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🌼🌼Capítulo 47🌼🌼

Bright llamó a la policia y dijo que Mew estaba invadiendo propiedad privada e intentó atentar contra su vida. Había mantenido una relación cordial con uno de sus compañeros de secundaria que se había convertido en el subdirector de la policía local. Ahora que se acercó a él, dada su relación, por supuesto, Mew iba a ser detenido al menos durante 24 horas.

Mientras las sirenas sonaban, dos coches de la policía se acercaron rápidamente con una luz roja y azul intimidante. Pero Mew ignoró por completo las estridentes sirenas entrantes y mirando hacia el cielo con su rostro templado, como su hubiera visto a través del concreto, de inmediato vio a su amado, a pesar del deslumbrante mundo que lo distraía.

Fue una escena desconcertante para los policías. Mew se parecía más a una víctima mientras estaban detrás de sus espaldas, mirándolo arrodillado en el suelo. La tristeza parecía haber abrumado al hombre volviéndolo silencioso.

— Un oficial fue a levantarlo con bastante educación — Señor, tiene que venir con nosotros.

— Mew se levantó lentamente y los miró con ojos fríos — ¿Dónde? — Preguntó.

— Alguien informó que estaba invadiendo propiedad privada. Por favor, coopere — podría decirse que se trataba de una trivial disputa civil que era vista muy seguido. Como de costumbre, solo se necesitaba seguir la rutina, entonces el acusado entraría y saldría muy rápido, pero esta vez, el superior pareció tomar este caso tan en serio que le pidió a los oficiales que le trajeran las esposas.

Mew de repente dio un paso atrás, inundado de miedo. Tenía miedo de que Gulf se fuera justo después de que se lo llevarán, tenía miedo de perderlo para siempre.

Los policías pensaron que intentaba resistir o escapar así que se abalanzaron contra él y lo inmovilizaron en el suelo. Como si no fuera un hombre que había sido jefe durante años, una vez más, Mew fue derribado y la impotencia.

— ¡Gulf! ¡Gulf! — Casi gritó a todo pulmón — ¡¿Acaso ya no me amas?! ¡Dijiste que nunca me dejarías!

— Mew sacudió con fuerza a los policías, golpeando su cuerpo contra la puerta cerrada y gritó con un toque de sollozo en su tono — ¡Gulf, sé que todo fue mi culpa! ¡Lo arruiné! Pero por favor déjame verte, solo quiero verte ¿Me dejarías? Te lo ruego, por favor... ¡No me hagas esto!

Todos se miraron confundidos entre sí olvidándose de que el hombre necesitaba ser llevado.

— ¿No podrías abandonarme, verdad? — Mew se derrumbó junto a la puerta, murmurando para sí mismo — ¿Cómo podrías? Si en este mundo... la única persona que no me dejaría, eras tú.

En el segundo piso, una ventana de la habitación estaba abierta para que Gulf pudiera escuchar aquellas palabras alto y claro. Se burló pero su rostro fue cubierto de lágrimas. Aún recordaba cuando dijo que nunca se iría, pero cuando Mew llamó el nombre de Arm, cuando estaba en sus brazos ¿Habría un momento en el que se recuperara completo?

Gulf siempre estuvo ahí, esperando. Esperando estar junto a Mew, quien no se suponía que le fallara para siempre.

— Bright llamó a la puerta, entrando con agua y pastillas en las manos. Escuchó los gritos y vio que la ventana estaba abierta así que dejó las cosas y fue a cerrarla — Hace frío.

El mundo entero se quedó excluido. Unos minutos más tarde, las mismas sirenas se desvanecieron en la distancia hasta que el silencio volvió a congelar la habitación.

— ¿Estás cansado? Se que estás teniendo noches difíciles. Toma algunas pastillas y ve a dormir — Le entregó el agua y las pastillas — Duerme bien, te animara.

— Gulf no tomó las pastillas — Estas mintiéndome — Había pasado solo por las noches más difíciles, cada una era fría y dolorosa. Y a la mañana siguiente, todo seguía igual; la otra mitad de la cama todavía estaba helada, dejando más y más profundas cicatrices en su corazón.

— Bright se calmó, mirándolo compasivo — No más lágrimas, ¿De acuerdo?

Ahora Gulf se dio cuenta de que los fluidos se estaban desbordando. Su corazón se dijo a sí mismo que debía soltarse, pero su cuerpo traumatizado no podía olvidar el dolor.

Bright trató de abrazarlo. Fue un simple gesto de consuelo que pretendía calentarlo y apoyarlo, pero en el momento en que extendió los brazos, Gulf lo esquivó intuitiva y imperceptiblemente.

Los brazos de Bright colgaban en el aire; miró al suelo sin hacer ruido. Ya no podía seguir ocultando el pesado cansancio. No importa cuánto se preocupara por Gulf, todavía era un hombre que lo conocía por menos de seis meses, entonces, ¿Cómo podría competir con el que había conocido durante 14 años? A pesar de que no dijo nada y no mostró ningún signo, la lucha y la tristeza en los de Gulf no podían mentir.

El amor que sentía por Mew fue inquebrantable todo el tiempo. La próxima vida puede ser impredecible. Pero en esta vida, todo lo que amaba era a esa persona y solo a esa persona.

Bright había hecho todo bien. Había sido tan dedicado como solía ser Mew en su juventud y había hecho compañía al menor durante los últimos meses. Sin embargo, lo que no tenía era la memoria que ellos habían creado juntos, pero eso no era cuestión de secuencia. Quizás Dios solo tenía ese plan.

— Lo siento, doctor Vachirawit — Gulf sintió la incomodidad en el aire — Yo...

— Bright negó con la cabeza y forzó una sonrisa — Gulf, vámonos a Oxford — No explicó el porqué, pero ambos sabían la razón: Mew había conocido este lugar y ese hombre no estaría bajo custodia para siempre.

— Gulf también negó con la cabeza, pero no estaba diciendo que no — Doctor antes de irnos, ¿Podría pedirle un favor?

Todavía parecía haber una distancia entre ellos.

— Claro, lo que quieras — Bright no dio otra respuesta, solo contuvo la amargura.

Mew había estado bajo custodia durante aproximadamente 6 horas y respondió todas las preguntas que le hicieron. Cuando se quedó solo, miró los sauces en la brisa a través de la puerta entreabierta, con la cabeza inclinada.

Hoy no vio a Gulf e incluso la idea del nombre "Gulf" le dio ganas de llorar.

Sin embargo, vio a su joven enemigo, el amable y educado doctor, aquel hombre se volvió loco al escuchar el nombre "Mew Suppasit". También se dio cuenta de que todo lo que le había hecho a su esposo era una maldad imperdonable a los ojos de una persona que realmente se preocupaba por él.

Pero, por supuesto, Mew lo sabía.

Gulf se separó de sus padres, su escuela y sus amigos porque él se lo llevó. Se suponía que debía compensarlo con amor y culpa, para hacerlo feliz, para que no se arrepintiera de nada cuando recordara el pasado. Gulf fue amado por su abuelo, disciplinado por sus padres y depositó grandes esperanzas en sus maestros.

Sin embargo, aquí terminó, en la miseria.

Lo que hizo Mew fue más que malvado. Después de pensarlo un poco, murmuro la palabra "diabólico"

Le hizo más de una cosa mala a su esposo y cada una de ellas fue cruel.

Después de que reflexionó por todo de principio a fin, admitió que Gulf nunca había disfrutado un día feliz con él. Nunca se quejó de la dura vida al comienzo de su relación. En los veranos, tenía fiebre y en los inviernos, sus manos sufrían congelación por los vientos helados. Después, Mew lo mantuvo en casa y expandió el negocio por su cuenta, no tenía amantes en ese momento, pero fue sofocante para Gulf. Y para finalizar, él se convirtió en alguien completamente diferente.

Las personas como Gulf eran las más suaves; no harían ningún sonido sin importar cuánto daño estuvieran sufriendo. Nadie sabría lo doloroso que era a menos que no pudiera soportar más cuando estaba en su último suspiro.

Mew acarició suavemente el anillo liso en su tercer dedo.

Saber el hecho de que le había fallado al que más amaba en su vida era tan desesperante que ni siquiera podía derramar una lágrima.

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