en tratarte bien. Y sí, sé lo que estás pensando, "vaya tontería". No lo es. Te sorprendería la cantidad de veces que nos tratamos mal.
"Soy un/a inútil", "me veo horrible" o "hago todo mal".
Solo un narcisista de corazón o alguien muy mentalmente sano puede decir que no ha caído en esos patrones de comportamiento, y me inclino a decir que pasa más con narcisistas. Nadie en su sano juicio se autodenomina "mentalmente sano" durante toda la vida. Todos hemos tenido problemas, no me vengan con patrañas.
Y cuando hablo de problemas, quiero abarcar; enfermedades, conflictos, todo.
Yo empecé de pequeña a tener problemas de todo tipo, todos viniendo de un mismo lugar, la escuela. Los niños pueden ser crueles, y estos niños redujeron mi autoestima y pisotearon mi espíritu.
Cuando ya tengas dominado el tratarte bien, puedes pasar a replicarlo con los demás.
Pero no vengo a escribir todo esto dandomelas de Gandhi. Yo estuve del otro lado, yo fui tóxica y desesperada por encajar en donde estaba claro que no encajaba. Y lo sé, tal vez debería escribir esto cuando ese "estoy cambiando" se haya convertido en un "he cambiado". Pero si crees eso, es probable que no hayas entendido nada. Nadie puede decir que ha cambiado si sigue con vida, solo aquellos que hayan dejado este mundo son capaces de decirlo.
No hay forma de dejar de aprender llegando a un punto de la vida, siempre seguiremos cambiando, tanto psicológica como físicamente, aunque nos estamos decantando en lo psicológico ahora. Y yo, de pequeña, psicológicamente, era un manojo de nervios.
Era diferente, y estaba en una época en la que ser diferente era mal visto entre mis compañeros de clase. Ellos buscaban el más ínfimo detalle para hacerme sentir miserable. Los niños son crueles, ¿no? Imaginate a los adultos que los criaron.
Nunca llegué a ser como ellos, pero mi odio injustificado por personas que no conocía iba de la mano con mi necesidad de encajar en un grupo, lo que me hizo convertirme en una persona tóxica. Sí, y lo reconozco, estuvo mal, caí en el "juego". Era tan manipulable y frágil que en el momento lo veía bien. Me forzaron a odiar, y yo odié.
Pero con quien más fui tóxica, fue conmigo misma, llegando a convencerme de que yo era de cierta forma. Nada más alejado de la realidad, haciéndome daño de diversas maneras, repitiéndome una y otra vez que encajaría si manipulaba mi personalidad.
¿Spoiler? No funcionó.
Hoy en día soy la persona que realmente era, y me sorprende porque nunca pensé que llegaría el momento. Creí que moriría fingiendo ser alguien que no soy.
Estoy feliz de haberlo hecho, porque ahora me conozco a mí misma mejor que en un principio.
Viene a mi cabeza esa ocasión en la que se nos iba a evaluar en 4° medio por hacer un discurso para final de año y yo casi repruebo por no estar capacitada para ello. Y tú piensas, ¿hay que estar capacitado para escribir un discurso con anécdotas divertidas y una visión positiva de lo que es llegar al final? Sí, si tienes una depresión severa. A eso súmale a mi profesora diciendo que me calificaba con un 4,0 porque le faltaban experiencias positivas, a sabiendas de que yo tenía depresión.
Lo que no muchos sabían, era que yo escribí dos discursos, el que entregué y otro, con lo que realmente pensaba de lo que estaba ocurriendo, sobre el curso, sobre lo idiotas que pueden ser algunos. Sí, un discurso en el que me cagaba en todo y todos. Discurso que creo que si empiezo a buscar, encuentro.
Mi dichosa aventura mental empieza con que me dijeron la nota y en mi cabeza no creí haberlo hecho tan mal. Empecé a divagar y llegué a una y solo una conclusión: entregué el discurso equivocado.
Pero eso no fue así, se trataba del discurso correcto y había sido un fiasco. Y como si mi año no hubiera sido fantástico, la semana después de esa me rompí una pierna, eso antes de no haber podido ir a la gira de estudio.
Tenía muchos motivos para estar mal y seguí así por unos años.
Mi vida era una montaña rusa que se repetía una vuelta tras otra. No sabía cómo hacerla parar, cómo bajarme. Probé varias cosas y no daban resultado, hace un año seguía así y eso en parte me llevó a congelar la carrera en la que estaba. Y nada cambió hasta que me encontré a mi misma. Había conseguido herramientas a lo largo de los años, las usé. No todo fue bueno, hubo bastantes tropiezos, pero si hay algo que me gustaría decirle a mi yo del pasado es:
"No te rindas, esto no ha acabado".
Entonces me siento capaz de decir lo siguiente; cambié, y seguiré haciéndolo porque la vida se trata de eso. Seguiré cambiando hasta lograr lo que quiero. No, no busco fama, tener muchos amigos o mucho dinero, después de todo lo que me ha sucedido, solo quiero que me escuchen.
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