Las flores llegaron a la hora del almuerzo, Bright dejó los cubiertos y camino hacia la puerta.

No pidió un solo ramo, sino macetas repletas de flores, unas treinta macetas de jazmín, todas floreciendo. Mientras ayudaba al vendedor a trasladarlas a la vivienda desde su camioneta, Gulf asomó la cabeza y miró.

— Bonitas flores — Bright pagó las facturas y regresó con rapidez. Había estado en contacto con este vendedor durante más de una semana; todas las macetas estaban bien revisadas, de lo contrario, no habrían otras 10 más.

Gulf estaba un poco asombrado. Vio tantas macetas de jazmín alineadas al pie del biombo. La fragancia de las flores impregnaba toda la casa. Se levantó y se acercó, con el corazón tocado por un ligero empujón.

— ¿Te gustan? — Bright sostuvo sus manos en una sonrisa — Aún no florecen los jazmines en nuestro jardín así que pensé en conseguir algunos y colocarlos en la sala.

— Me gustan mucho — Gulf lo miró con los ojos húmedos. Se inclinó y le dio un abrazo — Gracias.

A nadie le importaba el almuerzo ahora. Se sentaron en el sofá. Gulf miró las flores en silencio con el médico a su lado.

— Los jazmines eran las flores favoritas de mí abuelo. Estaban por todo nuestro jardín, desde que tengo memoria — Gulf sonrió, pero la voz suave era más cómo murmurar para sí mismo — Lo primero que me dijo Mew fue ¿Por qué huelo tan bien? Todavía puedo recordarlo, al día siguiente, llenó su bolsillo con flores. Puso varios cogollos en cada racimo por si perdían la fragancia y no se atrevía a que mi abuelo lo viera — Era la primera vez que Gulf le contaba su pasado con Mew a Bright, no estaba arrepentido o siendo sarcástico, estaba tranquilo y gentil como siempre.

— Durante ese tiempo, Mew fue muy cuidadoso cuando cambiaba las páginas de su libro porque había puesto las flores por todas partes y no quería tirarlas. El fuerte olor a jazmín estaba por toda nuestra clase, incluso en su camiseta deportiva — Gulf bajo los párpados; sus pestañas movidas eran como las alas de una mariposa — Cada vez que volvía de la escuela, podía oler el jazmín desde la distancia. Eso fue como mi guía a casa. En ese entonces, sentí que era la mejor fragancia en el mundo.

— Los ojos de Gulf se oscurecieron y su voz denotaba amargura — Pero mi abuelo murió y el jardín quedó desatendido. Nadie en mi familia estaba dispuesto a cuidar de esas plantas.

Bright lo sostuvo en su brazos y lo consoló con caricias en su cabello negro y su espalda.

— Gracias Bright — El tono de Gulf al hablar era ligero — Nunca te olvidaré. Si realmente las almas de las personas permanecen después de su muerte, rastreare la fragancia y encontrare tu pequeño jardín y esta sala. Entonces seré el guardián de tu casa, te protegeré.

— Yo también tengo que agradecerme a mí mismo. Debí acumular la suerte de varias vidas para conocerte — El médico besó las pestañas de Gulf y entrelazó sus manos — Te amaré por siempre.

Las dos mayores penas en este mundo: una es la muerte a la que no puedes evitar; la otra es el amor que no puedes poseer. Bright de repente quiso llorar.