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🌼🌼Capítulo 52🌼🌼

Mew no se atrevió a pelear con Zee. Todo lo que podía hacer era esperar. Pero cuanto más esperaba, más se odiaba a sí mismo por su inutilidad.

Lo más doloroso es cuando has trabajado tan duro solo para sentarte y observar en lugar de hacer una diferencia real.

Ni siquiera sabía cómo salió por la puerta. La anoxia le adormeció las extremidades pero el aire frío lo tranquilizó mientras inhalaba con fuerza.

Pequeños copos de nieve cayeron del cielo en el camino de regreso a su casa, se estiró por la ventanilla del automóvil para tratar de sostener uno, pero el copo de nieve se derritió en el instante en que tocó su palma, convirtiéndose en una pequeña gota de agua helada cuando retiró su mano.

— ¿Viste el pronóstico del tiempo? — Una pregunta abrupta vino desde el asiento trasero.

— El asistente se sintió un poco confundido y respondió — No dijeron que iba a nevar, pero el cielo ha estado sombrío desde esta mañana.

— Si — Mew respondió sumido en pensamientos. No fue hasta casi medio minuto después que volvió a hablar — También fue un día nevado la última vez que viste a Gulf, ¿no?

El asistente no lo olvido. Fue a entregarle a Gulf el paquete de Dumplings ese día. Aún podía recordar la mirada en sus ojos cafés cuando le entregó aquellas bolas de masa, una mirada de desesperación repentina que nadie tendría el corazón para mirar.

— Si, la nieve era más espesa que hoy.

El hombre del asiento trasero se calló. Kao lo miró por el espejo retrovisor por curiosidad. Vio que Mew quien solía ser condescendiente y mandón, tardó más de 10 segundos en encender el cigarrillo porque le temblaban las manos de manera espectacular.

— El humo blanco cubrió lentamente la complejidad de los ojos negros. Exhalo; la nieve se hacía más espesa. Miró por la ventana y preguntó en trance — ¿Siempre fui un idiota con Gulf?

El asistente había sido testigo de muchas cosas, por ejemplo cuando Mew le dijo a su esposo por teléfono que estaba ocupado en el trabajo mientras salía con su amante, además él había recogido a muchos hombres y mujeres para Mew. Pero no le corresponde ni juzgar.

— Así que luego de un tiempo él respondió — Usted y el Sr. Kanawut tenían una buena relación al principio.

Solo al principio.

Mew estaba consciente y sabía que hacía una pregunta innecesaria. Cualquiera con ojos podía ver lo mucho que le debía a Gulf. Saint dijo que no lo amaba lo suficiente, Bright dijo que no se lo merecía, incluso Zee lo humilló con Arm. La gente decía esas cosas por una razón, y la razón era que él cometió un error tras otro.

Paso a paso, había llegado hasta aquí. Y no tenía a nadie a quien culpar más que así mismo.

La crueldad de la realidad es que, hasta que pierdas una cosa, no sabrás lo importante que es para ti, pero siempre será demasiado tarde para darse cuenta.

Perdón por no protegerte y amarte todo el tiempo. Siento haber tenido a alguien más en mi vida aparte de ti. Lo siento, incluso dedo limitarme a mirar y esperar para salvarte... lo siento. No sabía que podía amarte tanto.

La condición de Gulf empeoró. Tenía dolores de cabeza y náuseas día tras día. Sin contar que estaba cubierto de hematomas debido a la hemorragia subcutánea.

Bright ni siquiera se atrevió a tocarlo. Su corazón se rompía por él. Gulf no quería molestarlo, así que solo aguanto y no dijo nada, sin importar lo doloroso que fuera.

— Se había convertido en la rutina del médico dormirse después de ver a Gulf quedarse dormido. Tenía el sueño ligero por lo que se despertaba con el menor movimiento. Este día, de repente se despertó y encontró a Gulf llorando mientras dormía. Su frente estaba cubierta con una fina capa de sudor frío y gimiendo en voz baja, murmuró — Yo... no me siento bien.

— Todo lo que hizo fue murmurar en sus sueños, incluso en ellos sufría tanto. Bright quería decirle que dejara de sobrellevar todo por su cuenta. Encendió la luz de la lámpara y acarició la débil espalda de Gulf — Eres un buen chico, estoy aquí. Todo está bien, terminará pronto.

El más pequeño lo agarró por la cintura. Sus lágrimas humedecieron su pijama, quemando su piel. La frente de Gulf estaba caliente. Otra vez tenía fiebre en mitad de la noche.

— Bright quería conseguirle dos toallas húmedas, pero Gulf lo abrazó aún más fuerte en el momento en que tuvo la tendencia a irse. Gritando en un tono suave y pobre — No te vayas... Mew, no me dejes.

— Los ojos del médico se enrojecieron de repente; acarició suave a Gulf y dijo en voz baja — No me iré. No te dejaré — Lo miro fijamente durante un largo tiempo y con mucho cuidado acarició el cabello negro, pensando para sí mismo.

¿Me lo merezco?

No se sintió agraviado, enojado o dolorido. Todo lo que sentía eran celos inútiles. No podía decidir quién estaba en lo más profundo del corazón de Gulf y no quería que sufriera. Él no tenía ningún deseo de quitarle nada a Gulf en este momento. Como había llegado hasta aquí, no tenía nada más que pedir; sólo no quería que se arrepintiera.

Bright se despertó muy temprano por la mañana y bajó las escaleras para remojar la soja ya que le gustaría que Gulf tuviera leche de soja fresca tan pronto como se despertará.

Se quedó en la cocina sin comprender. Se había quedado despierto toda la noche, teniendo pesadillas una vez que cerraba los ojos. En ellas vio a un joven Gulf con su uniforme escolar azul y blanco corriendo hacia él; su sonrisa era dulce y linda. Él también le sonrió y abrió los brazos tratando de abrazarlo, pero Gulf corrió hacia el océano en la distancia, hundiéndose en el abismo.

Era un mal presagio.

Bright suspiró; sacó su teléfono celular para verificar la fecha. Una semana después, sería el cumpleaños del menor. Como volaba el tiempo.

Mientras el celular aún estaba en su mano, de repente sonó. Cuando volvió a pisar tierra miró el teléfono, era Mew Suppasit, otra vez.

Ahora se sentía tranquilo con el hombre. Sería mejor ocupar su tiempo cuidando a Gulf, porque no quería perderlo en trivialidades.

— ¿Qué deseas?

— La voz de Mew sonaba débil y ronca — ¿Está Gulf contigo? — Ahora estaba en el hospital por una intoxicación alcohólica más un infarto. Anoche, el asistente Kao se preocupó por él, así que vino a su casa. Llamó a la puerta pero nadie respondió. Afortunadamente, tenía la llave de repuesto o, de lo contrario, habría estado en un peligro real.

— Está dormido — Bright no se molesto en perder el aliento con él. Cogió el teléfono sólo porque no quería recibir llamadas interminables de su parte — Si no tienes nada importante para decir, voy a colgar.

Mew no podía soportarlo más. Estaba débil tanto física como emocionalmente, y quería compañía. Se acostó en la cama pensando: a Gulf debe haberle dolido 100 veces más que a él en sus quimioterapias, y además estaba solo. ¿Cuánto tiempo tuvo que estar en la cama del hospital buscando ahorrar energía para poder regresar a casa? Cuanto más pensaba, más triste se ponía. Mew incluso deseaba poder sufrir más porque al menos podía sentir un poco el dolor por el que había pasado Gulf.

— Lo extrañaba mucho y no podía verlo, solo podía hacer llamadas telefónicas. No fue hasta que tosió por un tiempo, que logró estabilizarse — Uhm, ¿podrías dejarme escuchar? No lo despertaré. Solo... solo quiero escuchar su respiración.

— Bright se burló; por fin podía dejar salir las emociones que reprimió desde anoche — Presidente Suppasit, me enferma tanto. ¿Está haciendo una obra dramática de teatro aquí? ¿Eh? ¿Soy yo el desdichado destructor de hogares en su obra? No lo olvides, eres él único que salió en busca de amantes y abandonó a Gulf. Deja de actuar de esa manera. ¡Te respetaría si me hubieras dejado cuidar de él desde el comienzo! Si... lo abandonaste, pero ¿Por qué dejaste una marca en su corazón? En serio... esto no puede ser un juego limpio.

— Colgaré, cuídalo.

Bright quería estrellar el teléfono contra el suelo, pero se controló porque los gritos que Gulf hizo en sus sueños anoche pasaron por su mente. El amor superó los celos.

Gulf todavía estaba dormido cuando subió las escaleras, seguro la fiebre había desaparecido y estaba muy agotado.

Se inclinó y lo arropó, sacó su teléfono después de una breve pausa y tomó una foto de Gulf mientras dormía. La luz era oscura y el ángulo era pésimo.

Sin embargo envió la foto a Mew. Después pensó por un segundo y la guardo en su teléfono.

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