🌼🌼Capítulo 37🌼🌼
Bright se levantó temprano a la mañana siguiente. Se sintió vacío por dentro cuando vio el rostro languideciente de Gulf y huyó del dormitorio a toda prisa. Por primera vez en su vida, se culpó a sí mismo por mostrarse indefenso.
Se sentó en la sala de estar, sin tener idea de donde estaba vagando su mente. Comenzando a pensar donde podría ir de viaje junto a Gulf, donde podrían disfrutar el último momento de su vida. Se sentó en el sofá frente al techo con las manos en la frente. Le dolía el corazón.
Alguien estaba en la puerta haciendo un ruido que sonaba impaciente y apresurado. Fue entonces cuando se levantó a buscar un cheque, pero se sorprendió cuando vio a Joss entrando en la casa.
Su hermano vestía un traje negro muy al estilo de un hombre de negocios. Llevaba el pelo bien peinado hacia atrás acompañado de una mirada aguda que emanaba de los anteojos con montura plateada de puente alto. Había una expresión fría en la cara del hombre y, sorprendentemente, era su expresión cabreada.
— Hermano, ¿Cómo es que estás aquí? ¿Por qué no me llamaste? Para poder recogerte — Bright se acercó, pero en un movimiento inesperado recibió un fuerte golpe en la cara.
— ¿Crees que has madurado y puedes hacer todo lo que te plazca, no? — Joss ni siquiera estaba contento con el golpe, así que cuando vio a su hermano caer al suelo por la sorpresa, lo pateó sin piedad. Normalmente trataba con cariño a su hermano menor, pero cuando el mocoso lo cabreaba, no pensaba dos veces en golpearlo como lo haría su padre.
— Bright estaba demasiado confundido; sin esquivar ni resistir — ¿Qué he hecho? — Preguntó.
— ¿Quién era la persona que trajiste hace unos días? — Inquirió su hermano con voz fría.
— El médico no tenía ni idea de qué diablos estaba pasando. Joss sabía exactamente lo que hacía y lo había estado encubriendo todo el tiempo — El hombre que amo — Respondió sin dudarlo.
— ¿Debería felicitarte por eso? ¡Tienes un gran gusto! Te llevaste al querido amante de Mew Suppasit. ¡¿Lo sabías?! Ese loco no pudo encontrarte, así que me causo problemas a mí y no me quita los los ojos de encima, ¿Sabes cuánto dinero he perdido durante estos días?
— Bright comenzó a irritarse un poco — Maldita sea, me dijiste que él estaba teniendo aventuras en todas partes. ¡Yo diría que te está extorsionando!
— Joss tenía una personalidad más mandona que su hermano. Levantó la voz bruscamente — ¿Y tú me creíste a la primera? No he trabajado con él por mucho tiempo; ¡¿Cómo podría saber que esa persona era su pareja?! ¡Idiota! Yo no-
— Baja la voz, ¿quieres? Lo despertarás, tiene el sueño ligero — El castaño frunció el ceño.
— Su hermano se enojó aún más, apretando los puños en un intento de retener la ira creciente — Siempre estas divirtiéndote; ¿Qué si no te cubro esta vez? ¿No puedes encontrar a alguien que tenga un origen simple para jugar? ¿No puedes encontrar al menos una persona que no sea de segunda mano? ¡Él ha estado enamorado de alguien por más de 10 años, no se enamorará de ti!
En el momento en que Bright escuchó esto, la rabia llenó sus ojos inyectados en sangre. Repentinamente se levantó y le dio al hombre un golpe inesperado.
Joss nunca imagino que su propio hermano pelearía con él por alguien que no fuera parte de su familia. Y cuando los dos hombres pelearon, pelearon duro. Desde que eran pequeños su hermano menor había sido cuidado todo el tiempo por él; pero ahora Bright tenía las agallas para luchar en su contra, lo que de alguna manera le hizo sentir una presión en el pecho.
— Pequeño pedazo de mierda, te divertiste pero ¿De verdad sabes cuánto dinero he perdido? ¡Solo tres días, perdí veinte millones en tres días! ¡Incluso es más costoso que tener a una famosa como prostituta! Si no te hubiera estado protegiendo, ¡El que debería estar viniendo hoy sería Mew Suppasit! Si no te hubiera estado encubriendo, ¡Sería nuestro padre el que estaría golpeándote hoy!
Era mentira.
Bright jadeó con pesadez; incluso ignoró la rendición en las palabras.
Se había sentido inquieto desde anoche. Mientras estaba asustado y agitado, su hermano se acababa de involucrar sin fundamento.
Joss simplemente fue demasiado lejos. Además de insultar al hombre que valoraba y amaba, lo difamó. No importa qué tan malo fuera Gulf, aún así, él era quien acaparaba todo su corazón, la luz de Luna inalcanzable que anhelaba. El mayor merecía cada uno de los golpes que vendrían.
Todos teníamos cosas que nos avergonzaban pero no podíamos dejar de lado. Bright nunca lo demostró, pero le afectaba que otro hombre hubiera cuidado a Gulf durante más de una década, haciendo que lo dicho por Joss fuera aún más hiriente, casi como un clavo incrustándose en su piel.
El médico tuvo un mal presentimiento cuando vio la mirada de su hermano clavarse detrás de él en un breve aturdimiento.
Gulf se encontraba de pie detrás del biombo hecho con madera y seda. La habitación estaba fría. Dentro de su pesado abrigo, solo llevaba puesta una pijama de algodón. Se veía pálido y sus párpados ligeramente caídos ocultaban su miedo de Bright. Nadie sabría cuánto tiempo había estado allí parado.
— ¿Y usted es? — Al escuchar la pregunta, Joss frunció el ceño y enderezó su atuendo. Sintiéndose un poco incómodo.
— Bright entró en un estado de pánico. Se acercó al ojicafé pero se detuvo a mitad de camino — ¿Gulf? — Lo llamó con voz suave.
— Esté elevó lentamente la cabeza, con sus ojos luciendo de alguna manera vacíos — Bright, estaba mirando por la ventana; las plantas del jardín se han convertido en grandes racimos de hojas — Esa fue la primera vez que llamó al médico, pero hizo que casi llorara.
Joss estaba un poco sorprendido. No esperaba que ese fuera Gulf Kanawut. Pensó que el hombre que cautivó a su hermano menor e incluso era dueño del corazón de Mew tendría la cara más bonita digna de un modeló o sería algún tipo de perra en la cama. Pero ahí estaba él, triste y solitario. Se veía pálido y transmitía la sensación de suavidad, que incluso podría describirse como apatía sexual. Él tenía buena memoria, algo que Bright había mencionado una vez vino a su mente, es probable que el amante de Mew estaba recibiendo tratamiento médico en el hospital de su hermano. ¿Pero él no... se especializaba en leucemia?
A Joss le pareció absurdo. Esa era la primera vez que veía algo así. Él es un hombre de negocios; solo hacía cálculos sobre los gastos y las ganancias, por lo que no entendía el futuro que le esperaba a su hermano. Bright había hecho mucho esfuerzo tanto mental como físicamente para llevar a ese chico a casa, pero no podía tocarlo. Incluso su Cáncer era poco probable que se curara.
Tampoco pudo imaginarse a Mew Suppasit. El hombre tenía sus respetos porque realizó movimientos difíciles en los negocios y era un Playboy sofisticado. Resultó que ya tenía a alguien en casa, pero no empezó a preocuparse hasta que su amado desapareció y simplemente se volvió loco con todos los que creía involucrados. La competencia feroz no era más que un arma de doble filo. Sin embargo, en este asunto, Mew había perdido más que él.
— A Bright no podía importarle menos lo que estaba en la mente de su hermano en esos momentos, todo lo que le preocupaba era Gulf. Corrió hacia él paso a paso — Vamos a ver si número dos ya se despertó — Dijo con tono amable — Si no lo está, lo despertaremos y lo llevaremos a escalar la montaña con nosotros.
Gulf volteó la cabeza drásticamente, ya que era un reflejo ocultar las lágrimas que no podía contener. Este amor lo asustaba y si no lograba resistir la tentación, ocasionaría un mal final para todos.
Así que tuvo que controlarse. Convirtió su corazón en una piedra, puso una cara fría y se alejó. Sin dudarlo, sin mirar atrás.
— Bright vuelve a Londres conmigo — Joss frunciendo el ceño mencionó. De todos modos, no podía ver a su hermano sufrir por un futuro sin esperanza.
— El médico no escuchó; en cambio, corrió hacia Gulf y lo abrazó con fuerza — No te dejaré.
— Estarás mejor sin mí — El ojicafé palmeó su hombro y sonrió — Ve a casa.
— Bright, llévalo contigo. Al menos, podría ayudarte a cuidarlo — Joss suavizó su tono por completo — Además, conoces a más expertos en Londres.
— A pesar de la repentina declinación, el castaño no aflojó su agarre — Le prometí que nos quedaríamos aquí. No le gusta el hospital, no le gusta el viento y la nieve de Londres — Su voz vaga vino detrás del cuello de Gulf.
"Aquí tenemos vientos suaves, ¿Para qué regresar a Londres a soportar el frío?
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