🌼🌼Capítulo 53🌼🌼
El tiempo pasó demasiado rápido, Bright ya no veía a Gulf como un médico-paciente. Ya no prestaba mucha atención a la gravedad de la situación en la que se encontraba; ya no imaginaba lo peor. Pero aún así, sabía muy bien que... la vida de un paciente con leucemia en etapa terminal, que no acepta los tratamientos o medicamentos, no puede durar mucho.
Había pasado una semana desde que Mew llamó. Ese hombre no volvió a llamarlo, pero fue la mejor decisión. Esperaba que en la última parte de su conciencia, se sintiera culpable de haber hecho llegar a Gulf a una condición como esa.
Esté todavía iba a las ventanas francesas para disfrutar de los pequeños jardines del segundo piso cuando su mente estaba despejada y a veces, el perro y los gatitos se colaban en el jardín y dañaban las plantas cuando carecían de la protección de Bright. Cada vez que miraba hacia abajo a través de la ventana transparente, Gulf se sentía tranquilo por dentro como si flotara en el aire totalmente relajado.
Hace unos días, había encontrado un libro que le interesaba bastante. Lo había estado leyendo durante un tiempo; era un libro con imágenes, titulado "100 lugares a los que deberías ir en tu vida".
Bright se sentó a su lado y cuando leyó la portada del libro, sus claros ojos negros se atenuaron.
Gulf se dio cuenta; sonrió y frotó un lado de la cintura del médico con el pie. Su calcetín de terciopelo azul marino no cubría su tobillo blanco como la nieve, mostrando lo hermoso que era.
Las cosquillas provocadas por el delicado pie borraron el profundo dolor en los ojos de Bright.
— Te daré este libro una vez que termine de leerlo — Gulf sonrió — Tienes que ir a todos los lugares de este libro como mínimo dos veces, ¿De acuerdo?
Muy en el fondo Gulf pensaba que la segunda vez, sería por él.
— Mañana es tu cumpleaños — Bright no le respondió, pero se apoyó en el pequeño hombro y se acurrucó con él.
— Gulf asintió con la cabeza — Lo he estado esperando mucho. El regalo de cumpleaños que preparaste me ha estado atormentado durante más de medio mes.
— El médico besó su mejilla con una sonrisa; sus ojos estaban llenos de felicidad y amor — y tú me has estado atormentado durante medio año.
Gulf le puso los ojos en blanco y volvió a su libro. Ya tenía suficiente de esas palabras, pero las imágenes lo animaron. Había leído ese libro una y otra vez.
Hoy estaba bastante alegre; no se sentía somnoliento. Cuando leyó lo suficiente, se apoyó en Bright y dejó volar su mente.
— El hombre lo sostuvo en sus brazos para que pudiera apoyarse en su pecho — ¿En que estás pensando? — Cuando habló, su pecho se sacudió en un movimiento suave. El temblor adormeció el oído de Gulf.
— En ti.
— No lo creo.
— De verdad — Sonrió Gulf — Mi vida valió la pena. Al final pude conocer a un hombre que es tan bueno conmigo.
— No es el final de tu vida — Bright se sintió un poco triste — Por favor mantente pensativo. Cuando hablas, me duele.
Gulf se rio entre dientes y el calor de su boca calentó el corazón de Bright.
Por la noche Gulf decidió tomar un baño medianamente largo. Luego Bright terminó de ordenar un poco los cubiertos utilizados en la cena y se duchó, él aún no había terminado.
El médico hojeó el libro página por página en la cama y llamó a Gulf de vez en cuando. Todavía estaba preocupado por él.
Esté estaba cansado de responderle, pero sabía que se preocupaba por él. Se quedó en el agua un rato más, se dio una ducha rápida y salió.
Su piel se empalideció aún más pero sus mejillas estaban rojas. Se secó el cabello utilizando una toalla que estaba al lado de Bright con mucho cuidado.
— ¿Cómo es que hueles tan bien? — Bright lo miró desde atrás y exhaló.
— Usé el lujoso shampoo que me diste — La voz de Gulf era un poco gutural y atractiva. Él sonrió — También noté que huele muy bien.
Gulf se inclinó, muy cerca de Bright; diminutas gotas de agua le golpeaban el rostro.
— El hombre pensó que Gulf se estaba burlando de él porque estaba de buen humor, pero antes de decir algo, un leve beso se posó en su frente — Solo huele.
— Ya basta — La expresión de Bright cambio de repente — Es hora de dormir — Dio unas palmaditas en la cama junto a él — Tenemos que levantarnos temprano mañana. Es tu cumpleaños.
La luz de la cama estaba encendida; la evasión del médico era muy obvia. Estaba luchando, presa del pánico e inquieto.
— El siguiente beso que le dio Gulf fue en los labios. Sus ojos eran gentiles y sus pupilas negras reflejaban un poco de brillo por la luz, asemejándolas a las estrellas más brillantes del universo — ¿No te gustó? Exceptuando a Mew, nunca he hecho esto con otro hombre.
— Gulf, sabes que yo no... — Bright estaba muy agitado; no podía soportar el dolor en su pecho. Amaba al chico frente a él hasta la muerte. Quería tocarlo, quería tenerlo, pero también quería ser la misma persona que no le quitaría algo en la vida.
Solo quería ser bueno con él. Así que se atrevió a no pensar en el resto.
Gulf suspiró ligeramente y besó poco a poco la marcada mandíbula, tratando de desabrochar la camisa de Bright.
El otro no pudo resistir su gentileza, el cálido aliento en su sensible cuello y su fragancia. Se dio la vuelta para presionarlo debajo de él. Sus intensos besos cayeron sobre los ojos, las cejas y las mejillas sonrojadas de Gulf.
— Bright ni siquiera sabía porque lloraba pero sus lágrimas rodeaban todo su rostro y murmuraba innumerables veces — Te amo.
Estaba en su naturaleza ser gentil y cuidadoso. Cuando entró en él, Gulf no sintió demasiado dolor, pero aún así, inconscientemente apretó las sábanas con fuerza.
— Gulf — Bright lamió y besó todo el pálido cuello. Respiraciones fuertes se mezclaron con su confesión de amor pero siguió diciéndolo y no cambió sus palabras en toda la noche — Te amo, te amo.
La mente de Gulf vagaba entre clara y borrosa, observó el rostro de Bright en la clara luz amarilla, jadeó sin poder evitarlo y gimió en silencio, se preparó para ser abrumado por una fuerte pasión. Aflojó sus agarres sobre las arrugadas sábanas y sus brazos rodearon el cuello del médico, le sonrió en trance.
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