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🌼🌼Capítulo 54🌼🌼

Cuando Gulf despertó, se despertó solo. Frío y vacío, parecía que el médico se había ido hace bastante tiempo.

Se dio la vuelta lentamente y mantuvo los ojos cerrados por un rato. Todavía estaba débil; tenía la cintura y las piernas doloridas.

La puerta se abrió con suavidad; él no se movió. La sábana se levantó justo después de que sintiera a alguien de pie junto a la cama. Pero antes de que pudiera sentir la frialdad, algo cálido fue arrojado a sus brazos; era un calentador eléctrico.

- ¡Bebé, feliz cumpleaños! - Bright bajó la cabeza y lo besó desde el lóbulo de la oreja hasta la nuca - Levántate y brilla.

- Gulf se encogió de hombros y apretó el calentador eléctrico con fuerza - No te metas conmigo, estoy delicado.

- El médico no fue más lejos, solo le arregló su desordenado flequillo negro - Puedes quedarte en la cama un minuto y levantarte más tarde. Te esperaré abajo.

Después de que Bright se fue durante varios minutos, Gulf se levantó de mala gana. Se abrochó el pijama y se frotó las sienes.

Bright estaba en la cocina cuando bajó las escaleras. Se inclinó hacia un lado para saludarlo una vez que lo escuchó bajar.

- ¿Estás despierto? - En su delantal de flores, había un lío de harina y su cara sonriente simulada era como la de un cachorro - Te haré un pastel después de poner estas tartas de fresa en el horno.

- Gulf sostuvo el calentador eléctrico, inclinó la cabeza y miró hacia la cocina mientras se alejaba de ella y dijo - Eres increíble.

Bright se acercó a él, se quitó la harina de las manos al azar, lo levantó en sus brazos y lo sentó en el sofá de la sala. Las manos calientes del doctor comenzaron a masajear a Gulf por la cintura a través de su pijama.

- Esté se sintió un poco avergonzado; se retorcío - Me mancharás con harina.

- Bright no lo soltó - Déjame darte un masaje - No estaba actuando con doble sentido, sin embargo entendió porque se sentía avergonzado. A pesar de que anoche fue moderado y paciente, siempre tuvo miedo de hacerle el más mínimo daño a esta persona.

Lo hizo sentir cómodo con la habilidad e intensidad adecuadas; su mano relajó totalmente el músculo tenso de Gulf. Pero el masaje es un trabajo que consume energía y él no quería molestar tanto a Bright.

- Me siento mejor. Dijiste que el pastel no estaba hecho, ¿Verdad? - Gulf se levantó de los fuertes brazos y se sentó solo en el sofá.

Bright no dijo una palabra más, solo le acarició la mejilla y se levantó. Mientras caminaba hacia la cocina, de repente recordó algo y se quedó quieto.

- Casi lo olvido - Le sonrió a Gulf de manera aduladora y se volvió para abrir la puerta.

Gulf se preguntaba qué estaba haciendo hasta que en menos de tres minutos, una torre dorada entró con rapidez en la casa. Bright le redujo la velocidad con dos gatos en sus brazos siendo seguido por otros dos gatos.

Gulf río.

- Todos tomaron un baño por la mañana. Te harán compañía por un tiempo - Bright se acercó a él, cargando un gatito en sus manos y se lo pasó - Sostenlo. Es tu favorito, ha crecido mucho.

Los ojos café eran gentiles y amables, llenos de verdadera alegría. Alargó la mano para sostener al gatito. Cómo habían crecido esas pequeñas cosas. El médico los había alimentado bien. Se convirtieron en grandes felinos.

El perro se acurrucó contra las piernas de Gulf, empujando su gran cabeza dorada en sus brazos con fuerza, pero fue rasguñado por el gato en sus brazos y sus pobres ojos café se humedecieron.

- Esos pobres ojos atraparon a Gulf de inmediato; dejó al orgulloso gato, abrazó al perro y dijo - Te quiero.

El perro lamió todo el rostro de Gulf.

- Bright le consiguió un gran plato de frutos frescos de la cocina - Primero come algunas frutas. Al perro también le gustan, puedes comerlas juntas.

Gulf miró la televisión; el perro se quedó quieto y estaba feliz de ser su cojín mientras comía bocadillos. Esos gatos salieron al balcón a tomar el sol. Hoy era un día maravilloso.

Las tartas de fresas que hizo Bright olían muy bien. En el momento en que salieron del horno; el perro aulló, moviendo la cola con entusiasmo.

- Espera un rato pequeño, tu mamá aún no ha comido uno - El médico se inclinó y le dio un golpecito a la cabeza del perro, después se volvió hacia Gulf y dijo - Has estado comiendo comida ligera estos días, pensé que sería bueno comer un poco de dulce hoy.

- Gulf ignoró la primera parte de su oración y sonrió - ¿No soy un cumpleañero afortunado?

Le dio un mordisco a una tarta. Estaba caliente y dulce, no demasiado dulce sin solo comía un poco.

Los ojos de Bright brillaron pero no dijo nada.

El pastel salió alrededor del mediodía, Justo a la hora del almuerzo. Bright preparó la mesa del comedor y llamó a Gulf.

- Bebé, feliz cumpleaños - Se medio arrodillo junto al sofá, mirándolo con humildad.

- Dijiste lo mismo en la mañana - Gulf extendió la mano para tocar los labios sonrientes del médico y se rió entre dientes - ¿Por qué estás actuando como un cachorro?

- Esté tomó ambas manos entre las suyas y dijo con el rostro cubierto de seriedad - Está vez, el feliz cumpleaños viene con el regalo.

Sacó del bolsillo lateral el obsequio que había estado esperando durante tanto tiempo. Era una cajita de anillos de terciopelo rojo.

Gulf frunció el ceño casi de golpe.

Bright abrió la caja, donde había un anillo de color platino. En él, había una flor de forma ovalada con pequeños diamantes diminutos. Era un anillo precioso, cada uno de sus resplandores decía dulzura.

- Lo siento - Gulf cerró la caja - No puedo aceptarlo.

Un anillo significa algo especial. Uno no puede tomar un anillo si no puede asumir el amor y la responsabilidad.

Cuando Gulf se quitó violentamente de su dedo aquel anillo que había portado durante casi 8 años, pensó para sí mismo: no tomaré otro anillo por el resto de mi vida.

- Gulf - Los ojos de Bright eran tan profundos como el océano - Póntelo. Yo, temo que no pueda encontrarte en esta vida - Así que por favor póntelo para que pueda encontrarte.

- Gulf puso una sonrisa irónica - El alivio psicológico no funciona en nosotros - Ambos sabían que Bright se estaba mintiendo a sí mismo, pero ninguno lo señaló.

- Por favor, te lo ruego - Los profundos ojos de Bright estaban caídos. Abrió la cajita, sacó el anillo de nuevo por su cuenta y trató de tomar la mano de Gulf -- Por favor... póntelo solo una vez. Ponte este anillo, por mi.

A Gulf le dio un vuelco el corazón, breve pero agudamente.

- Retiró la mano al yver la tristeza en los ojos de Bright. Se quedó en silencio por un rato y de repente le acarició el cabello - Puedo hacerlo. Pero, ¿Podrías prometer una cosa?

Bright levantó la cabeza y lo miró a los ojos.

- Cuando me vaya... no esperes. Solo quema mi cuerpo el mismo día y esparce mis cenizas en el río o en el océano, así podré viajar a todos esos bellos lugares que vi en el libro - Gulf dijo en un tono tranquilo como si fuera una pequeña charla diaria. Sus ojos eran suaves - Puedes quedarte con mi dinero, o puedes donarlo a la caridad... sé que no te hace falta.

El cuerpo del médico se contrajo; no dijo nada pero trató de poner el anillo en el dedo de Gulf con sus manos temblorosas. Lo que hizo significaba que si.

El anillo se ajustaba a su tercer dedo. Cubriendo esa vieja marca anular indistinta que apenas se desvanecía.

No se puso de pie hasta que terminó todo el proceso de colocación del anillo. Como era de esperar, sostuvo la parte de atrás del cuello de Gulf y lo besó con pasión. Esta era la primera vez que tuvieron ese tipo de beso, convirtiendo aquella acción en la más íntima que tuvieron juntos.

Gulf no rechazó ni respondió. Su cabeza se sentía pesada, como si se ahogara. Ni siquiera estaba seguro de lo que sentía por Bright, pero aún así, permitió que las cosas llegaran tan lejos.

- El hombre lo soltó luego de un tiempo y acarició sus labios hinchados con los dedos - Sabe dulce - Sonrió Bright - Puede que me gusten las tartas de fresa en el futuro.

Gulf se sintió un poco cansado, se dio la vuelta para abrazar al perro y se hundió en el sofá.

Bright no dijo nada, pero tomó su teléfono, queriendo preguntar porque las flores que ordenó aún no habían llegado. Pero en el momento en que levantó aquel aparato, recibió una llamada.

Era el inquietante Mew Suppasit. Se sintió tan molesto que incluso quiso estrellar el móvil contra el suelo.

- Necesito salir para esta llamada; vuelvo pronto - Bright señaló su teléfono.

Siguió sonando y la llamada se cortó automáticamente cuando llegó arriba, pero volvió a sonar en menos de diez segundos después.

- ¿Qué quieres? - Bright preguntó en un tono frío.

- Mew sonaba tranquilo pero feliz al mismo tiempo - El donante de médula ósea aceptó donar por segunda vez, pero necesita descansar por una semana.

- Bright se burló, pero su tono seguía siendo el mismo, tan escalofriante como el hielo - Eso es bueno... entonces presidente Suppasit, ¿Podría llamarme cuando todo esté listo? Todavía tienes una semana para hacerlo.

- Las voces llegaron del otro lado del teléfono después de una larga pausa - Entiendo - Dijo de manera indefensa y tolerante como si estuviera resignado - Solo quiero hablar con él.

- Puedes seguir queriendo - Bright se burló.

- Mew no se molestó, pero preguntó de alguna manera suplicante - ¿Se ha sentido bien?

- ¿Cómo no? Nadie lo está torturando aquí; nadie esta rompiendo su corazón. No hubiera terminado así si viviera esta vida antes.

Mew tampoco dijo nada; no trató de refutar. Podía soportar esa leve burla a cambio de cualquier información sobre Gulf.

- Hoy es su cumpleaños. Por favor, hágale compañía. Estuve allí para él en cada cumpleaños. Si nadie lo hace, él se sentirá triste.

- Mew provocó muy fácilmente, que Bright convirtiera su ira en risa - Que considerado de su parte, presidente Suppasit. ¡Que amante tan sofisticado es! Pero lo siento, Gulf ha aceptado mi regalo de cumpleaños, después tendremos un pastel.

Pero no pudo contener su ira por mucho que lo intentara. Había aguantado a Mew durante un largo tiempo y lo consideraba el hombre más descarado que había visto en su vida. No aprecio a Gulf cuando lo tenía y tiro su verdadero amor a la basura. Sin embargo aquí afirmó que era el hombre más fiel del mundo cuando lo había perdido, seguro debe estar pensando para sí mismo, ¿Por qué no pueden volver a ser lo que eran después de admitir sus errores, después de estar dispuesto a hacer las paces? Qué idiota.

- ¿Terminó ahora, presidente Suppasit? Tengo que ir a comer con Gulf para que tome su siesta y masajear su cintura. Él estaba exhausto anoche - Bright no tenía la intención de provocar a Mew con esto. Fue bastante vulgar; incluso él mismo despreció lo que decía, pero Mew nunca le permitió sacar lo peor de él.

- Mew de repente levantó la voz y estaba temblando de incredulidad - ¡¿Lo tocaste?!

- Hemos estado juntos durante mucho tiempo. No fue la primera vez de todos modos. Es algo normal, ¿No? - Bright sonaba tranquilo y sonriente - ¿Necesitas que le desee un feliz cumpleaños? Si no lo haces, colgaré ahora.

- Mew estaba atónito; el teléfono se le resbaló de la mano y golpeó el suelo. Se quedó paralizado en el sofá sin saber lo que estaba pensando o haciendo. Ordenó todo en la mesa de té al igual que un maniático, pero al final, no pudo evitar llorar cubriéndose el rostro con las manos. Murmuro - Por favor... por favor no, no lo toques. No toques a mi Gulf.

Mew estaba a punto de sufrir un colapso mental; no podía atreverse a pensar; no podía soportar que alguien tocara a su esposo. Él era demasiado posesivo y no podía permitir que nadie tocara lo que era suyo. Los días en que llevaba a Gulf a cenas del trabajo, le rompía el brazo a cualquiera que intentara emborracharlo o coquetear con él. Se enfadaba si Gulf volvía a casa un poco más tarde de lo habitual. Se volvía loco si se acercaba un poco a otra persona. Pero ahora, un hombre le acaba de decir que había poseído por completo a su amado, lo retuvo, lo acarició y lo abrazó por más de una vez.

- No puede ser verdad, no debe ser verdad - Mew alcanzó las píldoras y trató de consolar su corazón con palabras sin sentido - Gulf no permitiría que alguien lo tocara.

- Está bien... cuando mejore, lo traeré de regreso y seré muy, muy bueno con él - Se acurrucó en el suelo, todo su cuerpo temblaba. Sonaba ahogado como si estuviera hablando con su yo interior - Incluso si lo que dijo Bright es cierto... no me importa, no me importa.

Mientras Gulf estuviera feliz, no le importaba.

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